miércoles, 28 de diciembre de 2016

La luz de los días (Verboluz)



La luz de los días

Ya los gavilanes se sumergen
en el río de las horas.
Romper el tiempo siempre
fue lo nuestro, aunque construir
catedrales no se nos diera
bien sabemos hacer
el amor entre sus pilares
y la luz de las vidrieras y la piedra
nos tallan como flores maduras
que robustecen el estallido
de los transparentes en otoño.

Y jamás nos sonrió la suerte.
Aunque el membrillo, sí.

Ahora que los árboles se desnudan
columpio su ocaso
en tus pupilas tú me ves
como si nunca me hubieran mirado
como un árbol vestido
de pájaros azules y voces
como la suma del bien
y tu longitud de hombre libre
como un árbol desnudo
y mi latitud de mujer
como un árbol desnudo
con sus hojas
ya transparentes
somos.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Un puente en dos lenguajes



El puente

Como puentes los troncos
secos ya despoblados
de vida, savia y hojas,
las grisáceas sendas
señalan, saltan, surcan
las cárcavas que el agua
de las lluvias escogió
para socavar el suelo
donde las raíces de los árboles
se posaban.

no hubo hombre

que divisara el fenómeno
hasta que el tronco seco
del árbol caído le ofreció
el camino sobre el vacío.

en la naturaleza todo es entrañable.

(De "Extinción de ruina)

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Home, poema en tres idiomas



Discoverer

Si he perdido la palabra,
¿qué me queda?
Si he perdido la mirada,
¿qué me queda?

Me queda lo inaudible,
me queda lo ilegible,
me queda lo invisible,

me queda todo
lo importante

por descubrir.

El remanso

If I've lost the word,
what remains to me,
If I've lost the glance,
what remains to me?

What's inaudible, it remains.
What's illegible, it remains.
What's invisible, it remains.

All what's important remains
to me

to discover.

(De "Extinción de ruina")

lunes, 21 de noviembre de 2016

Coladas y tocadas



A mi sombrero

Una voz con muy poco tiempo
me habla de nueva ultranza,
un más allá de rostro lento,
una continua confianza
en el suceso silencioso,
en la mesura, la distancia
que por bien de la ligereza
transita sobre esta muda,
esta piel ya de vuelta
de aquella estrecha circunstancia
donde nos vimos abocados:
como el mar se hace pequeño
cuando a mis pies se aviene,
moja y venga todas las durezas
con sus leves caricias,
siendo tan potente
y tan grande, no me asusta,
así te vengo yo y vienes
al gozo de mis sienes
cuando menos lo espero.

Sin disgustarme.

Como el vino, con tilde
que elido. Como bebo
para ti, sin acento.

(De "Extinción de ruina")

jueves, 10 de noviembre de 2016

Dedos de poeta

Manitas de poeta en flickr


Las víctimas y mis dedos

Tras ciertos asomos
de dudas, mis dedos
se posan sapientes,
teclean las letras,
se erigen valientes,
recogen la riada,
la pausa, el censo,
la nube, la yerba,
el lamento lento
de la oriente tierra,
gama extendida
sobre cuatro puntos
ordinales, mapa
de ningún ensueño.
mis dedos seducen,
mis dedos deducen,
mis dedos reducen
a plano, ordenan
y mandan, dirigen,
sentencian la muerte,
mis dedos verdugos
victiman mi mente,
rehén sin prejuicio,
sin norma y sin tabla,
bendice el destino
de tan blanca batalla:
aquí, el soldado,
ahí, el paciente,
y por todos lados
el aspa espectáculo
del cruento deseo:
llegar, lograr ser
seres siempre amados.

(De "Extinción de ruina")

lunes, 31 de octubre de 2016

Son de guerra



La fuerza

Hay personas que caen
por su propio peso la caída
posee símil de abismo
donde figura la verdad
—gobernamos con juncos
mientras ella se bate en retirada—.
No depende del fulgor
de las espadas, se alimenta
de su pureza, de su sacralidad.
Seamos honestos:

las puntas se hunden
los hincos en el cuerpo
sagrado de la tierra,
la compañía, su compañía,
el sol, la luz, la noche,
las estrellas, la tormenta,
el granizo, la yerba seca
desmentida por la lluvia
del otoño, los orines
de los perros, los túneles
aventajados por las bocas
de las lombrices y sus anos,
toda
su enorme compañía
se alza en lanzas
enhiestas son
de guerra defensa
haced de lo que en silencio
os pida
la huella sobre la rosa
y dura tierra del verano.

