miércoles, 31 de octubre de 2012

Inversiones (un poema de W. Whitman)

Inversiones

Que lo que iba delante vaya detrás,
Que lo que iba detrás avance al frente
Que los fanáticos, los tontos, los inmundos, ofrezcan nuevas propuestas,
Que las viejas propuestas sean aplazadas
Que el hombre busque el placer en cualquier parte excepto en sí mismo,
Que la mujer busque la felicidad en cualquier parte excepto en sí misma.

(Walt Whitman, Hojas de hierba)

Pastora

Pastora

Otro cadáver de flor y mis ojos
matando se clavan el estilete
de las enumeraciones y silba
el aire junto a mi terraza de verano
confiscando aviones y algún puñetero reptil
que en el pronto de nubes
coagula y va y encuentra
plumas cuando sólo quijadas
con guantes de escamas
galopaban sobre la faz
del mundo,

la piel mía.

yo siempre permanezco
y ellos siempre se fueron
yo siempre sigo
y ellos siempre se quedan
y se me quedan
fundidos y ellos se separan
y ellos me desmembran.

(Sofía Serra, de El hombre cuadrado)

martes, 30 de octubre de 2012

Poemas queriendo dejar de escribir poemas II

Poemas queriendo dejar de escribir poemas II

Odyssea

Como Penélope te quedaste
Transito de deseo
De vuelta del cuerpo invertido
Y el calor a deshora del día,
La blanda cama
Ensala y arma
Las crujías de la nave
Agosto. Numen.

Un planeta templo
Blande vaga la espada
Lentea el aire tibio
De la dilatada noche
En el caliente verano

Llega una mujer circuncisa
Por las mieles
Del deseo satisfecho
Con algunos druidas
Y el cuidado de las serpientes
Refocilando
En sus tiernos belfos
De lechón azul allende
Las estepas frías,
La tundra siberiana:
Un norte.

Cualquier tiempo anterior
No fue mejor
Que el hoy
Que no resucita
Solo inocente.

Y ¿quién desea volver a pasar por el dolor del aprendizaje?

Sofía Serra (De Solenostemon)

Un nuevo órgano (teletipo)

Al hombre le ha nacido un nuevo órgano. Pequeñito. Poco usado pero segura su existencia. Ya se ampliará la noticia.
Ah, se me olvidaba, el nuevo órgano se llama la co-razón.
Así.
La corazón.


Un verso de Los parasoles de Afrodita

¿Queda alguien puro en este mundo?

(o sea, libre, limpio... SUYO: ingenuo (ver DRAE))

Bailando con-suelo

Y este pecho mío,
este giro venido a mayor vuelo,
este cubrecama,
esta solana vuelta,
este canto afinado en el diapasón
de los aullidos de los lobos:
esa luz licuada bajo la sonrisa blanca.
Yo no te buscaba, Amor. Busca cielo
y busca barco el agua:
Y el barco viró girando sobre sí
compartiendo sino
con el tren que vino y fue.
Yo no te buscaba, el torbellino
arrima sello al destino
y desvela el nombre de muerte
en la fotografía quemada
del tiempo sin consuelo.
Has llegado lentamente,
pero has dado la vuelta a la vida.
… Si ya ves que no te vi venir,
despacio, en pausa mis ojos
o tal vez cierta ausencia
de sagaz aplomo para estas cosas,
céfiros que los llaman, y yo,
verdades las he aullado siempre.
… Si es que no te vi llegar.
Sí que soplé templada,
desde el natural de mis pulmones
a la flor desnuda que abre
cosecha bajo el suelo.
Sí, vuelta a vuelta cintura asomada.
Sí, al pretil de la tuya.

Dicen que sólo puede explicarse del revés,
mas ya hace algunos siglos
que la jardinera regó collares,
y decenas de años que artesonó
el techo con sus iris muertos
abiertos a la bruma, a la niebla...
Y aquel sin consuelo llegó rodando
hasta sus pies como perla transparente.
Pero por el suelo, por el suelo avanzó girando.

Hasta los nudillos de pie con el puño en alto
la eterna lobezna se irguió y ahora pregunta:
¿Queda alguien puro en este mundo?

Nudillos, no tengo a nadie.
Nudillos, no quiero nada.
Nudillos, a todos doy:
Matriz longeva pare puños de alegría
ensartada nudillo a nudillo
en el collar de las perlas licuadas
que germinaron allá en la tumba.
Más este con suelo, este consuelo
que desdice ya mi palabra antigua.

Sofía Serra (De Los parasoles de Afrodita (2010))

lunes, 29 de octubre de 2012

Fundido en blanco

Fundido en blanco 

estas fechas son perfectas
para desprotegernos, arriar
el duelo e izar la conquista
del suelo, levantar el velo
del luto en nuestros ojos
descubrir
ante nosotros vivos
y colonizar con yerba
la orilla, fundir
en el blanco de la arena 
nuestros pies
mojados, lanzar
la jabalina allá donde
no pisa nadie ni un nadie
siquiera que nos quisiera
a su lado, romper el escudo
en el horizonte vestido de blanco
tan ancho a todos nos hace blanco
de todos y uno y solo nada
ni nadie ha muerto si quedamos
haciendo vida
con lo que nos queda
de vida
en blanco.

Sofía Serra (De Solenostemon)

domingo, 28 de octubre de 2012

mayales 1

mayales 1

0. Al fin y al cabo
que sujetaste
con la primera mano
es el tiempo de distancia,
la medida, la una
que nos separa.

1. wish you were
here es la paz
ahora mismo
no se hallan
dos en mí.

2. seremos dos
hasta que la luna
cierre sus tres ojos,
que no los posee.

3. llegará el día
para dios cantarnos
una nana al cobijo
de nuestro cuarto.

4. Sopesar y transgredir,
así nivela el canto su mirlo
son síntomas causantes
del peligro y la lágrima
rodante curva abajo
de un mundo que fue plano
antes de que él lo quintuplicara.

5. Al pabellón de mi oído cóncava
sien trasladada a tu seís-mo
como si el latido del hombre
naciente embrionara
patente de nuevo.

