sábado, 31 de agosto de 2013

Poema para una esquela, que le dicen

SALVE REGINA ENFERMERA

La vi llegar vestida de blanco, tan guapísima y amorosa como yo, dirían mis hijos.
En vez de guadaña me ofreció un precioso ramo de jazmines blancos.
¡Ah, qué feliz soy al por fin poder respirar su aroma! El aire de la noche de agosto me inundó de paz y alegría.
Recordad, queridos hijos, nietos, yernos, nuera, hermana pequeña, en fin, todos aquellos que me conocisteis, lo que siempre os decía: hay que querer en vida. Yo tuve la fortuna de sentirlo así. Podéis echarme de menos, pero pensad que yo estaré bailando y cantando junto con el que fue mi marido, CARLOS SERRA BLANCO. Así que más vale que nos acompañéis con unas palmas y una copita de vino —para mí champán o lambrusco, ya sabéis, ;)—.

DOLORES GIRÁLDEZ ALCÁNTARA
30 de agosto de 2013. Sevillana rubia de ojos verdes




La autora de este blog os sugiere que si queréis conocerla mejor, además de aprender 
a cocinar en condiciones, ;),  os paséis por el que es su blog. 

Correo a mi madre que está en el cielo

Mamá, mamá, ¡que alegría!... ¡Ya sí puedes respirar!
¿Sabes?, sólo tú podías conseguir que una noche de mortuorio oliera a jazmines. Con su aroma me duermo.
Un beso. Descansa, que ya sí por fin puedes hacerlo.

jueves, 29 de agosto de 2013

Aunque digas (the game)

Aunque digas (the game)

Estoy cansada de que la poesía me confirme. De nada me sirve prever. Ni a mí ni a los demás. Terminaré odiando la escritura de poesía. Me resuena como una carcajada siniestra, un “ya te lo dije”. ¿Y qué?, le espeto. Sólo fuiste palabra. No tienes ni idea de lo que es la vida. Soy yo la que la hago posible. Mi cuerpo. Mi física. Mi tiempo. Tú no existes hasta que yo te hago inmanente VIVIENDO.
De nada sirve que me avises. La vida es otra cosa. La vida soy yo y mis semejantes y todo lo que nos rodea y hacemos. Jamás podrás alcanzarnos. No llegas antes. Simplemente no llegas. No te haces hasta que yo no vivo. Aunque digas antes. Y yo vuelva a escribirte después.
dos tiempos para un acontecer,
uno dado
y canica,
ambos rodando.

YA

YA

el quebranto la luz
agonía verde cabello
tu asomo quebrando
el aire no dejes
de respirar
por amor
al cielo
ve
ya.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Nanit

Nanit

Duelen hablando quedamente los lentos crepúsculos
de estos días semejantes a ciertas aves que se posan sobre la encina.
Duelen quebrando horizontes allá
donde el sol se pierde hasta lograr ser más sol,
más aurora del otro lado, del otro barrio,
donde danzan ligeros los bostezos, las axilas,
los murmullos ahogados bajo las sábanas
y nuestro olor profundo y seguro de ser vivo
alimentándose de sí mismo. La luz.
La luz a oscuras en este abandono de nuestra suerte
para lograr la bendita proclama del sol sobre todos,
sobre las firmes costuras de este travestido animal
que persiste y persiste hombro sobre hombro,
fuente sobre fuente, puente sobre puente
de la mirada sobre el río, el mar, la ancha distancia...
El agua.

¿Qué te habita que tanto me extasía?
¿De qué consumo me abasteces que al igual
que me llena me deshace en estas perlas claras?
Siempre amor, siempre ahogo, siempre agua escondida
y clara anhelando el perfil de tu mejilla, los labios
que me hunden sin haber besado siquiera
la fuente terma de este ocaso
bajo la estrella que persigo por el canal de vuelta
en gozoso desorden de corriente continua
de ti a mí, de mí a ti, imaginando que llego
hasta tu boca de Hombre abierto a mi avenida.

