sábado, 31 de marzo de 2012

Citas recobradas. En busca del tiempo perdido. I

[...] "por eso el genio [...] tal vez se diga que, como los contemporáneos carecen de la perspectiva necesaria, sólo la posteridad debería leer las obras escritas exclusivamente para ella, como ciertas pinturas que a poca distancia no se pueden apreciar correctamente. Pero, en realidad, toda pusilánime precaución para evitar juicios erróneos resulta inútil, porque son inevitables. la causa de que una obra genial difícilmente sea admirada enseguida es la de que quien la ha escrito es singular y pocos se le parecen. Su obra misma, al fecundar las pocas mentes capaces de comprenderla, es la que los hará crecer y multiplicarse.
[...] La llamada posteridad  es la de la obra. Es necesario que la obra [...] cree por sí misma su posteridad. [...] Por eso es necesario que el artista —si quiere que su obra pueda seguir su rumbo— la lance [...] hasta donde hay bastante profundidad, en pleno futuro lejano. Y, sin embargo, si bien no tener en cuenta ese tiempo por venir, auténtica perspectiva de las obras maestras, constituye el error de los malos jueces, a veces tenerlo en cuenta es el peligroso escrúpulo de los buenos. [...] la obligación de que una obra de arte incluya en la totalidad de su belleza el factor del tiempo equivaldría a mezclar nuestro juicio con algo tan azaroso [...] pues lo que engendra las posibilidades y las excluye no es forzosamente competencia del genio" [...]
En busca del tiempo perdido. 2. A la sombra de las muchachas en flor. Marcel Proust

oOo

viernes, 30 de marzo de 2012

Amor de hondos y bajos fondos

Correcciones La dosis y la desmedida


Amor de hondos y bajos fondos

El amor es una calleja cierra
de donde sólo se sale
con los pies multiplicados
por delante.
Nada tenía, nada me quitaron
los vendavales delinquieron
a cuchilladas juntas en cada costilla
y las ingles cercenaron buscando la general
de mi aorta hurgando en mi vasto pecho:
entre mi frente y mis plantas
te ubiqué regurgitando mi sangre sana,
sola abasto, sola mísera la dádiva
de los periódicos y los herrajes
que sobre tu regia mente y mi cóncava cabeza
depositaban los hunos de la noche de afuera,
vándala la risa de las ciudades y de las otras hormigas,
¡esa marabunta que nos asesinó cuando
nos atrevimos a dormir sobre los cartones
que defenestraron!... Tan generoso fue
su tirar la casa por la ventana.


Yo creo que aún andamos expiando,
callejón arriba, callejón abajo,
el crimen sin escena, sólo
por no desahuciarla, sólo
por no dejar vacía esta calleja
cierra a un lado del mundo.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

jueves, 29 de marzo de 2012

Como una cabra: Verboluz

Recordando dos fotografías que salieron junto a la escritura de uno de los poemas con los que casi se inicia Nueva Biología. Se trata de una verboluz "doble".
El  poema en cuestión es "Como una cabra"
(abajo lo copio también)





Como una cabra


Ahora no serás reconocida por nadie:
Niebla densa, cuerpo con sentido
desmayado en los instintos muertos
como reposa mi mejilla
sobre el filo de la espada.
Tú y yo tan cerca.
Tú que te alejas: alas, ola, viento,
urbanismo en las callejas de mis células
que balancean la lluvia de otoño. ¿Me baldearé?
Demasiado limpia me cubro
ya de gasa blanca o negra.
Me he vestido de largo para la noche
y ya no duelen las candelas.
¿No prende el amor?
Plaza quieta,
templo en obras.
Torre gris,
torre que acerada naces
destemplada.
No se bruñe la arena.
Ya desde el fuego atisbas la nula coyuntura:
Yo soy de monte.

Sofía Serra (Nueva Biología)

Huelga de versos caídos

en permanente huelga aullando
lobos anochezco y amanece
siempre noche y simple día.


Derrota

No sé a dónde
lleva el orgullo.
mas sí el amor.

Sofía Serra ( De Suroeste)

martes, 27 de marzo de 2012

e-fluviales

e-fluviales

sus levas siempre plateadas,
algún ligero ven
a mi entredicho aquejado de
dolor animal —las plantas no lloran,
las plantas no lloran—, la belleza puesta
en prueba, belleza. No otra cosa
jamás tú vas
a venir hoy
ni siquiera a mi
centro nervioso
de viva techumbre
para derrochar
lágrimas o tejidos
hambrientos de mis huesos,
tan transparentes.
mi voz es otra serena
desprendida de sus alas
hasta poder caer en la minúscula
rendija de un tú que se me abre a veces.
allá en la esquina de la península
y el río y yo
tan ahogados
a penas
puedo d-oler,
¿te llegan mis efluvios?

