sábado, 12 de septiembre de 2015

El Temblor II (A la Venus de Willendorf)

El Temblor II (poema a mi primer recuerdo verbal)
(A la Venus de Willendorf)


Con qué mando vino
y a qué fango llega
la venia bajo la que te labraron.
Si conocemos el momento,
¿te imaginas un desierto sin hombres
poblado sólo de árboles?
…Y entonces llegaron
sus pechos manando leche,
y en su barriga
crece la nueva vida
y se haga fuerte
y coma con sus dientes
y hasta ojeras tiznará
al enfrentarse a la pendiente
cuando el jefe de herida muere
por el colmillo del mamut,
o tal vez por la venenosa
espina de la acacia
que por entonces verdeaba
las arenas del sáhara.

Ni qué decir tiene ya
su vulva fue el origen
del mundo para ellos,
pobres hombres blandos
y sedientos de rascacielos
que los elevaran del frío
del suelo de la cueva.
Pero he aquí que llegó
su bonhomía temprana,
y la mujer chamana
se talló en caliza
hasta dar lugar,
o luz,
al misterio:

y si a esta piedra
y la clavo y casco
lasca a lasca
ya llegarás,
cuando se me abra
la rosa dura.

Pensó la mujer naranja
con el contraluz
de un cuerpo y durmió
con un cuerpo,
soñó, despertó
y se levantó del tálamo
de piel de alce
con un cuerpo
girado hacia el oriente
del horizonte naranja y negro
y rojo temblor:
terremoto
sopla con sus piedras,
te nombra meciendo
sus altas tundras,
te labra moviendo
tus pequeñas sábanas
te engolfa en las voces de afuera
cuando mis muslos
aún no habían engordado
con la teta, en la cuna
y desde su tierra
se cinceló la talla
de ésta no sé ya
si habla o antigua
yegua.

(De "El hombre cuadrado").


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miércoles, 9 de septiembre de 2015

Primitiva


Primitiva

Me queda poco sobre que pensar,
un solsticio de animosos cantores
se apiña en torno a las manos
rezadoras, orantes a salvo
de la nieve que golpea
desde el abeto solo
en algunos países del norte.
Serpentean
el cuervo y la herida.

nematodos, Némesis,
frenólogos y otras lindes.

efectivamente nos quedan cuatro días.
efusivamente andan inquietos
a ese lado del mundo
los expatriados como tú y yo
quedamos solos
ante el vecino
que no se movió, no se mutó
en zíngara salvaje y tierna
del zaguán de su puerta.
y me entrenaré en sonsacarte la herida
hasta que no quede más
que albas puntas de un doméstico
desaire de geometrías
apestantes, volutas de la radioesfera
que suministran tus cabildos gozos,
esos que la penumbra sostiene
sobre mi cabeza para no destocarte,
para que siempre acontezcas
aunque yo ya muera,
aunque tú ya mueras
o ambos muramos
ojo a ojo, diente a diente,
de rabo a cola en el otro descabello,
el de las pieles rojas
y verdes.

Descombatir el desvío hueco
y absoluto dejamen
de las cosas.
Denostar aunque no te rías,
perpetrar y subsumir,
contrincar.

En rojo y verde me siento
sobre la tierra, me hundo
en el barro y camino a cuatro
suelas o lados que vuelan alto.
No necesito padres para sostenerme,
me basta el duro suelo
de tu mente y el tierno vello
de tu brazo que enciende el sol,
tú, fuliginoso hombre cuadrado
con verde nuca transparente,
eres mi auténtico amor,
con todo los inconvenientes
de mi verdadero amor,
incluido el desgarro
de mi roja pulpa.

Los goces, para los civilizados.

(De "El hombre cuadrado").




