Mostrando entradas con la etiqueta Poema en audio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poema en audio. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de noviembre de 2020

martes, 11 de marzo de 2014

Aria de Afrodita, de "Los parasoles de Afrodita" (audio)


Del libro Los parasoles de Afrodita (Baile del sol, 2013), el poema titulado "Aria de Afrodita" (disculpas por algún tropezón a la hora de recitarlo).

A 500px subiré ahora una fotografía que sin querer se me ha relacionado con él. Las cosas de la poesía...




martes, 3 de abril de 2012

Proyecto editorial II y poema en audio de Nueva Biología: dos para hoy

Me encantaría que hoy alguien estuviera queriendo oír, o leer, nuevas noticias sobre lo que ayer comenté, la creación de una editorial en blogger, porque estoy muy contenta con lo que tengo que decir, y esto es, que ya ha dejado de ser la ilusión de un día tan sólo y de una persona tan sólo para convertirse en proyecto de dos.

Llevo toda la tarde de ayer, creo que la noche hasta dormida, y toda la mañana embarcada al menos mentalmente en él, ya, eso sí, con la seguridad que al menos a mí me ofrece el saber que, como decía en un poema de hace poco, no estamos solos, efectivamente, no estamos solos.

Hoy somos dos trabajando ya en la futura editorial en blogs que espero satisfaga e ilusione a muchos.

Este poema de Nueva Biología parece que lo pronosticaba, :). Os dejo con su audio (una ventaja para publicar en blog una obra por ejemplo de poemas, admite la incorporación de audios de recitado. Esta grabación la incluiré allí nada más que lance esta entrada).

El enlace al poema en su liblog (¡¡¡¡¡!!!!! acaba de aparecérseme en la boca la palabra,  para la editorial va si a mi colega le gusta) en su mismo título.



(Voz en audio: Sofía Serra)

miércoles, 7 de marzo de 2012

El cuarto lento o la voluntad por el tiempo

Algunas veces he pensado que me gustaría llamar a este espacio "el cuarto lento", hablaría de mi reivindicación por la medida de un "algo", no se trata del tiempo, que siempre percibo se escapa, se nos escapa. Voluntad para detenernos, voluntad para romper la inercia multiplicante de cualquier acontecer bajo la que vivimos inmersos. No es el tiempo el que se nos va, sino nosotros los que huimos de la posibilidad que nos da él mismo de poder vivirlo.
Hace algunos meses, creo que desde que dejé la editorial,  que pienso en pasar a escritura manual mis poemas, o al menos algún poemario de los  terminados. Ayer comencé por fin. A la vez grabé el poema.  Después sentí la necesidad de realizar sendos disparos que abajo aparecen enmarcados.
Se trata de un poema de Nueva Biología, así que dejo enlace al texto del mismo. Hoy al menos, no lo copiaré aquí.  



sábado, 3 de marzo de 2012

Poemas en audios ya en vías de solución

Ya voy arreglando las entradas en las que aparecen poemas en audios en este blog. Problemas con el servidor que empecé a usar allá por el 2008 hizo que cada uno de los reproductores se quedaran sin archivo que "sonara". La "manía persecutoria" que se ha desarrollado en la red contra los mp3 está ocasionando estos problemas, todo provocado por las multinacionales del disco. En cuanto un servidor detecta que subes un mp3 te asusta con los problemas, las infracciones que puedes estar cometiendo con el asunto de la piratería, cuando no los elimina automáticamente o te deshabilita la cuenta. Todo automático, claro, ningún motor de esos programas se molesta en detectar que el mp3 que subes es de la autoría de una misma, poemas recitados.
Ahora, como decía, ya he podido dar con la solución, así que poco a poco iré arreglando todas las entradas. Pido disculpas por si alguien ha accedido a ellas y  se encuentra con el reproductor antiguo inservible, sólo cuestión del tiempo que necesite para poder rehacerlas todas.

Gracias a todos y feliz sábado

lunes, 21 de noviembre de 2011

"Venus sola al sol" en audio

Respondiendo a un deseo que Rafael me dejó explícito, dejo aquí el audio de un poema que hace poco subí.

Espero no defraudar mucho tus expectativas, Rafael, porque difícil es de verdad. El próximo poemario que escriba en plan "cantos" juro que lo haré ciñéndome al  cuatro por cuatro o compás de compasillo y con diccionario de calle por delante, para traducir lo que de mi mente salga a lenguaje fácilmente "decible" fisiológicamente, o sea, pronunciable (no sé si "cantable").