Sofía Serra (De Suroeste)

Rosana río rosa, de "Nueva Biología"

Acostumbrada a los ahuyentes que la mayoría de las personas hacen cuando ven al alguien con una cámara en la mano, me llamó la atención que esta muchacha rumana me pidiera que la fotografiara. Fue el mediodía  del 28 de Octubre de 2010, justo el día que presenté  por la tarde La presencia por a la ausencia en Madrid. Me motivaron su espontaneidad y naturalidad HUMANAS a escribirle este poema de Nueva Biología. Fue de lo más agradable y bonito que viví en esos dos días, tuve esa fortuna, y a ella se la debo.

El enlace al poema:

http://nuevabiologia.sofiaserra.com/2012/02/rosana-rio-rosa.html


lunes, 26 de marzo de 2012

El preso

El preso

a nadie contar,
a todo cantar,
a todo llegar,
a todos llagar.


si el fútil y furtivo amante
deviene
a tu soliloquio de animal
enjaulado,
no visites las sienes,
auspician
cierta decencia a solas
compatible.
tú a ti te tienes
y detienes.


no moriré hasta que el rubor
amanezca en mis mejillas.


Y entonces no querré libertad.

Sofía Serra (De Suroeste)

domingo, 25 de marzo de 2012

Al Través

Correcciones La dosis y la desmedida

Al Través

Pequeños signos cantores
tan mínimos y desfallecidos
como la consigna asediada.


Al terminar, se deduce la escafandra
o la tensión arterial obstaculiza
los privilegios del paso de la sangre
libre por sus regueros de vino:


una prebenda y un pusilánime sentido
del estorbo. La juventud y la luz
sojuzgada por otros destinos,
paradisíacos o no, se sometieron.
Encontrar, más allá, agranda los ojos
de burra tiene los ojos, tan grandes y
francos como los de Platero.


La libre calma abierta a toda la duda,
la duda piedra perdida en el río,
la rueda en la quinta avenida borbotea
orgasmos a toda pleura.
Quejumbrosos soldados
quedan a medias
hundidos en el limo aceitoso
de la memoria y en el huérfano descuido
que se trabajan lentamente, se horadan,
se inmiscuyen entrambas superficies
por doquier, superficie fundamentada.


No existirá un solo porvenir
al que asomarse si las juntas de hielo
permanecen congeladas. las barcazas hacen
el tiempo que atravesó el lago navega
rumbo al sol acometido
por las olas de la pregunta,
¿qué mar más bello sino?,
la eterna pregunta de si
no somos nada, no somos bajío,
ni orilla, ni probable respuesta.
ni cuestión, nos advierte el mirlo
entonando su pico naranja
de fuego derretido en el mar,
la cuestión, comunicar
perdido el rumbo.


… la quietud de la saliva.
Sí, ¿por qué no?


No te escindí
y una luciérnaga boca pasea
por el
lúcido hilo. Quieta emprende
quimeras
queman
pueblan.


Irrumpes verbo claro.
Balanceas.
Al través
de un allá
hasta aquí.

Sofía Serra. De la dosis y la desmedida

sábado, 24 de marzo de 2012

"La desquerida" en "Mi jardín prohibido"

Anoche me dormí con el descubrimiento de un hermoso regalo que me habían hecho unos días antes con motivo de la celebración del Día Internacional de la Poesía. Zarck, autor del blog "Mi jardín prohibido" había elegido La desquerida para la entrada en la que la homenajeaba. No es la primera vez que Zarck incluye un poema de mi autoría en sus sensual y bello espacio. En unos años muy anteriores lo hizo con un poema de La presencia por la ausencia, mucho antes de que se poemario saliera en libro. La diferencia estriba en que por entonces no nos conocíamos de nada y ahora, por otros azares, somos amigos.

Creo que con respecto a a la extensión de la poesía que pueda salir de mí lo que más me llena es poder verla en lugares de personas que no se mueven por ese espacio sin fisicidad que otros llaman "gremio de poetas". No hay nada que me alegre más en realidad que ver mi poesía en lugares ajenos a él. Señal de que traspasa la frontera, señal de que hace lo que tiene que hacer.

Aquí pueden acceder a la entrada en cuestión de ese hermoso espacio que lleva adelante Zarck desde hace ya muchos años. Abajo captura muestra de la misma.

