domingo, 31 de julio de 2011

Nocturno (I, II, II)

Nocturno I

Berenjena madrugada
de labrantíos y fértiles
huertos preñados de algas madres,
he perdido la carne y no he muerto,
los huesos me sostienen,
mi lúbrica piel chorrea
como el semen ajeno,
alienado, estarcido.
Estéril.

Nocturno II

Exacto y opaco en filibustera forma
el obsceno paisaje ameniza el muro.
Ya quebrar o seducir no significan
corrupción de los ojos camicaces,
las vistas sobre la lumbre permiten
adivinar tras los obeliscos
el sereno paisaje de las suaves lomas
extendidas sobre la piel de tu pecho
me asomo y asume el ocaso
mi ávida mirada
de paz.

Nocturno III

Mefotófiles vecino
acunó yerba embragada
por la positiva noche.
Gime y se te adueña
como el llanto del niño despierto
solo en la madrugada colma el ruido
de sordas paciencias que desoyen
el canturreo de la música celeste.
Y mis estrellas pernoctan
gritando también sobre el estío.
La luz ingrávida negra y nocturna
proyecta la sombra imposible
sobre tu averno mar,
tu impotencia.

Sofía Serra. Julio, 2011

sábado, 30 de julio de 2011

De dios al diablo (Para los diablos azules de Pilar Sánchez)

Uno incluido en "Los parasoles de Afrodita" de los que no he subido. Lo escribí sobre Mayo del año pasado para regalárselo a Pilar Martínez Sánchez, propietaria de "Los diablos azules", bar poètico de Madrid, por la amistad simpatía y cariño con los que siempre ( y eso que sólo lo he pisado tres veces) me ha recibido. Además tuve la fortuna de poder entregárselo en mano. Hoy me he levantado acordándome especialmente de ella, no sé  por qué. Pero estoy muy contenta: he ido contemplando desde la distancia durante todo este "curso" cómo ese local ha ido creciendo y creciendo en fama como centro neurálgico de los recitales poéticos madrileños, hasta convertirse ya desde luego en referencia imprescidible. Bravo por ti, Pilar. Y por si me leyeras, un beso enorme (sabes que aunque poco hablemos, siempre te tengo en el corazón).

(Se trata de una verboluz. Esta vez incluyo su fotografía, un autorretrato disparado en la puerta del local.)





De dios al diablo
(Para "los diablos azules" de Pilar Martínez Sánchez)


He hecho una fotografía.
He blandido carne de cuerpo arracimado.
Dios me venga cada día, dios me luce
en el sol urdido entre las prendas
que por el suelo voy dejando.
Osamenta y ruda percha para colgar ese pliegue envejecido
que arrastra, arrastra, arrastra tantos años y ninguna basura.

Hasta que me desnudo.

Si sólo una tengo, ¿a qué me debo?
Juventud y buen verso riñen como hervidero de pirañas en el Amazonas.
Al final, será siempre espina y hueso.

Que venga, que viene, que suelta melena,
que viste ya sola, que quiebra paredes,
destreza,
que yuxtapone, que suma y alivia,
que poetizo guerreando contra todo hasta sin mí
y ya me dejo hasta derrengarme entera.
Cada verso, una batalla ganada,
cada renuncia de muerte, un paso hacia el caos,
cada palabra, un menos de Ti,
cada suerte echada, cada sol en vida…
Abandonar toda sombra
y dejar de cruzar las manos sobre este vientre; preñan
en vida a la soberana muerte.
Cantar y desposeeros,
cantar y desvanecerme,
cantar y subvertir:
ya la jacaranda recubre el suelo
con sombras altaneras desde el cielo.
Ya la tierra arranca muerte y enfanga agua,
ya justifico el frío bravo,
ya averiguo sobre las piedras,
ya niego antiguo canto azul,
ya sólo quiero verde, a media tinta o dios.
O diablo.

Y endiabladamente me veo
poetizando, que es lo mismo
que amando, jugando o sorteando
el acá y el allá
tras el cristal que recita descifrando
las señales y el ritmo tardo,
la lenta alquimia, la cansina suspicacia
de ciertas pautas y medidas.

Ya bate el colmo sobre la mejilla ardorroja,
verde beso a beso de mayo al verano
expandido más allá del límite subjuntivo:
Rojo y veo,
rojo y muerto el ocaso,
rojo y ardo,
rojo y vivo
grande.
¡Bah! ¡Porca miseria de labrantíos parcos y desdichos de sí mismos!
...Ya asoma el tren de las vueltas sobre
la hélice de este desvarío encendido.


