domingo, 14 de octubre de 2012

Amor mío

Amor mío

Claro hueco de día en el que la noche
nos hace más bellos en ese hueco
perenne cabe el silencio blando
como un puro derrame de amor lento
abriendo paso a lo inexpugnable.
la sonrisa del camino despejando
la abertura por donde te encuentro
como un freno sincero y entusiasta
enciendo mientras tanto mi antorcha
que prende alegre al paso
de la corriente clara, un camino luz
y mundo y tu silueta recortada
al filo del brillante pozo
de tus ojos como estrellas.
Qué más me da amarte
sino mi propio yo, para qué
más que mi propio amarte.

Confieso que el bronce
de la estatua recorrió avenidas ,
y no deseo transmutarla.
Su verde esmeralda entrena
de esperanza el movimiento
de sus manos, verte lejos
derretir el asfalto como un sonoro
campanario de bruces tu boca
y un tañido callado—el de tu voz—
que reproduce mi propio nombre.
A veces me quedo dormida
quieta para que no se rompa
el silencio que me ama.

esta geografía indiscreta sin dulce
de paño caliente o fresco almíbar
como cuando tus raíces y tus venas
sellan el agua en mis labios.
Me faltó la fotografía de un hombre
armado y tierno, algo mío que duerme
y durmió tranquilo mudo al verte.

En esta sintomática pausa
que no adivino echan raíces
los potos, los coleos y la parra virgen,
yo aún no he acabado mi tónica,
la velocidad del cierto mundo
centrifuga tus ojos lejos míos
son el silencio y la calle
por donde te veo caminar lentamente
sin cerca o más grande,
sin lejos o más pequeño sin mi saber
si vienes o vas,
y mi antorcha no se apaga.

Duermes y despiertas
en dos palabras que no pronuncio.

Sofía Serra (De Solenostemon)

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