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viernes, 11 de diciembre de 2020

Islantes





La isla mínima

La poesía manifiesta la corazón.

Las dos palmeras sembradas y creciendo.
El camino mayal que me señala la luna.
La tierra recién arada tal como
el nuevo lirio predica en azul.
Pronto llegará la primavera,
la siembra de los alcauciles
para el futuro invierno,
verdes rosas tras los rojos
tomates con sus hojas verdes.

Proclamo mi falta
de corazón y de razón.
Soy poeta, mi órgano
es la co-razón.

(De "Solenostemon".)




miércoles, 6 de noviembre de 2019

Dos momentos




El momento

Sólo sucede
que cuando se rompe un vaso,
mi propia risa me duele
y soy yo la que recoge
hecha añicos la alegría
que la provocó ahondando
en las arterias del conocimiento
de la lumbre plana
sedo bacanales de hambre,
luego huyen como aves voraces y sedientas
de ombligos llenos de agua:
la tierra, la tierra madre
es la coyuntura de esa escarpada linde
que me vio. Creo que nacer.

pero qué más da el momento.

La piedrecita rueda
por la cárcava arenosa del cabezo
de mimbre y cristal, la tierra amarilla
me cobija en su seda de lumbre
y hace décadas que aprendí a pintar
los colores del arco iris
con mis ojos fijos en el arroyuelo,
pequeño y mínimo
arroyuelo de agua dulce
que se deslizaba hacia el mar.

Y la torre albarrana en el mar
como ancla del mismo mar,
blandos tus lomos de piedra
y de aroma del cañaveral
que endulza
mis dedos, las manos:
nos damos las manos
junto a la orilla.

(De "Solenostemon". Donde ya se anuncia el siguiente poemario, "Los cabezos amarillos", que será publicado en breve por Ediciones en Huida.)

viernes, 2 de agosto de 2019

Reafirmaciones carnales







Maná de carnívora

Siempre te relacionaré
con mi estómago,
tú ya lo sabes.

El nudo se me ha hecho un silencio.
Desde él hablo al ente
sumergido bajo el barro negro
de la injusticia sobre ti.
¿Qué ibas a hacer sino imperar?,
¿cómo si no cazar cervatillos
mamuts o bisontes?
La hembra en el nido
curtía tu armiño.
De noche en descanso
el sol ahuecaba el día
para hacer lugar
a tus ancas de jilguero
recolector de las semillas
que introdujeron algunos manes
en tus testículos.
Cómo no averiguar
su color y su forma
si las zinnias ya florecían
allá por el pleistocénico
deseo de abrir la trampa
y la broma de los metales
que escanciaron sobre tu frente,
y yo, la orfebre y bruñidora,
cómo no tallar
con mi lengua
el blando relieve
de tu isla y su palmera,
cómo no pulir
con mi boca,
muñequilla de lienzo
nacarada por los pinceles
de la historia blanca
abrillanto en círculos
la longitud de esos canales,
mis ríos de legítima abundancia
de ti y tus simientes,
cómo no soñar sobre su color
y tu sonrisa de perfil
al cielo
mana
la densa y líquida niebla
que abruma mi hambre
y me alimenta con tu salida
en busca de la carne
que nos hizo más inteligentes.
Simplemente,
mejor alimentados.

Como yo.

Qué dibuja las circunvoluciones
de mi cerebro
sino el silo
grande de tu glande
y mi enorme deseo

de justicia
sobre
ti.

(De "Solenostemon")

miércoles, 28 de diciembre de 2016

La luz de los días (Verboluz)



La luz de los días

Ya los gavilanes se sumergen
en el río de las horas.
Romper el tiempo siempre
fue lo nuestro, aunque construir
catedrales no se nos diera
bien sabemos hacer
el amor entre sus pilares
y la luz de las vidrieras y la piedra
nos tallan como flores maduras
que robustecen el estallido
de los transparentes en otoño.

Y jamás nos sonrió la suerte.
Aunque el membrillo, sí.