(De "Extinción de ruina")


viernes, 14 de octubre de 2016

Por fin me escuchó (Poema y fotos)

;)
















Oración excretora

Señor, estoy deseando dejar
este mundo, no a mis seres
queridos, no, ni a los árboles
ni al cielo, con nubes o despejado,
ni siquiera al invierno tan cruel
para mis manos, tampoco
deseo perder de vista a las flores
ni a mis perras, ni siquiera
a la mala película de televisión,
o, menos aún, al libro que tengo
sobre la mesa. Pero, sinceramente,
Señor, sí tengo mucha necesidad
de dejar este mundo ya
en las manos de quien lo posea.
No deseo pelear más
por lo que en realidad no es mío,
allá cada cual con su propiedad,
el piso, el negocio, la empresa,
el automóvil, los hijos salidos
de madre, de cauce, quiero
decir, la ironía —las flores
ya te he dicho que no, ellas
no se visten de sarcasmo
ni otras negaciones—, el prestigio,
las ventas, los noes, los imposibles,
las incapacidades en suma
el desconcierto palpable
de tanto mono bajado
de los árboles.

Te los nombré casi en primer lugar,
ellos son la clave de este infortunado
azar que en vez de mona
me ha hecho mujer, hembra
de una especie que no sabe callar
ni trepar por el cuerpo
de su semejante. Rasca, rasca,
quítote las pulgas o las liendres,
te hago mimos con mis labios
de homínida asilvestrada, hecha
cuero de un municipio, de una
civilización que hace aguas
duras o blandas y no,
no sabe llevar pañales.

Señor, llévame contigo
a las nubes redondas y verdes
de mi selva o a las dunas
cuadradas del desierto,
al hielo de los polares mares
o al fuego de las chimeneas
de los volcanes, al pasado,
al futuro o a mi presente,
pero no me dejes más en manos
de su tiempo, que no es mío,
que no, que yo aún sé trepar
por el pecho de mi amado,
que yo aún sí sé despiojarlo
desnuda a la luz del sol,
pedirle que me lo haga
y no avergonzarme
de mis pelos enredados
entre las ramas y las hojas
o caídos sobre el suelo
de allá abajo que ellos pisan
y construyen para no caerse
al abismo.
Y yo sólo me fijo, sólo me fijo,
y no quiero imitar lo que hacen.

Y si no, si no me llevas,
cúrame estos lacrimales
si es que quieres
que pueda seguir mirando.
Si es que quieres
lo que pasa
sobre un tiempo
que no es mío.

Ni Tuyo.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Panorámica de una panóptica



Panóptica

Escribes tanto víveme,
cércame, móntame
ilusiones cerebrales,
anteojeras concubinas
a-la ojeadora
que me usurpa, se sienta
a horcajadas sobre mis hombros,
y calma y amortigua
otros vaivenes, otros dioses
en versículos para mi oído
izquierdo su estribillo.

Y allá llego sin más señal
que la bisectriz de mis ojos,
que sólo aúllan al frente.
Panóptica presbítica
de juzgado
de guardia
contra mí.

Después he tenido
que hallar otra vez
el sitio otra vez
el mito otra vez
el tú.

(De "El muriente")

domingo, 25 de septiembre de 2016

Rabí-Osa



Rabí-Osa

A la Administración de Justicia española y a los corruptos que le dan de mamar.