Poesía en espacio erótico literario

viernes, 23 de marzo de 2012

Aromas de bene-ficio (poema escatológico del final del mundo)

Aromas de bene-ficio (poema escatológico del final del mundo)

Del desierto las arenas cansadas
en seca sinfonía
que más
da duda
si en tu espacio me asomo
al albergue,
me priva de
dura pernocta,
de duras juntas de pieles secas
y fuerzas algarróbicas, corruptas
sienes blancas entrometidas
en la ancianidad de la tierra
y su trastienda de hogar
encendido, de calor entre manos
y tu mirada y la mía
lagrimeando al compás
del fuego y el humo,
tan solas y tan fríos,
tan bajo la helada…
En el culo del mundo,
sólo el dolor como un aire puro,
y del mundo,
sólo la diarrea pestilente
provocando nuestras arcadas
de tomateras,
rosales
y madre
selvas.


Ciertos olores no se olvidan,
por mucho
que el mundo remueva
su mierda
final.

Sofía Serra (De Suroeste)

jueves, 22 de marzo de 2012

Al pairo (la cierva)

Correcciones La dosis y la desmedida


Al pairo (la cierva)

Piensa 
 si las velas conducen
o las rigen los vientos.


Decir que la noche fue fría
sería falsedad entreverada
de rojos hilillos de gluones,
ni mendaz la noche sorda
se hace en mis oídos materia de caúcaso
y cuevas de calientes orificios
por donde el visitante me desmorona.
El olimpo
recorre sus avenidas de gracia
soñando que las hojas se transparentan
y revelan la caída de los árboles.


El jazmín herido clama venganza.
La patrona de las huestes solea
y esparce su mendicidad de nasales deleites
al centelleo de nuestras voces
en una montaña apagada
que permite posarse a la luna.
Tan celeste el cielo
la expulsa de su cuna —es verdad,
la luna duerme causada en la noche—.


Ya la cierva me mira.


Cuando me acosté,
ya estabas muerto.
El descanso oportuno
penetra al uno en el otro
nivelando el ansia
que nos comprende:
tan grandes, más debe serlo ella.
Junto a la estratosfera de tus sienes frías,
mi decantación: Qué me queda por hacer.
Tal breve flujo de espinilla
adversa a la nuca,
a la magistratura,
a la pregunta,
cuando todos desembocamos
entrantes en el océano.
Mas hay que nadar, que nadar
inquietantes y vórtices y abruptamente
la tormenta estirpe golpea
en la proyectiva culata.
Flujo y reflujo:
aquí hay como
una especie (nueva) de Viernes
en la orilla de la Ribera.

Quemamos juncos
solos tan sólo
se jactaban puntiagudos
contra mis muslos.

Ya la cierva me mira.


Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

martes, 20 de marzo de 2012

La desquerida

(Correcciones la dosis y la desmedida)


La desquerida

¿Y para qué sirvió que te acupuntaras?
Los vacíos como las cañas huecas
y el orificio expeliendo
música desde tus yemas
a mis labios de tierra
abierta de tu boca.
Ya hablaremos de amor
cuando las rosas sanen.
Mientras, me abordaré
enojada tras el leve tarareo
de tu yugular esperando
que asome sola
la sonrisa del tiempo
porvenir
más rosa y lirio:


extirpar el candado de este pecho,
que estrellaras tus ojos sobre mi aorta.


Yo no fui mujer ni cadera
ni tálamo maldito que en tu vida
infringes. Yo no fui timón levante
ni simún o mistral ni solanera,
ni siquiera un hueco o viento
frío o caliente que en tus manos albergara
a esa estrella escapista que hace huída
doliente mientras mis uñas emponzoñan
manjar preso de injusticia: hígado
para los buitres fui esparciendo
acre y húmedo alimento de roca
que no fui promesa ni en cadenas confluí
con el río que ya no fluye ni yerba
oscilante siquiera en el margen
del dolor de la oscura y negra fiera
que duerme en la rama de la acacia
como si bello canto nocturno
trinaran sus encendidos iris.
Yo no fui ni selva monte o
bosque de tundra sólo solitario,
ni fui ni sigo siendo sólo loba
o madre ni sólo risa.
Yo no fui mar ni cima
ni siquiera fuego o agua
sin comer desaparece
infligida por la noche
que no se bebe.
Y no fui ni olmo
ni siquiera sauce
que llora fui
si acaso flema
ni siquiera
yo
poeta.

Sofía Serra (la dosis y la desmedida)

domingo, 18 de marzo de 2012

Abrir los ojos

Abrir los ojos
a dormir, corazón,
cantaba la canción.


Posar mis ojos en tu instante,
descubrir que el mundo
no se hizo en un día sino
en tus cuatro extremidades,
solventar aritmética de relojes
y gusanos universales horadando
las paralelas estancias que habitamos,
remedar sin pausa la lentitud de la flor
al abrirse, el remero de las olas
al habituar al mar
con su enflaquecida persistencia
y comunicar que no somos dioses sino
sólo algarabías devaluadas
por nuestra especialidad
en menospreciarnos,
en decaer nuestras manos
hasta que el otro no las halle.


