Bicordial (A H. C. )
Corazón, quedo y mudo
en tu silencio. Corazón,
aprieto con tus manos
este gemido. Corazón,
no te hago caso omiso:
al alba te alivié.
Corazón, tu tierra, mi
tierra, tiene plumas:
sobre ella despedazaron las aves blancas,
frenaron el sereno de su sal con las fauces.
Pero tu mi tierra tu tierra canta
sobre fósiles y fantasmas
que logramos resucitar henchidos
de agua, sustancia y carne.
Tu tierra y mi tierra funden luces
sobre la faz tornasolada
de la colina tan reseca,
la casa azul sobre la espalda
—al peso de los riñones—,
el toro en bisiesto año,
la amargura del oro líquido,
la lluvia sobre la carretera…
Tu stop, corazón.
Tu tierra mi tierra,
clama tiempo, clama día,
clama por tus hondas huellas
al son del canto que moldea
el barro en dos, ojos,
los azules, corazón:
Las palomas que de la nada nacen,
el santo y seña, suertes que nos hacen:
No somos aves, no somos duendes.
Al despojarnos del miedo
—¿qué es la muerte sino un desnudo?—,
sólo nos queda el nombre.
Corazón, desde esta garganta
y la tuya te expandes
abriendo estas proclamas
al orbe dicho, quieto y al unísono
se cantan mutuamente, juntos
no somos uno, sino dos,
que es un mayor número.
domingo, 2 de marzo de 2014
sábado, 1 de marzo de 2014
Licencia de caza
Licencia de caza
Es decir todo humano,
tan humano y vivo
todo como yo
vivo la misma muerte
llegando junto a ti.
En esta circunstancia intransitable
, porque no se camina ni se cruza,
solo hace viable el paso
por las manos, con los ojos
de esta implícita tesitura
en la que me descompone la vida
sin saber qué me añade
o me sustrae la desmedida
de tu mesura bien traída
o mal, que para el sí
adviene tu santa compostura,
¿cómo necrosar tu santa especie?
describir sin ánimo
por qué, por ventura o suerte,
en las que no creo,
pero
no soy nadie más
que tú. Y tu galgo
rezuma liebres. Y yo,
no soy más que ser
persiguiendo la gacela
con mis ojos y mi amor.
Licencia de caza
a la que aspiro:
ser más libre o liebre
sola que me las piro
por el barranco
hasta esconder
de mí. A tu mirada.
tras tantos ya siglos
que la duración de los años,
los días que pasan
pernoctando en el cuarto
de la luna menguante,
te suprimo para reivindicarte.
No fueron amos, solo flores,
libre me las siento
a todas ellas
y es todo este
mi medio siglo de vida
levantando
mi conciencia de ser
amante, mi condena
de pasantía a todos
extendible: nada gobernable
la vida a la que yo llamo
muerte que a todos nos hace
seres. Valientes
los menos. Como tú.
Es decir todo humano,
tan humano y vivo
todo como yo
vivo la misma muerte
llegando junto a ti.
En esta circunstancia intransitable
, porque no se camina ni se cruza,
solo hace viable el paso
por las manos, con los ojos
de esta implícita tesitura
en la que me descompone la vida
sin saber qué me añade
o me sustrae la desmedida
de tu mesura bien traída
o mal, que para el sí
adviene tu santa compostura,
¿cómo necrosar tu santa especie?
describir sin ánimo
por qué, por ventura o suerte,
en las que no creo,
pero
no soy nadie más
que tú. Y tu galgo
rezuma liebres. Y yo,
no soy más que ser
persiguiendo la gacela
con mis ojos y mi amor.
Licencia de caza
a la que aspiro:
ser más libre o liebre
sola que me las piro
por el barranco
hasta esconder
de mí. A tu mirada.
tras tantos ya siglos
que la duración de los años,
los días que pasan
pernoctando en el cuarto
de la luna menguante,
te suprimo para reivindicarte.
No fueron amos, solo flores,
libre me las siento
a todas ellas
y es todo este
mi medio siglo de vida
levantando
mi conciencia de ser
amante, mi condena
de pasantía a todos
extendible: nada gobernable
la vida a la que yo llamo
muerte que a todos nos hace
seres. Valientes
los menos. Como tú.
viernes, 28 de febrero de 2014
La distancia
La distancia
Se es feliz con el despertar de la noche,
tan aletargado como un brote
de semillas tiernas, tan delicado,
soy feliz sin pensar en el sorbo de agua
que la sed nos necesita, tan dulce ella,
la sed, nos calma la sed
de venganza por haber nacidos
tan desviados del hemisferio celeste,
nos duele la aventura,
ah, tan torcidos somos, sólo
la imaginamos sin ser vista,
allá en el horizonte del mar
que reverbera como una bolsa de plástico blanco
que hubiera huido de algún buque
transportador de cereal:
tan gigantescos contenedores
de hambre para un hambre
tan humana y tan pequeña.
No cabe en la boca
la horizontal del cielo,
pero podemos hundir el barco
con nuestro dedo:
Somos tan solos
y tan grandes somos
los mismos.
Se es feliz con el despertar de la noche,
tan aletargado como un brote
de semillas tiernas, tan delicado,
soy feliz sin pensar en el sorbo de agua
que la sed nos necesita, tan dulce ella,
la sed, nos calma la sed
de venganza por haber nacidos
tan desviados del hemisferio celeste,
nos duele la aventura,
ah, tan torcidos somos, sólo
la imaginamos sin ser vista,
allá en el horizonte del mar
que reverbera como una bolsa de plástico blanco
que hubiera huido de algún buque
transportador de cereal:
tan gigantescos contenedores
de hambre para un hambre
tan humana y tan pequeña.
No cabe en la boca
la horizontal del cielo,
pero podemos hundir el barco
con nuestro dedo:
Somos tan solos
y tan grandes somos
los mismos.
jueves, 27 de febrero de 2014
Puesta de sol individual
Puesta de sol individual
a esa puesta de sol
aspiro, cuya mañana,
ya desdibujada, me depare
la lumbre del pacífico
despertar a la sombra
del árbol del amor
y sus rosas transparencias:
la muerte bajo sus flores,
mi negativo sobre la pared
amarilla y suelta
de un pensamiento sin luces,
de paz ataviada
y de nadie y nada.
A esa puesta
de sol des-
comunal muriente yo
a la luz del sol
que yendo yo
o él
me ilumine, exangües
él y yo.
Y solo tu suelo
vivo.
a esa puesta de sol
aspiro, cuya mañana,
ya desdibujada, me depare
la lumbre del pacífico
despertar a la sombra
del árbol del amor
y sus rosas transparencias:
la muerte bajo sus flores,
mi negativo sobre la pared
amarilla y suelta
de un pensamiento sin luces,
de paz ataviada
y de nadie y nada.
A esa puesta
de sol des-
comunal muriente yo
a la luz del sol
que yendo yo
o él
me ilumine, exangües
él y yo.
Y solo tu suelo
vivo.
lunes, 24 de febrero de 2014
Lluvia
Llueve, de noche y de pronto. Salgo un momento y de pronto llueve. Y de pronto todo es sinónimo de victoria. La lluvia, el silencio, la noche. Llueve. Cae el cielo. Y con él, mi derrota.
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