miércoles, 5 de agosto de 2015

Existes luego soy

Existes luego soy

Nunca busqué la soledad. Me sobrevino impuesta como un manto de agua sucia sobre mis hombros: a la vez que disturbaba mi sentido de lo natural, lo lógico, si se quiere, me calentaba. El limo, no obstante, favorece la fermentación, y de esta, siempre llega el calor que fructifica.
La vida, ¿desde una soledad? ¿Desde la soledad?
Impensable, o al menos incapaz yo de continuar por ese silogismo. La vida solo es favorecida por la comunión, común-unión. Mínimo se necesitan dos células para que estas unidas se multipliquen en otras muy distintas. La sinergia.
La soledad íntima, impuesta o no, no es tal. El instinto, la naturaleza básica del ser humano busca el interlocutor. Fabrica el doble para poder seguir viviendo, pensando, reflexionando. Es la prueba evidente de que la naturaleza humana, aun partiendo del individuo como unidad básica, es entera y eminentemente social. Sin el otro, le será imposible tener conciencia de sí mismo.
Todo lo contrario al cogito ergo sum, ¿todo lo contrario? ¿Es posible pensar sin lo externo? Naturalmente no.

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martes, 4 de agosto de 2015

Sadismo de banco

Hoy uno de "procuradurías"
Sadismo de banco

Socava la escasa cordura que una le queda contemplar cómo su caderas ocupan aproximadamente el mismo volumen: Merckel y Rajoy, Rajoy y Merckel. Por un momento , al visualizarlos en la fotografía, se me han asemejado a los muñecos de playmobil con los que mi hijo jugaba cuando pequeño. Pueden doblar la cintura, girar levemente las cabezas y levantar o bajar brazos y piernas. Difícilmente la prodigiosa versatilidad del cuerpo humano puede añadirse a la visión de sus cuerpos (seres humanos son, como usted y como yo) paseando, imaginarlos en posturas conexas, correspondientes, integradas con el ambiente que los rodea o que entre ellos crean.
La verdad es que no se entiende por qué se protesta tantísimo contra los políticos, ellos en concreto, si, aquí, además, el signo hace décadas que ha desaparecido, la tendencia , la ideología, el saber qué se quiere más allá del piso, el automóvil... A propósito de automóvil, ¿cómo nadie pudo predecir que Alemania dominaría Europa económicamente? Si de pronto, sobre el año 2002, que ya es decir, por la cantidad de años que hace, en las carreteras españoles solo se veían bemeuves, audis o wolkswagens (absténgase de comentarios los conocedores de los intríngulis de compra/venta entre entidades) ¿Cómo no iban a, no solo crecer, sino conquistar, los BeMnWditos alemanes?
Antiguamente, los ejércitos de los diferentes imperios o reinos lograban establecer su presencia en territorios extraños a golpe de espada o sable, sajando vientres, cercenando cuellos. Hoy, somos mucho más pacifistas, ya todos lo sabemos: parece que nos desmayamos al ver la sangre aunque la pituitaria nos salivée tan solo imaginando un filete de lomo de buey. Conquistamos, o conquistan, a golpe de marca, de anuncio, de identidad corporativa. Un país se hace dueño de al menos un cuarto de mundo con tan solo introducir, a modo de ariete, el gusto por la marca de unos automóviles de alta gama. Lo peor es que los que les abrieron las puertas, hoy reniegan de ellos.
Todos nos podemos equivocar, pero debemos recordar que los muñecos de playmobil solo se mueven porque nosotros los movemos. Sin golpe de sable. Con voto, o sea, cambian de postura porque nuestras manos así se lo ordenan. Solo cierta previsión nos urge, quizás cierta conexión entre nuestro cerebro y nuestros dedos, porque pudiera suceder que el muñeco se nos convierta en el pigmalión de nuestras narices.
O de nuestras caderas.
¿Y se imaginan follando a Merckel y Rajoy? Porque yo, no. Pero jodernos, bien que nos joden. Quizás se han equivocado de "bando". O, simplemente, disfrutan con lo que hacen. De padecer el sadismo, pocos seres humanos logramos librarnos, en uno y en otro band(c)o.


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lunes, 3 de agosto de 2015

La sed

No recordaba este poema de  "La exploradora" cuando he hecho este verano esas dos fotografías con idéntico título... 

La sed

La endorfina sustantivada
en el beneficio del edénico
recuerdo:

ya que por mi conciencia
me esgrimo como fiel espada
tuya y del nido que construimos
entrambos, cucos somos al fin
y al cabo pájaros presurosos
de la tarde de nuestras vidas.

La naturalidad con la que el agua
muge entre tus dedos, ¿la has oído?,
cómo sacia la sed, nadie la piensa
hasta que falta. Recuerdo el río.
Y el grifo.