Sofía Serra, 2010 (Los parasoles de Afrodita)

jueves, 28 de julio de 2011

Navajas

Navajas

Solo no me gusta el libro de tus poemas.
Sonrisa tras los labios de papel
suena a caja vacía
de botellas con regusto que a mí
a nada me sabe.
A nada sabe el último yo en la bodega del encuentro.
¿A qué sabe la victoria?
A nada sabe.
¿A qué sabe la derrota?
A nada sabe
ni la batalla
que ya no vencí.
No basta con hilarnos a la mar.
Hace falta brava y lenta marquesina de hielo,
reprender a los sin sabores
que ya cantan,
concretan y ahuecan el ala
desaparecen y aparecen, buf, plup,
excrecencias de arena
más la cabeza perdida
entre la bárbara suerte de niñas domesticadas
por las manos del que palpa entrañas.


Nunca desentumecerás el hilo de la memoria,
nunca pisarás uvas,
nunca mosto nunca
dulce vino
el olvido. Nunca llega.


"¡Pendejos!", decían esos mil rayos
ahuyentando a los sin piernas.
Tal vez “¡vencejos!” gritaban.

Sofía Serra, 2010 (Nueva Biología)

miércoles, 27 de julio de 2011

Un poema que me desconcierta

(Correcciones Nueva biología)
Desde que lo escribí, allá creo que por septiembre del año pasado, no consigo reconocerme en él, reconocer la poesía que me suele salir. En el poemario en el que no desisto de incluirlo, Nueva biología, lo tengo siempre marcado en rojo. No sé, no lo sé. Sí sé que como la mayoría lo escribí del tirón. No sé si es un extraño, no sé cómo ha llegado, cómo tan "extrañamente" ha brotado, no lo entiendo, aunque sea de los más inteligibles y yo sepa "la anécdota" desde dónde llega.
Un poema que me desconcierta encontrar y que no sé qué hacer con él. Ni siquiera consigo titularlo.


Corazón, quedo y mudo en tu silencio.
Corazón, aprieto con tus manos este gemido.
corazón, yo no te hago caso omiso: al alba te alivié.


Corazón, tu tierra,
mi tierra, no tiene plumas.
No despedazaron sobre ella las aves blancas,
no entorpecieron el sereno de la sal en sus fauces.
Tu mi tierra tu tierra, canta
sobre piedras y fósiles y fantasmas
que logramos revivir henchidos
de aire, sustancia y carne.
Tu tierra, mi tierra, juntan soles azules
sobre la faz tornasolada de la colina reseca,
la casa sobre la espalda, al peso de los riñones,
el toro en bisiesto año,
la amargura del oro líquido,
la lluvia bajo la cueva abrigada,
azul de nuevo
tan lleno de luz… tu stop, corazón.
Tu tierra, mi tierra, nuestra tierra
clama tiempo, clama ocaso,
clama por tus hondas huellas
al son del canto que moldea
como barro del que bebemos
uno en dos,
ojos, mis azules, corazón.


Y estas palomas que de la nada parecen haber nacido,
tal vez de la suerte, canto que me hace:
tu santo y seña.
No somos aves, no somos duendes.
Al despojarnos del miedo -¿qué es la muerte sino un desnudo?-,
sólo nos queda el nombre.
Corazón, desde esta garganta y la tuya te expandes,
se unen estas proclamas sobre el orbe dicho quieto y al unísono,
cantándose mutuamente, juntos no
seremos uno, sino dos, que es mayor número.

Sofía Serra, 2010 (Nueva Biología)

martes, 26 de julio de 2011

Quiero ser sabana

Quiero ser sabana

En esta aquiescencia perfecta
el guepardo camina sin más huella
que el rastro del viento sobre la yerba,
invisible y luminoso guía
que me acerca a tus ingles
derogando la sentencia de la mañana,
penetrando en tus pupilas
de animal solificante
hasta hacerme amanecer
sabana.

Sofía Serra. Julio, 2011.

(Quiero poder celebrar de alguna forma que por fin tengo ya el ordenador a punto. En este instante, tras más de cinco horas ya con el disco duro nuevo recién instalado, acabo de terminar de instalar (es decir, pelearme a brazo partido con esto que tengo delante que seguro es más listo que yo) más o menos lo "básico" para poder seguir haciendo lo que suelo hacer con esta herramienta: escribir poemas y hacer fotografías.
Herramienta, ésa es la clave de cada una de nuestras sucesivas "civilizaciones".
Y me pregunto de camino qué sucederá si a la RAE le da algún día por decir que sigamos homogeneizando grafías, es decir, por seguir modificando nuestra herramienta, obligando a ajustarnos a sus normas revisionistas, bajo la pena de excomunión de la ortografía correcta: vamos, por dios, quitemos las tildes en otras cuantas palabritas más además de sobre los pronombres demostrativos para conseguir una grafía más uniforme, menos matizada... Los remedo, obviamente, sin atisbo alguno de  acuerdo con sus imposiciones.)


sábado, 23 de julio de 2011

La cainita

La cainita

Los perros mean en las esquinas.
Las perras, en la tercera orilla.


