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domingo, 9 de abril de 2023

Tres abriles




Qué sino Abril


qué paz se venga sino

la de soldados muertos,

qué derrota navega

bajo mis sienes delante

de tu ancestral boca

de tiempo ingenuo, qué

soledad magnífica revienta

en tu sueño de solsticio sino

la primavera.

Lo vamos a dejar,

tú, estómago, y yo.

cualquier palabra

es cadaverina de su silencio

por muy vacía que vuele

su sin palabra cualquiera

es más poesía.

sabes cuándo no necesito creer,

¿verdad?,

cuando me hace oportunidad

me sobra cualquier

libro cualquier poema

cualquiera lectura me embarga

el arreglo del nido me aligera

costumbres me calientan

el sueño resulta

tan reconfortante

fregar un suelo aquí

no hay género sino

de novela, poesía, teatro

sino puro

número de candilejas

en las encinas. Sus flores

vertebraré hasta que pueda.

Me parece

tan-razonable,

tan-verdadero,

tan-profun-damente

serio como la máxima

y refleja actividad humana

de respirar.

hoy no soy poeta yo

gracias a la Poesía.

(Libro "Suroeste". Ediciones en Huida, 2015.)


Abril-cias


Partió peras aun sin conocer

que el olmo no las daba.

se olvidó de chupar alguna tinta

de-scribir el verde del río valle,

declinó su cavernícola inercia

de hombre sedente, unir

sus manos y rodillas

expectantes y rezar,

o

doblar su voluntad

de milagro, travestir

los nulos

peros

y peras en suma

ser

hombre.

("En-clave de árboles")

martes, 14 de marzo de 2023

MARÍTIMO ES TU CUERPO: LA POESÍA DE SOFÍA SERRA GIRÁLDEZ (Reseña de César Rodríguez de Sepúlveda sobre el libro "Suroeste")





MARÍTIMO ES TU CUERPO: LA POESÍA DE SOFÍA SERRA GIRÁLDEZ

Sofía Serra Giráldez. 'Suroeste'. Ediciones en Huida, 2015.  

Suroeste. El título nos emplaza ya geográficamente. El curso bajo del Guadalquivir, ese «gran rey de Andalucía» que cantara Góngora, y que aparece, una y otra vez, a la vez majestuoso y cercano, en los poemas de Sofía Serra. El suroeste es tanto un lugar geográfico como un estado del alma. El filósofo Amiel lo afirmaba en su diario, en frase muy criticada por Pessoa: «El paisaje es un estado del alma». Este lo es, sin duda. Este suroeste de Sofía Serra es un estado de plenitud, una especie de edén primigenio en que nada tiene pasado, solo futuro.

'Suroeste', el libro, está construido como un tríptico. Una hoja fina lo abre («Pre-scriptum») y otra hoja fina lo cierra («Post-scriptum»), y, en medio, custodiada por ellas, está la floresta de la imaginación poética de Sofía, el "Scriptum". No puede uno evitar pensar en el famoso tríptico de El Bosco, 'El jardín de las delicias': en la tabla central, un inabarcable jardín, o, mejor, selva indómita, de palabras. 

Ya en el Pre-scriptum se nos dan pistas: en el poema «Suroeste» se muestra a las claras que este lugar geográfico, lugar de llegada, es también el amado, la «bahía de 'tú'» en la que rompe el mar verbal de la poesía de Sofía Serra. Y el post-scriptum —perdón por el salto— viene acompañado de un referente pictórico, que no es el Bosco, sino Miguel Ángel, su celebérrimo Juicio Final en la Capilla Sixtina, y la estremecedora figura de San Bartolomé desollado:

     [...] es necesario que habiten

     otros hombres otros cuerpos

     quizás

     aquellos

     despellejados por las manos

     del púgil miguel y ángel

     que los expuso en la pared

     ante Dios y ante el infierno.

El Post-Scriptum es, entonces, una reflexión final, un juicio sobre lo vivido, y al mismo tiempo una anticipada premonición de lo que vendrá («ya sé que hablas / de amor de / esperar /de para /qué»).