Creo yo que somos dos batiéndonos
en la común espera de nuestra suerte en el otro,
en el cauce depositado, en el lecho de tu pecho y el mío aún calientes.
Caliente nuestra cama de común y mutuo abrigo
en esta luz a oscuras del encuentro entre el día y la noche,
el siglo y la espera bajo la misma manta, el mismo sol,
redescubiertos en la mañana como carne de luz y de ser vivo pleno.
Creo yo que no somos dos, sino uno.
Uno más el deseo de no perdernos
en el horizonte de aquel nuevo sueño.

Purificación

Purificación

cualquiera sabe
lo que dirías si en tus esquinas
y en tus dóciles sombras pudieras hablar
como el centelleante avispero.
santa faz de mi tiempo enquistado
y hoy grande y vivo santa
penumbra de la fe
en dioses
de pan
de oro,
karma, bendito karma.

Llega y me alumbra,
si una vez
fuiste, dos serás
por dos veces hermosa
la conquista del lugar
deshabitado por la falta
de mis ojos ya cerrados
que la olvidan,
esa circunstancia pasajera
por la que qué más diré yo
que cómo no querer verte,
cómo no hablar
de este preludio asombroso
de fantasía gratis
aunque me aboque
la costumbre del silencio
de hacer pausa y olvido.
Yo te quiero, amor mío
sin nombre.

A pesar de que amé,
computé el quebranto
de tu mejilla
como si me hubiera caído
por la baranda,
el celaje deslizado
sobre la azotea azul,
tan perenne y vacía
que no me explico
quien ha podido escribir
sobre sus paredes.
algo así debió suceder
el primer día de después de la historia,
un arma inservible,
la letra en el vacío,
las gargantas blancas
ya no existen
salvo en mi centro,
las colgaron como bombillas de colores
al lado del platanal auténtico
que vive de hambre
y de amarillo
la-vanda de
mis fiebres,
qué haré yo
sino llorar por mí sin ti.

la rosa blanca se desmelena en dos:
nacen la tiara y la corona,
el alto y el bajo río,
los geográficas,
las verdaderos.
mi hándicap se ha vuelto mi ventaja:
a mi otra parte, he llegado tan tarde
Y tan más viva.

Convertir la debilidad en fortaleza:
sola se ha hecho ella sola
transmuta
la arena
en agua
mis pies
en la grama mojada
cuando tu refresco llega
como el quemador de velas
de sal del Himalaya,
un fabricante de iones negativos
que purifican el aire
de mis neuronas.
voy a descansar estas vértebras
en el sofá entre el té,
las dos onzas de chocolate
y el recuerdo de tus palabras
o lo que escribes o piensas o chapurreas
como los periquitos del vecino,
qué más da,
así, aunque tú
ya no estuvieras,
el humo de tu escape
plantaría verdes en mis fosas
y yo te distinguiría
entre toda la niebla
todas las nieblas,
todas las nubes y los mohos
de cualquier mendrugo de pan
que perpetrara un sonido más acuoso
que el de tu oído en mi mejilla
cuando, corazón sembrado en la tierra
de los arriates, mis ojos auscultan
la plenitud de tu pulso,
esa sangre corrida
por los cauces raigales
de la tierra y yo,
la zahorí verde y roja,
con mi traje de india
ululando como el búho:
Ven aquí conmigo
hasta donde yo llegué
cuando aún no existías,
no eres hijo ni padre,
sólo compañero a partir
del ahora y el hoy
un uno
hacia delante.

martes, 27 de agosto de 2013

Fruto dátil

Fruto dátil

dime que me amas.
así podré dormir
tumbada bajo las hojas
de la palmera ingrávida
del desierto
de la poesía.
Libre amor, dime tú
frente a tu mar y ella
vuelo como el huracán
ufano, siempre tú,
traedor obstreta,
eres el dulce dátil.
El fruto.