Y llevaré el infierno sobre ti
y cada uno de tus lazos,
de tus vínculos, de tus cadenas de montaje.
Arrasaré con fuego tus testículos,
tu piel cetrina borboteará espuma roja,
la mentira anidará en tu pecho
y de él brotará el puño
de gusanos negros
que beberán de tu sangre excretal,
se torcerán tus extremidades,
tornarán lo imposible cuando intentes
caminar o abrazar,
tus rodillas hacia atrás,
tus codos hacia dentro
se clavarán en tu propio tórax
horadándote los pulmones,
así cuando inspires por tu boca abierta,
a tu tráquea llegarán
tus propios huesos y tu alarido de dolor
cegará tus ojos, mirarás sin ver más
que tu propia sangre inundando tus pupilas
que llorarán la hiel que hervirá sobre tu rostro
ya sin labios, ya sin nariz, ya solo dientes

mintiendo que ríen,

porque este espejo, este infierno
que yo te pongo delante
sufrirás sin vista, sin oído,
sin falanges, sin piel cetrina
que te proteja, sin argumento
vital para sobrevivir
sobre tu propio esqueleto
de huesos de alambre.
Ya percha, ya objeto útil,
ya objeto recuerdo,
ya solo recuerdo del infierno
que echaste sobre mí.

viernes, 23 de septiembre de 2016

A una letra manuscrita (y a un regalo)





A una letra manuscrita

tras leer la garganta
se hace un nudo
entre los trazos y la certeza
de tu posicionamiento
sobre los renglones.
El papel practica ausencias
que me llaman a convidarte
al misterio de la vida,
la letra o la tuya confunden al autómata
impasible yo me asumo y sumo
tu porte de generoso ente plenario
de dádivas que otorgas,
aunque se te pida.

Una caligrafía
que es un mundo
que eres tú.

(De "Solenostemon", que siempre significó "solo nos tenemos a nosotros",
 querido amigo Juan Carlos Sánchez Sottosanto.)

lunes, 8 de agosto de 2016

The country house and song




My country song

No me apetece absolutamente
nada seguir haciendo, para qué
dejarme guiar por mi propia inercia,
continuar componiendo documentos
como si fueran potingues mágicos
o la solución a todas las enfermedades
que pueblan la tierra.
¡Enfermedades! Las llaman
enfermedades.

Yo sólo sueño con vivir
allá en un rancho extraño
al oeste de un río grande
donde pueda dedicarme
a escribir la memoria lejos
de este terreno de reflejos
donde hasta los sueños sueñan
con exiliarse. La lotería me tocó
el hombro el día
que decidí no habituarme
a tanta lengua insana,
a tanto escondrijo
de rata, a tanto roto
de hambre de libertad,
igualdad y fraternidad y sueño
con vivir allá en el rancho lejos
de los secuaces que hacen polvo
del brillante que con tanto esmero
fue puliendo la historia peleando
ella sola siempre contra
tanta carga inútil,
tanto peso muerto,
tanto zócalo, tanta reciedumbre…
Escribir y olvidarme de

sucumbir u olvidarme.

Voto por el olvido.

Sin memoria allá en el rancho
cerca y al oeste de un río grande
escribiré sobre el futuro incierto
sin apetencias ni dolores
pero ciertamente segura
de que cualquier suelo
al oeste de ese río grande

acogerá al hombre y su leyenda
al oeste, al oeste yo me voy,
lejos de la tapia de tanto sordo,
aún más lejos de tantas bocas
torcidas por ademanes
del gesto impostor
de tanta huelga
de brazos caídos
de pura impotencia
hasta el suelo,

ese suelo por donde yo cabalgo hasta allá,
el rancho al oeste del río grande.

viernes, 5 de agosto de 2016

Paquete con poema y foto ;)

(No sé cuántas veces habré publicado aquí este poema, pero es que creo que por fin le he encontrado foto, ;))


Poema para Agosto
(poema para ti)

siniestro e indoloro cautivando
el obsequio, madreperla
benevolente culminando
la hechura de la vasija
desde el barro, limo y centinelas
bajo las palmeras de este oasis
zurdo y regalado.
Las chumberas multiplican
higos verdes: este justo verano
terminará por endiosarse
con la aureola del agosto
arenoso y libre.