Yo soy la mujer perdida,
esa que avistaste en la acera
del descubrimiento.
Se apostó entre tu territorio
y el del vecino
con un delantal en el pecho
y la hojarasca tierna
acariciando sus tobillos.
Tan perdida, tan perdida era
esta mujer buena,
esta mujer de todos,
esta mujer parida
por manadas de lobos
y lechuzas hambrientas,
que abandonó su nido
para visitar tu establo,
ése que levantaste allá en la esquina
de la acera donde excretan los perros.

Y ya te llegarán días soles
con techo de invierno,
azules mantas cercarán
tu oxidado aliento de puerta
sin goznes ni cerrojos,
ordenarán a golpe de dedo
minúsculo y apéndice de tus horas revueltas
cada célula de tu pequeño
universo atomizado
en vitales secuencias de besos
al vacío, que también te oye
buscando algo que poder
amar, entregarte tú a ti
hasta la descompresión,
hasta exhibirte como pájaro plomo
traspasado por flechas interestelares, negras
y bandidas palomas comerán de tu carne
convertida en grano
que en el establo se olvide
y yo seré ala perdida
como jaula en invierno
libre de presos.

Y esa mujer buena,
esa mujer a penas vestida
y de sexo abierto
mirará con descaro
las mentas yerbas de la esquinas,
hoy anegadas de orines
en su llanto al aire
de las frescas calles. 
Y las pisaré,
las pisotearé hasta borrar
toda huella de tus clavados verdes,
y compraré tu tumba arenosa
para ofrendarla al viento
lejano al huerto.
Que aquél reseque tus palmas tristes
de hombre sin cerebro,
sin venas, desmenuzado
y deshecho como la hojarasca
seca que, abono lleno,
cumplirá rediles, ejecutará
sentencias fértiles sin que el hombre
avieso, aquel hombre,
solicitara taquilla
o compra o venta de solares
donde quiso caer ya muerto.

Soy la mujer que sembró ciervos
a la puerta de tu establo,
soy yo, yo soy
el hombre que labró
la acera que encontraste.

Sofía Serra. Julio, 2011.

viernes, 22 de julio de 2011

La casa rosa

Llevo como un par de días con problemas en el ordenador. Ya "solucionados" (el lunes me instalará el técnico un nuevo disco duro) me doy cuenta de que trabajo sobre lo más aún efímero si se puede. Con un ordenador recién formateado, o sea, a cero, recupero algún archivo desde los dvds donde voy siempre grabando y hago esta entrada. Me descargo "demos" de filtros de programas de fotografía aprovechando que sé que todo lo que llene este disco duro hasta el lunes, será eliminado. Uno de esos filtros he utilizado en la fotografía que acompaña a ese poema que escribí justo la noche antes de que empezara a notar que algo iba mal en este ordenador.

Todo parece accidental, pero a mí me llega la completa sensación de que todo me encaja. Ayer supe que un blog recién conocido, un blog dedicado al reciclaje casero de muebles, algo hacia lo que por instinto (o genética) siempre me he sentido inclinada (no obstante llevo como dos semanas "reciclándome" ropa, trapos le digo yo) me hizo un bonito regalo. Un premio de cadenas de blogs por el que me nombran "pink lady", porque dicen que soy una gran fotógrafa. En otras ocasiones algunas otras personas han tenido ese detalle conmigo o este blog, pero siempre los he rehusado una vez agradecido. No me siento cómoda con las relaciones sociales "encadenadas", ni en este medio ni en la vida "diaria". Recuerdo perfectamente cómo, estando en la universidad, justo antes de que comenzara las clases se reunía equis grupito para ir a tomar café, un grupito en el que se incluían mi mejor amiga y mi mejor amigo de por entonces ( y más o menos siempre). No sé cómo me las apañaba, nunca iba a la cafetería con ellos, o lo que es lo mismo, me quedaba sin tomar el café (té) de antes de clase o primera tarde. Eso sí, a la salida, al término de la jornada, nadie me quitaba el lugar ( ni el tiempo, siempre la primera, :D) en la esquina de "La moneda", una gloriosa taberna de Sevilla, bastante minúscula, que "diezduplicaba" su tamaño de "local" gracias a  la cantidad de personas que nos situábamos en la extensa acera de alrededor, donde nos reuníamos los compañeros que durante la promoción habíamos ido haciendo amistad, todos integrantes de distintas especialidades y hasta de distinta facultad (Biología, filología, Derecho...) para tomarnos nuestras buenas, y hasta elevadas, dosis de,  cervezas.

No sé cómo me las apaño, de nuevo lo digo, pero siempre, como por instinto, me desligo de lo que por pura lógica coyuntural o circunstancial debería quedarme más cercano. Mi querencia es "lo otro".

La casa en "rosa" que aparece en la fotografía era blanca, estaba pintada de blanco. Ésa era mi antigua casa, un piso de alquiler de renta antigua que tenía subrogado a mi nombre desde que murió mi abuela, porque antes, y desde 1933, fue su casa y con ella la de de mi abuelo, mi padre, mi tío, y hasta de nosotras cuando fuimos naciendo. Después ya mis padres se fueron mudando a otros pisos de alquiler (y con ellos, lógicamente, sus tres hijas y, después, mi hermano).