Sofía Serra (De La exploradora)

Poema para agosto (poema con introducción)


Nunca introduzco los poemas, me parece una falta de todo hacerlo, pero con este me voy a permitir el lujo (porque sí, porque siento y pienso que es lo que debo hacer). Tiene algunos versos de estos que una repite en su mente sin saber por qué, de estos que no se olvidan, aunque el poema sí esté olvidado o simplemente perdido en los recovecos de la memoria no visible diariamente. Cuando corrigiendo La dosis y la desmedida,  que es el poemario donde aparece, di el otro día con él, me llegó una de esas alegrías que no tienen precio, esas por las que una vuelve a saber que lo que hace es verdadero, que está en el camino correcto, al menos, en el suyo. Sorprendentemente, aunque no tanto porque suelen sucederme estas cosas bastante con mi poesía, habla, dice, anuncia exactamente con pelos y señales y un año antes el poemario que creo ya he cerrado o estoy a punto de cerrar, Solenostemon. Quizás La sorpresa que me llevé se deba más al hecho de que La dosis y la desmedida es un poemario confuso, como el desarrollo de una batalla, un "yo" encima de la costra dura de la nomenclatura batallando, más omenso como estoy siempre, y así, encontrarme con un poema esperanzador y de dádiva me desconcertó momentáneamente. No sabía qué pintaba ahí. Pero ahora ya sí lo sé. Y lo sé felizmente.

Poema para Agosto

siniestro e indoloro cautivando
el obsequio, madreperla
benevolente culminando
la hechura de la vasija
desde el barro, limo y centinelas
bajo las palmeras de este oasis
zurdo y regalado.
Las chumberas multiplican
higos verdes: este justo verano
terminará por endiosarse
con la aureola del agosto
arenoso y libre.

Y cuánto sueño duerme
bajo las ojeras de tus testículos
tan jadeantes. Ellos piensan púdicos
y sosegados por la espera
de mis manos, y no habrá
un solo vino que desechen
cuando sed a solas manen,
cuando yo te hable
del fango y de la sangre
volverán las heladas fuentes
a derretir el blanco mármol
en la verdina fresca de mi pozo,
esa luz redonda que cultiva
el agua liberando el milagro
de los panes y los peces
en el desierto.

(Sofía Serra, de La dosis y la desmedida)

sábado, 27 de octubre de 2012

Primer misterio eleusino

(Como veo que es de las entradas más visitadas en los últimos días, y es muy antigua, actualizo y corrijo poema)




Tú caminas por encima de los mundos.
Pasos con pasos desprovistos hasta de huellas,
vanas señales de tu permanencia instantánea sobre ayeres.
Vuelas olvidando veletas,
flemas de soles abrumados por las corrientes
vespertinas y matutinas
que residen en las circunstancias
pasivas de los aconteceres.

Ni más tú, ni más yo, salvo la unión.
De emblemas y consignas
aprehendidas voluntariamente
como cuando
las amapolas ocultan su trino
para que no enloquezcan
con sus rojos clamores
las miradas ingenuas.

Súbita y permanentemente
el ocaso abriga tu memoria.
Ella pelea por no pervertir
la  elocuencia del cauce continuo
de la vida que duerme y que vela.

Ahora que resucitas, decido abandonarte.
Antes, cuando morías, te acuné.

Y quedó dormido anunciando tu renacer,
como paradoja sistemática del lenguaje inextinguible.
Estamos solos,
mas recíprocamente inmiscuídos.

(Sofía Serra 30/Marzo/2009. De "Entreterras")

Un mar lleno de una duda

Un mar lleno de una duda 

20. He de alejarme de su influencia. De la de los sentidos, no. De la de la razón.

sé nadar, me repetía, sé nadar.

21. Llevo toda la mañana intentando hacer, pero sólo mis neuronas trabajan. Clavo mis ojos en un oscuro entresuelo entre el día y la noche de mis circunvoluciones cerebrales, allí me alojo, me deposito en la memoria de mi propio olvido. Quiero olvidarlo todo, ser consciente sin serlo. Inhabilitar, dejar hueco, ampliar. Me celebro descorchando una botella de champán, que nunca me ha gustado. Las burbujas son huecos de líquido. Mi mente necesita líquido virtual, ejemplar. Me basta con un solo trago.
Y tengo un embalse completo.
Sé nadar, me repito. Como aquella vez que me lancé desdé la barca de pedales, posiblemente a no más de cien metros de la orilla. Me apetecía nadar y no tener que volver a caminar todo el tramo de arena que había entre el chiringuito del negocio y la sombrilla. Ahora que con la barca habíamos llegado a su perpendicular, me ahorraría recorrer ese trecho por tierra. Me lancé al agua de cabeza, qué placer poder nadar en el mar sin estorbo, despacio, no tenía prisa, veía la orilla, incluso oía el chapoteo de aquel bañista que más se suele alejar cuando observas a los que se adentran.
Y de pronto, llegó. Primero, la duda: ¿No llego? Después, el miedo. Inmediatamente el desconcierto: ¡Pero si yo sé nadar!, estoy acostumbrada a hacerlo, no me canso, ¿por qué este miedo? ¡Pánico! ¡Dios mío, me ahogo!
Entonces comprendí. Entonces supe: Aquí es cuando se ahogan, aquí es cuando nos ahogamos. El miedo nos puede, nuestro cerebro embrutece nuestro propio cuerpo, que se convierte automáticamente en peso muerto. Nuestro pensamiento lo entumece, lo anula. Ahoga nuestro instinto. El miedo invalida nuestra sabiduría congénita y la adquirida. Entonces nos hundimos y morimos ahogados. Sin explicación posible. "¡Pero si sabía nadar!", dirían.
Un instante casi eterno de dos segundos, no más. Al comprender, al conocer, hice el esfuerzo, lo que no significa más que no hacerlo. Cerré los ojos y me impuse calma concentrándome en el recuerdo (concentrándome en mi recuerdo, concentrándome en el recuerdo empíricamente obtenido), guié a mi pensamiento hacia el hecho de que yo sabía nadar. Extendí mis brazos intentando relajarlos. Inmediatamente mis piernas se elevaron, avancé con el empuje del mismo mar que me mantenía a flote. Un segundo más sin consciencia y el empeine de mi pie rozó la arena del fondo: Me hubiera ahogado a apenas veinte metros de la orilla, teniendo pie, y, para colmo, sabiendo nadar.

