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sábado, 11 de junio de 2022

Dos carnicerías


 

Entropía

Cuando limpie mi casa,

el sitio,

cuando exhuma los restos,

los cadáveres malolientes,

y desaloje este perfil de tierra invertida

de todos los usos vocingleros,

cuando rehúse,

cuando anule,

cuando conciba la paz

sin paz conmigo misma.

Cuando hablando, ataje,

cuando llueva...

cuando llueva amor,

cuando vele el alba tu avenida

sin que yo me desvele,

cuando vuele sobre mí misma

ya olerá a otro muerto—muerta—,

y entonces me pregunto

para qué querré estar viva

sino para enterrarme

y así volver a limpiar el sitio,

mi casa,

El lugar.

Un mundo: tierra, aire, agua

y seres vivos que huelan,

y yo, la muerta,

apestando.



De "Todo más claro"

viernes, 3 de junio de 2022

Lectura propia de dos poemas de "La exploradora"

 Poema "La luz de los días (como un arbre nú)"



 

Poema "My country song"




El libro se puede adquirir AQUÍ o en cualquier librería encargándolo.

 

viernes, 27 de mayo de 2022

Dos Santos




anselmiana


de creer solo

querría creer

en un dios solo

sin figura

y sin nombre poder

arrodillarme,

entrelazar mis manos

en ademán suplicante

y espetarte,

¡dios!, ¡dios

mío!,

por qué no puedo

creer en ti si

a ti te pregunto

el motivo,

¿cómo no existes?


(De "Todo más claro".)


lunes, 23 de mayo de 2022

De huertos

 




Huerto

Tierra soy y no me tumbo,
sombra canto y no te entierro,
senda clavo, luces sudo,
soy huerto claro
y clamo al cielo
agua, sol y vino
el viento que me inflama
de norte duermo al sur
predico mi sueño,
de pie me inclino
a tus pies, me hundo
en el barro de tu sino,
tierra o suelo. Manos,

qué día tan extraño el sol
cuando los hombres se vuelven
blancos y las hojas verdes,
que día tan extraño iluminaste
el revés de todos los males,
la fragancia de la levedad,
la orientación de la rosa
al no perderse, mas
¡qué día tan extraño engendraste
camino de la tierra
desde tus extremos de nubes!,
qué día tan ameno
aquel en que amaste
la felicidad en el mundo.


(De "Todo más claro")

lunes, 25 de abril de 2022

Las amapolas

 


Las amapolas

 

El silencio te subyuga

como las amapolas catedralicias.

El silencio domina

las querencias del libre

albedrío del azar

ensimismado

plegándose al etéreo-

intocable, inabordable-

suburbio de la paz.

Es allí donde se habita sin paso

fugitivo, sin medias prendas

de voy y vengo, vas o vienes,

donde reinan los vehementes:

El silencio, o la compañía

de la cálida soledad.

La amena retirada del transcurso de la memoria.

Los afanes declamados por los hieráticos torsos

son éticas korés de madera carbonizada

por el fuego del olvido.

Más se elevan las amapolas

aplaudidas por las manos

del hemisferio celeste

que, como todos sabemos,

solo vive una vez

y solo se consuela

en silencio.

sábado, 23 de abril de 2022

Dos poemas sobre el libro (y una imagen para contradecirme)

 


Mi libro

 

un libro que desdiga.

un libro que deje escrito

lo no dicho.

 

Del recio y duro tronco

hacia el cielo lanza

lo que le queda de vida

manando su presente

detercia, resume,

subsiste

bajo dentro

arranca

de cuajo un golpe

de centro

nervioso y solo

o sólo soledad

que llaman de terceros

que se acercan

porque dos

somos dos

unidos por el suelo,

cómo separarme de ti,

raíces mías,

cómo gobernarme al aire

y ser aunque sea

piedra que pueda

el arroyo arrollarme.

Mas esta tumefacción

viva que me detiene

junto a mí misma

quisiera poder

arrancarme,

reventarme

o más sencillamente

que llegara el leñador

para hacerme tocón

de nada, porque manos

no poseo más que raíces

y ramas y hojas a veces verdes:

un puro árbol, sólo

un puro árbol

entre tanta simiente

de tiempo, de espacio,

de límite.

