jueves, 30 de junio de 2011

Surrender

Desde que  recuerdo, que podría traducirse por un "desde siempre", el vocablo inglés con el que titulo este poema me tiene li-te-ral-men-te enamorada, y no descarto que hasta conceptualmente. No sé qué me evoca, no sé qué clase de resortes activa en mi psique, me siento incapaz de explicarlo. Sólo sé que oírla, leerla, incluso repetírmela en voz interna me derrite o, creo que muy en su linea, me desarma.
Y me resulta curioso que no sienta nada igual por alguna otra palabra en mi idioma; pero sucede exactamente así.
De tal forma que cuando la "he encontrado" como título para este poema me he sentido completamente feliz. 
Nunca especifico nada sobre los poemas, pero hoy deseaba hacerlo, como homenaje a esta palabra, o, quizás, a mi gusto por ella.


Surrender

Me comuniqué y atravesé
las medias noches del olvido de sí
o bien de mí permaneciendo
derrengada junto a las sobras del mundo.
Me recorrí aventando los solares
que quedaron quietos
como atemperadas sombras
solazando las desiertos.
Yo me participé y transgredí
la filamentosa náusea adherida
a las entretejidas togas de la memoria.


Mas eres tú y son mis ojos
y yo te diré y será
lo que tú digas.


ESO y un no siendo:
esto fue ser poeta.

Sofía Serra. Junio, 2011

Resistencia

Resistencia

Y si no soy nadie, de nada y de todo
para darte que no deseas nada de ti o de mí
o del gorrión levantado sobre el alambre
trapecista contra el frío con su plumaje
de olas grises como el mar en los días nublados
con la arena tan justa y generosa de esos días
y el agua tan compañera
y si no soy nadie para qué
clamas por mi dádiva y mi suelo
y esas quebradizas conchas de moluscos
que yo te entrego engarzadas
en la elástica resistencia de mis ovarios.

Sofía Serra. Junio, 2011.

miércoles, 29 de junio de 2011

La edad de oro (Memoria)

(Correciones "Nueva Biología)


La edad de oro (Memoria)

De tan delgada al frente, niña ave,
tus ojos se han rebelado,
culminan proceso de rescate y recuerdo
del ya no te fuiste, ya los temporales
se ondulan lubricando los orificios
que los acogían.
Más un tú cabalgando sobre la perenne grupa,
más un yo abandono y vencido desde mis gotas
el mundo se asoma a tus ventanas
doradas a tu puerta, de oro,
y entonces me siento en el escalón del umbral:
veo cantar a la noche estrellada camino de la otra senda.

Tanta desmedida que estas sienes absorben,
tantos verbos orientados contra el vértigo de estos ojos
que se rebelan, que se rebelan…
mueven, terciando el iris, sus órbitas,
queriendo concluir allá donde empezaron:
plano a plano, frente a frente, uno a uno
contra todo. Contra todo plano.
Frente a todo a uno.

Como mirábamos cuando dorados peces fuimos.

Sofía Serra, 2010

martes, 28 de junio de 2011

Mudez

Mudez

La clínica práctica,
la hospitalaria endecha,
el séptimo reclamo: Porque no tienes sed.

Si el pulmón a toda sed
de concupiscente dorso,
la cadavérica endorfina
de luminiscente serigrafía
estampada en el palmo de tu hombro
a tu espalda, ésa que desde la roca
yo agito masajeando tu piel
dolorida y macilenta
por la inquietud de la piedra
que cae redonda e inerte
hasta tu mano aplastándola,
tu brazo extendido al volumen
de tu cuerpo que se conmueve.
Todo antes de que,
todo antes de que
el exacto discurso del futuro
viniera a posarse ante tus piernas.
Parece que la tierra se atragantó
con el guisante y éste sortea verde
los rizomas de tus iris turgentes
y ávidos de agua se estrellan
contra la roca
redonda y una,
redonda y pesa más que la misma lengua
que colma tu boca de sed.

*

Hombre sin brote ni rama
que averigüe el silencio
hacia dónde clamas
hasta cuándo callas
en esta equidistancia posible
entre mi vientre y tu pubis
se desenreda la maroma del silencio.

*
Ya rastrean los ruidos de la noche
acongojadas clepsidras de luz avituallan
la lujuria de la yerba borracha
de salmos cantados por el rocío.
Peinar la tierra con las puntas de mis dedos
hasta que el cielo horade las bocas.

*
Tal vez y una aquella
nariz en la yema de mi índice,
¿qué moverá tu corazón?,
¿a qué sabrán los girasoles crudos?
Cuando quiso el mar, refrescó
mis cansados pies.
Allí un yo construyendo torreones
con los muebles de la oficina
hasta que el patinete, lanzadera
universal de todos los movimientos dados,
derrengó  tu boca. Pasillo a la luz.

*
Se me quedaron pequeñas las zapatillas.
Crecer aplastada conlleva sus inconvenientes.

*
Algún día os diré del amor,
cuando yo muera o cuando vacíe la tumba
de toses almadrabas escupiendo
arena en este estrecho espacio.

Sofía Serra. Junio, 2011

viernes, 24 de junio de 2011

El amor es una calleja cierra

El amor es una calleja cierra
de donde sólo se sale
con los pies multiplicados
por delante.
Nada tenía, nada me quitaron
los vendavales delinquieron
a cuchilladas juntas en cada costilla
y las ingles cercenaron buscando la general
de mi aorta hurgando en mi vasto pecho:
entre mi frente y mis plantas
te ubiqué regurgitando mi sangre sana,
sola abasto, sola mísera la dádiva
de los periódicos y los herrajes
que sobre tu regia mente y mi cóncava cabeza
depositaban los hunos de la noche de afuera,
vándala la risa de las ciudades y de las otras hormigas
¡esa marabunta que nos asesinó cuando
nos atrevimos a dormir sobre los cartones
que defenestraban! Tan generosa fue
su tirar la casa por la ventana…


Yo creo que aún andamos expiando,
callejón arriba, callejón abajo,
el crimen sin escena, sólo
por no desahuciarla, sólo
por no dejar vacía
esta calleja que el mundo da de lado.

