viernes, 4 de enero de 2013

(Me)Río de la poesía

(Me)Río de la poesía


Profusamente discurriste bravo
y empequeñecido sobre las hojas
de la victoria de los árboles.
la tierra levanta sus emblemas y pendones,
gallardetes sobre la cima de las vicisitudes,
las triquiñuelas de la luna de Agosto
ya dirimieron escindidas.
veneraremos otros dioses.
Los nuestros murieron
cuando el sol se hubo ido
y ya no queda sangre en la flema
que te obstruye.
Encontrarán un saco de huesos
en la mano de la vasija,
alguien asirá su belleza gramínea
y no dudará en beber de su agua
hasta refrescar su estómago.
Entonces sabremos a qué huele
la divinidad, cuando recorramos
invertidos el trago refresco y dulce
por la lisura de seda de sus esófagos.
bello este asomo de duda
sobre la sonrisa en tus labios:
te esculpe el rostro y vacía el aire
de miasmas asfixiantes.

El desaparecido entre lentejas
y albúminas extraídas a los huevos
aun sin romper,
aun sin cascar.

la modosia de los hombres seguros,
la idiosincrasia del poder
construido junto a trenes
de cabras y ovejas
que bajaron de la montaña
para pacer en el valle.
La senectud que cura la herida
encanece las barbas espesas
de los chivos y los carneros,
como a ellos viste con cencerros,
a ti te viste de poeta.

Sofía Serra (De El hombre cuadrado)

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