Es hipermejorable, no soy declamadora... vamos, ni mijita, pero, bueno, ahí va, por ti...



Venus sola al sol

Ven usada a morir
Voy a nacer
para no morir.
Voy a yacer
para no dormir.
Soy no sólo luz, Amor.
Soy la que soy sin ahuyentes,
soy la fuente que consumo y doy día a día,
desde mis fosas nasales hasta mi matriz
siempre llena y anhelante de alma labradora
y bomba corazón que riega
las células con sangre y agua y sales
de mí al extraerte ya, nula yerba, débil
árbol sin raíz de parte a parte,
de simiente inasible,
de sol símil de sial alumbrado
por los nifes expandidos
que cantaron en mi boca a tus ramas secas
de abandono, tanto ultraje en la interna tierra.

Tan alta te llego,
tan alta te abarco y te escarbo
con mis manos y con mi frente
de acero derretido en sangre madre,
que como Lobezno me integro y me revierto
en la que me subyace a todas horas,
gravitacional en mí misma,
plena y correspondiente.

No con uno, sino con los cinco mil millones.

Como aurora, como aurora.
Como tarde, como tarde.
Como atmósfera bailando por el orbe
libre ocaso, libre alba soy y osadía
en esta tierra llena de memoria y descuidos,
tan humana, tan caliente, tan salobre
que te saca de tus sales,
y que pasto de las llamas seas, por seco
y por semi-divino venido a menos:
yo peleo por lo que nunca abocas,
que no es fluir,
que no es verso, es
llegar,
que sólo sal-go!,
¡sal!,
ceniza embriagada de marinos vientos
con velocidad de presencia
cuando ellos no están ausentes.

Yo sólo amo Lo que sí sabe nombrarme.

(Sofía Serra. "Los parasoles de Afrodita")

miércoles, 19 de octubre de 2011

Higuera que renace, fuego que me hizo (Poema en Audio)

Para ir abriendo boca a Los parasoles de Afrodita para cuando lo tenga terminado de subir en su blog, el poema con el que se inicia, relacionándolo con la fotografía que ayer hice y publiqué en el otro (AQUÍ).
El audio. Lo cierto es que desde que lo terminé pienso en que me gustaría poder grabar todos sus poemas en audio, pero lo estimo empresa tan inmensa y difícil,  que no creo que sea capaz de llevarla a cabo. Tal vez, una vez que ya esté todo en el blog, poco a poco,  consiga ir llevándola a cabo.



Higuera que renace, fuego que me hizo

Higuera, amor, verde higuera soy,
flores son mis frutos,
sólo flores puedo darte,
sólo frutos dulces flores,
sólo dos, sólo
fruto y flor maná.
Fruto
y flor de ti, manjar
de luz.
Y sombra y perfume para tu aliento mis hojas.
Estas manos te acarician la boca con flor
de Abril, Junio y Agosto,
estío extenso
para extenuar tu sed, avivar tu fuego
de larga vida. Vida.

Higuera, higuera soy,
yegua libre en mi propia Cerca
me entrego toda en dos,
siempre, dos cosechas.

Ubérrima en higo y breva,
perfumo con sombra y verde
florecidos bajo el fuego.
Sin espera, siempreviva, verdeazul,
por fin colmada
palabra,
de amor.

Si hundo mis raíces en la tierra, ¿qué me queda?
Almanaque de hojas verdes
en el azul de borde amar.
Playa lenta, playa ancha,
tiempo anhelo, higuera verde agua
jugando a estampar arena contra las olas
bravas.
Tan lujuriosas, tan ávidas
de nombre.

Para mis ramas grandes, tu deseo,
mar de fondo, mar de hulla, mar negra mía,
mar de alma blandiendo espada
viento tan liviano,
y blanco,
vendaval de paz en la entraña sin la tierra.
Y sin raíces.

Ya no hay vida, ya sí sol
allá-aquí, lamento
ya sin eco,
sin células espejo,
ya sin las blancas hojas de los blancos árboles.
Como in albi, como en blanco.

Higuera soy.
Higuera con des-mayo
en el mar me deshago
en esta blanca noche, blanca.
Y verde.

Sofía Serra ("Los parasoles de Afrodita")

lunes, 10 de octubre de 2011

La mujer cauce (poema en audio)

(Correcciones "Nueva Biología")


Por fin, :). Hace creo que va para año y medio que no conseguía grabar medio en condiciones. Dejó de servir el programa que tenía y el mac no me recogía el más común, necesitaba algún tipo de archivo-librería para exportar a mp3 y por fin hoy he conseguido instalárselo y que funcione.
Como ya dije hace mucho tiempo, no soy nada ducha recitando, pero tenía muchas ganas de poder subir los poemas con mi propia voz.