Sofía Serra, 24 junio 2011

Árbol de una sola hoja

Árbol de una sola hoja

Agradece se te haya dado vida
para contemplar varias primaveras
cuando tú no has consentido
en despojarte de la hoja
ni una sola vez que quieras
o no sólo has sido invierno
que hiela flores abiertas.

(Sofía Serra)

jueves, 23 de junio de 2011

Nueva geografía

Nueva geografía

Meridión

¿Jueves de Corpus?
Cuerpo de jueves.
Tu cuerpo, bendito
jueves de la semana de mi vida,
siempre en medio, siempre entre mi deseo
y el meridiano de tu piel, custodia de mi eucaristía.
Bienquerido.

Septentrión


Nunca es tarde cuando el calor aprieta.
Nunca esos siete bueyes,
que aran más allá de donde nuestros ojos,
nuestros ojos frenados por la curva del horizonte, alcanzan,
dejan de trabajar aunque el sol descanse.
Mi certeza no reside en mi sueño,
sino en la vigilia de ese paraíso
dormido por nadie.

(Sofía Serra)

miércoles, 22 de junio de 2011

Célibe Afrodita

(Correcciones "Los parasoles de Afrodita". A salvo de las que surjan con posibles revisiones, lo doy por terminado... arfgh... :D)


Célibe Afrodita

No me caso con nadie.
Y me despeñaré,
imparcial y ufana,
clara y complaciente
con la piedra,
piedra, piedra que hinca,
clava la zarza y llora la saya,
que allá voy yendo y cayendo en el arrojo
bronce de las retamas
que desgarran con señas
la piel de mis zancas
de fémures rotos y quejigo
que insta y que quema
la paja de guardia.
Duermo, sueño:
Fundido en negro.


Los bajíos del óseo marino vadeo,
las simas abisales calientes,
las cárcavas de sales salvos
los saldos triangulares y minerales
que espinan y traspasan:
simiente de grava bajo las hullas de las Eras
goza
fornicando al aire,
que no aúlla,
que no abre fauces a la marina dentellada.
Ese nigromante en do menor,
con bemoles secretos bajo las axilas
de un tú ya agostado, ya sometido
al grave sol,
adquiere semblante.


Conmigo me quedo con voy de ti,
¿cuándo me encontraré?
Allá por donde surque la Belleza,
que del ombligo brotas,
flor abierta llaga en vela
que del suelo al cielo cae.

Sofía Serra, 2010

lunes, 20 de junio de 2011

Poema para Agosto

La dosis y la desmedida

Poema para Agosto

siniestro e indoloro cautivando
el obsequio, madreperla
benevolente culminando
la hechura de la vasija
desde el barro, limo y centinelas
bajo las palmeras de este oasis
zurdo y regalado.
Las chumberas multiplican
higos verdes: este justo verano
terminará por endiosarse
con la aureola del agosto
arenoso y libre.


Y cuánto sueño duerme
bajo las ojeras de tus testículos
tan jadeantes. Ellos piensan púdicos
y sosegados por la espera
de mis manos, y no habrá un solo vino
que desechen
cuando sed a solas manen
cuando yo te hable
del fango y de la sangre
volverán las heladas fuentes
a derretir el blanco mármol
en la verdina fresca de mi pozo,
esa luz redonda que cultiva
el agua liberando el milagro
de los panes y los peces
en el desierto.


Sofía Serra. Junio, 2011.

Por si alguien no recuerda...

En los años de vida que tengo he conocido tan sólo a dos personas que podrían nombrarse como falangistas, ambas buenas personas aunque una mejor que otra, ambas amistades de las conseguidas por este medio, uno más joven, otro de mi edad, uno más sincero, el otro menos. Con ninguna mantengo contacto. No es la ideología la que conforma carácter, del todo, así que a nivel personal no tengo nada en contra de quien se declare falangista, salvo, claro está, que con sus prédicas amenace. 
Ahora bien, tengo todo en contra de que su ideología se imponga socialmente: la regresión, el reaccionarismo en su más literal e histórico sentido.
Hoy, cuando se me ha venido al recuerdo parte de la letra de su himno, una vez más se me han puesto los vellos de punta. Y van ya demasiados días en los que esto sucede.
Por si alguien no recuerda. Por si las nuevas generaciones no lo han querido aprender en sus aulas, aquí lo dejo. También un enlace al discurso inaugural que dio José Antonio Primo de Rivera en 1935. Recomiendo vivamente su lectura.

Jamás en mi vida me hubiera imaginado llenando mi blog con alusiones a ésta o cualquier otra ideología relacionada directamente con la dictadura de Franco, pero el miedo a la desmemoria, me puede.

Letra del himno 

Cara al sol con la camisa nueva
que tú bordaste en rojo ayer,
me hallará la muerte si me lleva
y no te vuelvo a ver.
Formaré junto a mis compañeros
que hacen guardia sobre los luceros,
impasible el ademán, y están
presentes en nuestro afán.
Si te dicen que caí, me fui
al puesto que tengo allí.
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz
y traerán prendidas cinco rosas:
las flechas de mi haz.
Volverá a reír la primavera,
que por cielo, tierra y mar se espera.
Arriba escuadras a vencer
que en España empieza a amanecer.