Eso he vuelto a descubrir
hoy, nuevo hoy, el abismo
de nuevo, tu soledad.


Sofía Serra ( de "Suroeste")

A Horse With No Name

Todo está ya escrito, y, aún más, cantado, y mucho más bellamente que una semipoeta como yo pueda hacerlo... pero como el mundo no ha muerto aún, aquí sigue y seguimos, y el tiempo vendrá a pedirnos cuentas, aunque no estemos ya para poder darlas.
El tiempo es, la verdad sea dicha, un ingenuo.
Creo que por eso la semipoeta puede creer en él, así, tan ingenuamente.



On the first part of the journey
i was looking at all the life
there were plants and birds and rocks and things
there was sand and hills and rings
the first thing i met was a fly with a buzz
and the sky with no clouds
the heat was hot and the ground was dry
but the air was full of sound
I've been through the desert on a horse with no name
it felt good to be out of the rain
in the desert you can remember your name
'cause there ain't no one for to give you no pain
la, la ...
After two days in the desert sun
my skin began to turn red
after three days in the desert fun
i was looking at a river bed
and the story it told of a river that flowed
made me sad to think it was dead
You see i've been through the desert on a horse with no name
it felt good to be out of the rain
in the desert you can remember your name
'cause there ain't no one for to give you no pain
la, la ...
After nine days i let the horse run free
'cause the desert had turned to sea
there were plants and birds and rocks and things
there was sand and hills and rings
the ocean is a desert with it's life underground
and a perfect disguise above
under the cities lies a heart made of ground
but the humans will give no love
You see i've been through the desert on a horse with no name
it felt good to be out of the rain
in the desert you can remember your name
'cause there ain't no one for to give you no pain
la, la ...

sábado, 17 de marzo de 2012

tras la detonación

(Correcciones "El muriente")


tras la detonación

¿Dónde acaba todo?
Mientras buscas la sutura,
arrecian molinos,
mientras bebes equilibrios,
se cocina el desastre,
serios ángeles tuercen la esquina
llevándose consigo
paredes plenas, convexas
y vientres con ombligo.


Allá quedó colgando
del cable que cruza la calle
mi cordón umbilical:
No sé dónde me desnuda
ver el mundo del revés.


¿Quién o qué queda tras el ruido?
La sonrisa atraviesa el tímpano roto,
la sonrisa se levanta como el sol,
la sonrisa amaga días y yo
me perpetro abominando
del vacío de tanto labio uno.


¿Quién eres tú que enmudeces?


El eco sella las montañas
al día le cierran los ojos
a oscuras la luz a las afueras
de un cuerpo de noche que asoma
su volumen en el velamen
de los vestidos de la cama.


descanso
aunque no rezume
sueño
horizonte sinuoso
a lo largo
de tu pecho
                              o mi mundo.

Sofía Serra, (De "El muriente")

viernes, 16 de marzo de 2012

Púgil

Púgil

Como un silencio roto
por sonido alguno centro
lo que de sana
me costea,
sorprender a la luz fundiéndose en la sombra
del asterisco que rueda por los adoquines,
espuela o nivel de bicicleta en audífono
estallido, algún precipicio entre los dientes
y una bilocación extendida
en las venturosas sienes
de gomaespuma amando
el avellano entre mis puños.
olía a pan e higuera cuando las madreselvas
florecían allá en agosto camino de la otra
cúspide:


con un gancho
de mi izquierda
pierna voy
derecho vienes te
entrelazo en la anchura
de mis caderas
trapecistas
en las lindes y no hay cuerda floja
que me resista ceden
bajo el peso pluma
o ala, yo, ave niña,
cabalgo a lomos de tu
músculo de cereal
de invierno todavía
de cualquier año aunque no
llueva el mar verdea
terreno para cuadrilátero
huerto de mi verano.

Sofía Serra (Suroeste)

Son-ethos: Sonetos del desconcierto (Son-ethos VII y VIII)

(Jolín, nunca me había dado cuenta de esto, de que puedo compartir entradas en mis blogs dándole a la B de blogger... lo que digo siempre, soy una cateta total, ;))


Aprovecho que mi buen amigo Raúl Campos, este uno de sus blogs,  se está molestando en leer estos son-ethos y dejarme sus opiniones para enlazar éstos que hoy ha comentado . Muchas gracias, Raúl. Aparte de un magnífico sonetista eres una gran persona.

Ahí el enlace.

jueves, 15 de marzo de 2012

El precipicio

Correcciones "La dosis y la desmedida"


El precipicio

Allí estaba ella, él entregado a la libertad
donando sus capicúas flores,
flores como orgasmos quietos,
arrítmicos, suspensos de lámparas
implícitas sobre el escenario.
La jornada partió el camino,
el camino se sostuvo colgado
de los dos salientes sobre el río,
el río fue un hilillo de baba
resbalando por la comisura
izquierda de tu boca.
¿Hasta cuándo dormirás
ahora que han encendido las luces
los vecinos y puedo contemplarlos
eliminando las huellas de su crimen?
Qué bello el río recorre
la calle al fondo
cristalina llego
me rompo y estarzo
sobre los adoquines.