Hasta hace unos 10 años y desde que me casé, viví en ella, en el último piso, el único en el que  sus ventanas traseras dan al jardín del palacio de las Dueñas. Calle Espíritu Santo, barreduela de Enrique el cojo, un gran maestro del baile flamenco.

Gracias a Olga y Rosa (su blog: "De andar por casa") por el bonito regalo que me han hecho, sin conocerme apenas de nada, no más de un comentario o dos en sus gustosas entradas. Esta entrada va dedicada a ellas. No lo sabían, no podían saberlo, pero cualquiera que haya ido siguiendo este blog donde la mayoría de las veces subo poemas, o el otro de las fotografías, habrá podido intuir que desde Abril más o menos, voy buscando el rosa, y como siempre, sin pretenderlo.




Autorretrato con dosis
diezmedida y sub
urbio herido
y dislocado.

Así se sucedía mi casa sobre los perfiles raudos del espacio de quienes no habitaron. Quisieron masacrarla a golpes de instantes devenidos en yo no sé qué, sólo perversiones, y sólo, tan sólo, consiguieron uniformar sus pupilas, las de ellos, tan negras afloraron, tan pronosticadas por las bajas endechas… Asolaron con una simple mirada, tautárgica mirada el porvenir de la pobre casa, la rica casa, arrasaron sus vigas y sus mimbres, los tabiques y sus muros, sus balcones y la escalera, desbancaron sus cimientos embarrados que vuelan ya tal vez camino de esa tierra removida con la que el topillo engalana con cráteres de luna la yerba... Tan verde, se olvidó de mi casa la yerba, de sus sucederes y aconteceres, tan obligada a permanecer, mi casa, aun derruida en el suceso de mi alma.

Sofía Serra, 19 de julio de 2011

martes, 19 de julio de 2011

El suicida

(Correcciones Nueva Biología)


El suicida

Fuiste valiente.
Cumpliste objetivo.
Conseguiste matarte.
¿Y quién no lo logra?
Carne de matadero directa a la boca del cañón, ¡valientes!
Pero yo no, ¡ah!, yo, no.
Yo quiero vivir.
Yo soy cobarde.
No me amarrarán las coordenadas bipolares
que nacen ante el estrépito
de la rotura del hilo
que une a tu querer
con tu poder pro-boca
oídos sordos,
manos sobre orejas,
como si no les llegara
el pulso
bogando por las arterias
hasta los capilares ecos
que huyendo (huicida eres)
generan esos digitales cuencos
en modo altas voces:
Eco en modo tuyo.

Y sólo uno de enmudecerlo.

Sofía Serra, 2010  (Nueva Biología)

domingo, 17 de julio de 2011

Poeta que descansa I, II y III

Poeta que descansa I

Decían… y no llegaban.
Los trotamundos con sus ágiles caballos
gobernaban la tierra a golpes de tambor
sobre la faz,
sobre la faz,
sobre la faz
rauda que se sucedía silencísima.
Y el clamor de la yerba
pasaba desapercibido
para todos.

Siempre nos meteremos
donde nada nos llama,
acudiremos al hueco,
al silencio, donde no falta
hacer lo necesario.

Inasimilable tanta estulticia.

*

Porque he perdido
me siento joven,
sin ya el tú, ya el yo,
todo soy.


*

Ando sola en este mundo,
como así todos
los que como ellos
soy porque así
somos porque así
es.

Poeta que descansa II

Tu poder

Y
si tú te vas
y yo me quedo
que no puedo ir,
¿qué quedará
aparte de mí
y mi no poder
y tu no estar
y ambas soledades?

A mí me queda umbría.
Hablaremos de los verdes valles
cuando el sol alumbre
velado tu rostro.


Deseo

Trabajo y trabajo,
¿qué es trabajo sino
un oscuro objeto
de deseo de ti,
opalina noche?


Ambiguo silencio

Cercando limonares
devienen allegados
tu pulso pusilánime
y mi violento velo
evade la réplica,
el menosprecio.

Poeta que descansa III

Cuentos de verano

¿Veis? No queda nada
salvo el amor y el mar.
Llegados los días calurosos,
el laberinto abre compás
a las puertas del descanso
y la falaz inquietud
se desliza melosa bajo
los festones blancos
de las olas sobre la orilla.
Regurgitan marea antigua,
marea sana.

*

Soy más feliz estando sola,
pero algo me dice:
eres parte suya,
como él
de tu
yo.

*

Combate aprisa, después
vendrán las sinuosidades,
los goces y los meandros
sobre los que descansaremos.