lunes, 26 de agosto de 2013

La fuerza

La fuerza (la belleza)

hay personas que caen
por su propio peso la caída
posee símil de abismo
donde figura la verdad.
Gobernamos con juncos
mientras ella se bate en retirada.
No depende del fulgor
de las espadas, pero se alimenta
de su pureza, de su sacralidad.
Seamos honestos:

las puntas se hunden
los hincos el cuerpo
sagrado de la tierra,
la compañía, su compañía,
el sol, la luz, la noche,
las estrellas, la tormenta,
el granizo, la yerba seca
desmentida por el viento
del estío, los orines
de los perros, los túneles
aventajados por las bocas
de las lombrices y sus anos,
toda
su enorme compañía
se alza en lanzas
enhiestas son
de guerra defensa
haced de lo que en silencio
os pida
la huella sobre la rosa
y dura tierra del verano.

domingo, 25 de agosto de 2013

Ahora los muros




Quiero irme al campo a vivir. Lo deseo con casi toda mi alma. Pero sé que aún no ha llegado el momento. Esta es la segunda oportunidad que tengo para poder hacerlo bien. Ahora comprendo que en la primera me precipité, me precipité o no estaba preparado, el resto del mundo. Quizás por eso se volvió en contra. Y con el mundo en contra, una vivencia casi paradisíaca terminó tornándose en hecatombe psicológica.
Hasta qué punto me adelanto. Hasta qué punto se retrasan. Hasta qué punto cualquier pensamiento, deseo, intuición, práctica individual, no pertenece tan sólo al individuo. Se concatenan las reacciones del rededor hasta convertir una decisión en casi crimen con su respectivo castigo.
¿Castigo?, hasta qué punto si no hubiera sido por aquella decisión, no me encontraría ahora con este deseo que es casi fuego interno de estar viviendo en el campo.
Allá escribo todos los días sin ordenador ni plumas ni papel. Mi mente es la página en blanco. No queda registro salvo en las abstracciones de mi alma. Los tordos no me dejan viva ni una sola suculenta de las que siembro. Son tordos. O tardos, o prestos ladrones estos pájaros, que no son pájaros-pájaro como decía Bambi.
Como no lo eran los otros ladrones. Entraron pensando encontrar Jauja, el palacio de las mil y una noches, cuevas con baúles repletos de monedas de oro y piedras preciosas: pero sólo encontraron un cuchitril. La conversación por escrito que el segundo de la banda mantuvo con su superior así me lo confirma. Cuchitril. Un cuchitril.
Allí aprendí a construir pozos artesianos. Y a mantenerlos. Hay tantos hoy que mi paso sobre la costra se convierte en el paseo por la esencia, nado en el río sin sombra ni cauce. El sueño que tuve en el 2003 así me lo pronosticó. Ahora he llevado el agua hasta arriba. Me falta poder distribuirla, hacerla llegar a esos lugares donde puede resultar especialmente valiosa. Después de taladrar la costra dura de la nomenclatura estoy aprendiendo a horadar los muros que los hombres construyen sobre ella.
Hay que llevar el agua, hay que llevar el agua. Taladrar los muros.
Nunca pensé que podría con la potencia de semejante herramienta. Ya no le temo.
Ahora ya tengo agua corriente en mi propia cocina.
A lomos del infierno construyo mi propio poema, mi poema para mí. Un grifo.
Un grifo con el que poder limpiar los alimentos.
También mis manos.

miércoles, 21 de agosto de 2013

sorda en el extravío

sorda en el extravío

Los hombres buenos tiraron
por la calle de en medio
y a mí me dejaron en el arrabal
de las luces inventariadas
y probablemente fundidas.
Las calles negras y amarillas
(debo reconocer
cierto fulgor anaranjado
producto de algún matiz rosa
que mis ojos añaden)
ventriculan
el escenario perfecto
de pesadilla pegajosa,
ni el tiempo tiene fuerzas
para desembarazarse de ella,
a pesar de la presencia
de soldados votivos,
uno a uno
los fui disponiendo
a su alrededor.
No existe guerra posible
entre el aire y mi alma.
Mi cuerpo me estorba
para matar al ángel hollín
de la suerte estéril y llena
de orugas con pelillos
urticantes.
la procesionaria de mis lamentos
se hace cuerda del presente.