Y aquí el enlace, muy esclarecedor.

http://es.wikisource.org/wiki/Discurso_sobre_la_revolución_española

La historia no se repite nunca, sólo enseña. A quien desea aprender.

El comentario con el que me despido de mis visitas a los addison

Una respuesta que acabo de dejar en el colectivo Addison de Witt, cuyo enlace dejo de hacer visible desde hoy en la lista que figura a la derecha del blog. Creo que está de más que abunde sobre el tema.

Espero y deseo que todos los que ayer se manifestaron pacíficamente en España no se dejen liderar por espíritus del calibre del vuestro, mínimo, como habéis demostrado con esta respuesta.
¿Por qué respetáis una opinión que proclama la apertura a modos fascistas y no respetáis la opinión de otros contertulios que han manifestado su adscripción a movimientos de izquierda pidiendo respeto para sus ideas como en la anterior entrada se vislumbró?
Habéis dejado de ser críticos poéticos para pasar a ser políticos, pero los de la peor especie, los que no dan la cara con su nombre. En Poesía puede ser hasta deseable, en política conlleva la impunidad.
Habéis confundido poesía y política, Arte y Política, lo peor que le puede suceder a cualquier sociedad. Sólo los faraones y los RRCC lo hicieron.

Peligroso. Realmente descorazonador y lamentable.

Palabras de Proust...

...con las que anoche concilié el sueño.

[...] Pero entonces, ¿acaso no revela el arte de Vinteuil, como el de un Elstir —al exteriorizar en los colores del espectro la composición íntima de esos mundos que llamamos individuos y que sin el arte jamás conoceríamos— esos elementos, todo ese residuo real, que nos vemos obligados a guardar para nosotros mismos, que la conversación no puede transmitir ni siquiera de amigo a amigo, de maestro a discípulo, de amante amante, esa sensación inefable que diferencia cualitativamente lo que cada cual ha sentido y que se ve obligado a dejar en el umbral de las frases en las que no puede comunicar con los demás salvo limitándose a puntos exteriores comunes a todos y sin interés? Aunque dispusiéramos de alas y otro aparato respiratorio que nos permitiesen atravesar la inmensidad, no nos servirían de nada, pues, si fuéramos a Marte y a Venus conservando los mismos sentidos, revestirían con el mismo aspecto que las cosas de la Tierra todo lo que pudiéramos ver. El único viaje verdadero, el único baño de juventud, no sería ir hacia nuevos paisajes, sino tener otros ojos, ver el universo con los ojos de otro, con otros cien, ver los cien universos que cada uno de ellos ve, que cada uno de ellos es, y podemos verlo con un Elstir, con un Vinteuil, con sus pares volamos de verdad de estrellas en estrellas.


En busca del tiempo perdido. La prisionera. Marcel Proust.

sábado, 18 de junio de 2011

Nuevo hombre en la cruz

(Correcciones de "Nueva Biología")


Nuevo hombre en la cruz

Verte en verde puro quisiera
ausente de tus férreas estampidas,
lenta en un segundo presiento
tiempo al sol de ese tulipán equivalente
que ni llama, ni pregunta, ni requiere:
¿por qué?, ¿por qué no bebes?
… Y tus manos recogiendo espinas.
… Como ya no se te clavan…
Al verde quiero sostenerte:
Flamearás sucediendo en el vacío
hasta que el espejo mudo de tu viento,
si es que mientes,
se haga hueco en la cruz de tu pecho.
Y entonces se abrirá el cuero herrumbroso y seco,
y el manantial borboteará
sobre las cuatro paredes de tus brazos,
y el sol del aullido iluminará las doradas clavijas
como si fueran brotes verdes,
verte como si te hubieras zanjado.
Y el campo de cuerdas de hierro
tronará en rasgueo salvaje
de tu boca que reirá llagando el aire
que hoy permanece ileso,
como muro, como vano de la muerte
en la que tañes preso
de esa cruz en la que te clavas,
que ya no sé,
yo no sé,
no sé
con qué manos apuntalas
esos clavos a tus palmas.

Hombre de cuatro brazos,
mutante de esta tierra morada
por la espada de tu arado,
que me llama, me requiere
y me pregunta
de qué te sirve ya el par de alas.

Sofía Serra, 2010

viernes, 17 de junio de 2011

Remití una carta

Es tarde, se me cierran los ojos y recuerdo, intento calcular mejor, cuántas cartas en papel habré escrito en mi vida, antes, sobre todo antes de que existiera este medio. Si cuento los correos escritos como cartas, la cifra se me pierde. De las primeras calculo que sobre unas tres mil (tengo constancia de aque algunas de mi puño y letra se conservan en manos de los respectivos destinatarios); otras, la mayoría, las fui quemando yo misma (no, no devueltas). Desde más o menos los 13/14 años (entoces no existía internet, pero sí una red que se llamaba "pen-friend") hasta más o menos los 30.
(Hasta aquí escribí anoche, el cansancio me rindió)
Ayer publicaron una carta mía en un blog que no conocía. La carta no fue escrita en papel, es un correo, pero su destinatario posee esa sensibilidad que le permite romper esta costra dura de la nomenclatura sobre la que caminamos desde el origen de nuestra especie y no estar anclado a las categorías, y estimar que ese correo podía ser nombrado con el de "carta", ese vocablo que asimilamos a la misiva escrita en papel.
La carta alude a un libro, un libro muy especial también, un libro cuyo autor ha decidido publicar en su blog en fascículos o capítulos, un libro que, aunque no vaya en papel, tendrá su entrada correspondiente en el blog de "La fuente". Hoy, Ventura Camacho ha comenzado a publicarlo.
Dejo aquí el enlace a su otro blog donde publicó ayer mi carta, escrita en Noviembre del año pasado, aunque la reproduzco entera más abajo:

http://epistolarioincompleto.blogspot.com/2011/06/ventura-hola-te-sonrio.html

El otro blog de Ventura, donde irá publicando su libro, aparece enlazado desde hoy (ya lo estuvo algunos meses atrás, muevo los enlaces según considero oportuno) en "mi lista de blogs" situada en la columna de la derecha de éste.