La mujer cauce


… Y mi gangrena matándose,
y mi prenda suicidándose,
y mi valentía en el filo de la curva que la despelleja
en vivo y mi amor enlutándose con andanadas de sí mismo,
mi amor abandonado a solas de muerte y cárcel,
mi amor derramado en el asfalto,
mi amor bebido en vasos viscerales…
demasiada sangre, demasiada sangre,
demasiada sangre en tanto cuerpo,
tanto rígido combate a nuestras manos
allá por la fría galera de tu agria salva
de mentiras que amortajan
sobre boca, sobre dientes,
sobre ese erguido pecho,
sobre esas duras gónadas
sobre las que cabalgas como jinete diestro
en la arisca noche de un capullo,
un brote de olivo que destetaron antes del mediodía,
un cachorro que nunca tuvo madre,
un león sin hijos ni padre y el tuyo calzó siete suelas
que se llevaron el mar corriente abajo
y aguas arriba me bucean los yunques
por las estampidas de sus cornadas
que gritan en mis ingles hasta la sangre
de sus elásticas membranas,
como si la simiente planeara sobre esa tierra,
esa tierna tierra a la que vas, y no supiera encontrarte.


Ojos abre ella,
ojos restañas con tu huida.


Con un dolor y un aspaviento,
con un dolor y un crisantemo sobre mi espalda,
con un dolor y un beso rosa prendido en tus hombros,
así comulgo con este banquete de ocaso
en el que te deslizas desde este canal
hacia tu gozo que siempre tu gozo sea,
marido-amor-amigo-hombre-amante.


(Sofía Serra)

martes, 3 de mayo de 2011

"A un artista de las dos dimensiones" (en audio también)

Cuando lo he visto subido, me han entrado ganas de grabarlo en audio, así que repito entrada y la otra la borro. Hace ya mucho tiempo que no lo hago, creo que demasiado.



A un artista de las dos dimensiones

No son rosas, ni falta que hace.
Deberían inventar un nombre para este estado:
el estómago ancho, no cebado, la percepción
de otro que se asimila en tu sangre,
en cada célula, en cada vestigio del paso
del pensamiento
que es el que siente.
Conciencia.


...Que para la rosa
baste nazca la flor,
el vuelo de tus pestañas embarcando el cielo
en el dibujo preciso de la mirada.
Ni un traspiés, ni un sinvivir, ni un convenir.
Un tú y yo y la espera del sol
resbalando por la fuga del suelo.
Evidencia.


Y me sobreseo,
y me sobrevuelo por tu rondó del aire
rozando la curva de la hechura plana
que aproxima fiebre al acceso de tus dedos.


Así que el alba nació.
Blanco que no sé de dónde viene
ni hacia dónde me mueve.


Sí y no, que ya me confundo.
Sí y sí, que ya planea el mundo.


Fluir con una especie de condena,
llegar con cierto destense de las bridas,
quebrar, penetrar, desvestir…
Desprender este espacio que a mí sola entorpece.
Lograr aplastarme hasta habitar tus dos dimensiones.

Sofía Serra

domingo, 27 de marzo de 2011

Higuera que renace, fuego que me hizo (poema en audio)

Hace tiempo que no hago esto, grabar un poema. Ni soy experta en ello, ni sirvo para declamar.
En esta ocasión dejo al final el "artilugio", por no condicionar su lectura, dejar más libre el son de cada persona que lo lea.

Es el primer poema de Los parasoles de Afrodita.


Higuera que renace, fuego que me hizo

Higuera, amor, verde higuera soy,
flores son mis frutos,
sólo flores puedo darte,
sólo frutos dulces flores,
sólo dos, sólo
fruto y flor maná.
Fruto
y flor de ti, manjar
de luz.
Y sombra y perfume para tu aliento mis hojas.
Estas manos te acarician la boca con flor
de Abril, Junio y Agosto,
estío extenso
para extenuar tu sed, avivar tu fuego
de larga vida. Vida.

Higuera, higuera soy, higuera con raíces,
yegua libre en mi propia cerca
me entrego toda en dos, siempre dos cosechas.

Ubérrima en higo y breva,
perfumo con sombra y verde
florecidos bajo el fuego.
Sin esperarla, siempreviva, verdeazul,
por fin colmada
palabra,
de amor.