Pero no oigo el tic-tac.

martes, 20 de agosto de 2013

Despertar arqueológico

Despertar arqueológico

Apenas tener nombre de hueco
o suma de melancolías
que se escalonan unas
sobre otras se admiten
pisándose los talones
hasta que forman la falsa
bóveda o cúpula del túmulo
enterrado con su verdadero
túnel abierto al campo claro
del día. me vi en la yerba
blanca del agreste agosto
meditando sobre la máscara
agamenónica de tu fecunda
risa, tu ara votiva a la alegría
de la mañana.

Despertar y estremecer
al calor, la calle, aun negra
y naranja, me avisa
de tu urgente destino de hombre
feliz y en calma,
como los amantes esposos
etruscos retratados
en su tumba.

lunes, 19 de agosto de 2013

El poeta

El poeta

En el fondo— qué fondo, ese fondo,
el de la taza del té—, el poeta
es un ente minúsculo-minúsculo,
arrugado y pequeñito como una bolita
de papel de seda. Anhela el agua
para poder expandirse, ser todo
él sin dobleces que lo hieran,
no importa que, de más, se deshaga.

domingo, 18 de agosto de 2013

mes-escato-lógico

mes-escato-lógico

Un mes crucifico
aunque ya no tiene brazos.
Se los arrancaron todos
camino de la gran vía del otoño
y la niebla prematura
de estrechas sienes.
Ahora fatiga el viento
su rostro de molino
gigante con boca de piñón
enlutado y ojos asimétricos
y pequeños. Lo dejaron solo
encima de la loma,
enquistado en la dureza
de la piedra entre yerbas secas
de harina y soldados
de polvo haciendo mutis
por el foro cuando la reina
lluvia se digna aparecer
escandalizando al suelo.
Agosto me extraña
en su soledad de quicio,
y yo me vengo odiándolo,
¿cómo se puede amar un mes?

No hay sistema con cerebro
ni brazos ni piernas, no hay
sistema malo o bueno
para nuestras fenómenas
preces. Sólo tú, o yo, individuos
de tomo y lomo y pan, abrimos
el hambre a la culpa.
Y al calor de este agosto
que se venga
y se aviene
agostando mis sacies.
Allá en la loma del año
me tumba las sienes
que ahora abandono
a su ancho reproche.

Si una sanguijuela puede secar una vida,
¿qué no podrá agostar un ser humano?

martes, 13 de agosto de 2013

De pie frente a cualquier mar

De pie frente a cualquier mar

Mírame que ya soy blanca
gema, luz salina, mira
en lontananza los buques
vencejos, cómo se jaspea
el horizonte con la ausencia
de tu rostro, se almidona,
se vuelve terco y sordo
suena la sirena canta
sueña el mundo, los ojos
beben lágrimas sin derramar:
para qué llanto si al mar
no le falta agua salada.

Pero no recordaste

Pero no recordaste

Cualquier ciudad transita
con mis manos
por las caricias de su lomo.

Ya apuntan modos las dodecafónicas
ingles, se inscriben en el gozo
como las orugas que reptan
por los perfiles de las hojas,
doblándose
sobre sí mismas
o sobre el hierro que amortigua
la hediondez de haber cabido
donde más oprimen
los gestos:
el señuelo,
la bifurcación.

No hay otra palabra.
La verdadera huele.
Los techos indisponen
contra el cielo estrellado
y tú te cubres
con tejados a dos aguas.

Pero quién va decir
si el árbol o la mentira
crecen ajenos.
Mis manos y tus piernas hacen
tiempo lamiendo la escarcha
salvaje y antigua
que cubría la ciudad
de las luces.

