jueves, 15 de noviembre de 2012

Canción a la Esperanza (Gutierre de Cetina)

Dejé a Cetina listo para sacarlo en blogger, en aquel frustrado proyecto de una editorial sobre este soporte. Hoy lo reabro para mis ojos, pero algo me sigue diciendo que es mejor dejarlo tal como está acurrucado en mis brazos. Me sigue partiendo el alma cuando le canta a la esperanza, ¿cómo es posible en autor de tan católica época lance esas andanadas tan dolorosas, tan resentidas sobre una de las virtudes teologales? La Sevilla en la que el vivió no es la que todos (mal)conocen. Hay una Sevilla mística y existencialista, estoica y lírica a la vez, profundamente reflexiva e interiorizante. Una en la que la emoción y la razón se unen para poder hacer factible creación. Una que logró conectar con el hombre de todos los tiempos. Una que continuó lográndolo. Una que sigue haciéndolo. Esa es la esencia de Sevilla, como el río sin sombra ni cauce.
Esa es la Sevilla que yo conozco y a mí me hace.
Los versos de Cetina me siguen sorprendiendo (y llenando) por su contemporaneidad, por la queja íntima y sincera que transmiten, por la auténtica re-flexión de la que parten.

A la esperanza

¡Ay, mísera esperanza!
¿Qué me aprovecha andar desvanecido
Contra toda razón, sin fundamento,
Haciendo confianza
De cosas do jamás certeza ha habido,
Engañando al cuitado entendimiento?
¡Tristes torres de viento,
Cuán cerca llega vuestra caída,
Pues yo no puedo esperar ni quiero vida!

¡Esperanza engañosa,
Que con promesas falsas, aparentes,
Me has tenido suspenso, embarazado!
¡Ay, alma deseosa
De salir ya de mil inconvenientes!
¿No es tiempo que se acabe este cuidado?
¡Ay, cuán desengañado
Está quien sabe bien que es mal que espere
El que por menos mal la muerte quiere!

¿Esperanza perdida!
¿Qué me puedes poner delante ahora?
Qué te puede quedar ya por mostrarme,
Si yo no quiero vida
Que cuanto dura más, más empeora?
¿Piensas me la alargar para matarme?
¡Ay! Que no hay que mostrarme
Razones mal fundadas; que es locura
Hablar de vida al que morir procura.

¡Ay, esperanza incierta!
¡Cuánto fuera menor mi desventura
Si razón de esperara jamás tuviera!
Viera mi duda cierta;
Y pues no basta amor do no hay ventura,
Con mi fortuna el desear me diera,
¡Ay, cuánto mejor fuera
Que la razón del esperar faltara,
Y en lugar de esperar, desesperara!

¡Ay, esperanza loca!
En fuerza de tu fe solo pensabas
Salvarte de un engaño que así engaña.
Ya la vida se apoca;
Que aquel mismo manjar que antes le dabas
De su pasado error la desengaña.
¡Ay, pena fiera extraña!
¿Qué puedes hacer ya para dañarme
ni para entretenerme ni engañarme?

¡Esperanza traidora!
Debajo de amistad me has engañado;
Súfrese pues perder sobre seguro,
Si mi mal no mejora.
Ni lo sufre un dolor de tal cuidado.
¿Cómo tarda el morir pues lo procuro?
¡Ay, hado triste y duro!
Que es el mismo morir quien me entretiene,
Porque donde hay vivir muerte no viene.

¡Esperanza grosera,
De seso falta, falta de experiencia!
¿Sobre qué estribas ya, qué te sustenta,
Vida rabiosa y fiera?
Acábame a lo menos la paciencia;
Ya que acabaste tú, no se consienta.
¡Ay, peligrosa afrenta!
Si la esperanza ha visto el desengaño,
¿Qué puede ya esperar sino mas daño?

¡Esperanza cuitada!
¡Ay, si supieses bien cuán caro cuesta
El manjar del que vives trabajoso!
¡Cuánto más descansada
Te sería una muerte alegre y presta
Que un vivir tan cansado y enojoso!
¡Ay, último reposo,
No se dilate más nuestra partida.
Que al que se ha morir, muerte le es vida!

Canción, permite el cielo
Que sea esta del cisne; y pues alcanza
Dé cuenta mi dolor a la esperanza,
Alcance ya el recelo
Que se acabe el vivir y el desconsuelo.