(De "En-clave de árboles")


Libro en blanco

 

Se abre de futura

imagen de un libro

por escribir lento

pero decidido.

Unos veintiuno

desde más de cincuenta

se divisan cerca

si somos los mismos,

si siendo la misma

no vemos lejano

el tiempo elegido

como compañero.

Ni el tono, ni el modo,

cada paso dado

dibuja la estampa

sobre el libro blanco

recién comenzado.

 

que me acompañe la suerte

que hasta ahora he tenido,

prender los hilos, tejerlos

recorriendo el paisaje

de seda tan fría, calentarla

desde dentro mía

con una mirada de futuro

por hacer y mañana

abierta y recogida

en la frente y en la boca.

 

Sobran letras y faltan

espacios donde

poder

descansar

pensar

abrir

paso entre la mal-eza.

Hallar

la bondad.


(De "Extinción de ruina")





jueves, 14 de abril de 2022

Dos oportunidades

 


La oportunidad

 

Seamos prácticos

de barcos o de árboles

verdes bajo el agua

sobre la estepa multicolor

de los diferentes signos mareantes

y las cartas trazadas

a mano alzada

extiende

tu vino de vida

sobre el mantel

de las ilusiones.

 

Hay que buscar la alegría

como se buscan los dioses

que sí existen, tocando

todos los palos, todas las cuerdas,

la clave de sol en segunda

cesárea del tiempo

bienvenido: el momento

del Bien.

jueves, 7 de abril de 2022

A un mirlo blanco




El canto del mirlo

(A mi hijo)


También por la mañana

aduce voz al silencio melódico

del campo la sonora garganta

del mirlo y su afán por gobernar

mis adentros ya algo ajados.

Perpetúa el recuerdo de la bondad 

y la belleza y hasta el aroma

de las madreselvas aún sin flores.

Canta prodigando senderos

de tiempo felices, de plumas

aves sobre tus ojos libres

de espanto sobre el pasado.

Construye el mismo nido

que tú construyes caminando

por las avenidas de la vida

a tus manos, va llegando

tu suelo habitado de amaneceres

poblados de ti y tu fortuna

donde tu mente preclara

ilumina las estancias de tu presente.

A veces, al mirlo se le entiende

sin palabras, comunica el valle

de la memoria con el altozano

de futuro elevado sobre tu sonrisa

y porvenir soldado a tu corazón

tal como la mañana se une a la tarde

de mis ilusiones y a la noche de mis días.

Y tú continúas caminando,

y yo te libro vía, aunque no te vea,

esta trocha agridulce de la vida,

tal como el canto del mirlo 

rompe la niebla blanca

de mi ceguera iluminando

las estancias de mis lágrimas

y de mi alegría de ti.


(De "En un lugar del mundo".)


viernes, 1 de abril de 2022

De sinos




qué sino Abril


qué paz se venga sino
la de soldados muertos,
qué derrota navega
bajo mis sienes delante
de tu ancestral boca
de tiempo ingenuo, qué
soledad magnífica revienta
en tu sueño de solsticio sino
la primavera.

Lo vamos a dejar,
tú, estómago, y yo.
cualquier palabra cadaverina
es mentira de su silencio
por muy vacía que vuele
su sin palabra cualquiera
es más poesía.

sabes cuándo dejo de creer,
¿verdad?,
cuando me hace oportunidad
me sobra cualquier
libro cualquier poema
cualquiera lectura me embarga
el arreglo del nido me aligera
costumbres me calientan
el sueño resulta
tan reconfortante
fregar un suelo aquí
no hay género sino
de novela, poesía, teatro
sino puro
número de candilejas
en las encinas. Sus flores
vertebraré hasta que pueda.
Me parece
tan-razonable,
tan-verdadero,
tan-profun-damente
serio como la máxima
y refleja actividad humana
de respirar.

hoy no soy poeta yo
gracias a la Poesía.