Carta

Ventura, hola, te sonrío.

Aún percibo mis sienes felizmente plácidas por fin, como si rebulleran acomodándose en un tierno, fresco y cálido a la vez, colchón de plumas. No sé de dónde llega esta sensación de paz que me ha inundado conforme iba leyendo tus "anotaciones", tus palabras, tus pensamientos entretejidos con los de los poetas sobre...¿cuyas vidas?...no...¿cuya poesía?...no...cuyas esencias, sí, esencias, deambulas. La imagen que mejor expresaría este percibir al autor, tú en este caso, escribiendo este libro sería la de imaginarte con alguno en las manos, leyéndolo, paseando por cualquier jardín no demasiado frondoso, de los de estilo árabe de por aquí del sur, caminos de albero, muretes de arrayán o mirto, día levemente nublado, luz suave y de nuevo tú, el “autor/lector” levantando la vista de las páginas y posándola distraídamente sobre algún macizo de flores, sobre el tronco de algún árbol , en tus propios pies, o pasos, en el hombre sentado en un banco, sentarte tú y seguir leyendo...

Ha sido realmente mágico, con todo lo que me disgusta tener que usar esa palabra.
Cuando comencé a leerlo, al final de un día que ha sido especialmente trabajoso, rondaba por mi cabeza la idea de hacerme una tila más el tranxilium de rigor, me sentía a punto de dar el salto, de nervios o tensión interior. Sólo puedo decirte que tras haberlo terminado, esa sensación sorprendentemente ha desaparecido. Y hacía mucho tiempo, pero mucho, que no percibía un relax así, una satisfacción tan profunda al leer algo.

Ahora dejo metáforas aparte. Pensaba escribirte mañana más despacio, enumerándote motivos por los que me gustaba, pero al llegar al final, he vuelto a comenzarlo, vistazo rápido y entonces, justo entonces, se me han quedado clavados los ojos aquí, en la decimocuarta pieza del puzzle:

14
Lo que nos sobra es el tiempo y las preguntas. Lo que nos falta es el descuido ingenuo que tienen las buenas respuestas, las que aciertan.

Esto es, Ventura. Ésta es la clave de tu libro. Éste es el motivo por el que a mí me ha llenado. Éste s el motivo por el que pienso, y siento que es otra de esas joyas que deberían quedar impresas en papel, éste es el lazo por el que queda cerrado este libro y listo para poder ser contemplado como una obra.

Aporte técnico: Cuando comencé a leerlo, lo primero que pensé fue, "está tomando notas, pero esto hoy es ya una forma de literatura perfectamente categorizada, claro “deconstructivismo” y demás… uy!, me recuerda a pessoa con su libro del desasosiego, por párrafos, a trozos…no, no… Ventura numera...En realidad tenemos la mente hecha a ver la obra terminada sin imaginar al autor tomando notas antes de decidirse a escribirlo, cuando el otro es el verdadero trabajo, como las fichas para cuando hiciste la tesina, claro, sí…claro, tantos siglos de una concepción del libro en sí, de la autoría y demás, de la obra "terminada", ensayo, novela, teatro, no puede ser nada más, pero, por dios ¡cuanto tiempo hace que las categorías dejaron de servir!...numera, divide en capítulos que parecen temáticos…¿a ver?...”
Todo esto me iba diciendo conforme lo leía, hasta más o menos su primer cuarto. Después ya dejé de pensar, de analizar, me subyugó, me succionó, fue él y ya está, dejé de existir... Esto es lo que creo debe conseguir todo obra que se precie.

Y esto es lo que consigue tu libro. Porque lo es, porque conforme avanzas le encuentras su hilo, o una se lo inventa, es lo de menos, y lo “ de más” (dejas abierto el espacio al lector aunque lo atrapes), todo encaja en…no es en la mente ni en el corazón, es en la percepción total del ser humano que está leyendo, como si esto que tenemos por dentro latiendo/parpadeando constantemente pudiera adquirir grafía en el hecho de la lectura de un libro, en este caso, tu libro.

Quizás has notado que he estado paseándome por tu blog hace un rato, he leído que se lo has enviado a Iván. A ver qué te comenta él, entiendo que tienes su amistad y su punto de vista puede resultarte más fiable que el mío. Yo sólo puedo decirte que me encantaría poder acceder como lectora a un libro así que estuviera en la calle a disposición de quien quisiera.

El problema es que si yo misma como escritora de poesía estoy una hora sí y la otra también planteándome constantemente el pasar de intentar publicar en papel el resto de mis poemarios y decidirme a seguir publicándolos todos en blogs, no me siento en conciencia con capacidad para indicarte qué es lo que debes hacer. Personalmente no creo en el mundo editorial ni en el papel ni en…no está la cosa para creer en nada de eso. Sólo creo en la obra que tengo delante y en si ella debe estar a disposición del resto de los seres humanos.

Y tu libro debe estarlo.

Tu libro es una preciosidad, pienso en él ahora y hasta me emociono…es una bendición de libro. Me has hecho un regalo tan inmensamente bonito al enviármelo que resulta inevitable me emocione (yo ante la Belleza de la que el ser humano es capaz, me emociono). Es una pequeña, porque es breve tan sólo, obra maestra.

Desde luego te quedas con ganas de más.