viernes, 26 de octubre de 2012

El conflicto

El conflicto

El concepto Rousseauniano
por el que el hombre no es malo
sino que nace honrado y bueno,
y es la sociedad — el grupo—
la que lo corrompe.
De ahí que sea la sociedad
la que debe compensarlo cuando cae
y ayudarlo así a recomponer
su integridad o bondad perdida.
todos, porque todos somos sociedad,
deberíamos sentirnos culpables
de cada desgracia que al hombre le suceda,
o bien, por la pérdida de
bondad de uno de sus individuos,
de cada desgracia que le suceda a ella misma
por culpa de lo que a simple vista
parece tan sólo obra de uno solo.
Porque si un individuo cae,
toda la sociedad cae,
falla como sistema humano
de convivencia. De ahí que todos seamos
responsables de su buen funcionamiento.
Todos, absolutamente todos,
desde el más
dañino de los hombres
al más honroso,
al más hermoso.
Sólo sucede que
sólo el hermoso
tendrá
habilitada, aún, la capacidad
para sentirse responsable.
Porque responsabilidad es sólo
recuerdo vertical
de lo que somos.
Luego responsabilidad es igual
a mayor bondad o menor maldad.
Menos corrompido por
la necesaria sociedad.
Dependerá de su fortaleza,
no de su adaptabilidad.

Sofía Serra, 26 octubre 2011

El poema

El poema

A los que nunca me apoyaron
cuando yo sufría casi infartos
hace 10 años.
Al no psicólogo que tuve
para mi depresión.
A mi esfuerzo y las yerbas
y las flores del campo
que me acompañaron.
A mi seráfica compañía en aquellos años,
las silenes, los lirios, el diente de león y las encinas,
y las ausencias que me disteis.
A los poetas que se ríen cuando uso esa palabra,
ser-afín, sin tener ni puta idea de donde
llega, o sea, a los ignorantes.
A las torre de la luz que canté con mis fotografías,
y a vosotros, que no estuvisteis
cuando pensaba en suicidar
a tres personas queridas yo incluida.
Al tranxilium, que ya sí es mi eterno compañero.

aquí misma asomada a donde ayer
pintaba mi travesura de amante
loca por las yerbas y otras sustancias
alucinógenas, el polvo blanco
es tan dulce, ay, aún mis alas
conservan restos, abejita,
abejita en la amapola soy…
salvo cuando escribo.
Cuando escribo
el opio del pueblo,
o sea el puto dinero
cuando lo hay,
—ahora salta de rama
en rama el mono
enfermo de infartos
y depresiones,—
me deja sin mis poemas.

Yo le canto a la luz y
la luz me corta las alas.
Yo pago la luz
y las tijeras del inconsciente
suicida por la crisis
corta mis palabras.

Estoy harta de ser
una adelantada a mi tiempo.
Al final me como
todos los marrones
—para mí los quiero todos
(¡egoísta, eres una egoísta!,
deja algo para alguien),
con lo rico que está el polvo blanco,
masoquista— de ayer,
antes de ayer y hoy también,
sin haber siquiera
podido disfrutar
de la mínima abundancia,
ni hablemos del derroche.

ajena al mundo
el mundo me la mete
doblada por todos mis orificios,
tan harta, dios mío, o sea, yo,
tan harta de tan mula
de carga con todos
los pesos de sus mundos.

una abeja con alas
como las de un B-52,
una puta entelequia
o casi quimera,
eso es lo que soy.
una extraterrestre.
una mutante.


esa fue la segunda parte de mi día de ayer 23 de octubre. la primera fue hermosa, pero de esa no me dejaron conservar rastros. casi mejor, casi me alegro, me alegro del todo, mejor dicho, no se convirtió en literatura. El mejor grafos es el que huella  el alma humana, ahí es donde únicamente merece la pena permanecer. En el otro.


Sofía Serra (24 de Octubre de 2012)

toda tu noche

toda tu noche

luz y vívida luz
que no me asombra
y sol y espejo de dicha
a las tres de la mañana te llamo
en mi oído,
plácida te umbro para que no te disuelvas,
pensamiento cálido de ti
y mi sonrisa acaricia la almohada
con su mejilla.
tú tan tierno y seguro y cándido
pensamiento mío en ti.

densa y menudamente
la noche paraliza lo más bello,
lo detiene y lo deposita
en mis brazos, lo llevo
a mi pecho y no se pierde.

ahora dormirás seguro
y cansado como un pequeño
hombre que duerme todos
sus pesares y descansa
en la noche toda
que yo velo
para hacerla día
con tu alegría toda
despiertas
y todo te vea más claro
como el aire limpio
y el fresco de la mañana
mira tus ojos ambos
como pozo de estrellas
todas.

Sofía Serra (Solenostemon)

miércoles, 24 de octubre de 2012

Filosofía al Sur (solenostemon III)

Filosofía al Sur (solenostemon III)

apenas deseo saber si
acaso llover sobre los terrones
antes de removerlos

con la lanza de mi suerte y el
cabo de tu amor en este
cielo blanco de abril

u octubre, lo mismo da
primavera doble
sobre el escudo del año.
así de fértil siendo
duplicas la existencia
de lo hermoso,
tal como Empédocles
enseñaba
en su filosofía.


Sofía Serra (De Solenostemon)

(cierro por un tiempo, aquí, allá, allá, etc)

La ordenador-a

La ordenador-a

I Incompatibilidad con el sistema

tengo un gran conflicto
de instalación:
sea ser aun-
que no posea.

II El programa

esto es producción tuya
y sentado estableces
las prácticas del regimiento
de infantes, niños soldados
que besan el polvo de las eras
como si hubieran nacido
de pie, ya cuadrados ante las fauces.
Y mientras el niño judío muere
de hambre en la calle del gueto
como un perrito más, sin llamar
la atención ni de tus ojos
ni de sus padres que hoy inventan
la guerra y matan a inocentes niños
que portan fusiles de madera.
porque de madera es el cerebro gigantesco
del abuso y la locura de un hombre
que nadie creó y a sí mismo
se forma odiando
su razón de vida
sobre la faz de la tierra.

Alguien habrá que te saje
el cuello de tus lombrices,
alguien cortará la yugular
que te enhebra a la demencia,
alguien beberá de tu sangre
destilada
en agua. Purificaré
un arcano
inmediato que me permita
convertirme en ameba,
recomenzar el proceso,
renunciar o morir.
Reiniciarte.

