lunes, 31 de octubre de 2016
Son de guerra
La fuerza
Hay personas que caen
por su propio peso la caída
posee símil de abismo
donde figura la verdad
—gobernamos con juncos
mientras ella se bate en retirada—.
No depende del fulgor
de las espadas, se alimenta
de su pureza, de su sacralidad.
Seamos honestos:
las puntas se hunden
los hincos en el cuerpo
sagrado de la tierra,
la compañía, su compañía,
el sol, la luz, la noche,
las estrellas, la tormenta,
el granizo, la yerba seca
desmentida por la lluvia
del otoño, los orines
de los perros, los túneles
aventajados por las bocas
de las lombrices y sus anos,
toda
su enorme compañía
se alza en lanzas
enhiestas son
de guerra defensa
haced de lo que en silencio
os pida
la huella sobre la rosa
y dura tierra del verano.
(De "Extinción de ruina")
viernes, 14 de octubre de 2016
Por fin me escuchó (Poema y fotos)
;)
Oración excretora
Señor, estoy deseando dejar
este mundo, no a mis seres
queridos, no, ni a los árboles
ni al cielo, con nubes o despejado,
ni siquiera al invierno tan cruel
para mis manos, tampoco
deseo perder de vista a las flores
ni a mis perras, ni siquiera
a la mala película de televisión,
o, menos aún, al libro que tengo
sobre la mesa. Pero, sinceramente,
Señor, sí tengo mucha necesidad
de dejar este mundo ya
en las manos de quien lo posea.
No deseo pelear más
por lo que en realidad no es mío,
allá cada cual con su propiedad,
el piso, el negocio, la empresa,
el automóvil, los hijos salidos
de madre, de cauce, quiero
decir, la ironía —las flores
ya te he dicho que no, ellas
no se visten de sarcasmo
ni otras negaciones—, el prestigio,
las ventas, los noes, los imposibles,
las incapacidades en suma
el desconcierto palpable
de tanto mono bajado
de los árboles.
Te los nombré casi en primer lugar,
ellos son la clave de este infortunado
azar que en vez de mona
me ha hecho mujer, hembra
de una especie que no sabe callar
ni trepar por el cuerpo
de su semejante. Rasca, rasca,
quítote las pulgas o las liendres,
te hago mimos con mis labios
de homínida asilvestrada, hecha
cuero de un municipio, de una
civilización que hace aguas
duras o blandas y no,
no sabe llevar pañales.
Señor, llévame contigo
a las nubes redondas y verdes
de mi selva o a las dunas
cuadradas del desierto,
al hielo de los polares mares
o al fuego de las chimeneas
de los volcanes, al pasado,
al futuro o a mi presente,
pero no me dejes más en manos
de su tiempo, que no es mío,
que no, que yo aún sé trepar
por el pecho de mi amado,
que yo aún sí sé despiojarlo
desnuda a la luz del sol,
pedirle que me lo haga
y no avergonzarme
de mis pelos enredados
entre las ramas y las hojas
o caídos sobre el suelo
de allá abajo que ellos pisan
y construyen para no caerse
al abismo.
Y yo sólo me fijo, sólo me fijo,
y no quiero imitar lo que hacen.
Y si no, si no me llevas,
cúrame estos lacrimales
si es que quieres
que pueda seguir mirando.
Si es que quieres
lo que pasa
sobre un tiempo
que no es mío.
Ni Tuyo.
jueves, 29 de septiembre de 2016
Panorámica de una panóptica
Panóptica
Escribes tanto víveme,
cércame, móntame
ilusiones cerebrales,
anteojeras concubinas
a-la ojeadora
que me usurpa, se sienta
a horcajadas sobre mis hombros,
y calma y amortigua
otros vaivenes, otros dioses
en versículos para mi oído
izquierdo su estribillo.
Y allá llego sin más señal
que la bisectriz de mis ojos,
que sólo aúllan al frente.
Panóptica presbítica
de juzgado
de guardia
contra mí.
Después he tenido
que hallar otra vez
el sitio otra vez
el mito otra vez
el tú.
(De "El muriente")
domingo, 25 de septiembre de 2016
Rabí-Osa
Rabí-Osa
A la Administración de Justicia española y a los corruptos que le dan de mamar.
Y llevaré el infierno sobre ti
y cada uno de tus lazos,
de tus vínculos, de tus cadenas de montaje.
Arrasaré con fuego tus testículos,
tu piel cetrina borboteará espuma roja,
la mentira anidará en tu pecho
y de él brotará el puño
de gusanos negros
que beberán de tu sangre excretal,
se torcerán tus extremidades,
tornarán lo imposible cuando intentes
caminar o abrazar,
tus rodillas hacia atrás,
tus codos hacia dentro
se clavarán en tu propio tórax
horadándote los pulmones,
así cuando inspires por tu boca abierta,
a tu tráquea llegarán
tus propios huesos y tu alarido de dolor
cegará tus ojos, mirarás sin ver más
que tu propia sangre inundando tus pupilas
que llorarán la hiel que hervirá sobre tu rostro
ya sin labios, ya sin nariz, ya solo dientes
mintiendo que ríen,
porque este espejo, este infierno
que yo te pongo delante
sufrirás sin vista, sin oído,
sin falanges, sin piel cetrina
que te proteja, sin argumento
vital para sobrevivir
sobre tu propio esqueleto
de huesos de alambre.
Ya percha, ya objeto útil,
ya objeto recuerdo,
ya solo recuerdo del infierno
que echaste sobre mí.
viernes, 23 de septiembre de 2016
A una letra manuscrita (y a un regalo)
A una letra manuscrita
tras leer la garganta
se hace un nudo
entre los trazos y la certeza
de tu posicionamiento
sobre los renglones.
El papel practica ausencias
que me llaman a convidarte
al misterio de la vida,
la letra o la tuya confunden al autómata
impasible yo me asumo y sumo
tu porte de generoso ente plenario
de dádivas que otorgas,
aunque se te pida.
Una caligrafía
que es un mundo
que eres tú.
(De "Solenostemon", que siempre significó "solo nos tenemos a nosotros",
querido amigo Juan Carlos Sánchez Sottosanto.)
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