Desde aquí, desde este polvoriento camino,
Voy preparando la partida
con maletas verdes y espejos
que no enluto para no guardar
ominosos encierros
de otros lesos seres
sin diestra ni siniestra memoria,
son sólo fantasmas sin
diafragma ni pulmones.

Algunos pútridos afanes
quedaron colgando del árbol
como bolas de navidad fuera
de temporada.
Tanta dejadez ausenta
el valle rico de la vertical memoria,
siempre verde y limpia
como el tiempo, mi compañero.

Este viejo camino
sin duda tránsito
como todos
los caminos
que llegan o hacemos,
este cansancio inaudito
solo se llama el poema
denso y solo se escribe
en dos palabras, o cinco:
mi hueco y tu lleno.

Un poema se hace lento
y amen-iza
los finales.

lunes, 12 de agosto de 2013

La farola

La farola

Apenas tres horas de noche
dormida, me siento dando
tumbos sobre las orejas,
ora llega el día que tengo,
ora el que sueño contigo,
borracha de cansancio.

Ya no sé si ebria
de vino, de ti,
de falta de mí
o de mí de sobras
entregada.

De amor, seguro,
a lo que sea
quiera ser y estar
entre tú y yo,
como esta farola
a la que me sustraigo.

El balance-0

El balance-0

Lo paso muy mal entre vosotros.
Quiero irme a la Gran Puñeta.
Estar siendo
hilo y forma
del encaje
de la bocamanga
de la vestimenta
de los gigantes.
Dejar de estar
para figurar
me seda
su altura
y la falta de oxígeno.
Dejar de estar, dejar
de estar dejar de
estar de ser dormir
de ser
Sofía.

domingo, 11 de agosto de 2013

Siempre ella, ¡gracias R. E. M.!

Para Sagrario del Peral, una roja diosa entre diablos azules

A lo mejor lo escribí para ella. Sonrío al pensar cómo, a pesar de estar dedicado a Los diablos azules, su sentido es el rojo. Y ella tenía el pelo rojo, ¡qué hermosa cabellera roja! Me recuerdo, a la vuelta de Madrid, allá por Abril del 2010, buscando, con cierta expectación entre los disparos que había hecho en el conocido bar poético, esas en las que ella pudiera parecer. Nos conocíamos de los blogs antes, y al conocerla en persona, me llamó la atención su pelo rojo, ¡entonaba a las mil maravillas con la alegría desbordante que su personalidad emanaba! Pero entre mi nerviosismo por la circunstancia, primera vez que recitaba en público, primera toma de contacto con ese bullicioso ambiente poético, y mi aversión a fotografiar con flash, es decir con luz artificial, al final las fotos en las que ella salía, no me gustaron. Era muchísimo más guapa. A los pocos días me pidió que se las enviara, creo que lo hice, creo. Lo que sí recuerdo con seguridad es que quedamos en que en cuanto volviera algún otro día a Madrid y pudiéramos encontrarnos, le haría "pedazos de fotos", como sus rostro y su persona merecían.
Pero no pudo ser, no volví. Bueno sí, para presentar "la presencia por la ausencia", pero no nos encontramos, ¡somos tantos!...
Hoy siento que este poema lo escribí inspirada por su pelo rojo. Llevarle la contraria a Los diablos azules no resulta nada fácil. Seguro que su naturalidad, su alegría y su vitalidad, las de Sagrario,  me ayudaron a escribirlo.
Necesito rendirle homenaje a Sagrario del Peral. Tres años de roce a través de facebook, han hecho el cariño, y desde anoche, en que me enteré de su repentina muerte a través del móvil estando en el campo, estoy aún sin creérmelo.
Una forma particular de hacer el duelo. Es la mía. Una forma que sé bien ella entendería.