Si hundo mis raíces en la tierra, ¿qué me queda?
Almanaque de hojas verdes
en el azul de borde amar,
playa lenta, playa ancha, tiempo anhelo, higuera y verde agua
jugando a estampar arenas contra las olas
bravas,
tan lujuriosas, tan ávidas
de nombre.
Para mis ramas grandes tu deseo,
mar de fondo, mar de hulla, mar negra mía,
mar de alma blandiendo espada
viento, tan liviana,
melódicamente blanca,
vendaval de paz en la entraña sin la tierra.
Y sin raíces.

Ya no hay vida, ya sí sol.
Allá-aquí, lamento perdido
sin eco en pensamiento,
sin células espejo,
ya sin las blancas hojas de los blancos árboles.
Como in albis, como en nada.

Higuera soy.
Higuera con des-mayo.
En el mar me deshago
en esta blanca noche, blanca.
Y verde.


Sofía Serra. Abril, 2010.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Beso



Beso

Boca, nuestra boca santa
alegría aboca,
boca dicha, boca oída,
boca agua en esta boca
que ablanda, lame, muerde
y navega boca y vidas
juntas, boca una
saliva continuas sílabas
a salvo en el pozo grande
del boca a boca.


Sofía Serra, Octubre 2010

martes, 5 de octubre de 2010

Pequeña historia de un pequeño poema (La presencia por la ausencia)

El poema al que me refiero en esta entrada aparece en la primera parte del libro, la titulada "La edad de la inocencia". No es que sea importante, pero sí creo que es el que más fácilmente da la clave para hacerse con el impulso desde el que arranca todo el poemario. Esa primera parte de la que hablo creo que no hace más que "ambientar", fotografiar el "paisaje" donde se desarrolla lo que el poemario "es" como digo en las palabras de la trasera del libro, algo así como retratar un hueco.
Bueno, me dejo de líos "metafísicos".
Primero llegó el poema, que recuerdo lo escribí en el verano de 2005. Vivía en el campo.





SOLA


Caminar sin suelo es estar sola./
Colmar la paciencia de las luces soñando que permaneces/
es estar sola./
Abaratar el sentido de la pléyade de incongruencias que se avienen/
es estar sola./
Iluminar cabizbaja sobre tu ausencia es estar sola/
cabalgando por los oteros de la desmentida y la suspicacia./
Llorar es estar sola./
Beber de tu oído soñando que duermes es estar sola./
Trabajar sobre ultratumba limando las asperezas del perfil de tu ausencia/
significa soledad, quimera, sueño o alma rota y cejijunta./
Así, estoy sola./
Sola entre las yerbas y tu ausencia./
Sola sin más./

Sofía Serra, "La presencia por la ausencia". Bohodón Ediciones, 2010. (libro aquí)




Después llegó la foto para este poema, en el verano de 2006, durante un típico día de playa familiar, allá por la bonita costa de Huelva, de la luz tal como se conoce,  (concretamente en El Portil), que a su vez y también justo un año después, en el 2007, "identifiqué" como posible para su portada si algún día podía publicarlo en papel, como así ha sido.
Esa fotografía formó parte de una pequeña serie que titule "La playa tiene nombre de mujer", que creo que plasma  distintos aspectos del ser femenino más o menos  como yo lo contemplo (esto es dificil de expresar discursivamente hablando, supongo que por eso escribo poesía). Podrían haber ido muchas más, suelo disparar mucho, pero al final mis series fotográficas se substraen por sí mismas, como si tuvieran que adaptarse ellas solas a alguna intención que a mí se me escapa, al menos conscientemente. Al final percibo en ésta una especie de recorrido paralelo al de mi poesía desde que comencé a conservarla hasta ese momento del año 2006, y mucho más después. Aparecen conceptos  una y otra vez esgrimidos, no sé si lanza en ristre, por mi poética
Y digamos que su realización coincide con el arranque por empezar a terminar de estructurar el poemario en sí, a verlo ya lo suficientemente ultimado como para empezar a "estudiarlo", seguir trabajando con él de otra forma.

La BSO con la que podría acompañar toda esta entrada podría ser infinita, pero he puesto dos de las piezas que hilan concretamente con la realización de algunas fotografías (no compongo poesía nunca escuchando música, son actividades incompatibles, al menos para mí).