Y cuánto sueño duerme
bajo las ojeras de tus testículos
tan jadeantes. Ellos piensan púdicos
y sosegados por la espera
de mis manos, y no habrá
un solo vino que desechen
cuando sed a solas manen,
cuando yo te hable
del fango y de la sangre
volverán las heladas fuentes
a derretir el blanco mármol
en la verdina fresca de mi pozo,
esa luz redonda que cultiva
el agua liberando el milagro
de los panes y los peces
en el desierto.

lunes, 1 de agosto de 2016

Geográficas soluciones



Inversión de temperatura

La depresión vuelve al valle,
que se enfría, duerme
inverso, inmerso
en la niebla, la montaña
despierta con el aire cálido
y transparente de su cima.

jueves, 28 de julio de 2016

...Y aquí huele a helicriso




dónde (tuya)

Las palabras que huelen, no duelen.

traigo un depósito
de mineral agua
fuerte,
¡lleno!,
cristalinos y elásticos
raseros y llantos, risas
líquidas y sumergibles
bucean hasta encontrar
la piel, la muda, el alma,

el campo, somos
el campo y yo, el nudo
de mi garganta y su agua
tu tierno terreno
donde la duda me embarca
en la nave costera
donde te rodeo manando
mirada en busca de la cala

donde fondear-
te. Penetrar-
te, conocer
tú.

(De "Extinción de ruina")

jueves, 14 de julio de 2016

La copa de la vitrina



La copa de la vitrina

Qué será de mí el día,
el momento en que me cubra
con telas y arañas
de hilo mudo pero mío,
qué será de mí
si te sorteo como si nula
piedra fueses en el camino,
como si terco y ancho
muro te levantaras
ante mis venas extendidas,
qué sería de mí, amor de yeso,
si no te reconociera
como estatua, blanca efigie,
fantasma, trasunto del hombre
en el que creo, su fe, su hábito,
su monje clandestino, mi fe también,
mi ningún pañuelo, mi canto efímero
tan tozudo, tan del tiempo,
tan arena, tan del viento,
qué sería de mí, qué
será sino lo que soy,
brillante grano de sílice
tan verdaderamente minúsculo…

cómo no vanagloriarme
de esta copa cristalina
que no sostengo en mi mano,
obra tuya tan reciente,
tan transparente, tan frágil,
tan milagro, tan de todos.

Tan vacía.

(De "Extinción de ruina",)

lunes, 4 de julio de 2016

Muralla antigua



La muralla

Recordando el hilo el alma
blanda se dispone
abierta sobre el albero
del paseo. ¿Y mi avenida?,
¿dónde queda mi avenida?
Hiela el contacto febril
de la piedra, madre, ¿la muralla
también la construiste?

Soportar el peso de los árboles
entre las almenas engarrotadas
como si el cielo se mancillara
con solo mirarlo: los días grises
permanecen obscenamente,
son las bocas de los que aúllan.
El grito, el dolor, la muchedumbre,
la agitación de la argamasa,
los merlones derrumbándose, algo así
como el desvencijamiento del amor
y sus nanosegundos de imposible
olvido.

¿Puede un hombre encarecer el porvenir?
¿Someter a sus fueros lo inocente?
... ¿Y el viento, madre, dónde está el viento
que hasta al mismo frío ya congela?
El hielo en este pacto sin tacto
sugiere a la paloma sueños
de descoyuntura.
Se atesoran las sienes de la muralla:
obedece izándose como la vida
ya se muere, a pico y pala
y con la tumba.

Enquistamos adioses como el mármol,
pero la yedra siempre ablanda piedras
y los muros caen mecidos
naturalmente por el estremecimiento
de lo vivo. De la caricia.

lunes, 27 de junio de 2016

De viaje visitando monumentos


La diletante

(de viaje visitando monumentos)

En este simulacro exilio
me permite el lienzo
reconocer mis pasos.
Hasta en los canales crece
para recordarme de donde vengo,
nunca hacia donde vamos.

En esta sutil agonía
que es la vida venero
tus tristes luces de hojaldre
que se hunde. Tan pesada la carga
que soportan tus láminas, tus
mil palacios de carne, tu
luz de los esperados
puentes beben de mi
aire maternal y el afrodisíaco
perfume de su celo
de hembra, mar de tu alumbre
y de mi ausencia sobre ti.

Colmo leones como
blando espada
blanda contra
las dulces venencias
de las gotas de agua
sobre la yerba,
el monumental —se erige
todos los días— nutriente
que la naturaleza nos favorece.

