jueves, 9 de febrero de 2012

Las seis de la mañana y sereno (la crisis y yo)

Voy preparando el blog para subir "Nueva Biología": como era de esperar me sirve para una nueva revisión, esta vez la más compleja, empiezo por el final para que las entradas (cada poema una entrada) queden en orden de lectura lógica cuando esté entero allí puesto. Sucede como cuando se lavan los calcetines, que normalmente aparecen vueltos del revés en el bombo de la ropa sucia; así pasan a la lavadora y a la secadora ( ya he decidido permitirme el lujo de no subir nunca más ropa a la azotea. Mi secadora tiene unos 16 años, recuerdo que la compramos cuando el niño tenía unos tres o cuatro, tal vez menos. No sé de qué material estará hecha, a veces la miro y me lo pregunto, ha tenido tantas mudanzas, o al menos no realizadas en las mejores condiciones, traqueteo va, traqueteo en coche viene, y, la pobre, ahí está, sigue funcionando como si nada. Ni siquiera el frío y la gotera del cuartillo del campo consiguió vencerla. Toco madera. mesa). De ella a mis manos para ponerlos del derecho, unir a pares y entonces, al doblarlos, volver a ver el revés del tejido. Así pasan al cajón hasta que el día que son elegidos para llevar puestos, vuelven a su estado, sino natural, al menos de fábrica.
De fábrica. Normalmente los calcetines molestan con su costura para dentro.
me pregunto por qué no los coserán justo del revés, nos ahorraríamos algunas molestas rozaduras. claro que entonces las fábricas de tiritas perderían ventas.
Digo yo, no sé bien. No creo que el proceso industrial de las tiritas dé para señalar al sistema económico de un país, o nación, como la de los alienígenas.
Sorteo o mala muerte.
Voy preparando ese poemario en blog mientras escribo buena suerte y algunos versos y algún poema encaja en este nuevo "suroeste" con el que estoy, y salen solos tantos ríos, viejos y nuevos,  intercalados con la noche, la mañana, el frío, el invierno y el océano del deseo de un tiempo cálido, y de pronto recuerdo que a 10 días de este febrero aún no hemos cobrado el sueldo de este mes, con el añadido de que también nos deben dinero del mes pasado. Y de pronto recuerdo y recuerdo, y recuerdo que no somos de los que dicen "no tengo dinero" cuando tienen 6.000 euros en el banco como decía mi amiga que ya no recuerdo. Cuentas a cero. como siempre, es lo nuestro. tampoco está mal. Así pesan menos.

¿y qué pinta un metapoema entre dolores de parto como dice por algún lado Nueva Biología aunque ahora mismo ya no recuerdo si ese poema lo suprimí en una de las correcciones? todo porque un chalet de 100 millones  en la playa viste más que un modesto (¡modesto poseer una segunda vivienda!, ¡qué dirían  nuestros padres de las cuevas?) adosado, todo porque una casa en una de las zonas residenciales más caras de sevilla viste mas que una casita en el pueblo situado justo a cien metros. Porsche, mercedes, Q5, mini, modelitos de modista y vestidores en los dormitorios...

y los empleados sin cobrar.

y recuerdo que sigo escribiendo poesía, o intentándolo, y recuerdo que para qué se preguntan y nos hemos preguntado todos desde que nacimos allá por donde el mundo un día lanzó su bostezo de animal dormido allende las eras de lava y algún amanecer indiscreto a ojos de un cielo creo que color llama, y amarillo se pintan los blasones de seda con los que adorno un jardín, soplan ideales capturando la brisa marina de un pinar que se extiende por las arenas de un aroma que solo existe en mi memoria: el cantueso, el romero y la resina de los frescos pinos que, cuando se apiñan en el horizonte, si diosa fuera como atenea o afrodita gigantes y livianas pero con manos  grandes para la medida del hombre, podría acariciar. Como cuando acaricio el terciopelo de un sueño a donde vuelvo.
Y eso que soy mujer despierta, me digo.

Pero nunca aprendí a extraer rendimiento o capital (líquido que dicen) de  mis productos de fábrica. Amo sólo lo que no se ve, pero estoy deseando poder ir al chino a comprarme algún vestidido de rebajas. todos los de este invierno me los compré así el año pasado. ¿con qué me vestiré el que viene?, con los mismos, me respondo mientras pienso en si bajar a Lupita ya del sofá y abrir balcones (con el frío que hace) y comenzar a pasar la aspiradora (uf, se me ha estropeado, no me acordaba) y limpiar el suelo con fregona. mañana es viernes, pasado celebramos el cumpleaños de mi madre aquí y hoy, hoy, hoy, hoy es mundo como siempre y como siempre escribo suerte profunda y repleta de brisa de frescos pinares asomados a la orilla de un mar que creo, recreo y pienso ya que es sólo mío.

pero tan hermoso el azul y verde mar... tan hermoso...

¿de qué estará hecha la secadora?

Sigo preparando ese poemario, Nueva Biología, en su blog.




Las seis de la mañana y sereno


Habituados a tu mano
y nuestros ojos,
se nos desarma
el mundo como un mecano.



las seis de la mañana y sereno
se posa el efímero poblado
sobre la loma de arena,
las sienes del amanecer
sonríen hasta abreviar juntas
el abismo de las nocturnas
paredes. beben verdes
las campanas a las seis.


enemiga empresa, no sé si la noche
o el día, cantarás donde todos
duermen maitines y vienes
a las seis de la mañana y sereno
me poso en tu lengua
camino del pálpito de tu alivio.


las seis menoscabas y sereno
qué voy a ser yo si menos soy que una pluma
de almohada, tan grandes, tan miles,
tan decoroso ni me arrastras por el extravío
de un mínimo encendido de verde
que se estrelle contra la hazaña
de haber nacido como flor
que se adoquina. Aglutinar
aquí sin amor ya viejo o sereno,
vivo en los intersticios de tu columnata.
Patio de luces esta gran edad
tan cercana a la noche
en la que el universo
dormirá para siempre.


Sofía Serra (Suroeste)

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