LA PLAYA TIENE NOMBRE DE MUJER


I




Tormenta(o) Azul


II




Transeúntes

III


Lavado no lejía (Vida regalada)

IV


Sola

V


Las carretillas son para el verano

VI


Ay, Luna que brillas en los mares oscuros


VII 

Poblamiento Humano: Azul

VIII


Sirenas

IX


Sofiae


(Los menores que aparecen más facilmente identificables son familiares míos, concretamente mis sobrinas y mi hijo. Debo hacer constar esto por las características del  medio en el que nos movemos, o mejor, para contrarrestar los hipócritas prejuicios mal esgrimidos por ciertas mentes)

viernes, 30 de julio de 2010

Un año hasta el sol



Hace justo un año regresé a esta ciudad donde vivo. Apenas un par de días antes había comenzado el poemario "Canto para esta era" aún viviendo en el campo. Anoche me sentí escribiendo un poema que, una vez terminado, entreví que constituía el final del que con el que estaba (probablemente se titulará "Cae el cielo"). Sus versos finales nombran, sin conciencia prevista, igual, casi exactamente igual que uno de los primeros versos de aquel otro que hace un año comencé: el manantial salado de tu abrigo. Su poema se titula "Canto de egoísmo", lo subiré tal vez mañana o pasado en formato de audio. Entre uno y otro, conjuntos de poemas, se deposita la cifra de 37.884 palabras, contadas por el word lógicamente . Me picó la curiosidad, y sonreía al pensar, ¿tantas palabras para terminar diciendo lo mismo? Y sigo sonriendo. Sé que cualquiera con inteligencia sabe que siempre cantamos lo mismo, como siempre fotografiamos lo mismo, que ése es el camino de por sí.

Reflexiones numerológicas aparte, creo que con este poema se cierra una especie de ciclo; no creo en ellos , o creo del todo más bien, pero siempre abiertos, siempre círculos abiertos avanzando en progresión a razón tal vez del valor numérico de una "fi" o de una "cualquiera sabe qué". Poco importa. Se avanza, se recoge, se hace y "solas", las cosas CUADRAN, como en el ortógono del formato de una fotografía.

Treinta y tantas mil palabras, casi cuarenta mil, cuatro poemarios, no sé cuántas fotografías para un año creo que no está mal. Lo que subyace a todo desde luego, no tiene dimensión posible de atisbar ni por mí siquiera por muy "mío" que sea.


Título de la fotografía: Autorretrato de un año




El amor mío

Hoy mi voz se rinde abrumada, leve canta/
arrullos, tiernas competencias de niñas que juegan al sol de mediodía,/
levante en plena tan solazada./
No sé ya cuando te acuné./
A veces las penumbras vacían pantanos de dicha logrando regar/
los grandes valles poblados de jaras./
Otras nos someten en su letargo de luces fabricando no se sabe qué incómodo saco de plumas,/
cañones clavados/
sobre las nalgas/
como si la caricia se desprendiera de su porte/
para asomar por las otras perchas./
Sin embargo, hoy, el ya que es ahora sin después, rosa,/
la noche alegre rosa/
canta tornasolando las esquinas./
No es tiempo de vino./
Aún./
Agua salada brota ahora del manantial/
de esta cueva clara./
Un beso en tu nuca,/
un beso en tu pecho,/
un beso en tu alegría./
De despedida./


¿ Y cuándo no hay amor?/
¿Qué si no es paz, verano o suerte a escondidas o a luz/
en las niñas que se atormentan o en los hombres que temen?/
Ni el vino, ni la rosa, ni el papel/
terminan por pervertir./
Hoy brota de mí el manantial salado de tu abrigo. Hoy nació el amor mío./

Sofía Serra, 29 de julio de 2010

jueves, 22 de julio de 2010

Los parasoles de Afrodita

El audio, mi recitar, tiene un fallo en la pronunciación de una palabra, pero me ha gustado el tono en que ha quedado la versión en general, y he decidido darla por válida ya que el poema se puede leer también; pido disculpas por el error al pronunciar.




Los parasoles de Afrodita

Ya llegaste, te has sentado ya.
Tengo tus ojos delante:
De su dorado vientre, el de Afrodita,
nacen celestes parasoles.
Sombrillas chinas que la diosa abrió
para cultivar mi piel con la nácar
y el humus de marino arrobo arrojados
sobre la ola que, de vuelta y viene, conforma la marea
del sanguíneo mar de poniente:
¡Mar mío, mar lleno, mar tan grande como yo misma!,
exclama la diosa rediviva, aún ignorante de su testicular ascendencia.
Urania utopía transformada por mor
del viento en conflagración de carne sobre agua-sal y carne.