De dios al diablo

Para Los diablos azules, bar poético de Madrid

He hecho una fotografía.
He blandido carne de cuerpo arracimado.
Dios me venga cada día, dios me luce
en el sol urdido entre las prendas
que por el suelo voy dejando.
Osamenta y ruda percha
para colgar ese pliegue envejecido
que arrastra tantos años y ninguna basura.
Hasta que me desnudo.
Si sólo una tengo, ¿a qué me debo?
Juventud y buen verso riñen
como hervidero de pirañas en el Amazonas.
Al final, será siempre espina y hueso.

Que venga, que viene, que suelta melena,
que viste ya sola, que quiebra paredes,
destreza
que yuxtapone, que suma y alivia,
que poetizo guerreando contra todo hasta sin mí
y ya me dejo hasta derrengarme entera.
Cada verso, una batalla ganada,
cada renuncia de muerte, un paso hacia el caos,
cada palabra, un menos de Ti,
cada suerte echada, cada sol en vida...
Abandonar toda sombra
y dejar de cruzar las manos
sobre este vientre; preñan
en vida a la soberana muerte.
Cantar y desposeeros,
cantar y desvanecerme,
cantar y subvertir:
ya la jacaranda recubre el suelo
con sombras altaneras desde el cielo.
Ya la tierra arranca muerte y enfanga agua,
ya justifico el frío bravo,
ya averiguo sobre las piedras,
ya niego antiguo canto azul,
ya sólo quiero verde, a media tinta o dios.
O diablo.

Y endiabladamente me veo
poetizando, que es lo mismo
que amando, jugando o sorteando
el acá y el allá
tras el cristal
que recita descifrando
las señales y el ritmo tardo,
la lenta alquimia, la cansina suspicacia
de ciertas pautas y medidas.

Ya bate el colmo sobre la mejilla ardorroja,
verde beso a beso de mayo al verano
expandido más allá del límite subjuntivo:
Rojo y veo,
rojo y muerto el ocaso,
rojo y ardo,
rojo y vivo
grande.
¡Bah! ¡Porca miseria de labrantíos parcos
y desdichos de sí mismos!
...Ya asoma el tren de las vueltas
a hélice de este desvarío encendido.


(Los parasoles de Afrodita. Baile del sol, 2013)

jueves, 8 de agosto de 2013

SEA (o mar blando)


SEA (mar blando)

Yo no quiero
callarme aunque pueda
establecer medida
y corta o larga parada
ante la extensión de tus señales
a babor o estribor
yo me tuerzo
sea
la estrecha pasarela
y la angosta cubierta
de ya tú, ya nada
la miga de mi pan
ardiente y blando
en la encrucijada de tus dichas
ven
e iremos soltando tendones:
mis piernas centro,
tus muslos dentro.

El contorneo de los blandos
muelles y las sendas pieles,
la venda del blando muro
en esos cuerpos salientes
me deslío, me susurras
el escalofrío me
mana agua salada
de la que se baña
el blando hueco del aire
caliente del blando agosto
y la densa estratagema
del semen y su huída
hacia la ola de invierno
que no retrocede
ni ante el pecho glande
o grande la venganza.
O herida de ti,
como yo.

Partida

Partida

Vengo a recordar
la venta del mensaje.
La hormigonera registra
los bramidos de tu hombría.

No hubo negación
de tu varonil muerte.
La masacre descansa
sobre pilares de blanda argamasa.
Descerebrados el mito y la joya,
sitúo sobre mi mesa
de jaspe reluciente
tu retrato.

A estas alturas de mi diosa interna
reclamo mi trozo de partida,
la salida que me pertenece.
Estoy dispuesta a compartir,
pero sólo cambio
hielo.