No se puede estar en todo
como quien incluye certezas
o sus condiciones
así como yo me extraigo
de los botones de tu camisa,
abrirla, no hay misterio,
sólo lo oculto lanza voces,
el secreto
se oye tanto
se oye.




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sábado, 1 de agosto de 2015

La compañía

La compañía

Se sumaron algunos versos
al continuo de tu boca.
Trabarme entre tantas luces
fue necesario, colmar el silencio
de tus mejillas, entregarme
a un solo punto de tu página
en blanco, presentirme
en el sonido de la miseria
haciendo aguas y calderilla en el bolsillo
de tu mano hueca, mano abierta,
soldado del crisantemo
que se posaba en tu espalda
de soledad y senectud extendidas
sobre el mantel de un jardín
silvestre la melaza
de las flores se evapora,
nosotros la vemos,
algunas huellas de tu futuro se ahogan
en la laguna de las hojas muertas,
agua dulce, inútil lucha la tuya,
el gentío inexcusable sin el don
de la palabra te conminó
al extrarradio: afuera.
Aquellas murallas fueron
pan de alforja,
mas hoy

éramos dos y se quebró
el límite del imperio,
éramos dos atravesados
sobre la corriente.
Hoy tus pasos y las azules rejas
o el transparente de tu medida
taladran otras lindes de la mañana,
y sus solares huecos de noche,
y los vacíos que me dejas.

(De "La exploradora", del ciclo Suroeste.)


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martes, 28 de julio de 2015

Nadie quiere aprender

Pero eso ya lo sabía...


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lunes, 27 de julio de 2015

Los pasos

Los pasos

El círculo dorado se cierra como un puente levadizo. Ya ha surcado la pequeña nave el estero. Era necesario cederle el paso. Ahora ya despejamos de zarzas nuestro puente y el camino de nuestros pasos.



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viernes, 17 de julio de 2015

Y de nuevo de antes llega

Todo me lleva a él, el trampantojo de la luz y el agua y la sombra de la encina, las sillas blancas (aunque sean otras, ya sabes) el blanco y negro que me ha salido, todo vuelve a ese libro, a esos poemas. Los releo y me entran ganas irreprimibles de reescribirlos (anda que no les sobran palabras, je). Quizás deba hacerlo. Al fin y al cabo creo que es él que gobierna, el otro Él. Su timón siempre inclinado marca rumbo al cierre del Círculo, el eterno retorno, la espiral de Fibonacci, también del nautilus, ¡cómo no!, por el mismo lugar siempre sino que un paso más alto... Cualquiera sabe...
El caso es que aquí está.
Mi echarte de menos, como el de La presencia por la ausencia.


domingo, 12 de julio de 2015

Un sueño


Un sueño

No es que no crea en el azar, pero tanto como puedo creer en el orden, en el patrón, eso a lo que nos amarramos para no sentirnos desprotegidos, simples categorías en las visiones humanas, por muy ciertas a simple vista (¿de quién, de qué?) que resulten las repeticiones naturales que interpretamos como síntomas de orden.

Creo que solo las matemáticas tienen la solución para el conflicto entre el azar y el orden, el caos y la repetición, y yo no soy experta en ellas.

Dos simples lecturas de este verano me ofrecen certera solución. En ambos observo las mismas reflexiones aunque reflejen pensamientos con siglos e distancia: la dificultad del ser humano para establecer el nexo entre el azar y lo ordenado, lo previsto.

Al final va a resultar que todas las religiones, todas las corrientes filosóficas, todas las epistemologías solo han intentado, casi sin pretenderlo, intentar abarcar, comprender, asumir, analizar la relación entre una prelación y otra.

Reconozco que cuando oigo a Demócrito cierta paz se apodera de mí. Siempre he caminado entre él y la entidad inamovible de Parménides (mi primer amor). Yo también siempre he buscado la solución al conflicto. Y desde luego no la he hallado.

Lo que sí he hallado es una explicación para mi aversión hacia las expresiones "buena o mala suerte", entendiendo suerte como sinónimo de azar. Atribuir adjetivo cualitativo, no ya digamos moral, a algo sobre lo que no sabemos ni existe me parece ya de arrogancia humana de juzgado de guardia.
Y lo peor es que aún la mayoría de humanos se rigen por ellos, sobre todo los ateos. Esos que se dicen ateos.

Creen en un dios que ni siquiera se manifiesta medio consecuentemente.

Yo creo en la lógica, en la analítica, en la capacidad humana racional y reflexiva y creo en su capacidad emocional e intuitiva, pero sobre todo creo en nuestras limitaciones. No somos dioses. Aunque nada nos está vedado.

Al final, llego al principio de lo que motivó este blog: la voluntad humana como ente sintetizador de todas sus capacidades, incluida su limitación.