(Gutierre de Cetina)

Por condensación de agropecuarias

Por condensación de... agropecuarias

Paradójicamente, la tesis de Valery (el velo entre el espectador y el autor) ha propiciado el vicio por el personalismo autorial en el arte del siglo XX, es decir, la exacerbada relación obra/autor que el espectador plantea ante el apercibimiento de la primera. Con todo lo que ella ha conllevado: la firma es lo que ha valido.

El sistema espectador-obra -autor tiene que gozar de un equilibrio perfecto.

La tesis del velo podía ser válida para un siglo XIX, o como cima a la que se llega desde que el Renacimiento apostó por la independencia del artista desde el gremio. El problema llega con la multiplicación del medio informativo en el siglo XX. Hoy en día, comenzando el XXI asistimos a la posibilidad del acercamiento excesivo entre el autor y el espectador, proceso que también contribuye al perjuicio del estatus de la obra de arte.

Por ahora es el artista, el de verdad consciente de su quehacer, el que debe (o debería) comprometerse a mantener ese difícil equilibrio “distante en tri-sistema”, pero con la educación debe llegar el momento en que el espectador deba también saber hacerlo.

No sé por dónde tirar, se acumulan demasiadas perdices aleteando alrededor de mi frente. Quebraré este círculo, romperé las jarcias de mis velontades.

Es la obra la que debe decir y decidir. Es la única protagonista. Es el signo, el establecimiento vivo, como aquellas tiendas de barrio, del proceso de comunicación del arte.
Ambos, y como ambos, olvidamos, el artista en su exceso de vanidad y el espectador en su gusto por el morbo fallido de encuentro con el dios-artista, que lo importante del Arte es la obra.

Cada obra es hija de su tiempo y de su velo.

Noctibus, un poemario de Carmen Karin Aldrey

Durante las últimas semanas he estado trabajando en la preparación de este libro que acaba de salir, un hermoso poemario escrito por la poeta Carmen Karin Aldrey. He tenido el privilegio de su confianza para maquetarlo, así como la de poder vestirlo para salir al exterior.
Sólo sé hacer las cosas de una forma, torpemente por mi parte. Primero empaparme; después, que eso de lo que me he empapado, me llene. Entonces, si sucede,  ya llega el torrente de mi implicación, que la mayor parte de las veces tengo que frenar con infinito coste por mi parte, también es cierto, tiendo a inundar sin darme cuenta.
Pero esta vez he trabajado tan a gusto que solo puedo agradecerle a Karin la confianza que depositó en mí.
Igualmente a Belkis Cuza Malé, la directora de la editorial que lo auspicia, que una vez más me ha dado libertad completa de acción. No me cansaré de agradecerle su generosa disposición para con esta sevillana recién conocida apenas.

En definitiva, tengo que creer para poder hacer.
Y en este poemario, de Carmen Karin Aldrey, publicado por Linden Lane Press, creo.



miércoles, 14 de noviembre de 2012

La novia cadáver

La novia cadáver

No, creo que no hubo
amniocentesis.

algunos hombres y mujeres
cocean, vocean aullidos
de sus trancas y pezuñas
castañas.

Caminar, tanto caminé
sobre las ortigas
como terminan los pies
en dedos de costumbre
en la yerba
y sus flecos punzantes.
Consumisteis un porvenir
de solaz indiscreto,
oculto lo más bello
ahora como siempre
trabajan los dioses.
Y yo lloro,
lloro.

ese habitante cuadrado
habla verdes por tu nuca.

Si más deseo
avarientos jamelgos
y otros cuadrúpedos
Himalayas
como techos andróginos
donde todo es posible
en el vaso boca abajo
y la salud requerida
por tu lengua escalando
el cuello de los olvidos, timbres
del arco trilobulado que abre
son, sentido y mecha
hasta la escafandra.

he pretendido adioses
cuando sólo he casado          con mis muertos
estas manos y tu boca
qué soy sino
tan sólo
una
sola.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

Eco-(no)-mi-poesía en “Signos cantores”

Eco-(no)-mi-poesía en “Signos cantores”

—  Por algunos que quiero entregar, me regalan dos naranjos florecidos en pleno Otoño.
— Por otro con el que obsequio me dan tres libros tres que no podría permitirme comprarlos, buenísimos en contenido y de los caros-caros también.
— Por el último, un cartón de ducados, tres latas de atún blanco en aceite de oliva, tres de mejillones en escabeche (de los grandes 4/6 por envase), un lomito ibérico, un conejo de campo y dos juegos de sábanas de invierno.

Para que luego se diga que escribir poesía no es rentable. Si un poeta no se hace rico es tan solo porque no  quiere.
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.