Como si ya por fin tuviera la prueba fehaciente de que mi alma se equivocó de cuerpo al nacer a la vida física de este que viste de rosa, porque todo es negro, y calza un 34, por lo que nunca encuentra zapatos. Un yo que no soy yo. El culmen de la empatía. El culmen del espejo. El espejo líquido, como si lo hubiera traspasado y ya no quedara nada en el lado que dejé atrás.
El hombre, la sombra,
el encuentro
ya no se dice verte
y verte venir te he visto
venido. me he visto,
atrás, y el tiempo
se parte.
La paradoja espacio-temporal,
la muerte que m'avisó asimov.
La mía.
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