El verde es su color.
También el de la vida.

jueves, 23 de junio de 2016

Crown para "El año de la coronación"

(Aunque no sea una corona de tortilla de patatas, esta fotografía de ayer
me ha recordado este poema
 algo extraño y muy autobiográfico, pero que me encantó me saliera.)



El año de la coronación

A mi madre, que hasta justo antes de morir sufrió la más cruel orfandad.

Sucedió en su fecha, el año
del descubrimiento, el año
en que me colon-
izó el huevo
claro
con el que me coronó
mi madre trigueña
clara
con la tortilla de patatas.
De allí llegó la desarrollable,
el conocimiento de lo inexplicable,
la opacidad del agua,
el brillo de los ojos oscuros
de los dos amantes, la vergüenza
de mi desnudez limpia
en los brazos amorosos
de mi madre, que me coronó,
sí, me coronó con su amarilla
tortilla de patatas servida
en el plato de plástico azul.
La hermosa y bella mía no sabía
que la asaeté todo el día
con el capricho y las flechas
de los celos de mi prima
tan sólo por hacerle justicia:
¡qué no, que mi madre
hace las tortillas mejor
que tu madre, mi tía!
Mi prima se iba donde los alemanes,
rubia, siempre princesa,
se la llevaban sus padrinos
muchos días a un lugar
que hasta 40 años después,
tan alta me quedaba mi prima,
no pude conquistar,
ya mediante otras armas
y otro color, el verde
de la higuera, o de La Higuerita.
Yo, como no
los tenía,
o sea, sí,
pero como eran mis abuelos,
como si no los tuviera,
así que ni disponía de animales,
digo, padrinos que se iban
donde los alemanes,
ni siquiera higueras
con las que matar
a las cañas, como Afrodita
sí las tuvo luego.
Me bastaban mis hermanas
y el calor del cuerpo de mi madre
cuando me arrebujaba en la toalla
tras el baño de por la tarde
en el agua clara de los manantiales
donde mi piel quedaba limpia
de sal y de arena y de calor.
Dulce y fresca quedaba yo.
Mi madre, mi madre
siempre me limpiaba,
siempre me endulzaba.

Pero llegó el fatídico día,
el de la coronación
del huevo pasé a la espina,
no del huevo, no, el huevo
es fruto, comprendí
las otras de mi madre
justa en el instante.
Las que no supe asimilar
fueron las de la mirada
sonriente—¿por qué sonreían?—
de la pareja justa y junta
que me observaba cuando,
por las manos amorosas de mi madre,
mis piernas entreabiertas en el mar
les mostró lo que ellos
nunca pudieron tener
ni antes
ni después:
un hijo,
una hija
con un
culo limpio,
un pimpollo de carne blanca
entre tanta piel morena
fruto de su bajo vientre,
llorando o riendo
según amanecieran
el día o la noche, jugando
en la playa con su padre
a construir murallas de arena
para que la suave ola
las lamiera embebiéndolas
y desaparecieran, acompañando
a su madre con la leche
de la más pequeña o asaeteándola
todo el día con el capricho
de una tortilla de patatas
hecha en aquella cocinita
cuidadosamente dispuesta
entre cartones decorados
con tazas de chocolate
bebido por un niño sonriente,
que la aislaban de los vientos
de levante o de poniente.
Ni los diseñadores suecos de Ikea
han aventajado las ideas de mi padre,
ni mi tortilla a la de mi madre,
comistrajo que no me gustaba
por entonces, el huevo sólo
me entraba pasado por agua,
el agua dulce de los manantiales
de agua clara —la clara clara
sólo por el agua me gustaba—
pero es que su prima, o sea, mi prima,
la prima,
tan de los alemanes, había osado
cuestionar el buen hacer
de las manos
de mi madre.

Claro, era princesa.

Fue un año fatídico
para una que ya no
recuerdo, o sí.
Ahora me ensordece su voz
anunciadora, nuncia
profética del nacimiento
del disfraz de la mesías:
la india.
Y mi madre la mandó retratar,
vestida de blanco,
tan ingenua,
pero muy morena,
había nacido desde el peor
mal de nuestros males:
La codicia.