Gemiste en mis ojos: ¡Dame aire!
Gemiste en mi boca: agua blande y
piel para el cuántico cuerpo,
envoltura de este juguete polivalente
en el que me sumerges hasta contentar objeto
de los ritmos internos que manifiestan la eufonía,
venéreas transacciones, de las celestes esferas.
Amor, cueva clara sombreada por los chinos parasoles visitas.
No tus brazos,
no tu música,
no tu centro;
ni siquiera tus alas,
en el reitero de esta penumbra de piel interna,
hallarán ajado, que ella misma se renueva a la medida de las Eras.
Que sí, vuelan ya.

Urano,
hoy ya caes,
hoy ya retornas a por tus genitales.
Qué castrado te dejamos, ¡ay!
Ay, castrado, sí. Mas, te hablo al oído, recuerda:
Sólo a sangre, tu carne engendró lo más sagrado.
Ahora ya cayendo,
piensa,
podrás hacer de la progenie de tus gónadas real cayado.

Sofía Serra, Julio 2010

lunes, 19 de julio de 2010

Alto y notable se yergue manando sombra y luz el magnolio

Y hoy, sin fotografía, o con unos sesenta mil disparos en formato digital realizados desde el año 2001.

No me deis el pésame.
Llevo nueve años de loco y desgajado duelo.
Nadie me dijo que lo habían matado, y yo, inocente,
no sabía distinguir entre muertos embalsamados
y cuerpos con vida de presente.
En la tumba no se diferencia la luz de la penumbra.









Alto y notable se yergue manando sombra y luz el magnolio

Este bello estío,/
qué mal conlleva/
ciertos pesares míos;/
ellos solicitan, presurosos,/
la caída de las hojas una a una/
hasta no quedar ninguna/
entre el celaje y este suelo./
Hoy emborronan el lienzo/
hasta hacer crecer el árbol desde este pecho/
que mana fuente transformada en magnolio./
Yo ya no más me debato/
entre suelo y cielo quebrando ilusorios horizontes,/
ajenos vuelos,/
dichos de avenidas solicitando agua o esteros secos y yermos que colman/
huecos generales,/
sin perder, en esta calma mía,/
ni una sola hoja grande,/
ni una mínima célula/
que sin saberlo (las células no tienen cerebro)/
eche de menos al más de mi penumbra interna./
Insignificante en el árbol, lo taladra hasta quebrarle el tronco./
Salvo a los de los magnolios./
Pienso sobre mi cuello:/
No ha sido suficiente, no,/
aprobar este tiempo sin consuelo./

Sofía Serra, Julio 2010

jueves, 8 de julio de 2010

Bailando con suelo


Título de la fotografía: Con suelo





Bailando con suelo


Y este pecho mío, y este giro venido a mayor vuelo,/
y este cubre- cama, esta solana vuelta,/
este ruido gozoso de gaviotas/
con canto afinado en el diapasón de los aullidos de los lobos;/
esa luz que licuaste bajo la sonrisa blanca de tu cuello.
Que yo no te buscaba, amor. Busca cielo/
y busca barco el agua:/
Y el barco viró y viró girando sobre sí,/
compartiendo sino con el tren que vino y fue./
Y que yo no te buscaba,/
delicia y candor, que el torbellino/
arrima sello al destino de lo que no sabemos llamar muerte,/
sólo vida sin consuelo./
Ha llegado lentamente,/
pero has dado la vuelta/
a la vida./
Si ya ves que no te vi venir despacio,/
lentos mis ojos o tal vez cierta ausencia/
de sagaz aplomo para estas cosas,/
céfiros que los llaman, y yo, ya ves tú,/
verdades las he gritado siempre./
Si es que no te vi llegar./
Sí que soplé pausadamente, casi sin quererlo, como un natural/
de mis pulmones a la flor desnuda/
que abre y abre cosecha sobre el suelo./
Sí, vuelta a vuelta cintura asomada;/
sí, al pretil de la tuya./


Dicen que sólo puede explicarse del revés,/
mas ya hace algunos siglos que la jardinera regó collares,/
y decenas de años que quedó artesonado el techo/
de ojos muertos en el frío estero abierto a la bruma,/
a la niebla./
Y aquel sin consuelo llegó rodando/
hasta mis pies como perla prohibida de la sinrazón oculta./
...Pero por el suelo, por el suelo avanzó girando./


Hasta los nudillos de pie y con el puño en alto/
la eterna lobezna creció y ahora pregunta:/
¿Queda alguien puro en este mundo?/