Quién nos ocupa que me vendo
por dos míseros reales
ojos, uno para tasmearla,
otro para pintar la
verónica de tu ensalmo
en el rostro cautivo.
La luz se ablanda
como un canal lechoso.
Es tu nombre.
Una grada insomne,
la diosa interna
se me rompe
fría.

miércoles, 7 de agosto de 2013

La copa de la vitrina

La copa de la vitrina

Qué será de mí el día,
el tiempo que me cubra
con telas y arañas
de hilo mudo pero mío,
qué será de mí
si te sorteo como si nula
piedra fueses en el camino,
como si terco y ancho
muro te levantaras
ante mis venas extendidas,
qué sería de mí, amor de yeso,
si no te reconociera
como estatua, blanca efigie,
fantasma, trasunto del hombre
en el que creo, su fe, su hábito,
su monje clandestino, mi fe también,
mi ningún pañuelo, mi canto efímero
tan tozudo, tan del tiempo,
tan arena, tan del viento,
qué sería de mí, qué
será sino lo que soy,
brillante grano de sílice
tan verdaderamente minúsculo…

cómo no vanagloriarme
de esta copa cristalina
que no sostengo en mi mano,
obra vuestra tan reciente,
tan transparente, tan frágil,
tan milagro, tan de todos.

Tan vacía.

martes, 6 de agosto de 2013

Agostando (Poema para Agosto)

Agostando

Ayer supe por qué lo escribí. Agosto no existe, o hacen que no exista en este hemisferio norte. Qué mal nos portamos con él, y qué casi carcajeante paradoja. El mes con nombre de emperador, de César, de casi omnipotencia, no puede nada. Simplemente porque en él, hacemos que casi nada de lo que nos condiciona, exista. Salvo alguna barbaridad y algún alumbramiento casi divino. Agosto es el mes virgen, por poblar, por llenarlo de fundamento, de bienes y bondades.
Creo que ayer supe por qué escribí este poema para un futuro, aunque naciera de un pasado en el que Agosto, como siempre, fue tratado injustamente.
Los hombres, cuando mal actúan, cuando mal-dicen, pervierten el nombre de lo más puro. Agosto y virgen, te sembraré de milagros y hermosuras.

Poema para Agosto

siniestro e indoloro cautivando
el obsequio, madreperla
benevolente culminando
la hechura de la vasija
desde el barro, limo y centinelas
bajo las palmeras de este oasis
zurdo y regalado.
Las chumberas multiplican
higos verdes: este justo verano
terminará por endiosarse
con la aureola del agosto
arenoso y libre.

Y cuánto sueño duerme
bajo las ojeras de tus testículos
tan jadeantes. Ellos piensan púdicos
y sosegados por la espera
de mis manos, y no habrá
un solo vino que desechen
cuando sed a solas manen,
cuando yo te hable
del fango y de la sangre
volverán las heladas fuentes
a derretir el blanco mármol
en la verdina fresca de mi pozo,
esa luz redonda que cultiva
el agua liberando el milagro
de los panes y los peces
en el desierto.

(De La dosis y la desmedida)