El sueño convence y vence. Este sí lo asumo como el regalo de los dioses. Sepamos administrarlo.
No somos inhumanos.

miércoles, 1 de julio de 2015

Asfixia


Asfixia

Desear morir para no vivir
el dolor tiene nombre
de instinto de supervivencia.


Cada despertar anuda
la luz de la mañana a mis ojos
el tirabuzón amargo de la tristeza:
no verte, no oírte, no saberte.
Cada despertar embuda
el canto de los pájaros
en la amargura que me queda,
el fracaso de la dulzura
ante la realidad penitente:
ver, oír, saber
del presente y del futuro
tan desesperanzados.
Un sin ti, un con todo
el dolor de la injusticia
como único aire respirable.

miércoles, 17 de junio de 2015

Pesadilla eterna

La atraigo o formo parte de ella? De qué sirve el arte si solo anuncia males y, encima, no sabemos leer sus vaticinios. Por qué hacerlo? Por qué emana. El arte y la poética como lo màs inhumano y frío con lo que el artista puede toparse. Su creación solo es él mismo cuando ya no tiene remedio.
Otros leeràn. Otros bien situados en la costra dura de la nomenclatura seràn los beneficiarios del acto de amor que implica poner las cartas encima de la mesa. Cada obra de arte comporta un suicidio. Cada acto de amor siempre inentendibles para la mayoría de los mortales.
Y así seguimos. Y así le va a la humanidad. Y así deseo bajarme de la existencia. Por amor.

viernes, 12 de junio de 2015

La ola

Al hacer esta fotografía recordé un fragmento de verso de Los parasoles de Afrodita: "sanguíneo mar de poniente".
Todo se me enreda. La serie fotogràfica " los mares del Sur" busca el finis terrae. Yo anido en tierra y sueño con un sol rojo como las candelas derritiéndose en el horizonte marino. Los suburbios campestres me regalan cadàveres, flores y cachorros. Las rocas se tornan mares. Los guijarros fórmulas matemàticas. El nido abandonado ha vuelto a ser puesto en su sitio. Quizâs sea reutilizado el año q viene. Con sus dos huevos secos me hago un collar del color de turquesas. Mi mano vuelta del revés me recuerda la flexibilidad de mi esqueleto. Soy como un zarcillo de parra. O como la gata, a la q solo le falta una cola prensil para ir de rama en rama. Me asusta poder escribir en el móvil. Me asombra, mejor dicho. Creo que las calendas o llamadas empezaron hace semanas, sino q aún sin nombre. Las horas puntuales han terminado por abrumarme.
Brumas anhelo yo. Brumas q ver, no que vivir. Brumas purpúreas del sanguíneo mar de poniente.

martes, 7 de abril de 2015

La Esperada

Campo. 2002

La Esperada

Se emborrachan las ubres
Ebrias de contenido vital
Y calamitoso estrépito
Que los otros pechos proclaman:
Manan leche jerigonza.

Metralla cubierta
De sierpe sabia,
La culebra honda,
La de la cabeza grande
Anida bajo los romeros en flor,
Entre las piedras y el polvo,
Pero su piel no cambia,
Su líquido ubrerino advierte:
Si me pisas, me defiendo
Como el sol que se oculta
Con las manos, su resplandor
Llagará mis palmas
Abiertas
A La esperada.

Mientras, he construido
Pozos artesianos.

(De La exploradora)

domingo, 5 de abril de 2015

De la tribu de los Pies pequeños (el shock)

Mantengo la tesis de que la mayor parte de las lecturas que hacemos sobre cualquier tipo de texto van impregnadas del estado de ánimo o actitud vital que invada nuestros espíritus en ese momento.  Por más que leo este poema no consigo percibirlo como pesimista. Sin embargo tengo constancia de que a algún lector particular sí le parece así. Y me alegro, porque esto, esta divergencia de pareceres sobre la obra de arte, solo demuestra también esa teoría que sostengo en un mantenella y no emendalla según la cual la obra de arte necesita de sus dos externos vértices en perfecto funcionamiento (espectador y creador) para que pueda desarrollarse como tal, es decir, como algo vivo.
Si no, solo podría llamarse artesanía a lo que hacemos (cualquier humano), sin que esto signifique minusvaloración de esa actividad. Simple y llanamente son conceptos completamente distintos que, lamentablemente, aún no consiguen del todo ser aplicados a lo que conocemos como las grandes Artes, entre ellas, a la Literatura, y particularmente a la Poesía. 