Entre estas dos finas hojas del tríptico, todo el espacio maravilloso del Scriptum, el libro propiamente dicho: celebración de la pertenencia a un lugar, de la felicidad del amor correspondido, de la esperanza en el mejoramiento del ser humano. Se abre esta sección central con un poema en tres partes, «Tres grados matinales al suroeste», que es un jubiloso saludo al amanecer:

     [...] y de nuevo las tórtolas, felices

     y virginales tórtolas

     e invioladas tórtolas

     por la negrura de la noche,

     abren las puertas -tal como

     abren sus alas-

     del templo del nuevo día,

     las vestales y primorosas azucenas

     vestidas de ceniza y plumas

     para mis ojos

     tus ansias de hombre bueno

     en este abismo hasta la primavera

Este saludo al amanecer es a la vez saludo al amor. Y lo que se inaugura no es solo el día: en el poema «In situ»,  que viene inmediatamente después, se nos muestra un estado edénico, en que la plenitud de la Naturaleza hace innecesaria la invención de la música, porque la Naturaleza tiene ya su música: 

     Sólo se escuchaba a los animales,

     a sus muchedumbres y manadas,

     a sus riñas y sus ruidos de apareo,

     a todo lo semoviente que caminaba

     sobre el suelo y bajo él. No,

     no fue necesario en aquellos tiempos

     inventar la música. 

Paisaje edénico y felicidad compartida con la pareja que se va desplegando en los poemas que siguen: «El potro griego», «El perdón», «Las seis de la mañana y sereno»: el río, que acaricia la tierrra, adquiere en estos poemas connotaciones eróticas, y se convierte en el protagonista en los poemas que viene después, «El río viejo I» y «El río viejo II», aunque aquí puede hacerse otra lectura distinta: la poeta se identifica con el río, y el avance de éste, su «guerra contra las piedras» puede remitir a la ardua tarea de la escritura, a la dura lucha por expresarse, por comunicar. El río es página:

     Los cabezos se agrupan

     en los márgenes de tu página 

     imantada por el sol de la lluvia,

     cuando solo soy yo,

     blando y unísono excombatiente

     de la guerra contra las piedras,

     la venerable escritura de la montaña

     que ríe pendientes con lamentos

     por hacer qué queda.

     Me abarco tan solo

     sugiero la planicie que me ama. 

Aunque no se abandona nunca el simbolismo erótico del río, como en el bellísimo poema «La escafandra fluvial»,  y se complementa además con otros símbolos, como la playa y el mar, llegando ya el río a su desembocadura («El hombre ahora y yo»; «Acceso»):

     [....] y aquí, todo mar, 

     cuando yo te veo todo mar

     cuando tú me miras todo mar

     cuando cabeceo abocada a ti

     todo mar y ese vello que asoma

     por tu axila todo mar

     desde mis bebedizos de hambre

     de tu garganta, paz

     y aula cerrada

     tu cóncava carne

     entre mis manos todo mar [...]

Otros poemas celebran las tareas cotidianas («Performance del trabajo», «Tarde»); y la unión amorosa («Posesión», «Amanecer»).  La identificación entre la carnalidad del paisaje y la geografía erótica se expresa maravillosamente en poemas como «Geografía de lo intocable»:

     [...] marítimo es tu cuerpo

     de hombre a mi costa

     de geografía

     en esta noche marina   

     u oriental.

«Cuentas de febrero»,  otro de los muchos grandes poemas del libro,  es un cántico a dos personas que han decidido juntar sus vidas, y que trascienden lo cotidiano en una unión que se siente como indestructible. A medida que se avanza en la lectura del poemario, sin embargo, se advierte la llegada de un tono más amargo: la duda, como en el poema «Vacío»:

     [...] yo soy solo

     espacio albergo

     duda no sé

     si vacío no

     sé si tú

O, en «No fingir»:

     [...] el mar y el aullido

     de un mundo incompleto,

     un mundo sin ti. 

Y, sin embargo, prosigue el amor, prosigue la celebración de lo cotidiano, de lo sencillo, y hasta algo tan prosaico como la alergia puede tener implicaciones metafísicas. Cito este poema completo:

     ALERGIA

     voy a llorar un poco para

     des-congestionar

     las fosas pudientes

     de mi inmersión

     ajena

     a toda externa luz

     obligo a perpetrarme:

     des-vanecerme,

     des-aparecer,

     des-vivir, 

     des-ser,

     quizás. 

Pero no es cosa de seguir cartografiando este paisaje hechizado por la poesía: es un viaje que el lector deberá hacer, navegando por el estuario, llegándose a la playa, escuchando el fragor del mar. Más allá de su temática, y de este suroeste mítico y erótico que se consagra en la literatura de Sofía Serra, está su lucha a brazo partido con el lenguaje para alcanzar una expresión propia. Hay ecos de César Vallejo en sus audaces neologismos: «descaridad», «socarrónica», «nularé», «te umbro»), siempre etimológicamente bien fundamentados; en su uso profuso y eficaz del calambur, marcado a menudo mediante guiones y/o paréntesis («des-embocadura», «u-fana(l)», «a-mar-zo»); en el empleo sugerente de la paronomasia («a nadie contar, / a todo cantar, a nada llegar, a todos llagar»); en una puntuación libérrima e insólita; y en la manera en que se escanden los versos, con muchos encabalgamientos abruptos, a la vez ocultando unos sentidos y alumbrando otros. No se crea, por ello, que hay nada de artificioso en un uso tan frecuente y eficaz de la retórica: todo brota con naturalidad pasmosa de su firme pulso poético. Lo mismo que su elección, muchas veces desconcertante, del léxico, pues se mezclan registros en un rico caldo verbal, o las osadas metáforas con que nos asaltan a veces los poemas. La voluntad de decir(se) tensa el lenguaje, descubre en él posibilidades latentes pero inéditas, funda una expresión personal y diferente, un suroeste de la poesía que es un placer ir descubriendo.

