miércoles, 31 de agosto de 2022

Cruce de verdes

 



Nuevo hombre en la cruz

 

Verte en verde puro quisiera

ausente de tus férreas estampidas,

lenta en un segundo presiento

tiempo al sol de ese tulipán equivalente

que me llama, me pregunta, me requiere:

¿Por qué?, ¿por qué no bebes?

Y tus manos amasando espinas.

Como ya no se te clavan…

 

Al verde quiero sostenerte:

Flamearás sucediendo en el vacío

hasta que el celo mudo

de tu viento, si es que mientes,

se haga hueco en la cruz de tu pecho.

Y entonces se abrirá el cuero herrumbroso.

Y el manantial borboteará

de las cuatro paredes de tus brazos.

Y el sol del aullido iluminará

las doradas clavijas como si fueran

brotes verdes: verte

como si no te hubieras zanjado.

El campo de cuerdas de hierro

tronará en rasgueo salvaje

de tu boca que reirá llagando

el aire que hoy permanece ileso…

Como muro, como vano

a la muerte en la que tañes

preso de esa cruz en la que te clavas,

que ya no sé, yo no sé, no sé

con qué manos apuntalas

esos clavos a tus palmas.

 

Hombre de cuatro brazos,

mutante de esta tierra morada

por la espada de tu arado

que me llama, me demanda, me pregunta

de qué te sirve ya ese par de alas.


(De "Nueva Biología")

domingo, 7 de agosto de 2022

Caudales

 


El cauce

 

Soy el cauce,

que todo lo recoge

y de todo se vacía,

tal como me desbordan las sobras

del barro, me desocupa la carencia del estío,

me minimiza la plenitud de las adelfas secas

y me enormiza la pletórica

concurrencia de las escorrentías,

siempre llenas del abuso.

Son las huestes del hambre

del devenir del misterio de existir

siendo tan solo cauce

al albur de tantas voluntades

celestes o terrenas,

fríos colmos o cálidas renuncias

contra mi termal fuente salubre

desde mi sino de ser

no más que cauce

abierto a las piedras y a la reja abierta

que se eleva, y yo, desbordado

de pleno o de vacío, tan solo

eternamente anhelante

de un lugar en el mundo.

Mis orillas ambas

a dos señalan bailando,

pero yo, yo, no soy más que yo

sin movimiento por mí mismo.

Inerte, consumo mi propio lecho

sin sitio siquiera donde descansar,

socavo hasta mi sino de cauce:

no más que yo soy,

por donde todo pasa

y nada queda.

lunes, 11 de julio de 2022

La cocina del silencio

 


Cocino para no (d)escribir

 

el desastre, ingenuo desastre

que ensordece la melodía leve,

cada posada de la brizna de luz

atravesada por el follaje

que toma cogiendo el sueño

del invierno y el descanso

con su caída sobre la tierra

de este mundo...

Mis días de poeta han pasado

tal como los amarillos vuelven a su lugar,

el origen tamizado por el también paso

del tiempo cuando sucumbe

bajo los zarpazos del viento invernal

y su azogue.

Todo acalla, todo luce silencio

de colores, el armisticio

del sincrético blanco

del frío que me inquietaba.

 

Donde me halle,

sobre la colina reseca

o bajo las umbrías hondonadas

del barranco,

sobre el puente o caminando

o atravesada sobre los matorrales

cabizbajos de la trocha,

bebiendo viento o asolando

calmas inanes de cada raíz

de invierno, de cada esfuerzo

refulgente de la tierra

manteniendo el manto en equilibrio,

arropando la luz en la dureza de sus huesos

o ablandando el lecho

donde toda la esperanza duerme

plácidamente con el amor

por los más débiles

como bandera de árboles

ya alimentados por la cocina

del silencio.

jueves, 23 de junio de 2022

domingo, 19 de junio de 2022

Un poema de "La exploradora" y otras viandas

 


Mis labores

 

Escribo para no cocinar

el desastre intentar

restablecer el crudo

equilibrio.

 

Pues sí veremos sendas.

Ando de rota en roto

en el tejido seco

de la mata

de tu paso.

No quiero estar llena

de amor más

que para ti:

 

Te sostengo débil

y estudioso en tu carta

de agobiantes endorfinas

de vehementes dosis

de equilibrio que intentas

por donde te veo venir

como un puño de estrellas

que iluminan la estancia

lúbrica y eterna

del ciprés en la orilla

del plano verde

a una villa cansada

llega

y no hay suelo

o seto de brezos

aquí en el sur

afilan sus hojas

hasta los verdes rizomas del aire.

El cielo tembló

y la nube se deshizo

en lágrimas y contradicciones,

o poesía.

 

por alimentarlo.


(Del libro "La exploradora". Ediciones en Huida, 2022.)



AQUÍ puede adquirirse, o encargándolo en cualquier librería (distribuidora Malayerba) 



 
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