Nos regalas la visión esencial de unos seres muy especiales como fueron los poetas de esa generación, poetas conocidos por cualquier amante de las letras. Ahora sigo pensando en ellos tras leerte y compruebo ninguno se me ha desdibujado o "contraindicado", sino todo lo contrario, profundizado. Éste es el milagro...no imaginas qué paseo tan placentero este que me has invitado a dar de tu mano.
Ahora entiendo mejor lo que lograste con el epílogo del libro de Iván... mucho mejor.

Dime, si no tienes inconveniente, por favor, si te decides a hacer algo con él. Quisiera no perderle la pista caso de que decidieras ponerlo a disposición de…pues eso, del resto del mundo, que es donde creo debe estar, y no guardado en ningún cajón.

Muchísimas gracias por haberlo compartido conmigo.
Un beso, Ventura.

jueves, 16 de junio de 2011

Salmo dominical

Salmo dominical

Sunday, mal día para alunizar:

Hay generosidad en tu boca
y verde en tu dolor,
qué más se puede pedir
de la dádiva insonora,
la revolución silenciosa,
qué más abrigo hallaré
que tu pecho tierno y hondo
de hombre sin ambages
de soldado hierro que atrofie
su vértebra columna,
qué más solazar sino reír
imantada
de agria paz salmodiando
el brillo de tus pupilas,
sin más,
unas pupilas preguntando
si el cielo habla
o mi mente trota
por la esquina
concupiscente
de la torre.

En el deleite te va dada
la extravagancia numantina,
la traicionera circunstancia
de quien sabe decir amor,
garabatear la cíclica lengua
de esta octava en sol menor
con bemoles entrañables.
Soy yo más tú a penas
y sin huesos me armo
como un mecano de agua
bombeada desde tus falanges
por más que me envicie, me eslabones
o te rumies
volverán, volverán, volverán
las antiguas huellas a deslizarse
curva arriba de tus muslos
y volverán las luces estancadas
en los aljibes de tus órbitas
a bailar
ante el parpadeo de las galaxias
en las mías.

Sofía Serra. Junio, 2011

lunes, 13 de junio de 2011

Ubique

Desde dentro

¿qué hago aquí?
El sol en el cuadrado,
la celda horadada,
el tabernáculo se enciende.

Lo que pueda
ser no ha
de ser más
que de una
vez
en
cuando

con dos pares
de gafas
me
veas sin mirar.

Derrotas pasajeras de trenes
alcistas
ahuyentan escaramuzas
con las que el cielo juega.
Basta una sola sordina
para que se envilezcan los contraluces.
Qué más.
Qué más.
Quemas sordo en el fuego.
Mas yo seguiré aullando.

A fuerza de paz
llega la muerte
de vivir
el único vuelco
sobre lo que no duermo
ni te deja
clamar,
encabo,
decir desde dentro
reventar.

Desde fuera

Más una penumbra sola
más una penumbra, dos
y no más, seña
y santo de aquí no inhuma
y el mar no entierra.

Y llegarán gigantes damiselas
a entolar el cielo
con sus pastizales húmedos
y el fru-fru de sus sedas
espantará al sonido acuoso
de tu oído.
Y ni una habrá que lacere
la piel de tus mejillas,
cabalgarán
a lomos del miedo
llevándoselo con sus faldas
más allá de la esfera de poniente
y volverán los exógenos centros
a rejuvenecer el tronco salino
de tu semen
y ni tú ni yo
volveremos
a sucumbir
solos desde dentro,
sólo uno solo
dentro de este incómodo
e inhumano universo.

Aplastaremos a la noche
hasta amasarla pan de ángel.
Estamos enfermos de sed
y lamento huérfano de oídos
comunicando adioses
cuando sólo ellos asienten soledades.

(Sofía Serra. Junio, 2011)

domingo, 12 de junio de 2011

La desquerida

La desquerida

Yo no fui mujer ni cadera
ni tálamo maldito que en tu vida
infringes. Yo no fui timón levante
ni simún o mistral ni solanera,
ni siquiera un hueco o viento
frío o caliente que en tus manos albergara
a esa estrella escapista que hace huída
dolorida mientras mis uñas emponzoñan
manjar preso de injusticia: hígado
para los buitres fui esparciendo
acre y húmedo alimento de roca
que no fui promesa ni en cadenas confluí
con el río que ya no fluye ni yerba
oscilante siquiera en el margen
del dolor de la oscura y negra fiera
que duerme en la rama de la acacia
como si bello canto nocturno
trinaran sus encendidos iris.
Yo no fui ni selva monte o
bosque de tundra sólo solitario,
ni fui ni sigo siendo sólo loba
o madre ni sólo risa.
Yo no fui mar ni cima
ni siquiera fuego sin beber
siquiera agua
fui ni siquiera
poeta.


Sin comer desaparece
infligida por la noche
allende la calle
que se ausenta.
Y yo no fui ni olmo ni siquiera sauce
que llora fui
si acaso flema.

Sofía Serra, 2011

sábado, 11 de junio de 2011

La muerte de Afrodita

(continuando con las correcciones)


La muerte de Afrodita

Dejo de mirar el cielo de donde llego.
Hoy ya sí, añadas nubes tras la espalda,
no espero agua aunque otra lluvia llegue.
Cambio huerto por una fuente,
mudo tierra a otros vuelos.
Hoy navego surcando los aéreos
mares cruzados por los vientos
que en tu boca pronuncian mi nombre.
Porque rauda, rauda soy,
lejana ya de mis raíces quietas,
cercana ya de lo que llaman
sueño, quimera, mentira, utopía,
qué más da,
y yo sólo puedo nombrar como terreno.
Mas de mi memoria me perdí,
subsumí haciendo mía
esta patria de presente
renunciando a mí misma
en busca de lo que fui.