Nudillos,/
no tengo a nadie./
Nudillos, no tengo nada./
Nudillos, todo quiero./
Nudillos, todo soy:/
Matriz longeva pare puños de alegría,/
con lágrimas ensartadas, nudillo a nudillo,/
en el collar de las perlas mías licuadas por mor del amor/
que sembraste allá en la tumba./
...Y este consuelo, este con- suelo que desdice ya hasta la palabra mía./

Sofía Serra, Julio 2010

jueves, 1 de julio de 2010

Clavados en mí misma

Sin repasar de anoche mismo. Me lo debo. Ya reeditaré para trabajarlo y tal vez grabe en voz.
(ya he grabado y reeditado, he dividido para hacer una estrofa más en una anterior más larga y añadido un "tan humano ", aún dudo algunas cosas, eso siempre, nunca se acaban del todo.)




Clavados en mí misma


Quedaron como muertos bajo la escarcha, congelados/
bajo el frío del abuso y la medida dura/
de tus ojos/
clavados en mí misma/
tras el cristal del despropósito,/
el desvelo, el celeste/
de maldita frialdad que nevaba desde tu cintura/
a la mía, quedaron muertos,/
quedaron muertos,/
quedaron muertos y enterrados.../



¡Mas hoy gritan!/
Aúllan reprochando/
el abandono,/
la inutilidad,/
la agridulce empresa,/
el resentimiento,/
el disfraz,/
la injusticia... humana, todo humano,/
tan humano.../
Tan humanos sus recuerdos clavados a mí misma./


Pasmado dolor nervudo en estas arterias/
convertidas en tensos alambres de espinas/
recorre desde mi médula hasta mis uñas
torturando entrañas, aliento y sangre./
De obsoletos entuertos se alimenta esta vida.../


Y quedaron, quedaron como muertos/
clavados en mí misma./


Hoy soy yo la que aúlla de dolor./
Redigiero la roca que me obligaste a tragar,/
como si nunca hubieras sabido que esta garganta/
sólo era tierna carne sedienta de tu saliva./

Sofía Serra, 31 de Junio de 2010

jueves, 24 de junio de 2010

Di-ablando en rojo (Para los diablos azules)





De dios al diablo

He hecho una fotografía./
He blandido carne de cuerpo arracimado./
Dios me venga cada día, dios me luce/
en el sol escondido/
que ni yo misma encuentro urdido entre las prendas/
que por el suelo voy dejando cuando me desvisto./
Osamenta y ruda percha para colgar ese pliegue envejecido/
que arrastra, arrastra, arrastra tantos años y ninguna basura./
Hasta que me desnudo./


Si yo sólo una tengo, ¿a qué me debo?/
Juventud y buen verso riñen como hervidero de pirañas en el Amazonas./
Al final, será siempre espina y hueso./


Que venga, que viene, que suelta melena,/
que viste sola, que quiebra paredes,/
destreza,/
que yuxtapone, que suma y alivia,/
que poetizo guerreando contra todo hasta sin mí y ya me dejo hasta derrengarme entera./
Cada verso, una batalla ganada,/
cada renuncia de muerte, un paso hacia el caos,/
cada palabra, un menos de Ti,/
cada suerte echada, cada sol en vida./
Abandonar toda sombra/
y dejar de entrecruzar las manos sobre este vientre; preñan/
en vida a la soberana muerte./
Cantar y desposeeros,/
cantar y desvanecerme,/
cantar y subvertir:/
ya la jacaranda cubre suelo/
con sombras verdes dibujadas en el cielo./
Ya la tierra arranca muerte y anega agua,/
ya justifico el frío bravo,/
ya averiguo sobre las piedras,/
ya niego el pasado canto azul,/
ya solo quiero verde, a media tinta o dios./
O diablo./


Y endiabladamente me veo/
poetizando, que es lo mismo/
que amando, jugando o sorteando/
el acá y el allá/
tras el cristal que recita descifrando/
las señales y el ritmo tardo, la lenta alquimia, la cansina suspicacia/
de ciertas pautas y medidas./


Ya bate el colmo sobre la mejilla ardorroja,/
verde beso a beso de mayo a verano/
expandido más allá del límite en subjuntivo:/
Rojo y veo,/
rojo y muerto el ocaso,/
rojo y ardo,/
rojo y vivo/
grande y llena./
¡Bah! ¡Porca miseria de labrantíos parcos y desdichos de sí mismos!/
...Ya asoma el tren de las vueltas sobre/
la hélice de esta quimera encendida./

