jueves, 21 de febrero de 2013

regala amando

Ha sido un libro completamente emancipado e independiente, ha vivido su vida una vez que salió de las manos amorosas de su padre hasta llegar a las mías, ¡casi un mes ha tardado el trotamundos! Se conoce la península mejor que yo misma. Pero al fin llegó, y con él la poesía de Amando, de Amando Carabias. Y su dedicatoria tan personal, que para mí no es cualquier cosa: "[...] más allá del modo de decir, más en lo profundo, la poesía es emoción y es sinceridad".
Muchas gracias por tan plenos regalos, Amando.




miércoles, 20 de febrero de 2013

El desierto y el nogal

El desierto y el nogal

Soy la que fui más nunca
ese segundo tras tuyo
que corría a la milésima
parte de tu velocidad
científica y lenta de cariño
comprendido entre tu sonrisa
y mi aliño de mujer
envejecida tras tu velo azul
de resplandor sobrio
y tamiz que perdura
bajo las horas a deshora
de la noche bajuna,
esa también ciencia
infusa que me somete
fielmente una al sentido
de tu apego, tu gozo, tu alegría
sobre la costra dura
de la nomenclatura. Como
yo no te nombro, ya no mueres,
árbol mío de frutos duros
y varillas de especia
jubilosas, sombreas
estás áridas dunas
del deseo
del amor
verdadero.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

lunes, 18 de febrero de 2013

A Molino Mollera

En el principio fueron los árboles.
Siempre los árboles y sus semillas tiernas o duras, sus hojas rugosas o suaves, sus troncos nudosos y encorvados o enhiestos como príncipes en armas al sol de un mediodía cualquiera, en el principio fueron los árboles, grises o verdes, desnudos en sus soledad de fantasmas cuasi blancos o cobijando la tierra roja con sus alas verdes, siempre almario, siempre armario los árboles, siempre abrigo de mis ojos o mis hombros, siempre los árboles, bajo ellos me dio
la vida me dio mi vida.

Después sólo hice volver a recrear el paisaje, sembré árboles, aré la tierra, verdeé y perfumé con madreselvas, fotografié fuentes, pensé en el agua, soñé en el agua, soñé con el agua, todo era agua, siempre fue agua todo, el río, los doce caños, los pozos, el mar de los cabezos, el agua de la fuente, el agua del riego del huerto, las lechugas como rosas verdes, las rosas de mi abuelo, de mi padre, mis macetas, mi balcón, mi soledad.
Porque nunca se obtiene todo lo que se necesita. Ni todo lo que damos.
Pero bajo los árboles me sentí abrigada…
El domos. Mi domos.

Dibujo a modo de Ex-libris sobre ejemplar de El banquete, de Platón. 1983.


A Molino Mollera

Erízame en tus venas
como el fruto del castaño
se abre brillante al calor
de la blanda tierra roja
colmado de su soledad
geminada.

Los fantasmas grises al frío
de enero salvan
las distancias del blanco
y negro. En mis fotografías te hallé
tierno y fibroso como el dueño
del grácil talle de la amapola
recién nacida.

es que sucedió en fracaso
los tiempos y las sendas amanecieron
tras la loma de la edad primera.
Detrás, tan detrás, sólo el rayo
de sol alcanza a los perales
cuyas ramas una a una
fui apartando como apartando
el tiempo desnivel vivido
sin tú o yo y sin ti.

Porque nos fuimos.
Y nos abandonamos
para no abandonar
mecernos
en el hoy de ayer.
La tierra roja acuna
el presente
de lo que somos
y no fuimos ya.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

domingo, 17 de febrero de 2013

Árboles de febrero

Árboles de febrero

Ya muerto, ya ido, ya pasto.

Nadie conoce
mejor que tú
pero ni tú si-
quiera conoces.
Dormir prefiero
no soñar recuerdo
inútil consume
la idea la ahoga
la mata dejar de
ti
desvanecer el lirio
solo
de febrero.

Cada brote aprisionado,

cada rama entrelazada,
cada gesto del pasado gasta
arenisca que se pisa ella sola
ya silbando el presente sacudiendo
las ramas que se posan sanas
asumiendo
todo el verdor
de la vida disipando
el hedor de lo no devuelto.
Porque no existe
ya seco. Páramo
incendiario
de la edad
de la verdad
del verde nuestro tiempo.
Nuestro goce.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

viernes, 15 de febrero de 2013

El pudiente

El pudiente

Tú no puedes
y yo sí puedo.
Yo no puedo
y tú sí puedes.

Y Él quiere.

Es así de fácil.
Así de sencillo
pudiente el amor.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)
 
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