viernes, 12 de diciembre de 2014

Los justos

Los justos

Just a man

solo soy un hombre
o dos solamente
en el arcén funambuleo
sobre el cable mojado,
ése que gotea insaciable
ávido de tu frente
cuando golpea la herida
el pájaro festivo. Me divierto
feliz con único el sol,
la lluvia y el aire galopando
entre mis plumas
y tú, tan solo
y tan uno
tan sólo soy.

Just a woman

estoy ahora
tensa y sitia
bajo el soto
denso sin edad,
estatua de escayola
hueca en tu Era,
mi compañera.
Voy a cortarme
las venas
para darte la vida.

jueves, 11 de diciembre de 2014

PODEMOS liberarnos del miedo

Mi principal, y única, crítica a Podemos durante todos estos meses ha sido "mi miedo", es decir, partía de mi miedo a no verlos/presentirlos capacitados para enfrentarse al maremágnum que supone, en un principio, el ejercicio de un gobierno, y en segundo lugar, dado el estado de este ESTADO, al otro mar tan proceloso y poco fiable de la situación política, económica y social españolas.

Anoche, en un simple ejercicio de introspección política se me encendió la bombilla. Mi conciencia político social se constituyó de los 13 a los 17 años, en plena Transición. En esa etapa de mi vida me siento formando parte de aquellos constructores de un sistema que ilusionó a los españoles durante muchos años. Por muy "niña" que fuera, mi conciencia daba de sobras para percibir no solo lo que sucedía, sino lo que yo, como alumna (aprehendedora de la Historia), como manifestante, como asambleísta, como pensadora y activista, en definitiva, construía dentro de mí al hilo de los movimientos en la sociedad española de entonces. Fue cuando me observé y definí como anarquista de conciencia pero profundamente creyente en la ley y en el ejercicio democrático del voto, en el ejercicio de la expresión de la voluntad del individuo, de cada ciudadano.

Anoche, como digo, relacioné ambas situaciones, la de mi conciencia política con la de mi miedo (única causa de mi desconfianza hacia Podemos hasta ahora), y entonces concluí que si de verdad tanto creo en el voto, tal como he demostrado toda mi vida de electora, ¿no es quizás mi responsabilidad capacitar a ese Podemos (con el que comulgo en todas y cada una de las ideas que van lanzando independientemente de que puedan considerarse "ilusas") con mi mismo voto?

¿Dónde se haya el verdadero poder, la capacitación de una opción política, sino en ese mismo que le otorga cada ciudadano con su voto?

Esto lo aprendí de muy jovencita. Sigo creyendo en lo mismo. Lo consecuente es lo que haré con mi voto el día que por fin, no he visto una legislatura que me haya resultado más interminable que esta, se convoquen elecciones: depositarlo con la papeleta que esta opción ponga a mi disposición en la mesa.

Ya no tengo miedo. Dependía solo de mí.

(Contemplar el intento de acoso y derribo con la más basta de las demagogias pertrechadas que los "prohombres" de lo que yo consideraba el ala progresista de esta sociedad están realizando contra esta formación política, me ha retrotraído a esos tiempos anteriores a la transición española, esos en los que se condenaba a todo aquel que proponía o luchaba por un intento de democratización de este país. Vergüenza ajena y hasta arcadas me están provocando tanto ejercicio de superchería y arcaísmo, los mismos que utilizaban los fascismos allá por los años treinta del siglo XX para lograr imponer su voluntad, y que algunos consiguieron. No es el fascismo más que la transposición a tiempos "actuales" de estructuras y modelos basados en el Antiguo régimen. De ahí la imposibilidad de considerarlo como ideología. De ahí las subsiguientes hecatombes sociopolíticas que conllevaron. Pero la sociedad de aquellos tiempos, muy débil democráticamente, constituía el mejor caldo de cultivo para ellos, una sociedad burguesa o aburguesada cuyo subconsciente colectivo se anclaba en los miedos. Hoy no vivimos aquellos tiempos, pero al parecer algunos consideran que sí. Así que, como mínimo, y como individuos (solo el individuo puede realizar el ejercicio de voluntad, nunca la masa), hay que liberarse de esos condicionantes. Yo peleé cuando tan solo era una adolescente para que ellos, los miedos, jamás volvieran a esta sociedad, a este país.)

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Con nombre de futuro

Me salió una verboluz el otro día...

AQUÍ en grande en Meridiana claridad


Con nombre de futuro

Aún no el hueco hecho,
aún no tan distante,
pero sí ya el suficiente espacio
como para poder retratar
el vano de la calle y lo que no es
la calle y un pasado y lo que no es
pasado y un reflejo y lo que no es
reflejo ni dislate,
un helecho en el que se abre
mi cuerpo en verde que es
entrega una poeta que es
sin cubrir una mujer que es
sin piernas por tanto
tiempo tan poco tiempo
tardan en crecerme:
las esporas que aventé
siembran la placa
de una carne con hueco
para el presente un futuro
sin plagiar tal
como merece su nombre
de adobe.

martes, 9 de diciembre de 2014

Un ramo de lilas que me ha regalado Manny

Habituados a casi solo dar en la vida con personas que, tal como coloquialmente nombramos, solo nos complican la existencia, cuando la "facilidad" considera el momento oportuno de regalarnos con su presencia en nuestro tiempo, nos emocionamos hasta límites insospechados. Hay que estar preparados para cualquier tipo de suceso que nos acontezca, pero sobre todo para reconocer que la felicidad que podemos sentir en determinados momentos, viene provocada por la aparición de seres humanos muy concretos en nuestra existencia. Algo así me sucedió al conocer a Manny, el poeta miamense Manuel A. López. Algo así me sucedió cuando un buen día y sin esperarlo apareció por Sevilla, algo así me sucedió cuando ayer me obsequió con este homenaje en su casa internaútica.
Él no lo sabe, pero las lilas, esas florescencias del mismo nombre que mi color predilecto, esas diminutos botoncitos abiertos en pétalos de color lila de los que provienen el perfume que durante décadas ha sido el que me ha identificado, son mis flores preferidas. Muchas gracias, querido Manny, por ese ramo de alegrías que tu persona me ha regalado.

(Leer, y ver, AQUÍ)

lunes, 8 de diciembre de 2014

Inmaculada

Inmaculada

A mi madre, que se llamaba Dolores.

Blancas máculas
desprende el azulado
corazón del fuego
que me abrasa el ombligo
nevado de tanta abertura,
tanta dulzura que transita
por el callejón del amargo
dolor al abrirse el día
y la noche a la intemperie
de ya no, ya no encontrar
mi cordón umbilical.

ardió agujereándome
hasta la columna.

cómo me sostendré
ahora sino sobre la luna
de valencia estrellada,
cómo me llamaré
ahora sino inmaculada.
 
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