---------------------------

Con este libro inició la poeta Sofía Serra Giráldez (Sevilla, 1962) un ciclo poético, el ciclo del Suroeste, que consta de tres libros (o cuatro, ya que uno de ellos fusiona dos anteriores). Los libros son: 'Suroeste', el primero en publicarse (2015), y el primero de la trilogía; 'La exploradora', segundo libro, aunque último en cuanto al orden de publicación (2022), en el que se funden 'La exploradora' y 'Solenostemon'; y el tercero, aunque segundo en publicarse, 'Los cabezos amarillos' (2019).

(Autor: César Rodríguez de Sepúlveda.)


o0o

martes, 29 de noviembre de 2022

Amanecer en Suroeste

Así amanece Suroeste (el libro, la trilogía y el lugar).



Amanecer


un océano de lumbre 

en el extremo de mi boca

y mi sereno al mar

cuando lo tienes a pedido de tus ojos

de hombre o de tierra verde 

como las libélulas que pululan aladas

y beben leche, tan blancas

como la púrpura

que te encumbra

dentro de mí,

nívea como el armiño.

de más está

que digamos

que sí a qué

o vino de más

y en la sobra

he continuado la caminata

marítima cuando te ibas

y te ibas tan lejos que ni las olas,

por mucho que anduvieran bajo el mar,

por más arrecifes y caracolas que arrostrara

en su paso,

—tantas barreras, tantos límites—

por más delfines que murieran arrollados

en sus remolinos,

—tanto dolor, tantas lágrimas—

por más que longitud y latitud

confluyeran en un solo punto

del uniforme geoestratégico:

tu ombligo moreno da la vuelta

al mundo de mi lengua.


Así se levanta el sol.

un insufrible acto de perdición,

sumisión y autoextinción:

el mar parsimoniándose

sobre la arena. Y tu belleza

de hombre contenido

en tu palabra.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Visado de carne y hueso





Cuerpo extraño (xenofilia)

 

me falta oxígeno y todos

expeléis dióxido

de carbono. Desearía

ser planta caso

de que pudiera.

Lo que sucede es que así

me sentiría entre ellas

como me siento entre ustedes.

Y entonces, desearía

ser una humana de día

y dormir de noche ajena.

 

Algo ha crecido torcido

dentro de mí

y no es un árbol.


O el dolor ha crecido derecho

y es mi columna.


(De "Suroeste". Ediciones en huida, 2015)

viernes, 1 de abril de 2022

De sinos




qué sino Abril


qué paz se venga sino
la de soldados muertos,
qué derrota navega
bajo mis sienes delante
de tu ancestral boca
de tiempo ingenuo, qué
soledad magnífica revienta
en tu sueño de solsticio sino
la primavera.

Lo vamos a dejar,
tú, estómago, y yo.
cualquier palabra cadaverina
es mentira de su silencio
por muy vacía que vuele
su sin palabra cualquiera
es más poesía.

sabes cuándo dejo de creer,
¿verdad?,
cuando me hace oportunidad
me sobra cualquier
libro cualquier poema
cualquiera lectura me embarga
el arreglo del nido me aligera
costumbres me calientan
el sueño resulta
tan reconfortante
fregar un suelo aquí
no hay género sino
de novela, poesía, teatro
sino puro
número de candilejas
en las encinas. Sus flores
vertebraré hasta que pueda.
Me parece
tan-razonable,
tan-verdadero,
tan-profun-damente
serio como la máxima
y refleja actividad humana
de respirar.

hoy no soy poeta yo
gracias a la Poesía.

(Del libro "Suroeste", Ediciones en Huida, 2015)

sábado, 15 de agosto de 2020

Tres pasos para montar la resistencia



Surrender

La única revolución pendiente
es la del individuo sobre sí.
Y la única con final feliz
para el mundo.

Me comuniqué y atravesé
las medias noches del olvido de sí
o bien de mí permaneciendo
derrengada junto a las sobras del mundo.
Me recorrí aventando los solares
que quedaron quietos
como atemperadas sombras
solazando las desiertos.
Yo me participé y transgredí
la filamentosa náusea adherida
a las entretejidas togas de la memoria.