Ahora que los árboles se desnudan
columpio su ocaso
en tus pupilas tú me ves
como si nunca me hubieran mirado
como un árbol vestido
de pájaros azules y voces
como la suma del bien
y tu longitud de hombre libre
como un árbol desnudo
y mi latitud de mujer
como un árbol desnudo
con sus hojas
ya transparentes
somos.

viernes, 23 de septiembre de 2016

A una letra manuscrita (y a un regalo)





A una letra manuscrita

tras leer la garganta
se hace un nudo
entre los trazos y la certeza
de tu posicionamiento
sobre los renglones.
El papel practica ausencias
que me llaman a convidarte
al misterio de la vida,
la letra o la tuya confunden al autómata
impasible yo me asumo y sumo
tu porte de generoso ente plenario
de dádivas que otorgas,
aunque se te pida.

Una caligrafía
que es un mundo
que eres tú.

(De "Solenostemon", que siempre significó "solo nos tenemos a nosotros",
 querido amigo Juan Carlos Sánchez Sottosanto.)

lunes, 8 de agosto de 2016

The country house and song




My country song

No me apetece absolutamente
nada seguir haciendo, para qué
dejarme guiar por mi propia inercia,
continuar componiendo documentos
como si fueran potingues mágicos
o la solución a todas las enfermedades
que pueblan la tierra.
¡Enfermedades! Las llaman
enfermedades.

Yo sólo sueño con vivir
allá en un rancho extraño
al oeste de un río grande
donde pueda dedicarme
a escribir la memoria lejos
de este terreno de reflejos
donde hasta los sueños sueñan
con exiliarse. La lotería me tocó
el hombro el día
que decidí no habituarme
a tanta lengua insana,
a tanto escondrijo
de rata, a tanto roto
de hambre de libertad,
igualdad y fraternidad y sueño
con vivir allá en el rancho lejos
de los secuaces que hacen polvo
del brillante que con tanto esmero
fue puliendo la historia peleando
ella sola siempre contra
tanta carga inútil,
tanto peso muerto,
tanto zócalo, tanta reciedumbre…
Escribir y olvidarme de

sucumbir u olvidarme.

Voto por el olvido.

Sin memoria allá en el rancho
cerca y al oeste de un río grande
escribiré sobre el futuro incierto
sin apetencias ni dolores
pero ciertamente segura
de que cualquier suelo
al oeste de ese río grande

acogerá al hombre y su leyenda
al oeste, al oeste yo me voy,
lejos de la tapia de tanto sordo,
aún más lejos de tantas bocas
torcidas por ademanes
del gesto impostor
de tanta huelga
de brazos caídos
de pura impotencia
hasta el suelo,

ese suelo por donde yo cabalgo hasta allá,
el rancho al oeste del río grande.

viernes, 11 de marzo de 2016

Los jaramagos


Los jaramagos

Qué sola y triste
queda la mentira
cuando la verdad
la oculta.

A pesar de pesares
como tú, nos florecen
vejigas en las plantas
, leviatanes escondidos
como pequeños duendes
que nos hacen las cosquillas
necesarias para poder seguir
continuando vivos
maltrechos, o tú, sino,
porque la penuria de tu sino
es el menos de ti,
y no importa hallazgo
si bebo del manantial.

Ellos admiten dádivas, generosas
pulsaciones sobre el terreno frío
de la mula andante y negra.
Ella aplasta con sus herraduras
las flores amarillas cultivadas
erróneamente como especia.


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jueves, 28 de enero de 2016

La isla mínima



La isla mínima

La poesía manifiesta la corazón.

Las dos palmeras sembradas y creciendo.
El camino mayal que me señala la luna.
La tierra recién arada tal como
el nuevo lirio predica.
Pronto llegará la primavera,
la siembra de los alcauciles
para el futuro invierno,
verdes rosas tras los rojos
tomates con sus hojas verdes.

Proclamo mi falta
de corazón y de razón.
Soy poeta, mi órgano
es la co-razón.

(De Solenostemon.)


