sábado, 8 de octubre de 2022

Vallejiana

 



La entrañabilidad de la poesía de Vallejo

 

Desde esta ventana de mi tiempo

abierta al otoño de mis luces,

me deslumbra el paisaje limpio

de un cuerpo ya muerto

cobijando mis sentidos

en la cueva de la osa

que nunca deseó deshibernar.

Válgame el amor resucitado,

la placa conmemorativa de la endecha

descubierta entre las ruinas pétreas,

Petra alzada, en los cálidos acantilados

de la arena eterna, la entraña

intangible del verso secreto,

la cantina audible de la interna presencia,

alma incontable de almas

unidas por el hilo de plata invisible,

letras de ser a ser insistente

sosteniendo los cielos amarillos

del río sin sombra ni cauce

que ablanda los riscos afilados

del devenir humano

y su gobernanza de duelo y terror.

 

Porque más allá, mucho más lejos

del pasado, aún más distante

que el origen de la nada,

late la inquietud primigenia

de lo innombrable

o tan solo tan cercano

que desmiente al big bang,

o cualquier otra lejanía,

y el Universo adquiere

sentido de ser

bebé en mi regazo.

 

Y yo lo mezo.


domingo, 2 de octubre de 2022

Occidentes


 

El muriente

Ante el misterio, cantar o callar.

Y me robaron el silencio

hace mucho tiempo.

 

 

Cansadas ya, las rémoras se duermen

al amanecer. Justo oriente.

Canta el mirlo cuando menos se espera,

ave nítida, tan límpido su eco.

Un acervo incita, no instiga, no

duele más, no pervierte el son.

Así que, recuperando un dios que no se oculta,

desde esta memoria hablo:

Mi pecado ha sido recuperar

el caudal de genes que mis padres,

padres nuestros, amasaron

para nuestra fortuna:

Madres y padres todos

que engendrasteis este río,

mudad la desembocadura

desde este alba al muriente,

que ya, aquí, pernocta la mañana,

que aquí, ya, transitan las corrientes,

que aquí, en cuenta abierta,

el mirlo ya canta sosteniendo

con su acústica subacuática

todo aquello que, desde los peces

que poblaron nuestros pies

allá por donde entonces

el tiempo con banco en el paraíso,

nos hizo humanos sin disimulos,

más libres en la piedra de la orilla,

más hombre erguido sobre su bípeda simiente

que ya otea el horizonte buscando la otra baya

que ya la introduce en su boca con la mano

que más allá del árbol

fuente bebe y la digiere,

que qué árbol sino

aquél que el árbol

ya hecho leña

 

para candela

de la caverna.

 

jueves, 22 de septiembre de 2022

Visado de carne y hueso





Cuerpo extraño (xenofilia)

 

me falta oxígeno y todos

expeléis dióxido

de carbono. Desearía

ser planta caso

de que pudiera.

Lo que sucede es que así

me sentiría entre ellas

como me siento entre ustedes.

Y entonces, desearía

ser una humana de día

y dormir de noche ajena.

 

Algo ha crecido torcido

dentro de mí

y no es un árbol.


O el dolor ha crecido derecho

y es mi columna.


(De "Suroeste". Ediciones en huida, 2015)

lunes, 12 de septiembre de 2022

Fortunas




Feliz suerte del hoy

Hoy no sirven las lágrimas, aunque aparezcan.

Hoy ni la sonrisa expresa, aunque floreciente brote desde mis pulmones.

Hoy la abatida no tiene hueco, ni siquiera la exaltación.

Hoy el orden extraño requiere insistencia de abandono,

de flagelo descompuesto, despedazado

y roto por los brazos incólumes de los sortilegios

sin edad, sin premura por las horas o la acontecida.

 

Hoy, que ya navegamos.

Hoy, que sorteamos los peñascales, que transformamos

las escorrentías en toboganes donde las flores danzan al son del transparente baile…

Hoy, que la vida adquiere el nombre de esperanza

que ya muere para no necesitarla al menos por hoy.

 

Hoy, que vivo ausentando las miserias que en otros tiempos me acobardan y me contienen.

Hoy, cuando no existe la suerte más que para gozarla,

hoy te canto, Hombre sin nombre,

para no matarte nunca, para poder vindicarte siempre.

(De "Canto para esta era") 

miércoles, 31 de agosto de 2022

Cruce de verdes

 



Nuevo hombre en la cruz

 

Verte en verde puro quisiera

ausente de tus férreas estampidas,

lenta en un segundo presiento

tiempo al sol de ese tulipán equivalente

que me llama, me pregunta, me requiere:

¿Por qué?, ¿por qué no bebes?

Y tus manos amasando espinas.

Como ya no se te clavan…

 

Al verde quiero sostenerte:

Flamearás sucediendo en el vacío

hasta que el celo mudo

de tu viento, si es que mientes,

se haga hueco en la cruz de tu pecho.

Y entonces se abrirá el cuero herrumbroso.

Y el manantial borboteará

de las cuatro paredes de tus brazos.

Y el sol del aullido iluminará

las doradas clavijas como si fueran

brotes verdes: verte

como si no te hubieras zanjado.

El campo de cuerdas de hierro

tronará en rasgueo salvaje

de tu boca que reirá llagando

el aire que hoy permanece ileso…

Como muro, como vano

a la muerte en la que tañes

preso de esa cruz en la que te clavas,

que ya no sé, yo no sé, no sé

con qué manos apuntalas

esos clavos a tus palmas.

 

Hombre de cuatro brazos,

mutante de esta tierra morada

por la espada de tu arado

que me llama, me demanda, me pregunta

de qué te sirve ya ese par de alas.


(De "Nueva Biología")

 
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