Mas eres tú y son mis ojos
y yo te diré y será
lo que tú digas.

ESO y un no siendo
fue ser poeta.
ESTO es ser
revolucionario.

(De "La dosis y la desmedida")

dicta-dura nuestra boca blanda

los hombres tienen sed
y no doy abasto (el río)

Los todos mordemos
con firmes dentaduras:
                                        aprehender
duras aguas al beber el llanto
de todo cristal gozoso
verde o negro
estallado por el viento inasible
de la iniquidad, la vesania
y la hambrienta injusticia.
Sus cristales se nos clavan
en la lengua antes de            pronunciar
una reseca ignorancia más.

Aprendemos a masticar
con las llagas,
nadie nos emboca bajo
el puente de la libertad:
Sed de maestros, sed
de vosotros mismos.
                                        Perteneceos.

(De "Suroeste")

Manifiesto

la torre se enfunda
con placas de grafito
o de pizarra.
Los caballos de la marisma
tronan en la espesura del bosque
de eucaliptos.
Entre tú y yo triangulamos
la distancia de las estrellas
aunque el Rin haga cabriolas
de este a oeste.
¿Quiénes somos sobre este paisaje
tan verde? El peso de la historia
nos aplasta. Tu vida es la mía,
tú, de dios, mi dios, tú.
de nosotros, él.

sólo posees un manifiesto:
tú mismo. Defiéndelo.

(De "Los cabezos amarillos")





lunes, 10 de agosto de 2020

"Suroeste" y "Los cabezos amarillos" toman ya aires buenos



El otro río tan grande
(a JC Sánchez Sottosanto)


En esta intravenosa suspicacia
de tus caricias y mi risa, en esta
aquilatada salinidad que bifurca
mis ingles hasta romper aguas
en la dulzura del estuario abierto
en la medida que nadas
tan grande
como los dedos de las olas
como blondas translúcidas
de un vergel que avanza,
pampa
océano
campo
de mañana cálida
como una prímula
sentada al borde
de tu boca abierta y plata,
mi mar mío y sede tuya y yo
blanda, desleída,
i-letrada,
a-mórfica,
eu-tópica
o miserable
u-fana-(l),
de sólo agua bañándome
en cada tú
tan grande
luz.

(De"Suroeste")


sábado, 4 de abril de 2020

Suroestando




Qué sino Abril

qué paz se venga sino
la de soldados muertos,
qué derrota navega
bajo mis sienes delante
de tu ancestral boca
de tiempo ingenuo, qué
soledad magnífica revienta
en tu sueño de solsticio sino
la primavera.

Lo vamos a dejar,
tú, estómago, y yo.
cualquier palabra
es cadaverina de su silencio
por muy vacía que vuele
su sin palabra cualquiera
es más poesía.

sabes cuándo no necesito creer,
¿verdad?,
cuando me hace oportunidad
me sobra cualquier
libro cualquier poema
cualquiera lectura me embarga
el arreglo del nido me aligera
costumbres me calientan
el sueño resulta
tan reconfortante
fregar un suelo aquí
no hay género sino
de novela, poesía, teatro
sino puro
número de candilejas
en las encinas. Sus flores
vertebraré hasta que pueda.
Me parece
tan-razonable,
tan-verdadero,
tan-profun-damente
serio como la máxima
y refleja actividad humana
de respirar.

hoy no soy poeta yo
gracias a la Poesía.

Ediciones en Huida. Sevilla, 2015

martes, 10 de octubre de 2017

Sobre independencias





dicta-dura nuestra boca blanda

los hombres tienen sed
y no doy abasto (el río)

Los todos mordemos
con firmes dentaduras:
                                                aprehender

duras aguas al beber el llanto
de todo cristal gozoso
verde o negro
estallado por el viento inasible
de la iniquidad, la vesania
y la hambrienta injusticia.
Sus cristales se nos clavan
en la lengua antes de                pronunciar
una reseca ignorancia más.


Aprendemos a masticar
con las llagas,
nadie nos emboca bajo
el puente de la libertad:
Sed de maestros, sed
de vosotros mismos.
                                                Pertenecéos.


(De "Suroeste" Ediciones en Huida, 2015)

miércoles, 4 de mayo de 2016

Alergia



Alergia

voy a llorar un poco para
des-congestionar
las fosas pudientes
de mi inmersión
ajena
a toda externa luz

obligo a perpetrarme:
des-vanecerme,
des-aparecer,
des-vivir,
des-ser
quizás.

(De "Suroeste". Ediciones en Huida, 2015)

viernes, 25 de diciembre de 2015

Antiguas pasiones...


