Quiero de ti
agua.
Desde esta tierra luna y nueva
levantan sus raíces
los árboles amparados bajo el cielo frío
(yo te oigo),
el cielo que les cuelga transparente
por sus flancos,
flancos negros.
Dibujan y mueren en el justo día,
día sol
de húmedas raíces y francos vuelos
encendidos en la tarde.
un gladiolo enhiesto
y curvo me deshace la boca
amainando el huracán
que me desplaza.
Un derribo junto a la cerca
me acompaña
cuando estoy sola y viva,
cuando los ojos de las lechuzas
se asombran
ineludiblemente
lucen para mis oídos
no si el miedo bulle,
sólo sí,
sólo sí de canto y llanto libre:
tanta presencia de mí misma
en la fresca brisa
de embestida.
Sofía Serra, 20 de Marzo de 2011
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Saludos Sofía, corto y contundente poema lleno de golpecitos que pintan el sentir de cada uno de nosotros.
ResponderEliminarMuchos besos, te sigo, te leo.