De vuelta (del Todo)

A mí no me estorbarás
nunca que desees
y toda la estupidez del mundo
será grano de arena
en la yema de mi índice
señala un horizonte
con fiabilidad,
sin la calle que atestigua la pasarela
en la que se ciñen el cinturón de moda:
menos-cabe entre tu cadera y la mía
con la puta, o modal, crisis.

Sofía Serra, Julio 2011

sábado, 16 de julio de 2011

El estanque

(Correcciones "Nueva Biología")


El estanque

en este estanque de existencia
unos flotan y otros se sumergen

La rana

¿Cantar?
¿Croar?
mi lengua caza moscas
casquivana he creído
alimentar
cuando sólo vaciaba
el aire de seres vivos.

Salir de este sujeto
de cuerpo y hambre, llegar
al objeto de los deseos.

Pathos

De mi pathos a ese pato
pasea sola una muda senda.
Frío en las caderas,
calor en la cabeza,
suerte al sobrevivir
cojeando al paso
de la renqueante genética.
Con pathos o sin él,
más las patas buena y mala
que acicalan estas cimas con cenizas
de negra o blanca
pluma o noche.

Sofía Serra, 2010 (Nueva Biología)

viernes, 15 de julio de 2011

Peso vivo mío

Peso vivo mío


Así como tú no
taladras mis arterias embebidas
en los rizomas esqueléticos
del coral submarino, yo no
me basto ni para una sola noche,
esta sola noche tan cansada de mí,
tan plagada de este peso y muerto
pecho concentrado de planeta,
tanto pesa, tanto pesa
una múltiple arcadia que a todos nos haga felices.
La estratagema de la avispada estela
convirtió números en ejército
ponderado y sin manos.
Bregan otras minúsculas centurias
poseyendo una piel lejana y obstetra
de todas mis huellas con futuro,
que es tuya, la tuya,
esa con la que no sé vestirme.
El cansancio busca reliquias
con las que poder orar,
levantar tal vez, aquélla,
una palabra, un sinónimo
de cuerpo sin piel
que brega y piensa
y duele y vive
y no descansa.

Sofía Serra, 15 Julio 2011

miércoles, 13 de julio de 2011

Tras la necesidad

Tras la necesidad 

Hace tanto ruido la intemperie…
el sol en la nuca y en tu frente
tatuando mares en el mapa
braceado de tu cuerpo
con la máquina de sus rayos,
la curva de insectos moteando
el aire al aire del sólido embargo
de la tierra y la luz o la nada
entrando a raudales por los oídos
hasta ensordecerte…
Y esta paz tan venturosa:
el líquido gargoleando sonidos musicales,
el aire  acondicionando zumbidos suaves
libera mis fosas sinoideas,
el sol, fuera,
y aquí, la penumbra,
el campo en ciernes aumentando solo
duerme dentro de mis cuencas cristalinas:
ahora que los cuerpos llenan el mar,
yo vacío la cisterna con un dedo,
tenso los músculos de mis piernas
y me pongo de pie en el silencio
de la siesta de la casa de la urbe.

Sofía Serra, julio 2011

martes, 12 de julio de 2011

Como una cabra

(Correcciones "Nueva Biología". Les digo correcciones por distinguir de alguna forma, porque soy la negación del nombrar. Mi padre me decía siempre, "eres la negación del dominó", por lo "bien" que jugaba. En realidad no juego tan mal, lo que pasa es que él era un campeón, y claro, así...:)
Bien, con respecto al nombrar y las correcciones, en realidad este paso de las correcciones es un seguir escribiendo el poemario que en un momento dado he dado por cerrado al sentirlo así, los poemas más escritos, el poemario en sí abocetado, y entonces, sigo trabajando en él.)

Como una cabra

Ahora no serás reconocida por nadie:
Niebla densa, cuerpo con sentido
desmayado en los instintos muertos
como reposa mi mejilla
sobre el filo de la espada.
Tú y yo tan cerca.
Tú que te alejas: alas, ola, viento,
urbanismo en las callejas de mis células
que balancean la lluvia de otoño. ¿Me baldearé?
Demasiado limpia me cubro
ya de gasa blanca o negra.
Me he vestido de largo para la noche
y ya no duelen las candelas.
¿No prende el amor?
Plaza quieta,
templo en obras.
Torre, gris,
torre que acerada naces
destemplada.
No se bruñe la arena.
Ya desde el fuego atisbas la nula coyuntura:
Yo soy de monte.

Sofía Serra, 2010

lunes, 11 de julio de 2011

Los animales

La tierra está llena de instantes de piedad
("Francisco", Juan Carlos Sánchez-Sottosanto)

Nos robaron la piedad,
te arrancaron las axilas
abiertas a estos brazos,
me segaron estas ingles
injertadas en tus piernas:
Nos mataron
con el mismo amor
que nos tuvimos.