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lunes, 7 de septiembre de 2015

Pelícana (poema con coda)

Pelí-cana

Vejada, dormida, traída
del espanto a las agostas
sienes de la rota quijada
, espléndida insomne
bajo las pestañas de las abejas,
esos lícitos parangones,
la iluminación se extravía
por los juncos y las estrellas
con su azul de simiesco espejo
hendido por las hondas sendas
del blando y subrepticio porvenir.
Obstarán a la redundancia
de la esfera colgada del cielo,
bola inmensurable sobre
la aglomeración del engrudo
entre párpado y párpado
de la mirada de la noche
caso de que se acotasen
las bandadas de esclerótico
plumaje vendidas a tu frente
desde tu volumen de mórula inversa.

Grandilocuente ave marina
con estómago de hielo,
derrítelo y regurgita:
Si alguien conserva la cordura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.

coda (poema en 3-d)

si alguien conserva la armadura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.

si alguien conserva la abertura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.

si alguien conserva la cordura,
ya es hora de que dé la lata
y la comparta, bien abierta.

Foto del día 7 del 9 de 2015



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sábado, 5 de septiembre de 2015

Rosa de Siria

Rosa de Siria

Siria en contrapunto de rosa.
El alfanje rompe
El arco entre aquel tiempo
Y el nuestro y el arbusto
De flores y su suelo cubierto
De almas gemelas que lloran.

La paradoja temporal.
Nos encontramos al vernos
Muertos.

(De La exploradora, Ciclo Suroeste.)

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viernes, 4 de septiembre de 2015

Purificación

Purificación

cualquiera sabe
lo que dirías si en tus esquinas
y en tus dóciles sombras pudieras hablar
como el centelleante avispero.
santa faz de mi tiempo enquistado
y hoy grande y vivo santa
penumbra de la fe
en dioses
de pan
de oro,
karma, bendito karma.

Llega y me alumbra,
si una vez
fuiste, dos serás
por dos veces hermosa
la conquista del lugar
deshabitado por la falta
de mis ojos ya cerrados
que la olvidan,
esa circunstancia pasajera
por la que qué más diré yo
que cómo no querer verte,
cómo no hablar
de este preludio asombroso
de fantasía gratis
aunque me aboque
la costumbre del silencio
de hacer pausa y olvido.
Yo te quiero, amor mío,
sin nombre.

A pesar de que amé,
computé el quebranto
de tu mejilla
como si me hubiera caído
por la baranda,
el celaje deslizado
sobre la azotea azul,
tan perenne y vacía
que no me explico
quién ha podido escribir
sobre sus paredes.
algo así debió suceder
el primer día de después de la historia,
un arma inservible,
la letra en el vacío,
las gargantas blancas
ya no existen
salvo en mi centro,
las colgaron como bombillas de colores
al lado del platanal auténtico
que vive de hambre
y de amarillo
la-vanda de
mis fiebres,
qué haré yo
sino llorar por mí sin ti.

la rosa blanca se desmelena en dos:
nacen la tiara y la corona,
el alto y el bajo río,
los geográficas,
las verdaderos.
mi hándicap se ha vuelto mi ventaja:
a mi otra parte, he llegado tan tarde…
Y tan más viva.

Convertir la debilidad en fortaleza:
sola se ha hecho ella sola
transmuta
la arena
en agua mis pies
en la grama mojada
cuando tu refresco llega
como el quemador de velas
de sal del Himalaya,
un fabricante de iones negativos
que purifican el aire de mis neuronas.
voy a descansar estas vértebras
en el sofá entre el té,
las dos onzas de chocolate
y el recuerdo de tus palabras
o lo que escribes o piensas o chapurreas
como los periquitos del vecino,
qué más da,
así, aunque tú
ya no estuvieras,
el humo de tu escape
plantaría verdes en mis fosas
y yo te distinguiría
entre toda la niebla todas las nieblas,
todas las nubes y los mohos
de cualquier mendrugo de pan
que perpetrara un sonido más acuoso
que el de tu oído en mi mejilla
cuando, corazón sembrado en la tierra
de los arriates, mis ojos auscultan
la plenitud de tu pulso,
esa sangre corrida
por los cauces raigales
de la tierra y yo,
la zahorí verde y roja,
con mi traje de india
ululando como el búho:
Ven aquí conmigo
hasta donde yo llegué
cuando aún no existías,
no eres hijo ni tuviste padre,
compañeros somos
a partir del ayer y el hoy
un uno hacia delante.