Adolezca de todos los gozos
con tu nombre mientras
no te averigües mientras
no te sane la solícita
costumbre de dormir al viento
del voyvén.


Tú y mi despedida de ti.
Tan lejanos vados.


Sofía Serra (La dosis y la desmedida)

Nueva Biología se re-crea

Haberme decidido a publicar Nueva Biología en blog me está trayendo grandes y bonitas satisfacciones. Quiero destacar una por cuanto creo que habla de ese afán un tanto obsesivo que me persigue siempre a la hora de escribir poesía o hacer fotografía y que enlaza con mi concepto del Arte en cuanto que  materia viviente de la que el ser humano puede alimentarse y, por tanto, por su propia esencia, la del Arte, como vehículo o medio transmisor de percepciones individuales cómo coadyuva a la interrelación entre los seres humanos, y así,  la obra, sea la que sea, sigue manifestándose, una vez hecha, en los espíritus de otros, de tal forma que se mantiene viva, nunca muerta por más que escribiéndola o haciéndola la "nombremos", y al modo heideggeriano de alguna forma, la "matemos".

Supongo que este medio, que tan virtual se dice que es (ironizo), y conforme he creído siempre, es decir, dándome la razón, tiene mucho que ver con esa vivificación de lo artísticamente hecho. Pienso honestamente que no hay "fin" más hermoso para lo que sea se realice, que otro ser humano la haga suya, y de esta forma la obra pase a formar parte de la "realidad" de la que cualquier otro se nutra. Si encima es para re-crear sobre ella, al igual que opino cada poeta, cada artista hace (no me cansaré nunca de hacer hincapié en el hecho de que los seres humanos no creamos, no podemos hacer partir de la nada a "nada"), creo que el ciclo vital artístico de cierta conciencia esencial que a todos los seres humanos nos une, esa creencia en ello por mi parte, adquiere carta de naturaleza.

Miguel Ruiz Rodas, Rodax (este su blog), me transmitió hace algunos días su intención de llevar a las dos dimensiones lo que fuera que le inspirara este poemario. Yo no puedo sentirme más feliz.

En lo práctico sólo ha habido una condición por mi parte aparte de la "exigencia" de que se sienta absolutamente libre: Que no se hable de ilustraciones. Tengo con respecto a ese concepto serios y creo que consecuentes motivos para casi siempre desestimarlo, puesto que pienso se utiliza demasiado a la ligera, muy demasiado. Parto de la base  de que el arte es "re-creación", si no, no es válido, en el sentido de que cada arte interpreta según lenguajes y técnicas distintos y que como en éste o cualquier otro caso similar se trata  "tan sólo" de que determinado autor se siente inspirado por una parte de la realidad que en este ejemplo es un poemario, como en cualquier otro caso pudiera serlo una imagen, un paisaje o un sentimiento, un pensamiento, pongamos por caso.

Todo forma parte de nuestra realidad, si es que nos llega, y de esa esencia si es que nos inspira re-creación. Es así como el hombre ha ido haciéndose a sí mismo por los siglos de los siglos y también cómo la cultura (el conocimiento de nosotros mismos y nuestro rededor) ha ido adquiriendo consistencia y grosor, volumen, hasta poder materializarse en, seguro que algún día, un mejor comportamiento, léase entendimiento, entre unos seres humanos y otros.

Para sí ilustrar, esto sí es ilustración del mensaje que transmito en esta entrada mediante un texto, lo que voy a hacer ahora, dejo aquí tres meros apuntes a "vuela lápiz" del trabajo en el que Rodax se halla inmerso, aunque sé que ya tiene modelos hechos  casi terminados del todo.

Debo decir, ya a título muy particular que del estilo rodaxiano siempre me ha llegado especialmente esa aproximación  que me imagino físicamente como si se diera un soplo sobre un papel en blanco: su lo que comúnmente se entiende como boceto, que sin embargo para mí adquiere entidad completa de obra de arte terminada "per se".