(Del libro "Suroeste", Ediciones en Huida, 2015)

miércoles, 30 de marzo de 2022

Tres momentos

 


Ah-ora

 

Antes:

un sino com-un sol

donde quemarnos vivos.

 

Después:

Un sendero amplio y umbrío,

un suelo tierno y el aire verde,

una sumisión a nuestra vida lenta,

un pacífico rededor que nos ama y nos abraza,

 

un dios

 

que nos caliente,

que nos cuide,

que vele por nuestra

valiosa existencia.

lunes, 28 de marzo de 2022

De la seriedad de la exploradora

 


Del mosqueo con el levante al susto con la exploradora. Menuda mañana llevo, y eso que me niego a que me afecte el cambio en las horas. De horario de invierno al de verano, y yo aún con jerséis de cuello vuelto. Iba a dedicar el lapso de tiempo entre dos frentes de lluvia que ofrecía el día de hoy a hacer tareas de campo atrasadas, pero la llegada de las pruebas del libro ha conseguido alterarme el ánimo (nada difícil en mí, la verdad sea dicha), ponerme el corazón a cien y hacer que me encierre para sentarme en el ordenador y corregir. Sé bien que por parte del trabajo del editor, nada, o minucias. Sé que, por mi parte, ¡todo!, aunque hable en broma, medio en broma. De pensar que así ya en papel (por mucho que lea o escriba en medios electrónicos no consigo despegarme de las ventajas que le contemplo a la  fisicidad del libro en papel) lo que sea que esté escrito va a perdurar para siempre…¿siempre? Bueno, me digo, siempre pueden salir ardiendo, mi ordenador y mis discos duros incluidos, la leche, Sofía, que no eres la Biblioteca de Alejandría, megalómana eres y, además, ¿cómo se van a quemar los libros? Los que yo tenga, vale, los puedes quemar en el candelón de los ramajos, pero los que adquieran los demás, ¿qué va a pasar?, ¿vas a ir metiendo fuego a cada casa particular para que desaparezcan? Joder contigo y tu “imaginación”. Ya podrías haberte dedicado a escribir novelas de misterio y suspense y catástrofes infinitas, ya que tanto te gustan las pelis esas, solo esas, por mucho que te hagas la mayor cada vez que las ves, en vez de escribir poesía. ¿O será que te provoca más miedo escribir (y, por tanto, publicar) poesía? Y lo que te va es la “marcha”. Seguro que sí, que lo que te pasa es eso, el miedo por la espina, el miedo por la columna vertebral, ¿miedo a qué? Miedo a equivocarte, no sabes si en la escritura o en la decisión de publicar, miedo a alzar la voz, miedo a sobresalir de tus archivos, tan caóticamente ordenados, miedo a dejar de ser voz eléctrica, etérea, pfff, una ventosidad en el infinito mar de aires que respiramos para tu libro llegar a ocupar un espacio de volumen en este Universo, no sé si infinito o no, en cualquier caso inabarcable. ¿Y qué mas da? Eso me digo, y qué mas da realmente… Comporta seriedad. Lo que haces te importa…no sé si gas licuado o aéreo, quizás aceite de girasol, que tanta falta hace, quizás agua y tierra, de lo que la exploradora sabe bastante, quizás físicas neuronas que logren mínimamente, minúsculamente, atómicamente, quarkmente (¡ah!, la exploradora) a comprendernos mejor los unos a los otros.

¡Y no importa que te equivoques, Sofía! De errores se construye el mundo, y el futuro, de sus correcciones.

Me pongo, no lo digo más. Seriamente.

 

Corazón encogido

 Hoy es un día descarnado,

las palabras no rompen mi inquietud,

ni siquiera los regalos del alba,

hasta los sonidos de la calle

se han puesto de acuerdo

en desafinar esta sinfonía

no sé si de adviento o retirada,

partida avecilla de retorno

estrellándose contra las paredes

de alambre. Se cuartea la fina capa

de piel endurecida que me describe

tu presencia en el mundo,

un espasmo quieto

que no ilumina la estancia

donde te ocultas,

el dónde está se sienta en mi silla

y me desplaza a otra geografía,

una geografía demasiado apaisada

para este día que averiguo estrecho

para la medida de mi querencia

por ti.