(De "Solenostemon")


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jueves, 3 de septiembre de 2015

Septiembre

(Creo que tengo escritos poemas que nombran a todos los meses, me he ido dando cuenta poco a poco a lo largo de estos años de escritura y correcciones. Iré etiquetándolos para ver si consigo una especie de pequeña antología, o anuario.)

Septiembre

La paz se aposenta
como hada sin cuento
ni moraleja.
En la soledad descansa,
enemiga encubierta del mundo
y sus arpegios.

silbe la acetona del aliento
que yo me rasgueo confundida
entre las torres en 3D y las viñas doradas.
Los adioses no labran la vendimia,
ellos levantan uvas recitando
el diapasón del vino del mejor año.

la milonga y el cigarro,
el merengue y el palo de nata,
el mosto y el cubata que no pruebo,
el sabor del terciopelo —mío, es sólo mío—
en mis neuronas busca
y anida corcovado
mullendo los afilados cantos
de las piedras de tus riñones.
Excretar y presumir
sales facticias de ubérrimas gramas:
la urea labra de verde
el vejamen de la tierra
y su osadía
y mi posible olvido
de ti.


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miércoles, 2 de septiembre de 2015

Roturaciones

(Siempre me gustó)

Roturaciones

Apenas me quedan héroes,
ni salvaeslips.


Venga de este guiso a sostener
tu calma, porque mi aliento
resoplo y bufo tras el arado.
El cordaje de las neuras se me rompe
equilibrando pesos y contrapesos
anudados a la reja.

Verte y no verte venir.

La techumbres inician el son
del leve paso de sus dedos
o sus garras sobre las tejas
liquenadas de la arcillosa
luz del verano, el quinto pino
del encierro riza el arcén
de su autovía.
Nunca fueron sembrados
árboles tan lastrados.

Hecatombe y lúcida sombra
en este verte y no verte venir.

Persisten cuadrados los soles
bajo las caricias del orbe azul.
Sin, pero sabiendo que hacer,
resurge vacilando el verbo.
En el anticipo fantasearon
con sus alas los delfines del aire.
Las piernas colgaban de los pretiles
y el viento aminoraba
la marcha de los aún más indecisos,
así que maté al segundo
tras de mí al acecho
buscando el instante de mi estampida.
Mas renuncié, cerré la ventana
y juré no entoldar esta frente.
Luminosos, los seres del cielo,
esos que no llamamos ángeles,
sortean a manos viento las pupilas.
¿Qué hombre no los ha visto?

Verte y no verte venir.

Somos tantos que
se me ha quedado
pequeño el pulmón
—sólo uno, sólo uno tengo—
solicitando armisticios cantores
con su redonda boca.

Verte y no verte venir.

Nos quedaremos de ojos
cruzados obviando el juramento
y la inercia de las metálicas sienes
que beben asomadas a la puerta
y veneraremos un tú más yo
hasta que los laureles de invierno
logren entonar el grito
de la noche que mira y desmira
el malva de tu cabello. Vengaremos
sin más futuro que la rosa huella
habituada a resucitar
sobre el vacío desmesurado
de la espina.

Adolezcamos de algunos puntos sutiles,
confeccionemos el ansia de la rama,
exhibamos el letargo que nos oprime
compilando zinnias con palabras
prendidas del pico del jilguero
con tanto cantar para nada,
tanto dar para nada.

La venerable respuesta
apremia por ser escrita.
Pieza a pieza hace el frío
y las hojas no han caído.
Resuena la yerba
sobre los rizomas
de plata enterrados.
Se huele el aliento de la vida.