Nació la india en septiembre
en la ciudad tras la playa
el año del descubrimiento
de un continente imparable:
Amar aunque la maten.

Aunque me maten
o me mate
yo misma.

Total, yo ya estoy coronada
con espinas de madre,
con tortilla de patatas
y hasta con plumas de aves,
niña blanca o india nave
con alas como las
que salieron de esa orilla
hacia la otra.
De la menudencia, la pequeña
violencia, el sabotaje,
a
las catástrofes, las hecatombes,
los holocaustos,
de más o de menos
millones de inocencias,
tienen siempre el mismo origen:
el capital de las legiones
que nos oprime y nos convence,
ya provenga de celos de princesas,
de ausencia de justicia
o presencia de alemanes,
de la codicia de hueros amantes
o del amor de una
dulce madre
que padeció
espinas
de
orfandad
y de
hambre.

(De "Los cabezos amarillos".)

viernes, 17 de junio de 2016

Vesstiart: Un proyecto que quedará en un sueño

Fotos de un proyecto-sueño que me rondaba por la cabeza ya en el año 2001 cuando empecé con la fotografía digital, el vestido como soporte de Arte (Vesstiart, aunque aún dudo si escribirlo mejor con "B", de "bestia", sí), harta de ver fotos y cuadros en las paredes, para el que no tengo ni dinero ni tiempo. Porque el tiempo lo uso en intentar ganar dinero para comer/subsistir, es obvio. Y así España dicen que va bien. Genialmente bien, Maravillosamente bien. No comprendo de dónde escarba la gente, la verdad. Resulta un abismo de conocimiento insondable para la que suscribe).

La foto original



El diseño


 Pasos intermedios





Resultado final



martes, 14 de junio de 2016

La BCC rueda en La esperada

La BCC, la novísima productora de vídeos, con canal propio en youtube cuyo nombre responde al de "Better Call Carmen", y con el magnífico afán altruísta de acercar la legalidad vigente al ciudadano común español, me ha ofrecido una oportunidad única, la de rodar algunos exteriores en este lugar donde vivo, el paraíso que los lectores de mis poemas y los veedores de mis fotografías identifican, el que yo misma también identifico como metáfora del paraíso interior que todos llevamos dentro, un paraíso construido a base de lágrimas, sudor y mucho amor, un paraíso  regalado por nadie.

Me emociona que este lugar sea visto por otros ojos que los de mi cámara, y me sorprende, gratísimamente, que alguien dedicado a algo tan aparente frío como la ley, haya sabido transmitir a sus seguidores y fans el verdadero paraíso de este mismo paraíso: la ternura y la alegría.

Gracias BCC, con productoras como tú,  España SÍ IRÍA BIEN.
Y el mundo entero.

Te como a besos.

lunes, 13 de junio de 2016

Los zapatos rojos


Calzas para un orden

¿Qué delirante poema renace sobre tus mejillas?
No quiero ser aguafiestas, nunca.
El agua me traspasa, la juventud me reclama y yo no soy leña
apilada en la penumbra del helero,
asomo gris en las tinieblas.
Es sólo que la irrealidad se impone a veces.
Un zapato rojo se extravía sobre los adoquines,
dos zapatos rojos sobran
sin pies que los calcen.
Proust aprieta pero no ahoga,
la memoria desescombra
las sancionados abismos excavados a pico y pala:
los señoríos, las señorías.
Los antifaces.
El anti-faz,
el negativo de los rostros desojados.
Los timbales sobre los que tamborilea
el brillo de nuestra mirada y tú
y yo convencidos preguntamos
a lomos de la enjaezada estirpe,
a horcajadas sobre la sima:
Mundos virtuales. Siempre hipócritas calmas.
Pereza.
...Y los zapatos rojos.

No quiero ser aguafiestas, nunca
pero aquí no se establece nada.
Si lo deseamos, se aposenta y hasta se habita,
pero no sin tierra, no sin agua.
Ni sin adoquines o los zapatos rojos.