III Modo a prueba de errores

habituada,
tu nombre
se eterniza
vencido ni te hallo
blanca-mente
no te olvido.

Sofía Serra (De Solenostemon)

In-verso veritas

In-verso veritas

un libro
sólo
deseo escribir
solo
y una.

Uno
sola y libro
deseo
de una sola-
mente.

martes, 23 de octubre de 2012

Cuarto cumpleaños de El cuarto claro (y con luz natural)

Sabía que cumplía cuatro años en estos días, pero no recordaba cuándo, ni, menos aún, esta entrada que, aunque fechada hace cuatro años exactos hoy día 23, la escribí un 23 de enero de 2011 (abajo la copio).
En fin, casualidades.
Es que yo no hago literatura. Sólo transcribo a la Poesía (no, no, para nada presuntuosa).

Este blog cumple años, y la que lo lleva todos los días piensa desde hace muchos meses en que le ha ido llegando su hora de cierre; pero hoy aún más, aún más lo ha pensado, aún más lo ha sentido.  Ya no lo necesito. Pero, ¿es que lo he tenido porque lo necesitara?  Bueno, sí, exponer, mostrar, dar, tal y cual, pero pensaba que porque aportaba, esa es una necesidad mía de toda la vida, mi puñetero mal, la hiperresponsabilidad, como le comenté a la persona que vino a entrevistarme  ¿Ahora ya no necesito aportar?... ¿Aportar para recibir?, ¿de qué y de cuándo? ¿O sí?

30 euros de cuota, 300 de ingreso. Lo veo +/- normal (sic), pero encontré la excusa perfecta para poner fin a una pérdida de tiempo de unos 10 minutos. Me solivianta tanta ignorancia.   Hasta en la masonería he tenido que encontrarla.

En fin, sigo sin saber qué haré con el blog, pero al menos, ya que nunca lo he hecho (qué bonita es la anáfora), creo recordar, de justicia es que  señale su cumpleaños.

Cuatro años de El cuarto claro... ¡Y yo con estos pelos! (y sin pintura, con luz natural, como me gusta fotografiar, aunque ya no tenga cámara).




Este blog, hoy día 23 de enero de 2011, es el resultado de una fusión de tres que tuve en su día cuando inicié la andadura por este tipo de formato que blogger nos ofrece. Esos tres eran:
UNREALAND, con la primera entrada del cual se inicia este blog actual, lanzada un 25 de octubre de 2008. Ésta.EL CUARTO CLARO propiamente dicho, que  inicié en esta entrada poco después pensando en habilitar un lugar que centralizara mi perfil ya que a la vez se me iban esparciendo las cosas que iba haciendo en otros blogs más específicos que también creé:  uno, dedicado a exponer fotografías sobre la Semana Santa de Sevilla, y otro para incluir recetas de cocina tradicional sevillana conocidas  a través de las enseñanzas de mi madre. En la barra lateral derecha de este blog aparecen enlazados.
SEVILLA DE CALLE, que en su momento pensé para incluir tan sólo fotografías referidas a la ciudad de Sevilla e inicié con esta entrada
Quedaron unidos los tres en este de El cuarto claro  AQUÍ, tal como aparecen ahora.
Programo la fecha de esta entrada para que aparezca al principio de todas.

A los cuatro vientos

A los cuatro vientos

amor de ojos
de sol y sombra, si me dejas
la presbicia en mis bases,
¿de qué pie cojearé yo
sino es de ti
y tus tobillos?

no me abandones en esta primavera
blanca tan llena de lo mío.
mira tú, que no necesitas gafas,
que yo sin lo tuyo, claudico.

Al Sur te necesito,
y a los tres que no se nombran
les pido tu mirada
que un punto convergente
de luz
atraigan el frente
de tu perfil a mi escena.

todo es extraño.
río aunque lloro.
todo permanece
salvo la espera.
Ella se va. Yo me quedo
en la rosa de los vientos.

Sofía Serra (De Solenostemon)

lunes, 22 de octubre de 2012

Palabras hoy

Palabras hoy

Toros, tordos lentos
vagos, tardos, lerdos
verdes tantos loros.

Hipan obtusas quemando
el suelo arenisco, son tan ariscas
las curvas de nivel.

Cuántas veces interpretaste
el suicidio salvaje de la garza
planeando sobre los maizales.
Mas no arrancaste nunca
el tren de las causas
mayores
son los duelos
y los velos.
No te contaminé
para tu desgracia
mía y la del mundo.

Esperar la contra
partida beneficia
sin más pesar
que el del bolsillo
con la costura rota.
Reiniciar y gemir
ante el barbecho, relabrar
el borde blanquecino de la fuente.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

domingo, 21 de octubre de 2012

Javier Sánchez Menéndez, palabras para una esperanza

Esto es lo que falla en España. Esto es lo que ha fallado durante cien y doscientos y mil años, también lo que lograron frenar en el 36,  y lo peor, lo que sigue fallando ahora, año 2012, siglo XXI ¿Por qué será que a una política conservadora le interesa siempre ningunear el capital base, la educación, la formación del futuro más joven? Me lo preguntaba un amigo argentino hace días. La respuesta nos la dio hace ya bastante tiempo Blasco Ibáñez: el conocimiento es poder. Y ellos son expertos en tomarlo, el poder.

Hoy no es tan difícil acceder a él, al conocimiento, aunque muchos, y algunos, si llegan al gobierno, se empeñen en tratar de evitarlo, de evitar que llegue a los demás.

Por suerte,  aún quedan palabras como las de Javier Sánchez Menéndez, un espíritu que arroja luz sobre la masa negra y oscura de la molicie de este país.

Es un mensaje para alojar en la vitrina, mi vitrina, y reproducir constantemente, generación tras generación, hasta que a más de uno o dos les entre en la cabeza o lo que sea que tengan encima de los hombros. Luchar en este presente por un verdadero futuro.


Abajo su palabra grafiada también en letra. En estos tiempos, y aunque pueda resultar ingenuo,  hacerlo es para mí como  grabar en letras de molde sobre la piedra, escribirlas. Así lo merecen. Así nos lo merecemos, o así creo que el ser humano se lo merece. Quiero creer que se lo merece. Al menos el que venga SÍ lo merece. 