Aún así, reitero: lo que muestro aquí no son bocetos, tan sólo meros apuntes, algo así como esa palabra o verso que dejo anotada en lo mismo un ticket de mercadona si la inspiración poética me llega por la calle de vuelta de los mandados.





martes, 13 de marzo de 2012

Dos de una

fingimiento 


No tengo palabras para desear
el mal o el bien.
Sólo como toda monja honesta
procura rezar a Dios apartada
del ruido del mundo
o vestir con su velo de lienzo
adamita alguna seguridad atravesada
que llegue al corazón ya cansado
de tanto amar sobre lo destructible,
lo infiado deposité sobre las manos,
los tesoros inapreciables de cabestros
que pasean por el erial
con ajenas pezuñas a mí.
No hay paz que desdeñe. Sólo
quiero poder vivir los años
que me queden sin recuerdo
esperar que los dioses auditen
mi silencio en ofrenda por una calma
curiosa no siento dolor de cera
muñeca la-cera distancia
me esquilma.


no fingir


fingir
al atravesar el ágata
deshilacha de tus dedos
un vaivén
pero los lugares solos
sellan sin labios
y yo y tú somos boca
sin sitio
más que el uno
que una u otra
lengua hace.


amén sobre la discreta tuya
y ciertas sombras azules
se anclan como anzuelos
descosidos del pez que los vio llegar.


la mía es línea
viviente de un tránsito
confuso entre el horizonte
y la linde del mar apenas
fingido el contraluz
me deprecio sólo y sola
obtengo tu medida
universal y franca.
El agua y el aullido
de un mundo incompleto.
un mundo sin ti.

Sofía Serra

Como el no

(Correcciones la dosis y la desmedida)


Como el no

Tú frente al mar y encerrado
en el frío luto de los pasos
de tu frente sobre las migas
y tú abierto y eterno no
socavando cada peso de la habitación
donde el pecho respira minucioso
ondeando el leve viento y tú
frente a ti entretenido
en tu boca tánatos del mundo
resecando los pequeños signos cantores
con ese daño como daño…


Eros fue convocado en la tierra y se ausentó.


Sorbe como la escabrosa causa
introduce sus venéreas raíces
extendiendo su vientre indoloro
apenas más que una leve comisura una
apenas rendija por donde se escapa
sola y lenta mi de ser de ella una
me rehunde y me enhorca en su temblor
como si sólo fuera apenas roca el no
apenas humus reflejo apenas
evaporado grisú de sus sales…


Escribían negros texturizados
como si la piel y el sexo
y las caricias y el sudor y los besos
y el lamento
y el consuelo y el dolor y el deseo
y el ombligo
y la sangre la sangre la sangre
pudieran desmenuzarse en hormigas:
la marabunta.


Se ha pervertido El Grafos
como si-no los cuerpos
ni los huesos ni la carne
como si-no engendraran
como sino él hubiera nacido:
Huevo huero tras
tanta hemorragia
sin embargo.

Sofía Serra (De "La dosis y la desmedida")

domingo, 11 de marzo de 2012

el silencio de mis sienes

el silencio de mis sienes

ay, Amor, qué cerca te alejo
en el limo de mis sueños
ansiosos de mi pena licuada
en la paz incandescente y fría,
por qué no me limpias
con tus labios de frente
o de costado me apuñalas
siempre sólo me queda cintura
que doblar para protegerme
de tanto tangente de lejanía
de tanto desvío tuyo.


desde este aposento
cabeza abajo me asomo
al borde del verde olivar
vareo tus sienes
movedizas y remotas minutas
alabeadas por los alisios
sellados bajo las aguas del río
transparentan su densa
seda me conmueve
hacia su lugar
corriente tal certeza
sin oscuridad con bajíos
lentos y descansados
en ti.


Amado,
cómo te llamo
si tus ojos ya duermen,
¿tal vez querrías
que mi voz llegase
a los sonidos de tu mente
y así, la sinfonía de tu sueño
callase cualquier espacio
para hacer tiempo
a la girándula de tu nombre
en mi boca? Duermes y tus aves
concilian sedes garantes y vespertinas
para la garganta de una nueva aurora.


aquí quedan puros y duros
sin pronunciamiento
mientras la ciudad amanece
vencida por el sueño
intentando silenciar tus nombres.

Sofía Serra, "Suroeste"

viernes, 9 de marzo de 2012

dicta dura nuestra boca blanda

dicta dura nuestra boca blanda

los hombres tienen sed y no doy abasto (el río)


Los todos mordemos
con firmes dentaduras:
                                                aprehender
duras aguas al beber el llanto
de todo cristal gozoso
verde o negro
estallado por el viento inasible
de la iniquidad, la vesania
y la hambrienta injusticia.
Sus cristales se nos clavan
en la lengua antes de              pronunciar
una reseca ignorancia más.


Aprendemos a masticar
con las llagas,
nadie nos emboca bajo
el puente de la libertad:
Sed de maestros, sed
de vosotros mismos.
                                             Perteneceos.