La fotografía es del año 2002. Durante esta semana he estado revisando y recopilando los mil millones de archivos fotográficos que tengo  desde el 2007 para atrás, una tarea de monos, eso,
lo que somos ;)


De la tribu de los Pies pequeños (el shock)

Llegado el freno y cierta estación
Estancada entre las arenas blandas,
Tan difícil se hace salir del mar
De la ausencia, de la cinta transportadora
Que me llevaba solitaria y púdica
Ahora ya sin huerto
Y sin pienso luego veo sin
Porvenir ajustado a-las
Suelas de los zapatos sin a-las,
Clávame, húndeme, sepúltame,
Encrucijada sin rosa ni espin-
Illas que romperme
Contra el bordillo de las aceras.
Las aves migran
Plumas a otros suelos,
Otros cuentos de suelos.
El mío encharca el horizonte:
Perfil huele el aire
Buscando la terquedad
Del misterio, encendidas
Mis mandíbulas se aprietan
Contra sí hasta
Que mi oído revienta.

Continúa el tren rodando.
Mis pies calzan ataúdes
blancos.

(De La exploradora)




lunes, 30 de marzo de 2015

Un país llamado Arcad(i)a

Un país llamado Arcad(i)a

Ácida arcada
los ácidos corroen las columnas
de cualquier patio de luces

A-mí-no-
Ácida
Me haréis.
Ya tengo bastante
Con los jugos
De mi estómago
Vomitad sobre vuestro suelo
Vuestros juegos infantiles
Como cuando los crueles
Niños arrancan las patas
A los insectos—en ellos está el futuro
Y hasta el pasado—
A mí dadme un pico y una pala
Y mi cansancio de oír
Arcadas que se tienden
Entre columnas
Que nada sostienen.

Dulce arcad(i)a

Sobre el estado general
De las cosas debo añadir
Pan y azúcar que ya no como.
Los mendrugos alisaron mi vientre,
La amargura me sacó de las casillas,
La tabla flota camino de las antillas
Occidentales a la península,
Tal como la salvación
De todos nuestros males:

Seamos sensatos
Por las luces y las cuerdas,
Por no perder la arcadia,
Para poder volvernos locos
Como dulces cabras
Tiernas y felices,
Con barbas y a lo loco
Trotemos vertiente abajo
La miseria de afluente
Que brota de las rocas
Que vamos golpeando
Meninge sobre meninge
Como si no fuéramos en el fondo,
Del valle de la arcadia,
No más que algunos bueyes
Con un lamento ojeroso,
Con un lamento ojeroso de buey
Que salta asustado
De su torcido peso
Sobre las pezuñas y la bilis,
La vejiga y el evacuatorio
De la montaña algo verde
Con acebuches y reclinatorios
Y estandartes rosas y rocosos
Donde nos abrimos de patas
Y los tobillos se nos quiebran.
Tan torpes somos, ¡ay!, tan limitados
En importancia nos bebemos
Nuestro propio cerebro
Pensando que de nuestro
Lamento ojeroso depende
El destino del mundo,
Y por qué no ya también
El del mismísimo universo.

Las estrellas poblando esta noche
Nos contemplan en nuestra
Terminal palabra: arañitas,
Nada más que arañitas
Tejiendo con nuestras bocas
El silencio del abandono
De lo que somos: bueyes en el establo
De la vida, soberbios bueyes tuteando
El fragor de la noche blanca, bueyes
Con mitras de reyes como los cretenses
Ya muertos seamos indulgentes
Con nosotros, convirtámonos
En cabras, cabras con luces y ligero
Peso sobre la arcadia,
Nuestro país, nuestro territorio.

Arcadas para tipis

Acababa de parir la india en la pradera cuando el gran manitú se le apareció para decirle:
olvídate de la depre post-parto y corre a tu nación, sí, esa entre los que naciste,
hazles ver su locura, se creen búfalos o bueyes.


—¿Alguien recuerda
Cómo se orina
Con cuatro patas?
¿Cómo piensa una
Frente con cuernos?
¿Cómo espantar una mosca con el rabo
O se mastican las aulagas, las retamas,
El lentisco o el romero?
Piedras sólo conocemos
Por nuestro riñones, he aquí
El claro ejemplo de nuestra
Desmedida inteligencia:
Miramos con los órganos excretores,
Tejemos con las patas traseras,
Bebemos whisky y cerveza
En vez de agua del corriente río.
La pradera nos mira
Con vergüenza ajena, le pesa
Nuestra locura como patria.

Las flechas se frotan
Entre sí ronroneando
De placer porque se cierra
El círculo de nuestros tipis,
Nuestro yugo, nuestra yunta,
Nuestra arcada. Ellas
Se las prometen lanzadas
Y felices en nuestro país,
Nuestro territorio de toro
Y pezuñas izadas
Contra
Nuestra
Propia
Frente.

La india miró sus pies,
Pidió perdón a manitú,
Viró sobre sí
Y volvió a su depresión
Post
Parto.
 
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