Sofía Serra. Junio, 2011

sábado, 9 de julio de 2011

Adiós, poetas

Adiós, poetas


I

De sol a sed,
de sol a sol,
desolada
la sal
lo sabe.

ellas se habían enredado a mis manos
porque
ellas ya no tenían otro algo
que las acogiera en sus manos
buenamente
ellas se vacían de otras manos.
Las yerbas habían encontrado
donde desentumecer
a la muda.
Me enreda menos mas
no lleva tu nombre.

II

Política y honestamente
tengo
más
que ver
con las yerbas
que con vuestras manos

(ya, sin la tuya o la mía,
la pradera subsiste sola)

,
malevolencia
entretanto,
entre tantos y con nombres.

Sofía Serra.  Junio, 2011

Por fin veo el campo desde arriba (Google Earth)

Estoy loca de contenta, más, la verdad es que me he emocionado hasta la sangre cuando he visto que ¡por fin! el google earth, o sea, el satélite que sea, ha retratado el campo. El joío ha esperado a que me venga de allí para hacerlo, ¡justo catorce días después de volver para sevilla!, un 14 de agosto de 2009 según la fecha que  dan. La última vez, primera, que lo hizo fue en verano del 2004, pero como la conexión en el campo era lentísima, yo tenía que conformarme con las instantáneas que me enviaba mi hermano sobre "el sitio"... y en el 2004 le faltaban a los árboles por crecer, esto por nombrar un detalle nimio, porque lo peor era que  se cortaba a la mitad, las cámaras del satélite no recogían más.
Yo no hablo, yo lo he visto todo, hasta la vereda que mis pasos hicieron desde el la casetilla del pozo de abajo hasta la cerca, que era donde estaba y está la llave de paso que dejaba o no pasar agua de la red "urbana"...Hasta la encina seca fuera de las lindes veo...
... es que aún tengo las lágrimas saltadas...
En la primera dejo señalado lo que es la hectárea en sí donde vivía. En la última lo que es la zona de huerto ( en rojo), y la zona de grama entre las casa (en verde), que en un 14 de agosto y tras 15 días sin regarla, pues simplemente aparece más amarilla, (no se pierde, sale en cuanto llueve).
Ya sé que sólo yo puedo entenderlo, pero si por ejemplo fuera señalando ese pequeño espacio con banderines por cada una de las fotografías que fui haciendo durante los siete años que viví en él, simplemente el terreno no se vería...


Aquí señalado en rojo el terreno en sí


Ésta para que se pueda ver la encina seca



Ésta por una vista general más cercana (cómo se distingue el verde distinto del follaje del único alcornoque centenario en toda la finca)

Y aquí el huerto en rojo y en verde la zona entre casa y cocina
 con su emparrado (hasta su toldo azulón se distingue)


Si alguien quiere que le señale algo, sin problemas y con mucho gusto, es que no puedo ni escribir ahora, las cervicales se me han clavado, somatización de las emociones.
Ahora voy a buscar la azotea de esta casa, para tomarme un ibuprofeno, ;)

( Y sí, el parasol fotografiado aquí y en otras más, y en otras que ya no existen, lo usé alguna vez cuando desde allí iba caminando hasta la aldea  a hacer alguna compra, regalo de una de mis hermanas, una sombrilla china.)

Lo que no dejo señalado ni dicho son las cuatro torretas con camuflaje holográfico que tengo instaladas y que incorporan los últimos adelantos en sensores más allá del rojo, luz nocturna y mandos a distancias con alcance de 50 kms., misiles tierra-tierra incorporados...es decir, que VEO todo lo que por allí PASE con aviesas intenciones....
Más los vecinos, el teléfono permanentemente conectado con la torre más próxima del Infoca, el "enchufe" con la casa cuartel de la guardia civil del municipio más cercano y el mastín de cinco metros, claro.

Constructores

Constructores



Hoy no se escribe sobre la piel rasa y blanca, tan ajena;
la mía, que es negra, se halla en el trigo
verificando el contenido de las cosechas.
Las estaciones suministran
a golpes de azada argumentales
ladrillos para este zócalo
que levantamos sobre el suelo,
izando muros,
levando chozas,
tornando el azabache de ese velo,
esa zafra de nocturna seda,
en verdes prado y lecho
donde solazar lo que nos queda.
Lo que damos,
lo que por dar, nos queda,
Lo que por darnos, queda.

Sofía Serra, 2010 (Nueva Biología)

jueves, 7 de julio de 2011

Un enlace

Quiero que esté junto a las otras entradas con etiqueta "Mayo 2011".
Hace muchos siglos que no me creo nadamás creo en los retratos de Al-fayum que en lo que me contáis.