¿Qué hacen los que no saben cantar?
¿Sólo digerir o gritar sobre la faz del interpuesto?,
¿pelotear sobre sus propios pulmones
para que no los asfixie la roca desorbitada
por las regurgitaciones de los morosos,
de los olvidos del tú,
de los recurrentes sobre el acaso que arrastra
la inmundicia de la incomprensión
hasta al corazón más rojo?

Zapatos rojos.

¿Cómo olvidar a los que no cantaron?
¿Cómo no intentar habitar en sus bocas
como altavoz o mascarón de proa
delante del mudo
que les enclaustró la cólera?
Abastecer hasta en los muertos,
colmar el hueco sellado hasta moldear
la alada suerte, la blanca alzada
desde su yo hasta el más nosotros.
Hacer pervivir lo que no obtuvo recuerdo,
ultrasonar un cántico,
reivindicar los sordos bramidos
de los que se fueron sin apenas dormida,
sin gloriosa voz, sólo porque el orbe los confió a las afueras.
Fuera de sitio,
fuera de tierra,
fuera de todo.
Como a mis zapatos rojos.

(De "El deshielo", 2009)

martes, 7 de junio de 2016

A mi sombrero renovado



A mi sombrero

Una voz con muy poco tiempo
me habla de nueva ultranza,
un más allá de rostro lento,
una continua confianza
en el suceso silencioso,
en la mesura, la distancia
que por bien de la ligereza
transita sobre esta muda,
esta piel ya de vuelta
de aquella estrecha circunstancia
donde nos vimos abocados:
como el mar se hace pequeño
cuando a mis pies se aviene,
moja y venga todas las durezas
con sus leves caricias,
siendo tan potente
y tan grande, no me asusta,
así te vengo yo y vienes
al gozo de mis sienes
cuando menos lo espero.

Sin disgustarme.

Como el vino, con tilde
que elido. Como bebo
para ti, sin acento.

(De "Extinción de ruina")

lunes, 30 de mayo de 2016

Ya llegaron




A un girasol

Hay ocasiones en las que una
debe vestirse de largo,
cubrir sus piernas
y procurar dejar de ser
cariátide de arena
para pasar a ser
columna o fuste almidonado,
tronco de madera
ya pasado por el clave, la honda
disculpa que una debe a la tierra
por haber nacido lejos
de su capa, ajena a los mirlos,
distinta de la lagartija,
del erizo, del renacuajo…
Hay ocasiones en las que menudeo
tras los dientes que me abarcan
solicitando la venia
para no enmascararte,
para orar porque siempre seas,
girasol, la corona que me cubra,
el templo que me refugie,
recuperar la osada costumbre
de repetirme y hasta bilocarme,
multiplicar este mástil
que hoy me nace afirmando
la conquista de haberte hallado,
señor del mediodía, ser capaz
de construir el peristilo
que custodie tu aureola
de consigna franca, pura
alegría amarilla
de origen y hallazgo
del dios de mis días
de poeta
o lo que sea
que sea. Que seas tú,
es lo que cuenta.

Y será contado.

(De "La clave está en los árboles")



martes, 24 de mayo de 2016

La rosa eterna


La rosa eterna

se me rompe
un poco todo
solo un poco,
eso es bueno.

mas la quiebra siempre mide calores
y yo no soy
de medidas desmesurada
siempre atiendo
alcauciles en invierno,
rosas en verano,
dónde el verano, dónde
la longitud del estero, la sombra
del árbol la juventud
de la herida la vejez
de la flor el crecimiento
del fruto me alimento
con adioses como otros osos
se alimentan de hormigas,
pero mi lengua sólo sabe lamer
y escarbar hasta el paladar.
con ella vadeo
algunos cursos del surco
que y qué solo
me vale denso
donde intento remontar
el barrizal de este barbecho
arando algo con mi boca
a su lengua y sus dientes.
la tarea es compleja y, sobre todo,
indigesta, pero no hay bien
que sin malestar
llegue.

me colmo en tu vaivén,
por eso sé
que la risa como la rosa
volverá a brotar
desde esta boca abierta,
como la hierbabuena allá
en las azoteas de blanco, allá
donde mi abuelo Salvador
construyó todos los mayos
levantándome rosas en la mirada.










 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.