... O un poema que ya solo existe en fotografía.
O la poética de las cosas, la justicia de las cosas.

Feliz Navidad, queridos lectores de este blog.


Título de la fotografía: "Antiguas pasiones"


Cuerpo extraño (xenofilia)

me falta oxígeno y todos
expeléis dióxido
de carbono. Desearía
ser planta caso
de que pudiera.
Lo que sucede es que así
me sentiría entre ellas
como me siento entre ustedes.
Y entonces, desearía
ser una humana de día
y dormir de noche ajena.

Algo ha crecido torcido
dentro de mí
y no es un árbol.

O el dolor ha crecido derecho
y es mi columna.

(De Suroeste. Ediciones en Huida. 2015.)

Tu click en la publicidad que aparece bajo esta entrada me alimenta. Gracias.

domingo, 29 de marzo de 2015

yesterday (de ramos a resurrección)

Reconozco que me encanta disponer de un poemilla para un Domingo de Ramos. La gente en Sevilla se viste con sus mejores galas para ver los pasos en las iglesias y terminar al mediodía en todos los bares de la ciudad, que a esa hora se llenan hasta reventar. Hace un día resplandeciente, yo aún estoy en pijama y no tengo previsto salir ni para que me dé el sol. Mis circunstancias vitales externas son distintas a las de la mayoría. Mis internas creo que también... Aunque, ¿se pueden derivar circunstancias de lo meramente interno?, ¿o mejor tan solo esencialidades?
En cualquier caso me encanta poder celebrar un domingo de ramos bello "a mi manera" ;)

Disparo original de Margarita Serra Giráldez,
enviado el viernes por wasap. Las rosas para mi madre.




yesterday (de ramos a resurrección)

Las pilas del teclado
se están agotando un domingo
de ramos bellos ya cualquiera
sabe la vida si remolona
obtuvo beneficio, pan y vino,
palmerales y juncales al dorso
de la divina mano.
se nos olvidó escribir el mundo
del revés, los caballos
con sus patas sobre la grupa,
la serpiente lanzando
verticales piruetas a las nubes
del papel cielo con el que envolví
este ramo que te ofrezco,
un presente lleno de dudas
de un futuro tan perfecto
y blanco de un pasado
que muere justo,
muere lleno, muere rojo
y verde naciendo solo
y él sólo hace
cuanto suele morir
cualquier ayer.


(De Suroeste. Ediciones en Huida, 2015)

Se puede adquirir AQUÍ o en cualquier librería

lunes, 23 de marzo de 2015

Poema para una política, para Pilar González Modino

Qué bien estuviste anoche, Pilar, desplegaste inteligencia, agudeza e independencia política por los cuatro costados, con esa elegancia que la naturaleza, y no dudo que también tu carrera como política a lo largo de como mínimo treinta años, te han otorgado. Lástima que tan solo como analista política te podamos disfrutar. Sigo sin entender que ningún partido afín a tus ideas haya sabido recoger el riquísimo bagaje socio-político que tu persona representa. Ellos se lo pierden, pero nosotros los electores, por desgracia, también.

Pilar González Modino intervino en la presentación de Suroeste allá por el mes de febrero. Estuvo realmente magnífica. El mismo Manolo Moya, compañero suyo en la presentación, así me lo transmitió por teléfono al día siguiente. Todos disfrutamos con su don de palabra y sensibilidad en esa voz tan exquisita y perfectamente modulada. Hay personas que elevan el rango, sea este el que sea, de lo que una escribe.

Querida Pilar, aunque en el libro no aparece, me gustaría que desde ahora pudieras contemplar este poema como tuyo, expresamente tuyo. Tal como lo recitaste, con tu voz y tu presencia, ES.



el sur

A Pilar González Modino

a ciento diez años luz
o tal vez menos es más
en términos geocéntricos
hoy os diré del amor hoy
mis ojos han sanado.

mi boca está limpia,
mi frente también.
la rosa soleada
abrió simple y llana,
como una meseta llena
de tiempo.

Vengaremos el ocaso
y los bueyes podrán
seguir arando allá
a nuestro paso el horizonte
de nuestro norte.

no me equivoqué de lugar,
el estuario se abre a costa
de paz a paz de pino
y arena, peces y olor
a ti.


AQUÍ (o pidiéndolo en cualquier librería) se puede adquirir,
 aprovecho para informar de que está rebajado.


lunes, 9 de marzo de 2015

El hábitat de la palabra. Calle Regina. Suroeste


"El hábitat de la palabra, es una propuesta definida por los contextos literarios en primera persona. Los creadores dialogan con los lectores en la sinergia creativa: interpelar para reflexionar, reflexionar para escribir, escribir para crear, crear para buscar. Es un proyecto nómada que transita y vivaquea literaria y líricamente hasta encontrar el lar encendido que lo albergue. No hay ámbitos de acción predeterminada. Coordina Ediciones En Huida."