La muerte no tiene aliento.
La muerte no tiene boca.
Verte y olerte llegar:

Nena, hacías mucha falta,
tú sabes romper el duro hielo.


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martes, 1 de septiembre de 2015

Prueba de publicación de un poema en facebook


(hay que entrar en facebook para verla y poder leerlo, ando haciendo algunas pruebas, pido disculpas por las molestias)

Diría que se trata más de una pequeña introducción a modo de poema que poema por sí mismo. En cualquier caso, así...
Posted by Sofía Serra - Poesía y fotografía on Martes, 1 de septiembre de 2015



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viernes, 28 de agosto de 2015

Maná de carnívora

Maná de carnívora

Siempre te relacionaré
con mi estómago,
tú ya lo sabes.

El nudo se me ha hecho un silencio.
Desde él hablo al ente
sumergido bajo el barro negro
de la injusticia sobre ti.
¿Qué ibas a hacer sino imperar?,
¿cómo si no cazar cervatillos
mamuts o bisontes?
La hembra en el nido
curtía tu armiño.
De noche en descanso
el sol ahuecaba el día
para hacer lugar
a tus ancas de jilguero
recolector de las semillas
que introdujeron algunos manes
en tus testículos.
Cómo no averiguar
su color y su forma
si las zinnias ya florecían
allá por el pleistocénico
deseo de abrir la trampa
y la broma de los metales
que escanciaron sobre tu frente,
y yo, la orfebre y bruñidora,
cómo no tallar
con mi lengua
el blando relieve
de tu isla y su palmera,
cómo no pulir
con mi boca,
muñequilla de lienzo
nacarada por los pinceles
de la historia blanca
abrillanto en círculos
la longitud de esos canales,
mis ríos de legítima abundancia
de ti y tus simientes,
cómo no soñar sobre su color
y tu sonrisa de perfil
al cielo
mana
la densa y líquida niebla
que abruma mi hambre
y me alimenta con tu salida
en busca de la carne
que nos hizo más inteligentes.
Simplemente,
mejor alimentados.

Como yo.

Qué dibuja las circunvoluciones
de mi cerebro
sino el silo
grande de tu glande
y mi enorme deseo

de justicia
sobre
ti.


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domingo, 23 de agosto de 2015

tormento seco

tormento seco

esto para el amor
al que pertenezco
apenas significa más que un rayo
que le deslumbra en la comodidad
de su silla con las lentes tumbadas
sobre las blancas muelas de otras bocas
oídas, mas, te señalo, relámpago
de tierra adentro, las encinas azules
de octubre se transparentan en la loma
negra de las siete de la mañana,
el aguacero engendra sus hijos
en la matriz de la noche duda
y mis dos manos sujetan las aras
pontificales y redondas
como el volante del coche
que nunca desertó.
las direcciones posibles
las decide el viento y su alarido
pequeño y mi miedo,
siempre el miedo
en la tumbona del río crecido
que cabalga lejano
a nuestro sueño de calma.
yo lloré
ayer, las gotas corrieron
hasta encontrar el vaciadero
de la cuneta, y se me perdieron,
se me perdieron, Amor,
y ya no sé Tú,
ya no sé de dónde llega mi llanto,
si del encuentro con la tormenta,
o de la cotidiana ausencia
de agua, de lágrimas.

¿dónde estás?
ni en las lomas terrizas
ni en las monteras de la lluvia
te hallé. tras los troncos
de las encinas, escondida
te dibujo.