Tú, desconocido de orilla,
mira bien esta lengua
ya agostada de tanto lamer la costra dura.
No desdeñes las yemas que de su cueva nacen.
¿Los espárragos?,
ellos lo tienen fácil: se-lo-hacen-to-do. Se lo hacen.
En la penumbra vivo feliz, vivo calma y vivo vida.
En la penumbra, pero no a escondidas.

Son mis parasoles los que abro,
son mis manos las que se alzan
creando sombra mía junto al laurel
del adormecido sino.
Aquí, junto a la fuente, agua fresca
vierto en sus labios celestes
con celo sobre su aliento: Agua que bebo
agranda mis cauces internos,
mi gruta caliente, este huerto
donde se puede cultivar en pleno invierno.
Las humedades recreo con estas carnes salubres
embestidas contra la espuma sobre la cárcava marina
que se crece, se crece como regente de la ola
que se hace grande,
más grande mientras más se acerca a la orilla:
algas… algo de yerba
prendida en mi cabello.
Son recuerdos.
Retozar sobre cementerios
siempre conquistó albas de la muerte en vida:
¡Ay, la sal!,
sal de mis amores y de tus olas, ¡sal huyendo!
Ola mía, ola brava, ola tuya,
salina ola, ¡no claudiques!,
arremete y sigue muriendo.
Tumba dicha rubia arena,
tumba agosto dicho sal, ¡sal!,
tumba cercas, cerca tumbas,
tumba vida, vive tuya y dame,
dame ya la muerte buena.

Sofía Serra, 2010

jueves, 9 de junio de 2011

Disparo de un no acampado (Revelión)

Disparo de un no acampado (Revelión)

De viaje por altas tierras,
una sola plaza,
una sola plaza abierta
y a los pies de su no muralla,
las campañas como condenas cumplidas
por los corruptos padres de la patria.
Una sola plaza con un nuevo suelo
emplazado por las manos
del que viaja y canta desbastando
cantos redondos hasta cuadrarlos
y encastrar el nuevo bancal sitiado,
canta con sus manos que atornillan
las bocas de los bancos a las cunas
mecidas por ajena mano alguna,
canta laborando con su obra
conciencia que di-lucida
que labra para la de arriba
que apostada en la ventanilla
mensajes en voz alta intercambia
con el guardián de su dinero,
                                            el cajero.


Un sólo paciente sin altavoz,
una acampada
sin treinta años a la espalda
más cinco mil euros en su cuenta,
le ha bastado para atisbar
el enclave lumínico aplazado:
No les dejaron salir en la foto.


Los tabúes conciencidas
mataron los sueños de la niña
que se hospedaba dentro del palacio.
Ahora ella se rebela ocupando
y el obrero revela fotografías.

Sofía Serra. Junio, 2011

lunes, 6 de junio de 2011

El deshielo

El deshielo

Si de vez en cuando mi boca en tu boca se enreda,
alerta a los nervios opacos,
esos que no excluyen a la materia,
con permiso o sin él afianzaré mis ijares sobre el suelo.
Mi boca: mi yunta y mis alas abiertas.
Si de mi boca espanto a estas dulces llagas
que como palomas de ida y vuelta sostienen a la memoria
tras el aullido del agorero salvaje,
tú no te asustes, amada ama de mis venas.
Sólo los bancos y los árboles permanecen anclados a la tierra oscura,
y hasta en el deshielo,
comienzan aturdidas esas tuyas a licuarse: ríos de mares aún nonatos,
verbos contenidos en los glaciares bajo la presión de los heleros
deshilando el cambio termal como soplo oxigenado
sobre estos ya jadeantes pulmones.
Del deshielo a la muerte anuda el paso del natural suceso
como aquella que nos dio vida y lugar,
madre, no deseo tu muerte
precisa la ancianidad, me conquisto y luego contigo me iré…
Vejez, pero no carencia.
Vejez como humana naturaleza,
vejez como flor espigada, no contrahecha en cementeriales plásticos.
Vejez resistencia, que yo contigo me quedo.
Vejez como la del río, cada vez más ancho, más pausado, más fértil,
más desprendido de su cauce,
espacio ilimitado, acontecer sin tiempo,
planicie moldeada a fuer de amables ecos
de los gritos proferidos por el hombre…
mar.

Como tú, madre, como tú.

(Sofía Serra, 2009)

domingo, 5 de junio de 2011

Puto

Puto

Para comenzar,
puedo suscribir
aquello:
cuántos habremos bebido
de los mismos cuencos,
cuentos,
y ahora una parte
tendrá que obtener remedio
bajo el apósito de los años
cuando tú y yo hace muchos
que penamos por
la condenatoria plaga
que se cernió sobre el huerto,
sin calendario,
sin campaña,
sin registro,
con la hoja en blanco
del lunes perpetuo
de la semana de nuestras vidas.

qué más quisiera yo
que haber podido no tener
que indignarme nunca.

Sofía Serra. Mayo, 2011.

viernes, 3 de junio de 2011

Apopléjico mayo

Apopléjico mayo

Cristiano y tácito
cabecea sobre los parterres, sí y no,
del jardín exultante de yerbas y amargas prímulas.
el sol rompiéndose:

Conminarán, nos conminarán
a todos al quehacer de lesa
majestad hasta abolir
nuestras axilas con cuerpo
de hombre sin brazos y ya hasta sin alas.
Como los ángeles esclavos
de los otros infiernos en la cuerda,
entre dos rascacielos aúlla el lobo

que olvidé, mirad mis ojos
olvidados por mí.
Ya no suman ni restan,
pétreos invaden la vívida luz
y se ahuecan para atraparla.
Culminad, escindid, refrigerad
la sal y la lluvia quebradiza
para que no claudique ni se amiante
la humedad bajo nuestras huellas.
Hubo un ya en que amarnos
fue lo más fácil.

