— Por algunos que quiero entregar, me regalan dos naranjos florecidos en pleno Otoño.
— Por otro con el que obsequio me dan tres libros tres que no podría permitirme comprarlos, buenísimos en contenido y de los caros-caros también.
— Por el último, un cartón de ducados, tres latas de atún blanco en aceite de oliva, tres de mejillones en escabeche (de los grandes 4/6 por envase), un lomito ibérico, un conejo de campo y dos juegos de sábanas de invierno.
Para que luego se diga que escribir poesía no es rentable. Si un poeta no se hace rico es tan solo porque no quiere.
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