Rescato estas palabras encontradas aquí para invitaros a todos al encuentro que mañana, día 10 de Marzo se desarrollará en la librería sevillana "Un gato en bicicleta" (calle Regina nº 8). En él participaremos el poeta Narciso Raffo y servidora con nuestros respectivos poemarios publicados por Ediciones en Huida, para lo que gustéis demandar, requerir, preguntar o, simple y llanamente, escuchar.
Os espero a todos.



Hábitat: Conjunto de factores físicos y geográficos que inciden en el desarrollo de un individuo, una población, una especie o grupo de especies determinados.
Calle Regina: una vía por la que se han deslizado mis pasos a lo largo de toda mi vida, desde los primeros dados de la mano de mis padres (no nombro el cochecito de bebé por circunscribirme algo más concretamente) hasta los penúltimos camino de la farmacia "del Coliseo" en busca de las medicinas de mi madre cuando aún vivía, desde los sucesivos trayectos realizados por esa esquina dirigiéndome hacia el antiguo (y provisional) mercado de la Encarnación, "la plaza", hasta la última y cercana ocasión en la que anduve por allí y pude[...] en la librería "Un gato en bicicleta", justo situada a un metro de la esquina que da paso la zona ancha de la misma calle (más una plaza que calle), hacia donde se asoma uno de los extremos de ese ahora para mí mamotreto de  "Las setas" de la Encarnación, el mismo local donde toda la vida, toda la vida se dedicaba a vender algún comerciante colchones de gomaespuma y similares, colchas, sábanas, almohadas, ¿dispone el poeta de almohada, colchón, manta que lo abrigue cuando intenta expresar mediante la palabra las sinuosidades, sí, tal como esa esquina de la calle Regina, de una mente presta a completar, a intentar explicarse ante sí misma la experiencia externa e interna de la vida?
No.
Quizás tan solo el encuentro con el posible lector apaga la ruina que provoca la sensación de ya no disponer ni de la palabra para lograr una mínima inteligibilidad sobre lo que nos concierne a todos.




lunes, 23 de febrero de 2015

yo viva y viva tú (epílogo a Suroeste)

(más que un epílogo a "Suroeste",  se trata, evidentemente, de un epílogo a su publicación. A una semana larga de su presentación puedo conseguir medio hablar. Cada vez que he publicado un libro, he obtenido una pérdida en mi vida, así, la pérdida como ganancia. Esta vez he obtenido la ganancia de un virus, ya pasado. Esta vez, pierdo el miedo a dejar la huella.)

yo viva y viva tú (epílogo a Suroeste)

que toda esta sea siempre
la pérdida
de unas defensas: coger
una gripe joder
en mis corpóreas células
a un virus calentar
con la respuesta salutífera
de mi cuerpo al ajeno
le doy mi fiebre
de amor de hecho
entre (...) y yo, innombrable:
para
no matar(...) nunca
porque
sin (...)
se me jode
la vida y la pierdo
para siempre.





sábado, 14 de febrero de 2015

Crónica de una pequeñez enunciada



Caminar hasta el atril con la sala vacía resulta fácil, una especie de corriente de aire la empuja a una. Bajarse de él con la sala llena de miradas, oídos y voces inteligentes, resulta muy costoso, por no decir casi imposible. Conclusión, en casa del herrero cuchara de palo. Apenas fotos del acto. Consigo extraer dos mínimamente representativas. Ninguna hace justicia, hablaron más personas, llegó casi un tercio del público algo más tarde, ¡hasta treinta personas pude contar!: Mala fotógrafa. Demasiadas tareas me impongo, una no puede abarcarlo todo: iba como autora, quise ser maestra de ceremonias, contable y encima fotógrafa, un imposible. No obstante, hoy me planteo el reto de ser la cronista de un acto en el que cierta medida fui protagonista. Me martirizo a mí misma. Ayer, feliz inmediatamente después, muy feliz. Hoy me despierto sintiéndome una cucarachita: ambiciosa, egoísta, presuntuosa: ¿quién soy yo para escribir/publicar poesía?
Menos mal que la palabra existe, y la fotografía, que el registro, el grafos, es una actuación natural humana. Tengo las notas de Pilar González Modino (leer más abajo), esas palabras sobre las que desarrolló su magnífica alocución, tengo las palabras de Manuel Moya en su prólogo (se puede leer AQUÍ), tengo las fotos de mí misma gesticulando, tengo el recuerdo en mi oído de las palabras del editor y hasta las de Manolo Moya tildando mi poesía como de versos no limpios.
Hasta tengo la controversia suscitada: poesía que provoca sosiego versus poesía que provoca desasosiego. ¿Qué más se puede pedir?
Tengo, tengo, poseo: quizás esa sea la clave. Rica en afectos, rica en poesía, rica en logros vitales, no me siento capaz de agradecerme. Mucho menos me siento tan enorme como para conseguir abarcar con mi agradecimiento el apoyo de las personas que se suman a mis empeños.
Pequeña, en resumidas cuentas muy pequeña para tanto dado por todo y por todos.
Menos mal que la macarena me mira de frente. Y vela por una surtida y generosa muestra de especie humana que quiso aguantar hasta las tantas de la noche. Allí sí, donde me compro mi solerita, en la bodeguita del Pumarejo (Paco, ay Paco, mañana republicaré tu poema).
Gracias a todos por tanto dado.
Una suroesteña pequeña