  En casa se educa, en la escuela se aprende
 (Javier Sánchez Menéndez) 
Su palabra en Radio Sevilla, Cadena Ser, hoy.
EN casa se educa, en la escuela se aprende. Pocos deberes y las tardes sin clase. ¿Éxito en Suecia? Bueno, es una forma de enseñar que mantiene a sus alumnos en los primeros puestos de un ranking real y verdadero.
En España hay niños que salen a las cinco del colegio, después van a inglés, de ahí al Conservatorio, y algo de deporte. Llegan a casa a las ocho. ¿Deberes? Antes un par de horas de televisión o de videojuegos. ¿Cuánto descansa un niño?
En casa se educa, en la escuela se enseñan conocimientos.
Los dos padres trabajan, mañana y tarde, (ahora es necesario). ¿Quién controla al joven? Cuando llegas a casa lo encuentras dormido o tumbado en el sofá. ¿Has hecho los deberes? Claro, no lo dudes.
¿Educación o conocimientos?
Los niños deben jugar, deben ser niños. No existe el fracaso escolar, lo que ha irrumpido es el fracaso social.
Buscamos culpables. ¿El sistema? No. No hay culpables, hay ignorantes. En casa se educa, en la escuela se adquieren conocimientos.
Nunca el maestro o el profesor deben hacer la misión de los padres. Son docentes, docentes vocacionales.
Es la ley de la contradicción. Quien mucho abarca, menos aprieta.
Las huelgas de estudiantes, hace años, las hacíamos nosotros, por la ausencia de calefacción, por bajas reiteradas o simplemente no queríamos hacer un examen.
Ahora las huelgas condicionan los actos. Huelgas necesarias y difíciles. Y mucho más en un país a la cola de la educación en el mundo.
Invertir en educación es renacer, resurgir, revivir. Pero ojo, en casa se educa, en la escuela se enseña. Y esto deben tenerlo claro todos los agentes sociales. Todos.
El niño debe jugar, debe hacer deporte, debe vivir. Y debe aprender el concepto de libertad y responsabilidad.
No volvamos la vista atrás. No hace falta. Lo que tenemos delante es bellísimo. Un ramo de flores con olor intenso. Y un color responsable.
Toda inversión en educación creará personas, seres humanos, portadores de sueños sobre la alfombra de la verdad.
Eduquemos desde casa, enseñemos desde el centro educativo. Con vocación, con amor, con profesionalidad.
Pero ojo, con un pacto social necesario, sin cambiar las leyes educativas al ton y al son de quien gobierne. Un pacto de estado por la educación beneficiará a generaciones, nos hará más humanos. Y nuestros hijos estarán más educados, mejores enseñados.
¿Saben realmente lo que es un pacto de estado por la educación? Lo que hace falta en España desde hace muchos años y nadie se atreve a implantarlo.
Todo lo demás sobra.
Javier Sánchez Menéndez

Ríes aunque llueva

Ríes aunque llueva

Llueve y el agua limpia
tu reserva de gesto escondido
a las mieles del triunfo.
Por un puñado de monedas
que no coges,
conquistas el favor del cielo
y de la amante, mas, lo sabes,
tú siempre lo sabes, no hay favor
que necesite gesto
de tu honrada boca ducha
en vociferar cuando el gentío
te escinde y esconde una y otra
vez las monedas almonedan
el aire, lo subastan
al mejor deporte:
¡qué perpetro observado
sobre tu risa centelleante!,
duermen los armónicos sonidos
de la lentitud del agua cayendo
sobre las piedras y la verdina
aún por nacer, tan someras,
es decir, tan ciertas.

Vierto caudal
sobre tu honrosa
costumbre de saludar
a la gota de lluvia
que se desvanece (vuela,
ella vuela aunque caiga).
No hay mejilla más alegre
que la mía cuando se deposita
en tus labios untados
con deslices otoñales:
un dorado y sabio verdor
que enrojece al cielo nublado.
la ciudad nos puso límites
de tejados, pero tus dos aguas,

esa una sobre tu mejilla derecha
y esa otra sobre la izquierda,
continúan silabeándome
el lenguaje que comienzo
y no termina cuando callo
mi continuo
no dejar de
mirarte.

Sofía Serra (De Solenostemon)

sábado, 20 de octubre de 2012

La cebolla

circunstancias inevitables
por las que sordinamente
el deje fluye y lo único previsible
se convierte barro en tus manos.
luego se seca, se endurece
y no puedes hacer nada
Lo dejas caer
y estalla,
con los pedazos me hago un collar

Puntiagudos fragmentos
de materia cáustica
que hace media hora, salvajemente, es decir, naturalmente, confluían en armonía proyectando el futuro claro y reconocible de la creación, la salvedad, la redención, la progresión, el continuo, lo que se debe hacer, lo que cada alma debe procurar más allá de pensamientos, creencias, apetencias, voluntades, neutral, regida tan sólo por la moral amoral, es decir, por la moral de la no costumbre, de la no inercia, ¿hasta cuando beberemos de alimentarnos, de poder alimentarnos?
la reducida armadura del miedo en vez de la segura escafandra de la creación.
Echo de menos mi fuerza transportadora de huidas, ¿qué se me escapa en un mundo tan doloso? El hombre hace mella y tiraniza a la justicia. El más justo fue Ulises, el ingenuo, el sabio