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martes, 19 de enero de 2016

toda tu noche



toda tu noche

vívida luz que no me asombra
y sol y espejo de dicha
a las tres de la mañana te llamo
en mi oído, plácida
te umbro para que no te disuelvas,
pensamiento cálido
de ti y mi sonrisa
acaricia la almohada
con la mejilla de tú,
tan tierno y seguro y cándido
pensamiento mío en ti.

densa y menudamente
la noche paraliza lo más bello,
lo detiene y lo deposita
en mis brazos, lo llevo
a mi pecho y no se pierde.

ahora dormirás seguro
y cansado como un pequeño
hombre que duerme todos
sus pesares y descansa
en la noche toda
que yo velo
para hacerla día
con su alegría toda
despiertas y todo
te vea más claro
como el aire limpio
y el fresco de la mañana
mira tus ojos ambos
como pozo de estrellas
todas.

(De Solenostemon.)


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sábado, 16 de enero de 2016

toda mi noche



toda mi noche

todo más denso cuando vuelve amor.
Todo más lleno y libre,
libre, sí, como un astro
de aire azul, libre nube blanca
sólo dueña suya y de algún viento
que la meza, suave y ondina
vigorosa, decadente mar, posible lluvia,
sensación del bien y tus labios
mirando el celeste aguacero
de la dicha.

porque yo creo en tú
y el beso no dado y el por dar
cedidos a ese tierno mundo
que es tu forma de mi mundo
de mi amor, la posibilidad
de ser en ti.

El habitáculo blanco
se detiene humeante
de chirrido de estrellas.
Vuelven difusas las cosas
en los oídos de la lumbre
de mi alma, tu alma,
veneración de dioses,
los halcones se posan a escondidas,
nadie les hace ruido,
nadie los mata, nadie osa
descomponer el silencio vital.
la muerte ajada,
ya tan fea y antigua, se duerme
a descansar,
la rosa nace desde la promesa
del tallo verde,
un brote, una alegría
futura y, mientras,
lo verdadero, la ilusión,
la espera, el manantial
del alma, mi alma, y dios
dice que la tuya.

(De Solenostemon.)



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martes, 12 de enero de 2016

A los cuatro vientos




A los cuatro vientos

amor de ojos al sol
y a la sombra, si me dejas
la presbicia en mis bases,
¿de qué pie cojearé yo
sino es de ti, de tus tobillos
y de tu orgullo?

no me abandones en esta primavera
blanca tan llena de lo mío.
mira tú, que no necesitas gafas,
que yo sin lo tuyo, claudico.

al sur te necesito,
y a los tres que no se nombran
les pido tu mirada:
que un punto convergente
de luz traigan el frente
de tu perfil a mi sitio.

todo es extraño: río
aunque llore mares.
todo permanece salvo la espera.
Ella se va. Yo me quedo
en tu rosa de los vientos.

(De Solenostemon.)



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viernes, 8 de enero de 2016

Sitiada



Sitiada

flota en el ambiente la perseverancia
del soldado, la rosa zapadora ultima
sus pequeñas huellas sobre el pasado
que ya se escurre, tierra mojada.
Sólo me gusta leer y coser,
escribo porque no hay más remedio.

esa y tú no somos yo
soy trasteada y salvaje
como la selva despeinada
en la estación de las lluvias,
goteando queda el perfil
de la arena tras la llegada
de la suave ola blanda,
justo porvenir de la rosa
asociada a la estela
de alegría y consuelo.

Mas me habitué sin ti
al sitio de tu frente,
y ya siempre lo echaré de menos.

(De Solenostemon.)



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lunes, 21 de diciembre de 2015

Cultivo hidropónico




Cultivo hidropónico

ella

¡qué bien llueve!
qué bien lo hace todo el agua
tan sonora y rica,
mente sin ordeno
y mando tan libre
sin imposibles,
como ella sola,
sin
embargo
qué perfecta y bella
sabe amoldarse,
encauzarse sin sufrir
deterioro ni ella ni sus ellas,
siempre suya y de todos,
siempre una y millones,
¡el agua clara!