Nada de miedo no tiene
miedo más que de ti
este mayo tan esclerótico y
tan escaso de rosas
en el sol malevolente
que a la s otra s rosa s aja.

lo sensato es que sostengas
tensas tus sienes hasta
su santo y seña: semestre
como si una adelfa fueses,
casi un apopléjico mayo
al borde del agostado y dorado verano.
Bordearon la apatía
hasta el estiaje.
Y así, sazonó el mar
la multicolor dueña
de los abandonos de las olas.
Nada relega a la insumisa,
a la tercera orilla.

Sofía Serra, Mayo 2011

(RE. por edición y ampliación) Carta abierta en defensa de la pluralidad y la convivencia de poéticas

(Re-publico ÉSTA del 23 de Mayo porque he editado y ampliado)

Por fin la he encontrado, aquí. No se ni de dónde llega ni quien la firma, pero la suscribo plenamente. Así es como entiendo todo esto.

(Edito hoy 3 de junio. Señalo en lila. Ya tiene blog donde resulta más accesible su lectura y la posible adhesión de cualquiera. Dejo aquí la url y el motivo por el que la suscribo)



Mi motivo:


El gesto de suscribirla significa estar en contra de la manipulación de la ignorancia. Eso es lo que han hecho con el manifiesto innombrable: manipular el desconocimiento que cualquiera (cualquiera, recalco) puede tener sobre el acto poético (creativo, artístico) para favorecer un enriquecimiento material, es decir, demagogia de la más rastrera, favorecer la ignorancia sobre el Arte (Poesía con mayúscula) para ganar seguimiento. Y opino que cualquiera, amante del ser humano, con conciencia y encima con conocimiento de lo que es el acto poético, debe apostar por lo que extiende el conocimiento y no lo cercena.



Carta abierta en defensa de la pluralidad y 
convivencia de poéticas


La realidad no es legible de manera evidente. Las ideas y teorías no reflejan sino que traducen la realidad, pudiendo traducirla de manera errónea. Nuestra realidad no es otra cosa que nuestra idea de la realidad. Del mismo modo, importa no ser realista en un sentido trivial (adaptarse a lo inmediato), ni irrealista en el mismo sentido (sustraerse de las coacciones de la realidad); lo que conviene es ser realista en el sentido complejo del término: comprender la incertidumbre de lo real, saber que existe una porción de lo posible aún invisible en lo real.
Edgar Morin

El lenguaje poético es un patrimonio colectivo. Una urdimbre tejida en la arena de la diversidad. Nuestras tradiciones literarias siempre se han visto atravesadas por múltiples mutaciones que han ayudado a componer y descomponer el ovillado paisaje de la palabra. No en vano la palabra recoge la complejidad genésica de nuestra existencia. Así ha sido en el caso de la lengua española. Las literatura(s) panhispánica(s) (de acá y allá, en diálogo unas veces, aisladas otras) siempre han manifestado en su devenir histórico la riqueza de lo plural, el desborde de lo conectivo. No existe una deriva única de lo poético. Nunca se produjo una voz homogénea para toda nuestra tradición. Las tentativas de encerrar el lenguaje literario dentro de límites inamovibles han dado como resultado estructuras cerradas de pensamiento que trabajan en contra de la propia y esencial condición de la palabra.

Las personas que firmamos esta carta creemos firmemente en esta pluralidad poética heredada –a la que hemos tratado de contribuir activamente con nuestro propio trabajo– y por eso nos mostramos resistentes a cualquier forma de cierre normativo. Creemos necesario alzar un muro de contención ante actitudes que pretenden reproducir debates que «ya» no son legítimos –que, en realidad, nunca lo fueron– porque representan en sí mismos una agresión a esa misma pluralidad conquistada, al trabajo y legado creativo, teórico y vital de muchas poéticas y poetas precedentes y que recogen de manera natural el legado incuestionable de los padres de la modernidad poética: del romanticismo inglés y alemán al surrealismo pasando por Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé. Ha costado mucho desterrar de nuestro campo literario el cainismo y la exclusión. No vamos a consentir ahora que vuelvan a reproducirse estrategias envenenadas similares. El debate de poéticas es necesario, útil el contraste filosófico, intelectual, en torno a la creación, pero siempre en el marco de un respeto escrupuloso a la diversidad y el disenso.

Por todo ello queremos reivindicar como legítimo y propio de la(s) poética(s) panhispánica(s) actual(es) los siguientes elementos:

Escritura(s). En plural. Modos del lenguaje que se encuentran. Ningún programa prescriptivo. Huellas. Rescoldos a modo de conceptos, de cruces, de intuiciones. Ninguna tabla de la ley. No sabemos. Quizá sean un modo de operar, de practicar la literatura. Ese acontecimiento ignoto. No sabemos. Disparan la semilla de lo por hacer y de lo hecho. No sabemos. Mueven a la acción.

Tradicion(es). En plural. Linajes incrustados, desde siempre, en nuestra modernidad, en nuestra memoria literaria. Linajes que se activan y se iluminan desde el presente y de los que debemos hacernos merecedores. Como afirmó Eliot, la tradición «no se puede heredar, y si la deseas debes obtenerla con gran esfuerzo». Cada poeta se forja y construye su tradición, su propia cadena de ejemplos y magisterios, y este esfuerzo es en sí mismo un acto poético, una intervención en el mundo. Puede ocurrir –y de hecho ocurre– que este esfuerzo ponga a prueba nuestra capacidad de asunción cognitiva o de mera comprensión, incluso a lo largo de toda una vida de esfuerzo. La dignidad e inteligencia vitales consiste entonces en asumir esta discapacidad en vez de darle el formato autoexculpatorio de lo incomprensible, lo hermético, lo bárbaro y despreciable. Imposible simplificarla, esencializarla, despotenciarla a través de marbetes o etiquetas reductoras. Imposible normativizarla en interés propio, mediante operaciones espurias de exclusión o ninguneo. Voces habitadas para nuestro presente y nuestro futuro.

