miércoles, 5 de octubre de 2011

Luna, flamenco y otras perlas












Tango
lección primera,
gratis, golpe y banda fea.
Arguye el doblón sellado
de tu fardo.


un dos tres pie,
un dos tres pie,
un dos tres pie,
no puedo, no puedo. no debo, sí quiero. un millón de euros mal comidos, ¿cómo si en el dinero todo negro?, está tirao de precio para ser flamenco pero no puedo, no puedo, quién me mandaría llamar al número del cartel, un dos tres pie
un dos tres, pie
un dos tres, pie
no puedo imposible, manolo y el niño lo quieren, me quieren, yo no quiero, no me queiro, sí quiero,
no puedo,
toda la vida culpable de nuevo siempre lo mismo, mi conciencia,
mardito parné que por tu curpita… ¡no, joder! soy yo!
un-dos-tres pie, un-dos-tres pie, un-dos-tres pie, con mis tacones del chino imposible, unos zapatos de flamenco, tengo un pie tan pequeño, un millón de euros más lo que cuesten los zapatos, una falda apropiada, yo siempre igual, como no me cuadre estéticamente, no funciono, me la hago, no tengo tela, seguro que algo encuentro para apañar, que no me dé calor como la de ayer, no puedo, no debo, hombros arqueados dobladas ligeramente las rodillas, me caigo así, ¡si yo sé bailar sevillanas!, me caigo, perla, al menos sé medio mover las manos, no conocía el abanico de los dedos, qué bonito, y necesito cerrar los ojos, tanta luz, necesito cerrarlos, cómo los cerraba y oían mis ojos desde dentro, perla, qué difícil es, parezco un pato mareado, no, un palo tieso, mi miedo, se me envara hasta la cara, qué fea en el espejo, ¡por dios!, mi puñetero sentido del ridículo, no me miro, miedo tan tímida, tengo que mirarme, necesito conocer , un millón de euros, me suelto, cierro los ojos, entonces sí que me suelto, ¡entonces sí que me suelto y bailo, ¡y bailo!, ¡y bailo!...¡puedo!, el algo menos del millón de euros que cuestan las pistas de tenis en el mes, el niño, las pistas, ¡eso es!, lo uno por lo otro, el niño ganó ayer su primer campeonato, de consolación, sí, vale, pero es la primera vez, y lo ganó, ganó, el trofeo de cristal, como los que nos trajo de sierra nevada, una señal, ¿será una señal?, no debe perder el tiempo conmigo, ay, mi niño, qué grande, así tiene el viernes más libre para él, es más dinero que el tenis pero también es más en mi cuerpo y en mi mente, el flamenco, sudé como un pollo, mis brazos se afinan mis costados se alivian se estiran mi vientre se encoge domino mis piernas no las varices a mi cerebro, luna tan fina, ese estilo, luna, y el correo tan inesperado de anoche con tantas fotos de la luna, ¿será otra señal?, cadera no tengo, pero la de verde del video tampoco, ya volará, ya dará el guantazo al aire tango flamenco tengo que comprarme los zapatos, tacones más gruesos, no se me clavan en el empeine, mi alergia, verde, el mar, el mar, ¡eso es!, ¡la foto!, esa foto de la serie de la playa, la bulería de camarón, no es tango pero es flamenco… y tan blanco, tan blanco, esa foto tan mía, tan mía,
¡ay, luna!...


Zapatazo, zapatazo, zapatazo.


marcar,
un dos tres pie, un dos tres pie, un dos tres pie


cuenta conmigo, luna


ay, luna que habitas en los mares oscuros




y yo conmigo


Ya Puedo.
Arte con mi cuerpo.


luna... que ya nos vemos.


