(Relanzo esta entrada para poder introducirla en twitter, ya que por fin he podido activar los comentarios, ver nota al final)
Con este poema doy por cerrado el poemario con el que he estado los últimos meses, "El hombre cuadrado". Creo que ya ha empezado a germinar "algo otro" que se podría titular "suroeste", en este parece que me ha llegado el título antes. A veces pienso en a ver si de una vez dejo de escribir nuevos poemas y dispongo de tiempo para, además de corregir poemarios, poder hacer algo con ellos, aunque sea imprimirlos por mi cuenta (lo que supone maquetarlos, etc, etc), pero no sé, no sé cuándo llegará ese momento, ni siquiera si llegará.
Día de Reyes y Magas
Artesonado o techo
en el quinto espacio de tu muñeca,
bebe tu pulso la arena del reloj
y se alimenta vago
de la especie de torta china
con la que regalas al mundo
tus miserias de bienhechor
escondido, de gaspar entretenido
en sus labores. Fuiste a saltar
y se abrió el precipicio bajo
su abertura del canal
se suspenden senectudes
del tercio de tu lágrima,
beber y hacer desaparecer
la única marca de tu nombre.
Con la venia y el desecho
te opusieron, feliz dama
de la noche luenga.
El parasol trama juncos
en tus pestañas se balancea
la púa del sol matutino.
Vence la diosa de la luz
llamada aurora de rizos
perpetuos como el hambre
que te sostiene.
vente a mi limbo de entretelas
y llanto dando tumbos,
ven desgranado y salvaje
apático de la tormenta
venga dormido
el verde de tus mejillas
como planta embrionaria
de enebro con agujas y sus luces
por donde el aire del hilo ajeno
encuentra hueco y pasas.
Grande el sol y grande tu boca
lenta y sumisa amante
de mi escafandra blanda.
la camella gime con sus ojos
de hormiga llorando por las nubes,
vándalas acompañantes
del cielo amaneciendo.
se descomprime
el corcho
de esta piel terca.
Y sorda.
Y cuadrada.
Sofía Serra (El hombre cuadrado)
(AQUÍ se puede ver fotografía de la camella que trajo la descompresión del hombre cuadrado, ;))