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sábado, 22 de agosto de 2015

mes-escato-lógico

mes-escato-lógico

Un mes crucifico
aunque ya no tiene brazos.
Se los arrancaron todos
camino de la gran vía del otoño
y la niebla prematura
de estrechas sienes.
Ahora fatiga al viento
con su rostro de molino
gigante, con su boca de piñón
enlutado, con sus ojos asimétricos
y pequeños. Lo dejaron solo
encima de la loma,
enquistado en la dureza
de la piedra entre yerbas secas
sin harina y soldados
de polvo haciendo mutis
por el foro cuando la reina
lluvia se digna aparecer
escandalizando al suelo.
Agosto me extraña
en su soledad de quicio
y yo me vengo odiándolo,
¿cómo se puede amar un mes?

No hay sistema con cerebro
ni brazos ni piernas, no hay
sistema malo o bueno
para nuestras fenómenas
preces. Sólo tú, o yo, individuos
de tomo y lomo y pan, abrimos
el hambre a la culpa.
Y al calor de este agosto
que se venga
y se aviene
agostando mis sacies.
Allá en la loma del año
me tumba las sienes
que ahora abandono
a su ancho reproche.

Si una sanguijuela puede agostar una vida,
¿de que no será capaz un ser humano?


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jueves, 20 de agosto de 2015

Poema para Agosto

Siempre me gusta publicarlo por este mes. Forma parte de "La dosis y la desmedida", que a su vez forma parte de la trilogía "El hombre cuadrado", un corpus que desde que lo terminé siempre he pensado en dedicar a mi marido. Y él lo sabe.

Poema para Agosto

siniestro e indoloro cautivando
el obsequio, madreperla
benevolente culminando
la hechura de la vasija
desde el barro, limo y centinelas
bajo las palmeras de este oasis
zurdo y regalado.
Las chumberas multiplican
higos verdes: este justo verano
terminará por endiosarse
con la aureola del agosto
arenoso y libre.

Y cuánto sueño duerme
bajo las ojeras de tus testículos
tan jadeantes. Ellos piensan púdicos
y sosegados por la espera
de mis manos, y no habrá
un solo vino que desechen
cuando sed a solas manen,
cuando yo te hable
del fango y de la sangre
volverán las heladas fuentes
a derretir el blanco mármol
en la verdina fresca de mi pozo,
esa luz redonda que cultiva
el agua liberando el milagro
de los panes y los peces
en el desierto.

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miércoles, 19 de agosto de 2015

Superwoman


Superwoman

No voy a hablar de lo que fui
o no sé
si sigo siendo,
porque ya no existo
a estas medianas de mundo.

Qué más quisiera yo que dejar
de sentir, de pensar, de ser
para poder no estar
en este tiempo
que adolece de ti
y así lograr
el milagro por el que rezo:
hacer
girar la Tierra
en el sentido contrario,
en el pensamiento contrario,
en el ser contrario
a lo que he sido
o soy estando.

Existir a salvo de mí,
la superwoman siendo.


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lunes, 17 de agosto de 2015

Racimos

Racimos

Tus manos, amor,
tus manos y mi sonrisa.

Bajo la canícula
me complemento como un nudo
sarmentoso me enredo
a tus dedos como un brote
de agua del manantial
de las uvas que nos nacen
bajo el cielo blanco
de verano almidonado
bajo el sol y el deseo,
bajo la realidad de la parra
y la argamasa del tiempo.
Bajo las uvas nos adueñamos
de nuestro abrazo
al firmamento y a la juventud
de nuestra vida en comunión
con el liviano aliento
de las hojas perennes.

La sombra extendida
siembra de frutos nuestro suelo.
El llanto de la tierra bendice
las aguas dulces y serenas
que destilan nuestras manos.
Unidas borbotean presentes
de milagros como uvas.

En racimos.




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jueves, 13 de agosto de 2015

Luna nueva

Luna nueva

Ahora siendo luna
nueva me desnudo
de luz, me visto de noche
con galas de estrellas
y el brillo en tus ojos de lo que fui
mientras el cielo no me recordaba.
Ahora me asume negra,
tal como me recuerdo
cuando yo mismo era nueva.