Heterodoxia(s). En plural. Nunca una lectura unívoca de lo poético, no podemos aceptar como obvio ni la desaparición del habla ni el habla homogeneizada. La palabra poética implica desborde, intersubjetividad, entramado conectivo, intersticio, complejidad. Y significa todo ello porque dialoga con lo humano.

Poética(s). En plural. No hay una poética una que convierta a las demás en otras. No hay norma, no hay centro natural o tácito. Queremos (re)afirmar y defender el deseo y la probada capacidad de convivencia de poéticas diversas que han demostrado en los últimos años su resistencia a la codificación. No precisamos para construir o apuntalar una identidad la negación del Otro. No vivimos la alteridad como amenaza, sino como nutriente y condición necesaria para la construcción de nuestra posible identidad colectiva y personal.

Hibridez y Diversidad(es). En plural. Creemos que la poesía no es mercancía, no es hija de la rentabilidad económica. Tampoco de las ideologías. La poesía es una multiplicidad de pájaros, aves raris, aves migratorias, que ponen su nido en lo alto, alejado del manoseo y voracidad de las alimañas y carroñeros. No podemos, por tanto, hablar de «una» poesía, sino de «poe-diversidad», en constante vuelo, en constante cruce, en constante mestizaje. Y no enjaulada, sino libre, puede ser del mundo, desde el mundo, con el mundo. Pero siempre «haciendo mundo».

Pensamiento(s). En plural. Desconfiamos de los falsos dualismos (razón y emoción, realismo e irracionalismo, público y privado, naturaleza y cultura…) en los que se ha querido encerrar lo poético. Se trataría, como dice Miguel Casado, de «ampliar la noción de pensamiento, extenderla a todos los movimientos de la mente, a uno y otro lado de la conciencia, a todos los movimientos interiores del lenguaje que de modo constante nos recorren y atraviesan». En definitiva: destacar el carácter desestabilizador y genésico de la palabra poética como apertura del pensamiento.

Realidad(es). En plural. La relación de lenguaje y realidad es compleja, porque ambas son complejas de por sí y más cuando se relacionan, influyen, comunican. Es simplista y equívoco detenerse en un estilo o propuesta, en una sola manera de abordar esa difícil exploración de la materia (humana y no humana) que llegará a ser poema.

Subjetividad(es). En plural. Sin menoscabo de que cada uno/a pueda o quiera llevar la voz poética adonde crea conveniente. Todas las formas de enunciación tienen sentido y no seremos nosotros quienes juzguemos la pertinencia de lo que cabe o de lo que debe desaparecer.

Emoción(es). En plural. No codificadas, no predeterminadas en un calculado ejercicio de causa-efecto practicado desde las inevitables limitaciones del poeta sino trascendidas y reveladas junto a él en un proceso que hermana escritura y lectura, que convierte al lector en agente activo y co-productor de sentido.

Lector(es). Recepciones. Por todo lo anterior reivindicamos el respeto a la inteligencia y creatividad lectoras, a la libérrima capacidad de sorprenderse y sorprendernos de aquel que generosamente se acerca a un texto para darle vida; a su derecho inalienable de que nada ni nadie se haga garante ni faro de sus emociones, su criterio, su infinita libertad.

Así, queremos reivindicar la convivencia de poéticas, la pertinencia del debate crítico, la belleza de la pluralidad como alimento de lo creativo. Y rechazamos de manera frontal cualquier estrategia de apropiación, simplificación o reduccionismo literario.

Y para que así conste lo firmamos en Madrid a 17 de mayo de 2011.

miércoles, 1 de junio de 2011

Al pairo (la cierva)

Al pairo (la cierva)

Piensa
si las velas conducen
o las rigen los vientos.

Decir que la noche fue fría
sería falsedad entreverada
de rojos hilillos de gluones,
ni mendaz la noche sorda
se hace en mis oídos materia de caúcaso
y cuevas de calientes orificios
por donde el visitante me desmorona.
El olimpo
recorre sus avenidas de gracia
soñando que las hojas se transparentan
y revelan la caída de los árboles.

El jazmín herido clama venganza.
La patrona de las huestes solea
y esparce su mendicidad de nasales deleites
al centelleo de nuestras voces
en una montaña apagada
que permite posarse a la luna.
Tan celeste el cielo
la expulsa de su cuna —es cierto,
la luna duerme causada en la noche—.

Ya la cierva me mira.

Cuando me acosté,
ya estabas muerto.
El descanso oportuno penetra
al uno en el otro
nivelando el ansia
que nos comprende:
tan grandes, más debe serlo ella.
Junto a la estratosfera de tus sienes frías,
mi decantación: Qué me queda por hacer.
Tal breve flujo de espinilla
adversa a la nuca,
a la magistratura,
a la pregunta,
cuando todos desembocamos
entrantes en el océano.
Mas hay que nadar, que nadar
inquietantes y vórtices y abruptamente
la tormenta estirpe golpea
en la proyectiva culata.
Flujo y reflujo:
aquí hay como
una especie (nueva)
de Viernes en la orilla de la Ribera.

Quemamos juncos
solos tan sólo
se jactaban puntiagudos
contra mis muslos.

Ya la cierva me mira.

Sofía Serra. Mayo, 2011
 
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