Sofía Serra (Suroeste)

jueves, 8 de marzo de 2012

la injusta milicia de los ajenos besos

la injusta milicia de los ajenos besos

qué pena,
qué pena que hayas escapado de los riñones
para atesorarte en el vaivén de las mejillas
excretadas a golpe de sable
sobre la que menos puede,
sobre la que menos vende
pena,
qué pena que tu boca no durmiera
entre salvas de cañones cuando así
la lentitud del paisaje muerto
corriendo a hurtadillas te salvaba
milagrosamente de no caer a palacio,
te enlodaba en la vía terrena
de los amores habitables,
las escaramuzas de las otras bocas
cuando mal dicen lo que buena
tu boca gemela de playa
besó de tus sienes
la tu blanca y valiente audacia
que ninguna letra negra enmudecía.


y las palabras se desvanecen
en la esfera del grillo que yo miro cómo canta
a lomos de la esdrújula que lo descabalgará
de su trono de yerba, almizcle y rocío.
Navegábamos hacia puerto sin bandera
y tú te quedaste en la nieve
de unas vetas de verano que se congela
enfogado sin melenas de leones,
con calvas de plástico (ni siquiera las llanuras resecas del Serengueti)
—han corrompido mi tierra— y vestidos de esqueletos
vesánicos listos para enlutar
nuestra única selva sana,
nuestro único bosque habitable,
nuestra única marisma,
que pena, qué pena, qué pena
que sólo ciego a vida
la poseas en la gota de la lluvia
blanca que no ha llegado,
qué pena de tordo liberto
hoy o aquí, ayer o allá,
sin nombre tuyo o mío.

Sofía Serra (Suroeste)

miércoles, 7 de marzo de 2012

El cuarto lento o la voluntad por el tiempo

Algunas veces he pensado que me gustaría llamar a este espacio "el cuarto lento", hablaría de mi reivindicación por la medida de un "algo", no se trata del tiempo, que siempre percibo se escapa, se nos escapa. Voluntad para detenernos, voluntad para romper la inercia multiplicante de cualquier acontecer bajo la que vivimos inmersos. No es el tiempo el que se nos va, sino nosotros los que huimos de la posibilidad que nos da él mismo de poder vivirlo.
Hace algunos meses, creo que desde que dejé la editorial,  que pienso en pasar a escritura manual mis poemas, o al menos algún poemario de los  terminados. Ayer comencé por fin. A la vez grabé el poema.  Después sentí la necesidad de realizar sendos disparos que abajo aparecen enmarcados.
Se trata de un poema de Nueva Biología, así que dejo enlace al texto del mismo. Hoy al menos, no lo copiaré aquí.  



martes, 6 de marzo de 2012

Amanecer

Amanecer
la cresta de la ola salvaje,
¿quién podría domesticarla
amoldarla comerla con su seno
toda ella una llena en la boca?




un océano de lumbre indiscreta
y paraíso en el extremo de mi boca
y mi sereno al mar
cuando lo tienes a pedido de tus ojos
de hombre o de tierra verde
como las libélulas que pululan aladas
y beben leche, tan blancas y doradas
como la púrpura
que te encumbra
dentro de mí,
nívea como el armiño.


de más está
que digamos
que sí a qué
o vino de más
y en la sobra
he continuado la caminata
marítima cuando te ibas
y te ibas tan lejos que ni las olas,
por mucho que anduvieran bajo el mar,
por más arrecifes y caracolas que arrostraran
en su paso,
—tantas barreras, tantos límites—
por más delfines que murieran arrollados
en sus remolinos,
—tanto dolor, tantas lágrimas—
por más que longitud y latitud
confluyeran en un solo punto
del uniforme geoestratégico:
tu ombligo moreno da la vuelta
al mundo de mi lengua.
Así se levanta el sol.


un insufrible acto de perdición,
sumisión y autoextinción:
el mar parsimoniándose
sobre la arena.
Y tu belleza de hombre
contenido en la palabra.


Sofía Serra (Suroeste)

lunes, 5 de marzo de 2012

la diosa del coto

la diosa del coto

por co-regir,
viviremos bajo el puente
selectas endoscopias
nos revelan la patria
que me urge.
A veces cantan los cómplices,
si es que los hubiera, en señal
caleidoscópica de tan venerables
agua verde y remos rojos
siesta endeble gobernada
por la suerte de sucederse
no se sabe si hasta el sol
o hasta que la marea se estrelle contra los pinos,
paisaje tan envidiable hasta para las garzas.
me hundo y atabico
en este limo caliente
de tu ingle alambicada
en mis pulgares entrelazados
entre tus patas de ave acuática,
¿para cuándo los pelícanos?
me pregunta el límite de tus ojos
rojos y tímidos
como dos grandes copas
de mi futura
porque siempre abierta
y ráfaga de silos
siempre agua blanda
y vino remanente
y cerámica taciturna
y bordados nocturnos, siempre
juvenal la blanda rosa pura
abierta de turnos
imprecisos e inolvidables
por los sueños de las manos
es tu mente de hembra erecta
que abandona la espalda
para abrazar a un dios
que sólo quiere hombres.