comprender hasta cierto punto
sólido
y regresar, seguir
continuar mi sacbé horadando verticalmente y dejar la costra de la nomenclatura para los necios, los sordos, el vociferío, los regalantes. Los dadores son lo contrario. Dan, no regalan. Contribuyen, no atiborran de empréstitos personales cada barrio por donde se pasea la locuaz sordina de los hombres. Sembrar una cebolla y verla crecer hasta que florezca, ahí radica el misterio, la soledad del barro eterno, el nido en el que un minúsculo grano seco termina desplegando fibras de verdes esmeraldas alcanzando el aire, el cielo el azul o las nubes en busca de la luz y todos los componentes universales de la vida, aminoácidos, minerales desplegando anatomía, ejerciendo su derecho al VIVIR pero a la vez creando nuevos y pequeños mundos, orbes saboreados , veneros de golosinas, espléndidas vistas desde el oteo de su flor abierta a todos los insectos, la longitud de la cebolla realiza acto de clemencia al dejarse arrancar de la tierra para ser llevada a la boca del más grande insecto. Perdona. SE DA
Cebollas y cuentos varios
la infinitud del mundo
por estudiar y cantar, oh, mis verdes más asombrosos, lúcidos amantes, qué bien sabéis gobernar los vientos como sólidas ramas, como las flexibles hojas de las palmeras, la velas desgarradas del mástil de la poesía.
Hubo una vez un pozo que se declaró desierto. Secaron los hombres su abertura natural, abrocharon su hueco con la piedra granita. pero el agua seguía corriendo sesenta metros más abajo. andar dos pasos y el ombligo zahorí advierte la onda sísmica, el radar, la suculenta transparencia para sus ojos, el devenir, la amistad de la tierra y el hombre, permanente amistad entre lo dicho y lo elaborado, la condimentación, el arte culinario de la verdad (es verde, madre, es verde como la esperanza). La congruencia. El único tronco. El bastión de lo verdadero.
caminé junto a ti o yo
o mí, pero ya mi nave parte,
hay una tierra que me espera,

negarse al todo para poder considerar el todo.
benefactar, benefacer, beneficiar
bienhacer
biennadar
bien-a - dar

la dádiva y el sol.
Y la cebolla.

me he ido
Nada pudo emitir tu voz.
el silencio es arrasado
por la permanencia, me voy
enquistando regalantes

cada día que pasa soporto menos la prosa, ni la prosa ni los versos prosaicamente elaborados, el lenguaje antinatural corrompe cualquier aliento. Son el discurso, efectivamente, son la ruptura del curso, de lo que mana, del orden natural del pensamiento.
Aristóteles lo complicó todo, mil páginas para decir dos palabras, una idea. Sobran muchas palabras en la historia del hombre, más libros sobran. Los pésimos escritores, no soporto la literatura, la ficción, ni la explicación. El lenguaje poético es el show reality de nuestro cerebro, ¿existe show reality menos telebasura? Lejos, la manda bien lejos, a la basura que se engarza en nuestras neuronas. Consigue desplegar velas al viento, suelta jarcias, conquista el aire, libera, rompe el cráneo desde dentro, es la fuerza embalsamadora de lo único que merece ser conservado: el alma exacta de cada burbuja de aire, lo inaprensible.
Ese es el logro del lenguaje. Sólo existe un lenguaje con palabras, el poético.
Todo lo demás es enfermedad. vicio. virus. inutilidad.
Hay muy pocos poetas en este mundo. Yo sólo conozco a dos o tres. Pero me duelen los ojos de leer la palabra incrustada en sus obras, de palabras o de hechos. Una purga de la nomenclatura, eso es lo que hace falta
La cebolla es un muy efectivo purgante.
Que lloren.
Pero que no digan que escriben poesía.

el autoparafraseo

el autoparafraseo

Cansarme de yo misma
que en cada uno de vosotros
me veo cada guerra intestina,
cada injusticia.

Sólo quiero a lo distinto, a
ti que, aún igual,
te hace distinto
la Naturaleza.

ahí me quedo

en esta noche, tan poco dada
a la poética, o sea,
la verdad, de nuestras cosas.

Los cinco sentíos ahogaos

viernes, 19 de octubre de 2012

Oído

Oído

Me he quedado muda
al amarte transparente
tus fresas cuelgan
como macetas
de mis balcones
de mayo, es mi pecho
el que se asoma
a contemplarte, verte
y verte venir como
si no los muros ni el cemento,
como si tus ojos libres
me hubieran con-vida-do
a un almuerzo, a la ruina de la bilis,
al sorbo del mágico
poi-son que inventa menta
verde y limpia la mucosa
de mi estómago, un trago
de yerbabuena en los brazos
de tu abrazo o esos fuegos mojados
mientras yo intento no abandonar
mi fe en mí
y en tu oído.

Para mi son
tu deseo
de hombre llegando
a ti y lo tuyo.

Sofía Serra (De Solenostemon)

Paralugar

Paralugar

Mi hermano está en Helsinki,
yo en Sevilla y una patria se pierde
en las montañas de azufre tan aromáticas,
curry luminotécnico encendido por tanto
y tantas arquivoltas de ayer
comunicando el vértice de la luz
de las farolas que no sé dónde acaba,
dónde se apagan.
La noche arruga el velo de perlas centelleantes,
un puticlub se esmerila en los adoquines
de la calle y en la fachada de la iglesia
decorada como tarta nupcial.

Para los sentidos, las parasienes.
Un sublugar asoma meditabundo
dudando entre su sitio y yo.

Sofía Serra (De El hombre cuadrado)

jueves, 18 de octubre de 2012

Apopléjico mayo

(El tras-mayo de este octubre
tan parco, tan reaccionario.)


Apopléjico mayo

Cristiano y tácito
cabecea sobre los parterres, sí y no,
del jardín exultante de yerbas
y amargas prímulas.
el sol rompiéndose:

Conminarán, nos conminarán
a todos al quehacer de lesa
majestad hasta abolir
nuestras axilas de cuerpo
humano sin brazos y ya
hasta sin alas.
Como los ángeles esclavos
de los otros infiernos en la cuerda,
entre dos rascacielos aúlla el lobo

que olvidé, mirad mis ojos
olvidados por mí.
Ya no suman ni restan,
pétreos invaden la vívida luz
y se ahuecan para atraparla.

Culminad, escindid, refrigerad
la sal y la lluvia quebradiza
para que no claudique ni se amiante
la humedad bajo nuestras huellas.
Hubo un ya en que amarnos
fue lo más fácil.

Nada de miedo no tiene
miedo más que de ti
este mayo tan esclerótico
y tan escaso de rosas
en el sol malevolente
que a-las otra s rosa s aja.

Lo sensato es que sostengas
tensas tus sienes hasta
su santo y seña: semestre
como si una adelfa fueses,
este apopléjico mayo
al límite del agostado
y dorado verano

bordeará la apatía
hasta su estiaje,
y así, sazonará el mar
la multicolor dueña
de los abandonos de las olas.

Mas nada relega
a la insumisa,
a la tercera orilla.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

miércoles, 17 de octubre de 2012

El principio

El principio


El cordero abrió los ojos
para dormir para siempre.