El ser de poeta

El ser de poeta
No es el amor a la palabra el que hace al Poeta, sino el amor al hombre, y por ese amor al hombre, busca lo verdadero, para sí mismo y para llevarlo a sus semejantes. El poeta de la palabra lo buscará a través de la herramienta más importante que el mismo ser humano ha construido: la palabra.
Percibo en la mayoría de los poetas actuales, y no tan actuales, la mayoría con estudios de filología como arranque para sus pretensiones poetizadoras, una falta de “formación”, de conocimiento de la historia del ser humano y hasta de unos mínimos conocimientos de antropología. El poeta debe estar formado en todo ello. El saber del poeta debe ser universal, pero sobre todo de aquello a lo que atañe más concretamente al hombre en su devenir y su realidad aquí encima de la costra dura de la nomenclatura. ¿Cómo si no hablar-le? Debo insistir, no es el amor a la palabra lo que hace al poeta, sino el amor al hombre.
El componente sustancialmente abstracto, per se, de la palabra en sí es lo que diferencia al poeta de la palabra de cualquier otro artista. El otro artista, el otro Poeta, tiene que “modelar” la herramienta que use para traspasar a la realidad una pretendida abstracción. El poeta no, a él le viene ya dada por la misma esencia de la que está hecha la palabra, la abstracción. Ahora bien, al igual que en las otras artes puede distinguirse entre artesanía y arte (el cantero y el escultor que talla la piedra, pongamos por caso), entre los que usan la palabra como herramienta o como material, también puede establecerse la distinción. Está el oficio de escritor y está el ser de poeta. El escritor es el artesano de la palabra. El poeta es el artista de la palabra. Entre los mismos que denominamos poetas también puede establecerse la diferencia entre artesanos y poetas. El artesano-poeta es el versificador, el artista-poeta traspasará el verso para componer la obra de arte total de la palabra.
Sólo sucede que como el componente de la herramienta usada es la abstracción que logra la mente humana con la simple invención de la palabra, parece como si ese vuelo ya estuviera implícito en el hecho de usarla. Cuando no es así. Hay “poetas-escritores” que someten al verbo hasta cortarle las alas, hasta cercenarle su abstracción, su propia esencia.
El poeta de verdad es aquel que logra, permitiendo a la palabra ser ella misma, traspasar el umbral de la cosificación que implica el hecho de nombrar. Este es el verdadero vuelo de la poesía. El logro del Poeta de la palabra. Duplicar, podría decirse, el componente abstracto del verbo.
Así logra llegar a lo verdadero, así logra transmitir lo verdadero a sus semejantes, traerlo acá, escarbando con la palabra hasta hacer brotar el pozo artesiano con el que regar toda la superficie de la costra dura de la nomenclatura.
Verdea. Ama.
Ese es el ser de poeta.

lunes, 5 de agosto de 2013

Solenostemon II

Solenostemon II

Solo nos tenemos,
sólo a nos
tenemos.
ni yo a ti
ni tú a mí.

Y quién de nos,
tú-o y yo-a,
quién se aventa de los dos
para dar el paso al grano
trigo del otro y su fruslería
de entibio con la muerte
del tú y el yo. Y el nos,
qué me bendices que
sólo un hasta tú y hasta yo
penetra la soldadesca
anunciada por algunas colinas
con su lomo azul o amarillo
recortado en el fondo blanco
de algún lienzo que no deduzco,
aún no deduzco,
qué solitario magnífico
bendecirá el sosegado encuentro
entre la juventud del cordero
hecha madre
de todas nuestras legiones,
esas que llegan a combatir
la soledad y la espera
de otras tantas legiones
de muertos u ocupados
por el prejuicio.
Tú clamarás ante ti,
como yo clamaré ante mí,
por el ejemplo del llanto en vena:
mendigar hasta que nos ablanden
el paso por la tierra o lar
de todos los malditos
y los bendecidos por dios,
o la hormona a-genérica
de la comprensión,
tan ausente.

viernes, 2 de agosto de 2013

Son del Sitio

Son del Sitio

Son del sitio la encina
y la voz
             del eco
al sur
oigo la sierra de Aznalcóllar
con su boca y con su pecho
—es el mío de mi frente, y lo era—
de mi norte que imanta
mi cabeza buscando
la enana blanca del día
recién levantada
la mañana de su son
de la noche y yo
una sombra de nostalgia
y un aullido de mi centro
que cabalga solo
sobre mis piernas
y el olor que no se pierde
en las fosas sinoideas
de la lumbre en la candela
y el humo y la llama
y el olor a tierra
y a rostro del mundo
poniendo su culo
por montera delante
de mi cara. La cabra
reseca y borracha
de nostalgia de nada,
nada más que adelfas,
y yerba dura y recia
de falta de agua
y el aroma verde
de verdad de amor
de un mundo y de yo,
y yo, y yo y la tierra sin nombre,
y yo sin nada salvo él,
su eco.

jueves, 1 de agosto de 2013

Negadas vacaciones

Negadas vacaciones

todos salen de su patria
todos vuelven a su patria:
vacación se llama,
vacancy,
vacante,
disponible
lo vacío,
la libertad
lo llaman.

vacantes, están todos
bacantes, vagantes
vacíos
de sí. no de
vacación. Vocación
disponible
busca ocupante
libre.
 
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