Sofía Serra, 5 de Octubre de 2011


(Sigue en mi blog de fotos: "Ay, luna que brillas en los mares oscuros")


(Nota de la "redacción": esto no ha nacido con intención de poema. Quería dejar constancia exacta de circunstancias. Son retales de vida, en "prosa" de mi mente, de los que tal vez podría haber salido un poema escrito, casi seguro, es decir, obligada a no llegar a resultar poema, me atraía más la otra posibilidad: poder decidir conscientemente que sí voy a ir a las clases de baile flamenco. ¡Estoy loca de contenta! Emocioná hasta los tuétanos. Se me hace realidad un sueño de hace décadas y décadas.)

martes, 4 de octubre de 2011

La injusticia de la rosa

La injusticia de la rosa


Algunos cometen
y se entre-tienen
mientras
yo sólo ob-tengo
la a-cometida
de tu empeine
que sólo a mí me llama si a mí
siquiera quisiera
tan solo
ser el pérfido grito en la noche
desgarrada de mis dolores
y alzaste obstáculo,
subes desde tus mandíbulas
el álgido, vesiánico y logístico
—de la palabra, siempre la palabra—
barniz que me sustancia:
ajena por ti y tus heridas,
extraña a mí misma
de nuevo.


Sofía Serra

lunes, 3 de octubre de 2011

El hombre jabón



(Correcciones Nueva Biología)


El hombre jabón


Ya sé que te avienes
y sé que no esperas,
ya sé que emulan cantos los dioses
por cicatrizar la herida
que en tu bajovientre,
en tu juventud pertrechada
a bandazos de espigas jugó
partidas sobre el cielo.
Ya sé, ya sé, ya sé
que no empañas,
ya sé que deslizas,
ya sé que descompuestamente tu alma
asomas, comparas, sacudes, restriegas
con pastilla de jabón lagarto-lagarto
acunada en los lavabos de tus ojos
que me lloran.


Sé mi descanso,
mi tú siempre seas,
hombre abierto de ti.


Sofía Serra

domingo, 2 de octubre de 2011

Ganadera


Ganadera

Ganado,  perdidas
las reses en el valle de las piedras.
De qué se alimentarán los buenos  animales,
cómo aliviarán el frío estando como están
acostumbrados a pasar la noche en el establo,
cubiertos sus cuerpos, sus bellos cueros,
con el tejado de cinc que les garantiza,
a ellas y a mí,
un buen descanso.
Sus hocicos humearán oliendo la nieve,
pero la paja caliente y nutricia
se pudrirá sola en el fermento de la noche,
sola, sin la ausencia del frío,
sola, con la presencia del calor
obcecado de las cuatro paredes
del establo que no saben
que esta noche no sirven
para nada.

Todo pierde, todo,
menos las semillas
del valle de las piedras.

Sofía Serra

viernes, 30 de septiembre de 2011

Poema a oscuras: la tierra a solas

(Correcciones  "El deshielo")


Poema a oscuras: la tierra a solas


No ya más sin el vivir que de ti emerge,
penumbra de estío, curandera del quejigo,
encina amilanada en la gruta de la nieve
que extiende sus raíces lentas y templadas luchando,
luchando: aterciopelando las húmedas arcillas,
moldeando subsuelos de tierra dura,
blandiendo las espadas afiladas
de los quebrados y sucesos
gimiendo al tiempo: al son,
al son del torpe denuedo,
de la grávida y lenta menoscaba,
de la imperiosa batalla sobre las arenas:
bebiendo, bebiendo, llenando pulmones
que se durmieron clamando, llorando,
manando molde sobre molde de la lágrima siguiente:
reniegos, tan sólo reniegos de líquidos regueros
combatiendo la dura cumbre de la suerte.
Sin oreo.
Sin aire en mi tierra, mi tierra,
el secreto a voces de mi tumba abierta:
Que yo ya muero, ya muero perteneciendo
a esta sombra inútil de belleza.
De cristalina fuente.
Yo ya sin ti no soy más que asomo de duda,
apenas remedo de la estrella combativa
o aprisionada en este lecho tan frío.
Y las deseo plenas.
A la duda y a la tierra.


... La tierra, la tierra, qué sola se queda ella con la nieve.
...Sin verte, sin verte más que en el hálito cohibido
del acaso del sol sobre la sombra de la nube
tras el onanista orgasmo de la soberbia.


...Y la sombra, la sombra,… se queda tan sola mi pobre sombra...
¡oh, sí, sola!... Sola, sólo sola.
Apenas mente, olvido apenas,
a duras penas del blando cuerpo sin muerte
que la eleve al cálido cielo azul celeste.


sofía serra. De "El deshielo"
 
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