La copa de la vitrina
Qué será de mí el día,
el momento en que me cubra
con telas y arañas
de hilo mudo pero mío,
qué será de mí
si te sorteo como si nula
piedra fueses en el camino,
como si terco y ancho
muro te levantaras
ante mis venas extendidas,
qué sería de mí, amor de yeso,
si no te reconociera
como estatua, blanca efigie,
fantasma, trasunto del hombre
en el que creo, su fe, su hábito,
su monje clandestino, mi fe también,
mi ningún pañuelo, mi canto efímero
tan tozudo, tan del tiempo,
tan arena, tan del viento,
qué sería de mí, qué
será sino lo que soy,
brillante grano de sílice
tan verdaderamente minúsculo…
cómo no vanagloriarme
de esta copa cristalina
que no sostengo en mi mano,
obra tuya tan reciente,
tan transparente, tan frágil,
tan milagro, tan de todos.
Tan vacía.
martes, 12 de agosto de 2014
lunes, 11 de agosto de 2014
Surrender
Surrender
Me comuniqué y atravesé
las medias noches del olvido de sí
o bien de mí permaneciendo
derrengada junto a las sobras del mundo.
Me recorrí aventando los solares
que quedaron quietos
como atemperadas sombras
solazando las desiertos.
Yo me participé y transgredí
la filamentosa náusea adherida
a las entretejidas togas de la memoria.
Mas eres tú y son mis ojos
y yo te diré y será
lo que tú digas.
ESO y un no siendo
fue ser poeta.
ESTO es ser
revolucionario.
La única revolución pendiente
es la del individuo sobre sí.
Y la única con final feliz
para el mundo.
Me comuniqué y atravesé
las medias noches del olvido de sí
o bien de mí permaneciendo
derrengada junto a las sobras del mundo.
Me recorrí aventando los solares
que quedaron quietos
como atemperadas sombras
solazando las desiertos.
Yo me participé y transgredí
la filamentosa náusea adherida
a las entretejidas togas de la memoria.
Mas eres tú y son mis ojos
y yo te diré y será
lo que tú digas.
ESO y un no siendo
fue ser poeta.
ESTO es ser
revolucionario.
Las perseidas noches
Las perseidas noches
el calor avariento duerme hombres
y adoquines, se rebela abreviando
el ritmo vital consanguíneo
y correspondiente de clara luz,
la opacidad sucede al orto,
como si el sol se hubiera consumido
y cayera el telón del escenario
sobre la esperanza.
Queda algo por hacer y no soy yo.
Descansan tranquilos
el poder del usufructo y
la menoscaba en las huertas.
La tartamudez de este verano
convive con la grave sombra
lenta y gruesa, como si el orbe
se hubiera inflado y contenido
en cláusulas de gomaespuma.
Duermen los lechos hinchados de noche
hueca, evacuan sus tripas de muelles,
vomitan el calor de látex
que suelda pieles a las aguas
saladas de las sábanas.
Se desalienta el aire inútil
de un mundo que se ha estropeado
y hemos dejado en la acera
del dominio. A salvo las barrigas
se desplazan como globos oculares
torpes y grávidos recorriendo
el curso de las descarriadas
calles, plazas y playas.
Nulos transeúntes,
oscuridad en el misterio,
negación de dioses.
No se hace el día.
que ni dormir me consienten.
el calor avariento duerme hombres
y adoquines, se rebela abreviando
el ritmo vital consanguíneo
y correspondiente de clara luz,
la opacidad sucede al orto,
como si el sol se hubiera consumido
y cayera el telón del escenario
sobre la esperanza.
Queda algo por hacer y no soy yo.
Descansan tranquilos
el poder del usufructo y
la menoscaba en las huertas.
La tartamudez de este verano
convive con la grave sombra
lenta y gruesa, como si el orbe
se hubiera inflado y contenido
en cláusulas de gomaespuma.
Duermen los lechos hinchados de noche
hueca, evacuan sus tripas de muelles,
vomitan el calor de látex
que suelda pieles a las aguas
saladas de las sábanas.
Se desalienta el aire inútil
de un mundo que se ha estropeado
y hemos dejado en la acera
del dominio. A salvo las barrigas
se desplazan como globos oculares
torpes y grávidos recorriendo
el curso de las descarriadas
calles, plazas y playas.
Nulos transeúntes,
oscuridad en el misterio,
negación de dioses.
No se hace el día.
lunes, 4 de agosto de 2014
Abisal
Abisal
Si creciera, vería
una boca enjaulada.
Quizá por eso
no quiero mirar por encima
del hombro, o no sé,
me resulta ajeno, no tuyo,
desentrañablemente
oblicuo, propio de los dioses
malignos, yo y mi versión
de ti, qué ingenuos páramos
tan llanos.
¡Y tan libres!
Si creciera, vería
una boca enjaulada.
Quizá por eso
no quiero mirar por encima
del hombro, o no sé,
me resulta ajeno, no tuyo,
desentrañablemente
oblicuo, propio de los dioses
malignos, yo y mi versión
de ti, qué ingenuos páramos
tan llanos.
¡Y tan libres!
jueves, 31 de julio de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
viernes, 25 de julio de 2014
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