lunes, 2 de julio de 2012

Yo soy española

Un artículo de wikipedia de esos que no tienen desperdicio en su contenido (aunque le vendría bien una edición extra), todos los tipos de falacias habidas y por haber contempladas filosófica y legalmente. Todas se las traga el español, todas las usa, todas las argumenta en su vicio contra el otro, da igual quien éste sea. Maldito país. Malditas gentes las suyas. No he encontrado un buen sentimiento en cuarenta y nueve años de vida en este suelo. Todo huele a hiel, todo sabe a hiel. Ni los mejores momentos de la historia de un pueblo, esos más dulces, quedan a buen recaudo. La envidia, la insalubridad psíquica por el gozo del otro mata cada célula positiva, cada in crescendo del conjunto de la sociedad por nimio o grande que sea. La tierra, los campos magnéticos y todas esas historias de las que echan manos los esotéricos, por desgracia se me antojan como la única explicación posible para que un país como éste naciera, o algunos se lo inventaran. Ese zócalo mesetario parece que contiene un imán hacia el infierno. Yo me deslindo, yo me auto-exilio. ¿Por qué?, ¿acaso no soy española? Me tienen secuestrado hasta el tuétano, los unos y los otros, que no corresponden más que a un modelo, el arquetipo del "español": envidioso, papanatas y analfabeto emocional e intelectual, no importa que lea decenas de miles de libros, no importa que sepa escribir (maldito medio éste en un país como España), es analfabeto de sí mismo. Ni se trabaja, ni se asume, ni se conquista ni se auto-revuelve ni ama. Sólo existe para sí, para su defecaciones y sus complejos, no le importa arrasar con 50.000 hectáreas de bosque o con el sentimiento de todo un inmenso colectivo disfrutando de una alegría. Usará el amor de hijo para justificar el parricidio o el amor de padre para autorizar fes inquisitoriales. Amargado por su propia hiel destilada desde su hígados borracho de organismo pseudoautosuficiente. Por su manifiesta incapacidad para reflejarse en los éxitos del otro o en sus propias tareas. Maldito medio éste en un país como España. Sólo sirve para verter complejos y falacias, y encima dejarlas escritas para que otros las lean. Son como un muestrario de lápidas, de epitafios escritos por los mismos vivos antes de muertos: aquí yace el más amargado, aquí yace el más envidioso, aquí yace el más bestia parda, aquí yace el más deslumbrado por sus torpezas y miserias, aquí yace el más ciego. 
Espero, con ilusión, que algún día me otorguen la medalla al demérito de la conciudadanía contemporánea española. Los agujeros negros no son mi patria. Yo soy española.
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.