El secreto

desde un cordero blanco
y penoso blanco lechoso
me acostumbro
y evado las sienes
de lo que soy.
la siesta del cordero
me ha abierto los ojos
secretos que cierro
aunque ya no tenga párpados.
la rosa semántica
y cargada de profundas grietas
abastece el pulmón de tu oído.
qué más pedir en el siniestro
mar de luces.
un canal nos encauza hacia el sumidero.
No hay remedio.

Es inútil.


La soledad lo contamina todo. Dejan de tener sentido la esperanza, la habitación, la huella clara o difusa. Nada subsiste si no es en el otro. Ninguno amamos más que a nosotros mismos. La juventud se yergue abanderando sin recordar a sus padres. Los padres han olvidado a sus hijos. El maestro se queja de su salario. Yo pienso en irme. Mientras tú existas me sentiré sola. Mientras yo misma exista. ¿Cómo nombrarte tú sino es desde el yo? Mientras haya una puerta, el cuarto quedará a oscuras. La rebeldía sólo nos atestigua ante el ocaso del sol. No queda más remedio que morir. La muerte es nuestra compañera, y sin embargo le tememos. A todo tenemos miedo, hasta a lo que nos hace felices.
El miedo es nuestra criatura, la endemia, nuestro cáncer.
El miedo al otro.
El miedo a amar.
El miedo a morir.
Por eso nos asiste la soledad.
Ella es nuestra compañera.
Por eso no tenemos remedio.
Esta es la cruel y humana paradoja,
el secreto que nos revela
como
imbéciles.


El conocimiento


Hoy comienza una nueva vida, una nueva parte de mi vida. Así pongo punto y aparte. Cierro un ciclo comenzando otro que no sé adónde me llevará. El continuo sigue habilitando recursos en mi mente para decidir por mí misma que debó hacer, aunque yo no lo sepa. El qué se impone, el porqué es mi fundamento, el cómo mi debilidad. La debilidad de todos también.
El cómo nos comunica con el otro, logra o no logra abrir el cauce, saltar el abismo, tender el puente.

Este cómo me ha servido a mí hasta ahora. He tenido el puente entre yo y lo que sea que nos sostiene a todo. Por eso ya puedo decidir. Con conocimiento. Segura de un mundo y su lugar y segura de mi lugar en él. mi lugar en él sólo soy yo aunque yo pueda amar. Aunque yo misma sea amor.

El amar es un estado de reposo absoluto, de paz sin fin. Un estado magnificiente. Lo hace todo serio y profundo, consecuente, congruente, en paz con dios y con los hombres, con uno mismo. No da lugar a al miseria ni al dolor. No vomita. Sólo exige verdad. Nos manifiesta. Dejamos de necesitar los cinco sentidos para estar. requerimos tan solo la presencia de nosotros mismos. Nadie llama ni convoca salvo la propia verdad.
La miseria no tiene vuelo, se arrastra pegajosa y hiere la longitud de de las mareas, siniestra lo oculto. Traiciona lo verdadero.

Ser independiente significa ser capaz de amar. Ser esclavo significa no poder hacerlo, no poseerse. Si uno no se posee no se puede dar.

Todo ha re-comenzado. Echar la suerte significa amar, amar es la verdad. Y nada es susceptible de amar salvo la verdad. Todo lo que no es verdad es mentira, luego no es. Si no es, no puede ser amado.

Sólo la verdad hace el lugar para el acto del amor. Sólo la verdad pone en paz al hombre consigo mismo, porque le permite amar.
Hacer lo que debe ser hecho es la verdad. No hacerlo, la mentira.

Acabo de morir.

Vuelvo a comenzar.

Sofía Serra (De Solenostemon)

martes, 16 de octubre de 2012

El sacbé

El sacbé

un diccionario del diablo inventan
sobre la marcha del derretido tren
descompuesta su chatarra como
si árbol generacional fuera,
como si veinte pútridas crías
de no me olvides olvidados
caminaran por la férreas
paralelas que dan cuelgue
a tu hombro, camino de orgía
quíntuple sobre el desatino, mendaces,
lúbricamente escollados
sobre la mampara del futuro
que se acera en el alto horno
de un municipio que ni es munífico
ni principia un tercio siquiera del sol
cuando en su mediodía resplandece.
venerarán depositarios
de alhajas marinas ennoblecidas
por los corales, pero al final—
del mar y la escollera de su columna—
no serán más que óxidos
nitrosos en la espuma de nuestro barco
que veloz dará la vuelta al mundo
con su enorme vela blanca.
Y todas las estrellas mirarán a la Tierra,

y en algún microsegundo del big-bang
una voz detendrá el cerebro de Einstein
mientras él escribiendo ha citado
tiza en mano a la magnífica, en su fórmula
lo dejó escrito, energía es igual
a masa por aceleración
al cuadrado como el hombre,
no hay nave con vela más veloz,
más científica ni amasada,
más certera y cuadrada.

Pero yo soy elipse abierta.
Un nautilus quizás
con flecos de algas marinas
y pozos hemisféricos
y estelas curvas.

Sofía Serra (De Solenostemon)

La sierpe lozana

La sierpe lozana

¿mi dios se llama          él?,
¿mi dios se llama          tú?,
depende de donde        yo
                                        nos sitúe.

ellos buscan las estrellas
y tú donde no estrellarte
las piedras nacieron
para que tropieces no
para que las lances
yo te lanzo mi aventura
sin nombre ni piedra,
tan inverosímil,
tan alucinante tú
desgarraste
la última corteza de tu olivo
cuando yo amamantaba
bajo la lumbre del candil
con aceite que silo en el molino
que tú edificaste con ruedas
tan grandes como tu osamenta
de elefante puro y recio
fondeaste tu trompa urbe
en el limo de mi abrazo
y aquí te enterraste sin saber tocar ya
ni una sola piedra, ni una sola yerba
ni una sola brizna de aire
hasta que asfixiado
cierres los ojos
y yo me nazca en tu muerte
que no deseo será que
tu entierro móvil, la ciénaga de tu sueño,
trabaja lumbres sobre las que amanece
el nuevo día que me da esperanza
y la vida ya
cobra áspid
y sentido
para mi des-lengua
única.

no muerdo,
pero te roen.
Y yo necesito vengarte.