 

Hoy es un día muy serio.


(De "La exploradora")

martes, 22 de marzo de 2022

Las lluvias

 


Ríes aunque llueva

Llueve y el agua limpia

tu reserva de gesto escondido

a las mieles del triunfo.

Por un puñado de monedas

que no coges,

conquistas el favor del cielo

y de la amante, mas, lo sabes,

tú siempre lo sabes, no hay favor

que necesite gesto

de tu honrada boca ducha

en vociferar cuando el gentío

te escinde y esconde una y otra

vez, las monedas almonedan

el aire, lo subastan

al mejor deporte:

¡qué perpetro observado

sobre tu risa centelleante!,

duermen los armónicos sonidos

de la lentitud del agua cayendo

sobre las piedras y la verdina

aún por nacer, tan someras.

Es decir, tan ciertas.

 

Vierto caudal

sobre tu honrosa

costumbre de saludar

a la gota de lluvia

que se desvanece (vuela,

ella vuela aunque caiga).

No hay mejilla más alegre

que la mía cuando se deposita

en tus labios untados

con deslices otoñales:

un dorado y sabio verdor

que enrojece al cielo nublado:

la ciudad nos puso límites

de tejados, pero tus dos aguas,

esa una sobre tu mejilla derecha

y esa otra sobre la izquierda,

continúan silabeándome

el lenguaje que comienzo

y no termina cuando callo

mi continuo

no dejar de

mirarte.


(De "La exploradora")

martes, 15 de marzo de 2022

Un girasol como dios

 



A un girasol

 

Hay ocasiones en las que una

debe vestirse de largo,

cubrir sus piernas

y procurar dejar de ser

cariátide de arena

para pasar a ser

columna o fuste almidonado,

tronco de madera

ya pasado por el clave, la honda

disculpa que una debe a la tierra

por haber nacido lejos

de su capa, ajena a los mirlos,

distinta de la lagartija,

del erizo, del renacuajo…

Hay ocasiones en las que menudeo

tras los dientes que me abarcan

solicitando la venia

para no enmascararte,

para orar porque siempre seas,

girasol, la corona que me cubra,

el templo que me refugie,

recuperar la osada costumbre

de repetirme y hasta bilocarme,

multiplicar este mástil

que hoy me nace afirmando

la conquista de haberte hallado,

señor del mediodía, ser capaz

de construir el peristilo

que custodie tu aureola

de consigna franca, pura

alegría amarilla

de origen y hallazgo

del dios de mis días

de poeta

o lo que sea

que sea. Que seas tú,

es lo que cuenta.

 

Y será contado.

(De "En-clave de árboles")

viernes, 4 de marzo de 2022

"La exploradora", próximo libro

En breve lapsus de tiempo, saldrá publicado este poemario, "La exploradora" que forma parte de la trilogía "Suroeste". Aunque lanzado en último lugar, ocupa el segundo  de los tres volúmenes y, como no podía ser de otra forma, lo acoge la Editorial "Ediciones en Huida" a la que le estoy muy agradecida por su apuesta e implicación.

Aquí, un poema del libro con su fotografía correspondiente:



Son del sitio

Son del sitio la encina
y la voz
                  del eco
al sur
oigo la sierra de Aznalcóllar
con su boca y con su pecho
—es el mío de mi frente, y lo era—
de mi norte que imanta
mi cabeza buscando
la enana blanca del día
recién levantada
la mañana de su son
de la noche y yo
una sombra de nostalgia
y un aullido de mi centro
que cabalga solo
sobre mis piernas
y el olor que no se pierde
en las fosas sino-ideas
de la lumbre en la candela
y el humo y la llama
y el olor a tierra
y a rostro del mundo
poniendo su culo
por montera delante
de mi cara. La cabra
reseca y borracha
de nostalgia de nada,
nada más que adelfas
y yerba dura y recia
de falta de agua,
y el aroma verde
de verdad de amor
de un mundo y de yo,
y yo, y yo y la tierra sin nombre,
y yo sin nada salvo él,
su eco.


 
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