no fingir
fingir
al atravesar el ágata
deshilacha de tus dedos
un vaivén
pero los lugares solos
sellan sin labios
y yo y tú somos boca
sin sitio
más que el uno
que una u otra
lengua hace.
amén sobre la discreta tuya
y ciertas sombras azules
se anclan como anzuelos
descosidos del pez que los vio brillar.
la mía es línea
viviente de un tránsito
confuso entre el horizonte
y la linde del mar apenas
fingido el contraluz
me deprecio sólo y sola
obtengo tu medida
universal y franca:
El mar y el aullido
de un mundo incompleto.
un mundo sin ti.
viernes, 5 de diciembre de 2014
jueves, 4 de diciembre de 2014
Un poema de "Los parasoles de Afrodita"
AQUÍ |
Doméstica poesía
Las telarañas neuronales hacen más por el olvido
que cualquier viento huracanado.
La aspiradora de mis sienes
absorben el polvo: más agua y luz,
brota el verde.
Paz del suelo por el que camino
quebrando el aire
ando quebrando
como ente relativo
entre las formas y las alquimias.
Esta ristra de ajos colgada
del amanecer del cuero
con veinte años vivo
sin dudas vertió sobre el papel
herida, cuchilla y sueño,
el más común abandono humano
a toda bestia,
a toda máquina más el viento en popa
a todo trapo.
Los románticos ingleses me lo advirtieron:
procura y arrima poesía.
De aquel baile a este cansancio
adquiero carta de mareantes.
Pies ahítos de yerbas
pies lúcidos de cristales,
pies ya descalzos prestos
a transformarse en pies alados.
(De "Los parasoles de Afrodita". Baile del Sol, 2013.)
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Estrella de seis puntas
Estrella de seis puntas
(para un árbol de navidad)
Nos queremos más allá
de lo que somos
parte el alivio, la ternura
el consuelo, la naturaleza de estar
vivos más allá de lo que lo estemos,
la sapiencia del deseo
de no pertenecernos
porque ya nos poseemos
desde cada uno y su cuenta
atrás en este camino
de barro y piedra que es la vida
y su milagro, y nuestro milagro,
un amor esencial
que se reparte por sí mismo.
Un amor doble multiplicado
por nuestras dobles
extremidades, los cuatro
punto cardinales que oferenta
la rosa de los vientos
que no necesita veleta
que señale nuestro sino
ya tuyo y mío.
Somos dos más
para marcar
los rumbos de la ubérrima derrota:
una tierna estrella de seis puntas
con lo que de su cumbre nos proceda.
(para un árbol de navidad)
Nos queremos más allá
de lo que somos
parte el alivio, la ternura
el consuelo, la naturaleza de estar
vivos más allá de lo que lo estemos,
la sapiencia del deseo
de no pertenecernos
porque ya nos poseemos
desde cada uno y su cuenta
atrás en este camino
de barro y piedra que es la vida
y su milagro, y nuestro milagro,
un amor esencial
que se reparte por sí mismo.
Un amor doble multiplicado
por nuestras dobles
extremidades, los cuatro
punto cardinales que oferenta
la rosa de los vientos
que no necesita veleta
que señale nuestro sino
ya tuyo y mío.
Somos dos más
para marcar
los rumbos de la ubérrima derrota:
una tierna estrella de seis puntas
con lo que de su cumbre nos proceda.
martes, 2 de diciembre de 2014
Suroeste En Huida
Suroeste En huida de mí, afortunadamente. Suroeste en un paso que lo acerca más a su razón de ser desde que lo concebí, como cualquier poemario que escriba. Suroeste más cercano a su mundo, el de los lectores.
Ayer mi corazón se dividía en dos, mi mente en cuatro: el júbilo por la noticia que recibí o la angustia por ciertos devenires domésticos. No sabía la sensible pero resistente víscera a qué atender. Aún así cumplió con su cometido. Sus neuronas (el corazón también las posee) se encaminaron a ejercer , así, divididas en dos columnas, el mando sobre las que conforman el cerebro. Ambas supieron organizar al ejército de trabajadoras, que en perfecta trabazón, lograron concluir el día manteniendo ambas emociones en su justo lugar. Las dos se dieron la mano por la noche y el cuerpo que la sustenta pudo descansar.
Tras una noche reparadora, la que tiene boca, que al parecer es esta emoción esperanzadora, no obstante observa cómo el nuevo día se despierta, despereza y levanta, puede hablar. Siempre la voz emerge de un agua clara, limpia, desprendida de las impurezas del cansancio.
Esta compañera vuestra llamada Sofía, a la que cualquier día de su vida le dio por contaminar el espacio que habitamos con la necesidad de hacer público todo aquello que de ella sale de una forma artística, puede así (contando con esos ejércitos de sus vísceras) comunicaros que en poco tiempo, principios del año 2015, saldrá a través de la editorial sevillana Ediciones En huida el poemario que de las mismas exactas vísceras nació escrito bajo el nombre de "Suroeste" durante el año 2012. De esos pocos que una consigue titular desde su primer verso.
Me resulta muy agradable poder comunicarlo, aunque las dos vísceras se hallan en este momento una exactamente en mi boca, y la otra tirando de ella, sujetándola para que no salga por esa abertura dentada y labiada de mi rostro. Así que debe ser que neuronas también habitan estos dedos. No me da miedo la responsabilidad. Sí, la escena. Afortunadamente el proceso ha sido tan agradable, amable y con tanto mimo elaborado que confío en que mis piernas no trastabillen ya esta vez cuando dé el paso para lanzar al aire a ese bonito, por ahora solo para mí, suroeste que me habita... O en el que habito.
Muchas gracias, amig@s.
lunes, 1 de diciembre de 2014
El juego de la esperanza
El juego de la esperanza
podemos derrocharnos en la luz
o saltarnos aritméticas, todo
menos soy una esclava de mí.
hay cartas sólo
flores
con las que
jugamos
cuando somos
ellas,
siempre son nuestras
apostantes,
¿has visto cómo
ríe
la rosaleda
al besarla
tus ojos
abriendo
la mañana?
en cada
balcón del aire
depositamos
seria
esperanza de
no caer.
pero siempre
caemos:
sépalo
dormida
y blanda la
sierpe en flor
y ronca de
tanto
despertar
soledades
todo remolcando,
y todo lima,
y todo muge,
todo embarca
la llaga,
todo ablanda
el estuario
siempre
iluso
todo taladra
la cabecera de
tus ojos
al centro de
mi espalda
vaga
transita por mis hombros,
préstamos
del aire,
véngate
dentro
y arrastra conjeturas
sobre el
tapete verde.
Eso pasa,
dios, ¡cuánto pasa!
Pero no la
esperanza.
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