Sofía Serra (De Solenostemon)

lunes, 15 de octubre de 2012

Demencia, un poema de Carmen Karin Aldrey

Demencia
Purgatorio
Lanzas
Ceguera
Pared
Ácido
Tijera
Frontera
Desamor
Renuncia
Alambrado
Ozono
Alcantarilla
Humo
Prejuicio
Mordedura
Carbón
Quemadura
Crematorio

Muros
Muros
Muros

Padre
Nuestro
Que
Estás
En
Los
Cielos

Que
Así
No
Sea
Por
Los
Siglos
De
Los
Siglos

Signos cantores con Isolda

Tenía que llegarme de ella, que lo tiene to' bonito (el nombre, la cara y, más aún, el espíritu), de Isolda, llegarme la alegría de que Signos cantores tiene materia y existe más allá de estos líos y los otros (editar), que ya tiene una casita donde estar... ay, es que me he deshecho de alegría, siento la entrada tan... pues personal, ;)
Muchísimas gracias Isolda, ¡ah!, y no se te olvide lo que te he dicho en facebook, ¿oook?...:))) Tú léelo, que para bien o mal esos poemas ya no son míos, :).

Qué hermoso lugar lo rodea, y qué preciosa fotografía entre plantas y verdes.


Fotografía  de Isolda Wagner

Adiós, poetas

Adiós, poetas

I

De sol a sed
desolada
la sal
lo sabe.

ellas se habían enredado a mis manos
porque
ellas no tenían
quien las acogiera en sus manos
buenamente
ellas se vacían.
Las yerbas habían encontrado
donde desentumecer
a la muda.
Me enreda menos, mas
no lleva tu nombre.


II

Política y honestamente
tengo más
que ver
con las yerbas
que con vuestras manos

(ya, sin las tuyas o las mías,
la pradera subsiste sola)

,
malevolencia
entretanto,
entre tantos
y con nombres.


III

La única revolución pendiente
es la del individuo sobre sí.
Y la única con final feliz
para el mundo.

                                   no pidas
revolución
                  externa
cuando
                  interna
                                  no la das.

IV (Victoria)

Derrótate
entonces
conocerás
batallas
ganadas.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

domingo, 14 de octubre de 2012

Amor mío

Amor mío

Claro hueco de día en el que la noche
nos hace más bellos en ese hueco
perenne cabe el silencio blando
como un puro derrame de amor lento
abriendo paso a lo inexpugnable.
la sonrisa del camino despejando
la abertura por donde te encuentro
como un freno sincero y entusiasta
enciendo mientras tanto mi antorcha
que prende alegre al paso
de la corriente clara, un camino luz
y mundo y tu silueta recortada
al filo del brillante pozo
de tus ojos como estrellas.
Qué más me da amarte
sino mi propio yo, para qué
más que mi propio amarte.

Confieso que el bronce
de la estatua recorrió avenidas ,
y no deseo transmutarla.
Su verde esmeralda entrena
de esperanza el movimiento
de sus manos, verte lejos
derretir el asfalto como un sonoro
campanario de bruces tu boca
y un tañido callado—el de tu voz—
que reproduce mi propio nombre.
A veces me quedo dormida
quieta para que no se rompa
el silencio que me ama.

esta geografía indiscreta sin dulce
de paño caliente o fresco almíbar
como cuando tus raíces y tus venas
sellan el agua en mis labios.
Me faltó la fotografía de un hombre
armado y tierno, algo mío que duerme
y durmió tranquilo mudo al verte.

En esta sintomática pausa
que no adivino echan raíces
los potos, los coleos y la parra virgen,
yo aún no he acabado mi tónica,
la velocidad del cierto mundo
centrifuga tus ojos lejos míos
son el silencio y la calle
por donde te veo caminar lentamente
sin cerca o más grande,
sin lejos o más pequeño sin mi saber
si vienes o vas,
y mi antorcha no se apaga.

Duermes y despiertas
en dos palabras que no pronuncio.

Sofía Serra (De Solenostemon)

sábado, 13 de octubre de 2012

Indignación de un español de noble espíritu (1810) [Wordsworth]

Podemos soportar que Él desvaste nuestras tierras,
despoje nuestros templos, y con la espada y la llama
nos vuelva al polvo del que provenimos;
tal alimento exige la ambición del Tirano.
Y podemos sufrir la idea de que por sus manos
España pueda ser oprimida, y él poseer
para su diversión una solemne estepa
donde todos los valientes muertos yazcan. Mas
cuando se atreve a hablar de las cadenas nuestras que romperá,
de beneficios, y de un día futuro
en el que nuestras ilustradas mentes bendecirán su poderío;
Entonces, el esforzado corazón se encuentra falto de fortaleza;
nuestros gemidos, nuestros rubores, nuestras mejillas pálidas proclaman
que él tiene poder para infligir lo que a nosotros falta fuerza para sobrellevar.

(Wordsworth. Poemas. Editora Nacional, 1976)

A Van Gogh en su época negra. (la otra cara)

A Van Gogh en su época negra. (la otra cara)

quietismo es sentencia
de lúcida horda
con los ojos muy abiertos
asaltando mi abismo sobre el abismo
de negros zurcidos
y la piel
enmohecida por el pésimo
llanto con sabor a tierra
mojada
por el vaivén de la lluvia
y su escapulario de incierta
esperanza se balancea
y tu hipnosis agujerea
el lienzo ajado y tenebroso
de los aullidos del tiempo
donde demoraste
el hallazgo
del color
del paisaje
en tu oído mutilado.


En esta persistente demencia.

Sofía Serra (De Solenostemon)

viernes, 12 de octubre de 2012

nocte parade

nocte parade

soy la muda que retorna
como un chino al engañabobos,
al avispado fraude. Trabajo
sobre hombros pequeños
signos cantores que no saben,
precavidos habitantes de la rosa,
si bifurcarán el silencio
de la madrugada, de mi madrugada,
hasta los grises líquenes.
De la niña, tú,
el clavel, cuántico azar
pernoctando sobre la soleada
techumbre.

Tan cándido, azahar,
a la noche
duermes y despiertas
a la gris aurora
donde cuerpos y sombras
son tan iguales
tan cándidos son
como tú, cuántico azahar,
signo cantor en sol
mayor de día
sobre los hombros de la rosa
sin niña ya ni la noche.

(Sofía Serra, De La dosis y la desmedida)
 
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