él

arcano hueco
para que él pueda reposar
sobre el agua clara:
dorada emerge la roca
liviana y nube
que construye la cueva
donde descansa
viendo acostarse la luz
en el techo y las sombras
en el mar sin oleaje.

sus ojos se cierran como dos banderas
a punto de quemarse, de hacerse
fugitivas del camino
de estériles esmeriles,
las raederas clavan sus romos
dientes en la roca dura y fría.

Mas tú eres un mundo
tierno y nuevo,
libre.

(De Solenostemon. Ciclo Suroeste)
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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Fundido en blanco

Fundido en blanco

Estos días son perfectos
para desprotegernos, arriar
el duelo e izar la conquista
del suelo levantar el velo
del luto en nuestros ojos
descubrir
ante nosotros vivos
y colonizar con yerba
la orilla fundir
en el blanco de la arena
nuestros pies
mojados lanzar
la jabalina allá donde
no pisa nadie ni un nadie
siquiera que nos quisiera
a su lado, romper el escudo
del horizonte vestido de blanco
tan ancho a todos nos hace blanco
de todos y uno y nada ha muerto
si quedamos haciendo vida
con lo que nos queda de vida
en blanco.



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jueves, 10 de diciembre de 2015

A mi risa

Fotogramas de la peli "El pan que hace reír"

Otoño


Como queriendo escribir sin palabras,
como posándose las hojas sobre la tierra
aún caliente del verano,
los árboles la abrigan
previendo el frío del invierno,
así yo me desnudo y declaro
mi fronda caída y me consuela
el gesto de la naturaleza
al protegerte con mis palabras
que hoy duermen
para que tú despiertes
algún día.

De "Solenostemon".

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sábado, 5 de diciembre de 2015

Sobre vaticinios




My country song

No me apetece absolutamente
nada seguir haciendo, para qué
dejarme guiar por mi propia inercia,
continuar componiendo documentos
como si fueran potingues mágicos
o la solución a todas las enfermedades
que pueblan la tierra.
¡Enfermedades! Las llaman
enfermedades.

Yo sólo sueño con vivir
allá en un rancho extraño
al oeste de un río grande
donde pueda dedicarme
a escribir la memoria lejos
de este terreno de reflejos
donde hasta los sueños sueñan
con exiliarse. La lotería me tocó
el hombro el día
que decidí no habituarme
a tanta lengua insana,
a tanto escondrijo
de rata, a tanto roto
de hambre de libertad,
igualdad y fraternidad y sueño
con vivir allá en el rancho lejos
de los secuaces que hacen polvo
del brillante que con tanto esmero
fue puliendo la historia peleando
ella sola siempre contra
tanta carga inútil,
tanto peso muerto,
tanto zócalo, tanta reciedumbre…
Escribir y olvidarme de

sucumbir u olvidarme.

Voto por el olvido.

Sin memoria allá en el rancho
cerca y al oeste de un río grande
escribiré sobre el futuro incierto
sin apetencias ni dolores
pero ciertamente segura
de que cualquier suelo
al oeste de ese río grande

acogerá al hombre y su leyenda
al oeste, al oeste yo me voy,
lejos de la tapia de tanto sordo,
aún más lejos de tantas bocas
renegadas por el ademán
del gesto impostor
de tanta huelga
de brazos caídos
de pura impotencia
hasta el suelo,

ese suelo por donde yo cabalgo hasta allá,
el rancho al oeste del río grande.

(De "Solenostemon". 2012.)