Sofía Serra, 24 junio 2010

lunes, 21 de junio de 2010

Es Decir



Es Decir

O sea, la verdad es que sufro./
Sufro miseria que no sé de dónde llega:/
¿Quién quiere morir por amor?/
¿Quién muere cuando es sobre Amor?/
Sobre Amor ni la rosa cortada se avejenta./
Si lo sabré yo.../
Tiene que llegar esta conciencia que se me escapa, desde la neurona al aire, sobre la otra orilla./
A dos verdes es necesario que pinte el óleo/
sin ni siquiera saber si cuento con pinceles./
Y, ¡ay, ay, que ya se me va...!/

Me quitaré de en medio, de en medio/
del miedo, del conforme y del verde a media tinta,/
presión desde el cuerpo al aire./
Te digo que es sólo una puerta./
¿No me ves? Yo estoy aquí./
Anhelas-Adoras-Ansías./
A de abierta./
No- pa-sa na-da. Salvo tú que quisieras./
Quedan allá las migajas, las solvencias,/
las parcas rimas,/
la insalubridad,/
el ritmo sin gozo,/
la vida larvada./

Me has dejado sola en la puerta del dolor, bestia mía,/
puerta como la de la muerte, sino que a la vida./


¿De qué corazón puede emanar tortura tan cruel/
sino del poseído por el don del estropicio sobre el caos/
y el orden de lo todo, lo suyo, lo ajeno y hasta el mío?/
Las jacarandas aún andan a vueltas entre sus flores y sus hojas,/
desplumadas,/
sin ser ni de ellas, ni de mayo, ni del verano,/
y junio se torna puente tan prolongado, que ni su fin se adivina más que en la nube gris que arrecia sobre San Francisco cuando atardece./
Se quedaron con ya apenas flores y aún sin hojas:/
¡Ay, verano, que siempre me has nacido torcido en estas manos!
Sí, ya lo observo, y ni contesto/
ni pronuncio, ni enseño/
la mudez, como siempre, la mudez,/
que torna el follaje en habitáculo celeste para las ramas quebradizas de las encinas./

Me perderé bajo las ramificaciones que ya me abruman,/
velaré esta cadencia de vida sinérgica,/
esta soflama que me ubica donde nadie ya llega./
Que nadie hable sobre lo que no osa vivir. ¡Que tú!, ¿que yo?,/
¡Qué sabrás tú!/
Aquí, ahí está tu puerta,/
tus manos tensas cerradas sobre tus bravas uñas,/
tu mirada encarnizada sobre el límite, tu temblor de miedo de pies sobre la tierra, la oscuridad a tu espalda,/
y yo, enfrente tuya,/
a modo de breve sumario de vida que no puede hacer ya más que callar./

Tras-/
pasa/
esta aguja/
hasta combatirme entera conmigo misma./
Allá volveré, donde tú, ni nadie, ni yo ya, seremos./
Perderé,/
perderás,/
perderán/
paraíso que a nadie interesa./

Sofía Serra, junio 2010

martes, 15 de junio de 2010

No fotografía de rosa



Título de la fotografía: No son rosas, ni falta que hace








A un artista de las dos dimiensiones

No son rosas, ni falta que hace./
Deberían inventar un nombre para este estado:/
el estómago ancho, no cebado, la percepción/
de otro que se asimila en tu sangre, en cada célula,/
en cada vestigio del paso del pensamiento, que es el que/
ya siente./
Conciencia./

...Que para la rosa basta que nazca la flor del aire que desde/
el vuelo de tus pestañas embarca al cielo/
en el dibujo preciso de tu mirada a la mía./
Ni un traspiés, ni un sinvivir, ni un convenir./
Y un tú y yo y la espera del sol que resbala por la fuga/
del suelo que se hace evidente./

Y me sobreseo,/
y sobrevuelo por tu rondó del aire/
rozando la curva de la hechura plana/
que delimita mi fiebre por el acceso de mis labios a tus dedos./
Así que el alba nació./
Blanco que ya está aquí./
Blanco que no sé de dónde viene ni hacia dónde mueve./

Sí y no, que ya me atraganto./
Sí y sí, que ya vuelan los pájaros./

Fluir con cierta especie de condena, llegar con cierto destense de las bridas./
Quebrar, penetrar, desvestir./
Desprender este espacio que sólo a mí me entorpece.
Lograr aplastarme hasta habitar tus dos dimensiones.

Sofía Serra, 12 junio 2010
 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.