Al final, el triunvirato de las Azores se va salir con la suya, el triunfo de la tercera vía, que nada tiene que ver con la tercera orilla. El PPOE que tanto nombran (qué curioso, le quitan la "S" de socialista pero no la "O" de obrero  ¿Será que quienes reivindican abiertamente la mal llamada Revolución española no son obreros?... ¿Qué son entonces?, ¿qué sois?
Yo sí soy una obrera desde luego, y de las que no tienen vacaciones.
Ayer pensé en convocar una "tomada" de calle para el 10 de Agosto, y otra para el mes de julio, intentando sortear el tan fatídico del 18, cuando entro en esta cápsula transparente de internet y me encuentro con que se ha convocado para el 15 de octubre.
¿Qué sucede?...¿es que verano no hay desahucios? ¿O es que en verano en España hace mucho calor y las playas están colmadas y las ciudades desalojadas (salvo por los que no veraneamos)? Advierto de que es en estos meses estivales cuando los que corrompen la democracia más libremente actúan. Aporvechan el despiste, el letargo administrativo para hacer de las suyas. ¿No sería el momento para estar precisamente más vigilantes que nunca?

Hoy desperté con el mar en mis neuronas

Hoy desperté con el mar en mis neuronas

A veces la sustancia herida
me reclama como hija suya,
como hija del tiempo escindido
de aquellas manos otrora generosas,
la veracidad y la similitud
de tu endiosado plano que curva
los troncos de los árboles
permanentemente hacia el viento,
contra el mar. Los pinos dramatizan
el desconsuelo de las dunas
y mis manos, también en el otro tiempo
generosas, acarician el horizonte
de esa playa, herido
seco y decente, o sea, justo,
como las dunas y los árboles lejanos,
que son los que lloran.
Mendigué abatida por el viento de levante,
mas ellos siempre colmaron mis manos
con los tesoros de sus lágrimas.
Tan verdes son, madre, tan verdes…
Al fin cama-leona fui, madre.
Tan verde, madre,
tan verde.




Sofía Serra, 7 de julio de 2011

miércoles, 6 de julio de 2011

Tornillería

Una entrada que se quedó perdida en el limbo de los borradores (2 de julio de 2011)

Con este poema, el que enlaza éste (hay que leerlo si se quiere  seguir esta entrada, o, como mínimo, visualizarlo) en el poemario "Canto para esta era", intento responder a la más o menos pregunta de sendos amigos en otro blog sobre EL RECURSO de la supuesta escritura vertical de un poema. Y digo supuesta porque pienso que en realidad no hay escritura más horizontal que la de un poema así formalmente escrito, ya que, y precisamente, atiende al corte visual en la horizontalidad como recurso, es decir, como una herramienta más entre las infinitas posibles de las que el autor decide echar mano para hacer poesía  ESCRITA para ser LEÍDA, no recitada.

O sea, el autor parte del condicionamiento de la lectura habitual en Occidente de izquierda a derecha y en horizontal, el recorrido que los ojos habitualmente describen al posarse sobre un texto, para jugar con él, consciente e inconscientemente, y convertirlo en uno más de los engranajes que soportan el hecho del ARTEFACTO del poema.

Esto referente a "nuestros días" en los que, y acompañando al consabido rompimiento de reglas y normas en el Arte que desde el siglo XVIII-XIX viene produciéndose en nuestra cultura, el cuenteo de sílabas o el celo por la métrica "antigua" han dejado de ser condición sine que non  existe el hecho del "poema".

Para una mirada global y con sentido común creo que resulta evidente que deriva de la necesariedad de ellas contemplada en otras épocas, del vehículo del verso como segmento, parte del poema.
Pero es que el hombre evoluciona, y así como en el Imperio Romano no existían los "mercadonas" donde nada más entrar la música te entra por los oídos normalmente acompañada de letras que por su forma y "el estado del oído" al que va dirigida exigen la interposición de unos ritmos exactos y distintivos,  los poetas  (y con ellos la poesía, además de no ser escrita para ser leída "en silencio") eran "tan sólo" autores que escribían siguiendo una métrica, es decir una medida impuesta, no auto-sugerida o encontrada: En sus composiciones  hablaban del amor, del olvido o se dedicaban a recrear las batallas perdidas o ganadas por tal o cual general emperador (aproximadamente igual que las canciones de hoy en día, salvadas las distancias). Es decir, tan sólo y mucho es, hemos diversificado, hemos encontrado más posibilidades a nuestras expresiones artísticas, hemos hecho lo que como seres humanos nos corresponde hacer sin que nadie nos lo diga ni nos lo ordene: hemos abierto el orbe.

Llevo 10 años 10 tremebundos años respondiendo a la misma pregunta una y otra vez.

Por otro lado me parece inútil la aceptación de formulismos y etiquetas en una época en las que los significantes se han resquebrajado. Hemos logrado deconstruir, y de este aparente o real caos podrá surgir o no una nueva nomenclatura, siempre en evolución permanente, mucho más abierta, donde tal vez algún día se consiga que sólo los matices, los infinitos matices sobre un todo, establezcan las posibles variables sobre las que se estructure, cada vez más elástica, flexiblemente, hasta que cada matiz de cada mirada de cada individuo tenga cabida en ella.

