Si no quiero ya descubrir
donde te escondes.
Estaba allí,
En el entresuelo entre
La cerca y el cielo de goma
Hablando con su rabo
Nocturno y balbuceante
Entre los cajones y los paños
Y las pipas de girasol
Y mis ojazos,
Mi hermana, la sibila
De los adioses, la vespertina
Visitante, la suministradora,
La compañera,
La leal habitante:
La rata
Y su cola y su madriguera
De vetustas y pavesas cáscaras,
La habladora,
La angio
Esperma
Retirada
Del mundanal oficio
Del ser, la ontológica
Corporación. Junio y rosas.
Las adelfas no duermen
Nunca en los laureles.
Tweet |
Ordenas, podas, riegas las palabras como las macetas de tu patio sevillano. Para quedarse a vivir en él.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Un abrazo siempre, querido Amando.
Eliminar