Sobre SUROESTE (por Pilar González Modino)

1.- PRÓLOGO
Primera vez: osadía.
Duda inicial: ¿un libro de la poesía y sus geografías posibles?, ¿una geografía poética? O ¿palabras que crean el paisaje?
En cualquier caso, para aventurarse en un territorio (aunque sea conocido) o para orientarse en un paisaje o simplemente para vivir, es imprescindible adoptar una posición, un punto de vista, una mirada.
Y esa mirada, en mi caso, es la del lector. La de alguien que se aventura en el paisaje de Suroeste guiada por las palabras. Las palabras de Sofía son causa (causa de la belleza). Las mías son efecto. (metáfora de la piedra lanzada en la alberca)
Ni puedo ni me atrevo a desentrañar el poema. Porque es imposible. Porque el poema será diferente para cada lector, será o se convertirá en lo que cada uno de nosotros elija o sienta. Sólo pretendo decir lo que la lectura de Suroeste me evoca. (evocar: llamar a espíritus o traer algo a la memoria).

2.- ESPACIO
Suroeste es el paisaje, el punto cardinal (principal, fundamental) que señala la brújula de nuestra identidad. Llamo la atención sobre el “nuestra”, porque es compartida, plural, incluyente.
Es el mapa sobre el que estamos co-locados (alojados en el lugar común).
Es la tierra vital de nuestros mayores (atlantes, tartesios) que nosotros hemos heredado y convertido en mito.
Es nuestro “finis terrae”.

Es la geografía de la metáfora: el río grande que se deshilacha y se desborda en marismas, se hace laberinto y luego se hace mar.
Y la tierra que lo abraza desde las orillas y que está viva gracias al río.
Tal vez es que el paisaje es el verdadero hábitat del ser humano.
(Río Viejo I)

3.- TIEMPO
Pero Suroeste no es sólo un espacio. Es también un tiempo.
El tiempo del comienzo, de la semilla, en el que todo es, aún, posible.
En abstracto y en concreto. Le dije a Sofía, cuando tuvo la osadía de proponerme participar en esta presentación, y yo el desparpajo de aceptar, que su libro era un motivo de reencuentro generacional.
Con nosotros mismos, con quienes éramos hace 30 años.
Y con “los de entonces”, con quienes éramos “los nuestros”.
Y el reencuentro, después de media vida, es fecundo. Porque fecunda en experiencias es la tierra del suroeste. Y porque los cimientos que casi todos nosotros construimos en aquel momento de nuestras vidas, todavía resisten pese a las aventuras y desventuras que vinieron después.
(El Sur.)

4.- LA PALABRA
El espacio, el tiempo.... y la palabra.
Para avanzar por el río laberíntico del suroeste. Palabra que guía, que a veces vela y que a veces desvela los misterios, los infinitos y los abismos del corazón.
Hay veces en que a Sofía se le entiende todo y hay veces en que es críptica. Y creo que lo hace a conciencia, a cosa hecha, como decimos por aquí, por este suroeste.
Su voz es la del alquimista que guarda el secreto de la vida y de la belleza, la voz de quien hace pensamientos y sentires. Pues es nada menos que Aristóteles quien sostiene que la poesía (poiésis) es hacer, crear (por oposición a la teoría –conocimiento, búsqueda de la verdad- y a la praxis –acción-).
A cosa hecha, Sofía le pone nombre a las cosas y así crea el paisaje vital (físico, casi metafísico M.Moya dixit) de Suroeste.
Por eso, lo que parecía inicialmente un tratado de geografía poética o una interpretación del paisaje es, en realidad, un libro de amor.
De palabra cálida, brava, cotidiana y lúcida para hablar de amor.
Porque no tiene más remedio. Porque Sofía no tiene más remedio. Porque su poesía es un acto de responsabilidad personal y cívica.
Ella sabe (y nos desvela) que al borde del abismo sólo puedes hacerte el muerto o hacerte poeta.