Blande la memoria del cielo
un nombre sin causa,
el beso limpio sobre mí
tu boca
sobre mí
tu barba sobre mí
y yo sin luna
te amanezco siendo
tú nuevo y desnudo
de noche vestido
de luz.



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miércoles, 12 de agosto de 2015

Análisis y estudio histórico-comparativo interdisciplinar de mi trayectoria artística, su influencia en el medio ambiente, la interacción del Arte con el sujeto arbitrario y su ciclo vital en la sociedad contemporánea y la importancia de llamarse Sofía (Gaudeamosigitur)

Análisis y estudio histórico-comparativo interdisciplinar de mi trayectoria artística, su influencia en el medio ambiente, la interacción del Arte con el sujeto arbitrario y su ciclo vital en la sociedad contemporánea y la importancia de llamarse Sofía (Gaudeamosigitur)

La tradicional escena de campo
En la que un pato bebe agua
De la fuente o la expulsa
Transformado en pato
De hierro o piedra
Con sus plumas limpias
Y brillantes, y mojadas
Por el tiempo y el transparente
Líquido del recuerdo de tu rostro,
Que no veo.

Pinté un lienzo con el borboteo.
Antes había construido
El brocal con cemento y piedras.
Los pétalos del geranio rojo o rosa
Flotaban entre las luces
Aéreas y acuáticas,
Domesticaban la cuadrícula
De teselas azules,
La rama de la encina
Era la dama del lago,
O quizás la fotografía de Nessie.
No sé si llevaba la espada
En sus hojas negras,
Pero escribí poemas
Que hacían el primo
Y después se dejaban
Corregir para que yo
Me alegrase
O llorase
De pena
De risa
Lágrimas
Hasta por los codos.

El pato se detiene, me mira
Y después sigue bebiendo
Como si nada, o nada-se,
Que también lo sabe hacer
En el mar de lágrimas.

(De La exploradora)


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martes, 11 de agosto de 2015

Vice-versos

Vice-versos

Transformar todo tú en un tejido
Con el que me cubro, amortajar
Los restos impúberes de una anciana.

O viceversa. De vuelta al principio
En un nuevo silencio, ínclito
Callar en señal de respeto
Por este momento de amor:

Seriedad
En las cosas
De verdad.

O viceversa.

(De "La exploradora")


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lunes, 10 de agosto de 2015

La vida en blanco

La vida en blanco

La flor blanca de la montaña
En un paisaje nevado extraño
Tu rostro.
No recuerdo nada.
El monte-carmelo,
El mirlo blanco,
El lirio blanco
El colibrí blanco,
Los blancos remedios.
La seda de una ruta
En do menor.
Abre la puerta, niña.
Y Triana.

Y mi vida en la tercera orilla.

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sábado, 8 de agosto de 2015

De Mayo (A. Koestler)

"Ahora bien, todo progreso técnico crea nuevas complicaciones en la máquina económica, hace aparecer nuevos factores y nuevos procedimientos, que las masas tardan cierto tiempo en penetrar. Cada paso adelante del progreso técnico deja el desenvolvimiento intelectual relativo de las masas un paso atrás, y causa por tanto descenso en el termómetro de la madurez política. Son precisas algunas veces decenas de años, hasta generaciones, para que el nivel de comprensión de un pueblo se adapte gradualmente al nuevo estado de las cosas, hasta que este pueblo haya recobrado la misma capacidad de gobierno de sí mismo que poseía ya en una etapa inferior de su civilización. De aquí que la madurez política de las masas, nunca se podría medir por una cifra absoluta, sino solamente de manera relativa, es decir, proporcionalmente al nivel de la civilización en un momento dado." (Arthur Koestler. "El cero y el infinito". 1947.).
Era Mayo cuando me sorprendió. Me sorprendió hallar lo que pensaba en un libro que siempre había dejado de lado de los de la biblioteca de mi padre. Por más que lo empezaba, lo arrumbaba.
Somos tan ignorantes de nuestra propia estirpe...


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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.