Un imposible, sí, pero es que no hay metas, sólo un camino sin fin, como los tornillos de ese tipo.
Sólo hay que mirar de vez en cuando la caja de herramientas que tenemos en el cuartillo, en el lavadero o bajo el fregadero para entender  "claves áureas" más o menos sociológicas, psicológicas, filosóficas y hasta metapoéticas.

Por algún poema lo tengo escrito:

¡A follar, señoras y señores,
 a follar con los poet@s!

(y no pienso hablar ni una sola vez más sobre el corte o no del renglón en un poema;  algunos, con toda la mala idea del mundo y en el afán ninguneante que suele caracterizar a las ignorancias más supinas, hablan de él como lo único que diferencia a un texto escrito en prosa de otro PREVISTO como poema.
Yo, ya, sólo me quedo con algo. Si al autor le ha acompañado la intención de escribir un poema, eso será un poema, me guste o no, vaya en vertical, en horizontal o como si lo ha querido escribir en el techo o conformando una esfera holográfica. Si no ha sido su intención, no lo será, aunque  lo escrito comience con un puedo escribir los versos más tristes esta noche. Será lo que tú digas, y me esforzaré en devanarme los sesos para  encontrarle el motivo en mi mente por el que yo también pueda nombrar ESO como poema. Y lo conseguiré, aunque tu poema comience con "En un lugar de la mancha" y recorra cinco mil páginas sin un sólo corte en la horizontal del renglón.

"Poesía eres tú". Bécquer nos estaba implicando a todos los lectores, nos instaba a implicarnos en la ejecutoria del poema que fuera tuviéramos delante.

(Nota aclaratoria: esta entrada está escrita en tono de broma, mucha broma y chanza para quienquiera tomarlo así  Y con toda la ironía y la mala leche consecuencia de la indignación que me provocan las "autoerecciones" como doctores en "lo que sea" por parte de otros (algunos críticos, algunos lectores, algunos poetas), le acompañen o no títulos pontificales, universitarios, callejeros o "plazolenses", cuando en realidad, sólo son doctores en la más perfecta ignorancia. Perfecta, sí, no hay ignorancia imperfecta. Sólo me vale la actitud-intención del individuo (voluntad), no su "nomenclatura".)

Es será

Es será

qué es un poema sino
tan sólo un dolor solo
por mucho que cantes
un aviso nada más.


Aunque, aún y ya, sea tarde,
tú no calles aún y ya dime.


Serán un frío y una noche
que cerrarán la puerta
a la mensajera indeseada:
Seré su perseguidora
hasta que se haya ido.

Sofía Serra, 1 de Julio de 2011

martes, 5 de julio de 2011

No hay sombras bajo la noche

Teniendo en cuenta los dos o tres años  que llevo padeciendo casi veneración por la palabra de este hombre, puedo decir que la otra noche me ocasionó  un gran disgusto... ;)

No hay sombras bajo la noche

Además el sentimiento de justicia, hasta una completa ausencia de sentido moral, me era desconocido. En el fondo de mi corazón estaba totalmente entregado al más débil y desdichado.
(En busca del tiempo perdido. La prisionera.  Marcel Proust. Traducción de Carlos Manzano)

Lombardas y geminadas
tus ventanas jugaron complacientes
a la cuerda de tu boca que canta
metástasis de abundancias e imperios.
No menguaste la vasta endemia,
de ese silogismo abreviaste sin pasar
por la casilla de salida,
no:
injusticia
engendra debilidad engendra
desdicha
que provoca debilidad
que favorece los abusos
que conllevan más injusticia
que genera debilidad
que reproduce la desdicha
que manifiesta más injusticia
sobre el débil,
que se fortalece
si hacia él te inclinas
fiel a tu debilidad,
fiel también a tu injusticia.
Y la balanza se equilibra,
y el fiel iguala voces,
y el equívoco del poeta
toma luna y ya libera:
Acosada la paloma
tan sedienta de huella
no sabe que en el agua
sus pisadas se ahogan.

Sofía Serra. Julio, 2011.

domingo, 3 de julio de 2011

Paleografía (el sí)

De ayer mismo:

Paleografía (el sí)

He estado descansando,
cosiendo y descansando,
mirando la tele,
viendo películas y descansando
reparando algún libro,
reparando en las luces de mis párpados
cuando mis ojos descansando se han cerrado
saliendo a la calle conforme me ha pedido
mi cuerpo descansando
calculaba las posibilidades
de encontrarse con un paleógrafo
tirando una centena de libros
a un contenedor,
a las dos, dos,
de la tarde
en Sevilla,
un sábado dos,
dos, de julio:
Una entre un millón
de habitantes
que no tiene esta ciudad.
Pero acerté
y di con él.
“Libros que no sirven para nada”,
me ha comentado.

Yo he asentido con un
que me ha cosido el descanso.

Sofía Serra, 2 de julio de 2011


 
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