jueves, 15 de noviembre de 2012

Por condensación de agropecuarias

Por condensación de... agropecuarias

Paradójicamente, la tesis de Valery (el velo entre el espectador y el autor) ha propiciado el vicio por el personalismo autorial en el arte del siglo XX, es decir, la exacerbada relación obra/autor que el espectador plantea ante el apercibimiento de la primera. Con todo lo que ella ha conllevado: la firma es lo que ha valido.

El sistema espectador-obra -autor tiene que gozar de un equilibrio perfecto.

La tesis del velo podía ser válida para un siglo XIX, o como cima a la que se llega desde que el Renacimiento apostó por la independencia del artista desde el gremio. El problema llega con la multiplicación del medio informativo en el siglo XX. Hoy en día, comenzando el XXI asistimos a la posibilidad del acercamiento excesivo entre el autor y el espectador, proceso que también contribuye al perjuicio del estatus de la obra de arte.

Por ahora es el artista, el de verdad consciente de su quehacer, el que debe (o debería) comprometerse a mantener ese difícil equilibrio “distante en tri-sistema”, pero con la educación debe llegar el momento en que el espectador deba también saber hacerlo.

No sé por dónde tirar, se acumulan demasiadas perdices aleteando alrededor de mi frente. Quebraré este círculo, romperé las jarcias de mis velontades.

Es la obra la que debe decir y decidir. Es la única protagonista. Es el signo, el establecimiento vivo, como aquellas tiendas de barrio, del proceso de comunicación del arte.
Ambos, y como ambos, olvidamos, el artista en su exceso de vanidad y el espectador en su gusto por el morbo fallido de encuentro con el dios-artista, que lo importante del Arte es la obra.

Cada obra es hija de su tiempo y de su velo.

Noctibus, un poemario de Carmen Karin Aldrey

Durante las últimas semanas he estado trabajando en la preparación de este libro que acaba de salir, un hermoso poemario escrito por la poeta Carmen Karin Aldrey. He tenido el privilegio de su confianza para maquetarlo, así como la de poder vestirlo para salir al exterior.
Sólo sé hacer las cosas de una forma, torpemente por mi parte. Primero empaparme; después, que eso de lo que me he empapado, me llene. Entonces, si sucede,  ya llega el torrente de mi implicación, que la mayor parte de las veces tengo que frenar con infinito coste por mi parte, también es cierto, tiendo a inundar sin darme cuenta.
Pero esta vez he trabajado tan a gusto que solo puedo agradecerle a Karin la confianza que depositó en mí.
Igualmente a Belkis Cuza Malé, la directora de la editorial que lo auspicia, que una vez más me ha dado libertad completa de acción. No me cansaré de agradecerle su generosa disposición para con esta sevillana recién conocida apenas.

En definitiva, tengo que creer para poder hacer.
Y en este poemario, de Carmen Karin Aldrey, publicado por Linden Lane Press, creo.



miércoles, 14 de noviembre de 2012

La novia cadáver

La novia cadáver

No, creo que no hubo
amniocentesis.

algunos hombres y mujeres
cocean, vocean aullidos
de sus trancas y pezuñas
castañas.

Caminar, tanto caminé
sobre las ortigas
como terminan los pies
en dedos de costumbre
en la yerba
y sus flecos punzantes.
Consumisteis un porvenir
de solaz indiscreto,
oculto lo más bello
ahora como siempre
trabajan los dioses.
Y yo lloro,
lloro.

ese habitante cuadrado
habla verdes por tu nuca.

Si más deseo
avarientos jamelgos
y otros cuadrúpedos
Himalayas
como techos andróginos
donde todo es posible
en el vaso boca abajo
y la salud requerida
por tu lengua escalando
el cuello de los olvidos, timbres
del arco trilobulado que abre
son, sentido y mecha
hasta la escafandra.

he pretendido adioses
cuando sólo he casado          con mis muertos
estas manos y tu boca
qué soy sino
tan sólo
una
sola.

Sofía Serra (De La dosis y la desmedida)

Eco-(no)-mi-poesía en “Signos cantores”

Eco-(no)-mi-poesía en “Signos cantores”

—  Por algunos que quiero entregar, me regalan dos naranjos florecidos en pleno Otoño.
— Por otro con el que obsequio me dan tres libros tres que no podría permitirme comprarlos, buenísimos en contenido y de los caros-caros también.
— Por el último, un cartón de ducados, tres latas de atún blanco en aceite de oliva, tres de mejillones en escabeche (de los grandes 4/6 por envase), un lomito ibérico, un conejo de campo y dos juegos de sábanas de invierno.

Para que luego se diga que escribir poesía no es rentable. Si un poeta no se hace rico es tan solo porque no  quiere.

Mi foto de la huelga

Una huelga no expresa ni mi malestar ni mi indignación como ciudadana. Comprendo que en eso que llaman el tejido productivo de un país la paralización de la actividad normal sea un forma de hacer evidente un descontento, pero como nunca se puede estar seguro de que todos lo hagan por convencimiento, es decir, por conocimiento y luego el camino de la asunción y de ahí a la práctica de lo que considere oportuno, pues no me vale. El derecho a la huelga, un derecho reconocido legalmente en este país, adolece de lo mismo que tantas otras cuestiones: no ha evolucionado conforme a las realidades sociales. Debe emanar de la misma sociedad un mecanismo que le permita ejercer, expresar su malestar, un mecanismo que nos ampare a todos, en el que cualquiera pueda sentirse representado o expresado.
No me vale una huelga laboral para protestar contra las leyes de un gobierno que no sólo afectan a los trabajadores. No me vale.
Algo se escapa y mi sensación es de que lo que se escapa y se nos va de los manos es justo lo importante.

Un libro que por sus característcas ronda normalmente el precio de 50/60 euros fue comprado ayer por el de 30. Es su precio habitual. ¿Por qué? No estoy segura, quizás por la que la legislación sobre el particular cambia constantemente, o quizás tan sólo para acordar con el normal nivel adquisitivo del representante al que alude. Un trabajador se supone que no es nadie de la clase media alta. Eso se supone.
En todo caso, todos tenemos acceso a él. Probablemente si todos los que hoy van a la huelga accediesen a su contenido, otro gallo cantaría en España.





 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.