…Y qué más da que sólo existan pájaros
de madera si la madera
es todo lo que existe,
es todo lo que quiero.


Sofía Serra (Suroeste)

domingo, 4 de marzo de 2012

no sola

no sola


Una sola estrella
comprende,
soy,
vida
para haber durado un segundo,
el mismo
que tarda la estrella
en señalarte.
te cantaré caballos
y marisma en la noche
en negro y estrellada
por tan sólo esa estrella
que amanecemos juntos.

Sofía Serra (Suroeste)

sábado, 3 de marzo de 2012

Canto de nacida

Correcciones "El muriente"

Este poema lo escribí hace un año con motivo del nacimiento de mi sobrina más pequeñita, Eva Ariadna se llama (sí, se ve que nos van los nombres compuestos a esta familia, jaja). Lo he corregido y republico hoy porque hoy mi niña bonita cumple ¡UN AÑITO!, y esta tarde comeremos tarta en su honor.
Aquí va, por su cumpleaños:


Canto de nacida
(el orbe bebe abreviando
el orden va volteando
el origen nos mantea
revoloteándonos)

Te hará ilusión pequeño calamar gigante.


Combate la niña bonita,
combate la niña vida,
combate la niña alma
al compás de esta mecida.
Urge amores contados con sus dedos,
urgen brazos su victoria
de alas que duermen pechos
ya llorados
por otras vencidas mudas
bajo la llama de médanos
y lombrices.


Consuma el manto denso
sedimentando la prolonga ubre,
huevo blanco y lleno,
huevo de calcáreas y frágiles costumbres
que mi niña rompe
y llora con sus brazos
y endereza mi espalda:
canto al vuelco de esta memoria
que en vanguardia va descendiente
hacia la matriz precursora
de este universo complaciente.


Sofía Serra (El muriente)

Poemas en audios ya en vías de solución

Ya voy arreglando las entradas en las que aparecen poemas en audios en este blog. Problemas con el servidor que empecé a usar allá por el 2008 hizo que cada uno de los reproductores se quedaran sin archivo que "sonara". La "manía persecutoria" que se ha desarrollado en la red contra los mp3 está ocasionando estos problemas, todo provocado por las multinacionales del disco. En cuanto un servidor detecta que subes un mp3 te asusta con los problemas, las infracciones que puedes estar cometiendo con el asunto de la piratería, cuando no los elimina automáticamente o te deshabilita la cuenta. Todo automático, claro, ningún motor de esos programas se molesta en detectar que el mp3 que subes es de la autoría de una misma, poemas recitados.
Ahora, como decía, ya he podido dar con la solución, así que poco a poco iré arreglando todas las entradas. Pido disculpas por si alguien ha accedido a ellas y  se encuentra con el reproductor antiguo inservible, sólo cuestión del tiempo que necesite para poder rehacerlas todas.

Gracias a todos y feliz sábado

viernes, 2 de marzo de 2012

Sobre la voluntad (Agustín de Hipona)

[...] Hice por tanto muchas cosas en que no era lo mismo querer que poder. [...]Mi cuerpo respondía al más ligero deseo de mi alma poniendo en movimiento sus miembros a la más leve indicación mía. Y lo hacía más fácilmente que mi alma se obedecía a sí misma asintiendo a su propio gran deseo, que sólo podía cumplirse con un acto de voluntad.
[...] el alma da una orden al cuerpo y es inmediatamente obedecida. [...] Ordena que se mueva la mano y obedece con tal facilidad que apenas se puede distinguir la orden de su ejecución. [...] Pero cuando el alma se ordena a sí misma para que quiera una cosa, no obedece, a pesar de ser el mismo el que manda y el que es mandado. ¿De dónde este extraño fenómeno? ¿Y cuál es su causa? Manda —digo— el alma para que ella misma quiera algo— puesto que no lo mandaría si no quiere— y no hace lo que manda. En consecuencia, no lo quiere totalmente y, por tanto, tampoco manda totalmente. manda en cuanto lo quiere y no hace lo que manda en cuanto no lo quiere. la voluntad manda que que haya voluntad de hacer algo, y es ella la que manada y no otra. Luego no manda del todo. Y ésta es la razón de que no haga lo que manda. Porque si la voluntad fuera plena no mandaría que fuera plena, puesto que ya lo sería.No es pues, un extraño fenómeno querer en parte y en parte no querer. Es una enfermedad del alma, que no se eleva totalmente a las alturas cuando es elevada por la verdad, oprimida como está por el peso de la costumbre. [...]

(Confesiones, Libro VIII. Alianza Editorial.)
 
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