Por eso, si tuviera que resumir este Suroeste en 4 versos, serían los de su juicio final:

Ya sé que hablas
de amor
de esperar
de para qué.

Sevilla, 13 de febrero de 2015

(Pilar Rodríguez Modino)




Así de bonito estaba el patio del lugar
Vista de la preciosa sala antes de que llegaran 10 personas más


Pilar González Modino, Martín Lucía (el editor) y Manuel Moya

Los últimos del Pumarejo (y la macarena al fondo y Suroeste en sus manos)


La cucarachita pidiéndole a la macarena que la haga más grande para poder abarcar,
y por tanto dar,
 las gracias que todos merecéis.


viernes, 13 de febrero de 2015

Suroeste, un lugar con ton y son (Presentación hoy)


Comenzar el día con la declaración de intenciones de la propia brújula, es decir extrapolando la dirección que en la rosa de los vientos podría parecer que el mismo suroeste señala no habla más que de la rotundidad con la que la Poesía se manifiesta la existencia. Un poemario que intenta, por sí mismo, sin intención autorial por mi parte, describir las latencias de un lugar que se define en su propia geografía anímica como abierto y sincrético, como una bahía de refugio y extensiones o como unos brazos abiertos a todo lo que llega o capaz incluso de desplegarse por sí mismo como si alas tuviera para poder llegar a cualquier otro rincón del orbe, inserto y convertido ya en un objeto capaz de ser acogido por otras manos, que resulta que en su primer paso toma la dirección geográficamente opuesta a la que su propio nombre parece que sugiere, y digo parece porque realmente suroeste no indica ninguna dirección sino todas las posibles desde ese misma idiosincrasia del lugar mítico o utópico desde el que la poesía es lanzada una vez extraída de las cárcavas profundas de nuestra existencia, una vez taladrada esta costra dura de la nomenclatura sobre la que todos habitamos y nombramos y vivimos y morimos y estructuramos para poder caminar sobre ella, una vez que con el motor del ser de poeta, y retomo ya el anterior discurso, la poesía en palabras , los poemas ceñidos ya al papel como material que los hacen transportables, es decir acogibles por otras manos, otros ojos, otra mente que lo aprehendan, una vez que todo esto que sucede, sea capaz ese anterior poemario de tomar la dirección de vuelo hacia el punto diametralmente opuesto, opuesto tan solo porque la rosa es un círculo que a todos nos envuelve y nos une casi como si pétalos fuéramos, y con nosotros, a nuestros actos, logros o fallas, intenciones e ilusiones, sueños y actos cotidianos como el de escribir, pensar, sentir, comunicarnos, solo me habla del poder real de la palabra y el poder real del amor (con qué fuerza si no se va a poder obtener el privilegio de realizar el acto poético), las materias sustanciales e invisibles de las que está hecha la Poesía.

Hoy os espero allí a todos, a los que podáis asistir y a los que no, porque un libro sin el ser humano para el que está escrito no significa más que papel mojado, ni siquiera en blanco. Pero un libro acunado por el afecto y por la humanidad por la que está hecho y para la que ha sido hecho es el objeto que nos define como seres inteligentes y sociales, en definitiva, seres con capacidad para entendernos y amarnos.
Y la esencia de Suroeste es tan solo esa: el amor, la capacidad de asimilarnos unos a otros intelectual y solidariamente, única y exclusiva en los seres humanos.


lunes, 9 de febrero de 2015

"Suroeste" ya disponible

Aquí está, queridos, ya disponible en la web de Ediciones En huida. Os dejo el enlace, la sinopsis y un breve avance del libro en sí mismo.
(En librerías a partir del día de su presentación, este viernes, ya haré entrada al respecto.)

AQUÍ, se puede adquirir.

AQUÍ, un breve avance del libro en sí.


SINOPSIS "Suroeste"
 
"Suroeste" es la descripción ralentizada de un solo instante, ese exacto en el que se llega a un lugar, en este caso identificado por una nomenclatura geográfica que coincide con la física habitada por la autora, pero que por el acto poético se transforma en el reconocimiento de ese sitio sin nombre donde la inefabilidad toma carta de naturaleza, ese lugar que nos habita o tal vez sobre el que se construye toda la existencia interior de lo que somos. Quizás el centro, quizás el núcleo (ese "nife" que aparece en sus primeros poemarios), seguro la esencia de la que parte todo el devenir poético (o sea, vital) de la que lo escribió.



 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.