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domingo, 18 de octubre de 2015

Son del sitio

Son del Sitio

Son del sitio la encina
y la voz
del eco
al sur
oigo la sierra de Aznalcóllar
con su boca y con su pecho
—es el mío de mi frente, y lo era—
de mi norte que imanta
mi cabeza buscando
la enana blanca del día
recién levantada
la mañana de su son
de la noche y yo
una sombra de nostalgia
y un aullido de mi centro
que cabalga solo
sobre mis piernas
y el olor que no se pierde
en las fosas sinoideas
de la lumbre en la candela
y el humo y la llama
y el olor a tierra
y a rostro del mundo
poniendo su culo
por montera delante
de mi cara. La cabra
reseca y borracha
de nostalgia de nada,
nada más que adelfas
y yerba dura y recia
de falta de agua,
y el aroma verde
de verdad de amor
de un mundo y de yo,
y yo, y yo y la tierra sin nombre,
y yo sin nada salvo él,
su eco.

De "Solenostemon".



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miércoles, 14 de octubre de 2015

Ríes aunque llueva

Ríes aunque llueva

Llueve y el agua limpia
tu reserva de gesto escondido
a las mieles del triunfo.
Por un puñado de monedas
que no coges,
conquistas el favor del cielo
y de la amante, mas, lo sabes,
tú siempre lo sabes, no hay favor
que necesite gesto
de tu honrada boca ducha
en vociferar cuando el gentío
te escinde y esconde una y otra
vez las monedas almonedan
el aire, lo subastan
al mejor deporte:
¡qué perpetro observado
sobre tu risa centelleante!,
duermen los armónicos sonidos
de la lentitud del agua cayendo
sobre las piedras y la verdina
aún por nacer, tan someras.
Es decir, tan ciertas.

Vierto caudal
sobre tu honrosa
costumbre de saludar
a la gota de lluvia
que se desvanece (vuela,
ella vuela aunque caiga).
No hay mejilla más alegre
que la mía cuando se deposita
en tus labios untados
con deslices otoñales:
un dorado y sabio verdor
que enrojece al cielo nublado:
la ciudad nos puso límites
de tejados, pero tus dos aguas,
esa una sobre tu mejilla derecha
y esa otra sobre la izquierda,
continúan silabeándome
el lenguaje que comienzo
y no termina cuando callo
mi continuo
no dejar de
mirarte.

(De Solenostemon.)


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lunes, 12 de octubre de 2015

La sierpe lozana

La sierpe lozana

¿mi dios se llama     él?,
¿mi dios se llama     tú?,
depende de donde     yo
                                nos sitúe.

ellos buscan las estrellas
y tú donde no estrellarte.
las piedras nacieron
para que tropieces,
no para que las lances.
yo te lanzo mi aventura
sin nombre de talle
tan inverosímil,
tan alucinante tú
desgarraste
la última corteza de tu olivo
cuando yo amamantaba
bajo la lumbre del candil
de aceite que silo en el molino
que tú edificaste con ruedas
tan grandes como tu osamenta
de elefante puro y recio
fondeas tu trompa urbe
en el limo de mi abrazo
y aquí te inhumas sin saber tocar ya
ni una sola semilla,
ni una sola yerba,
ni una sola brizna
de aire hasta que asfixiado
cierras los ojos y yo
me nazco en tu muerte
que no deseo.
será que tu entierro móvil,
la ciénaga de tu sueño,
trabaja rasos sobre los que amanece
el nuevo día que me da
esperanza y la vida ya
cobra áspid
y sentido
para mi des-lengua
única.

no muerdo,
pero te roen.
Y yo necesito vengarte.

(De "Solenostemon")
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lunes, 5 de octubre de 2015

Medusa

Medusa

Nadie me ha regalado un ramillete
de flores que llevarme al pecho.
No sé, la vida sucede
tan injusta con las diosas
que no son de mármol…

Pero en Carrara triunfé.
Me aplastaron la ingle
como una lengua
de sapo. El príncipe
afiló su cincel
y el bloque de una tonelada
se desprendió de la cantera
limpia y mansamente.
Entonces llegó Miguel Ángel
y encontró su David
y su fama.
Pero tampoco me regaló ninguno
un ramillete de flores.

Siempre estoy sola
y aún no sé
en qué consiste la soledad
salvo en estar
sola, algo descabellada
—cada vez menos
sierpes me quedan—
y hacer Arte con mi mirada.

(De "Solenostemon".)

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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.