Todo me lleva a él, el trampantojo de la luz y el agua y la sombra de la encina, las sillas blancas (aunque sean otras, ya sabes) el blanco y negro que me ha salido, todo vuelve a ese libro, a esos poemas. Los releo y me entran ganas irreprimibles de reescribirlos (anda que no les sobran palabras, je). Quizás deba hacerlo. Al fin y al cabo creo que es él que gobierna, el otro Él. Su timón siempre inclinado marca rumbo al cierre del Círculo, el eterno retorno, la espiral de Fibonacci, también del nautilus, ¡cómo no!, por el mismo lugar siempre sino que un paso más alto... Cualquiera sabe...El caso es que aquí está.Mi echarte de menos, como el de La presencia por la ausencia.
viernes, 17 de julio de 2015
Y de nuevo de antes llega
domingo, 12 de julio de 2015
Un sueño
miércoles, 1 de julio de 2015
Asfixia
Asfixia
Desear morir para no vivir
el dolor tiene nombre
de instinto de supervivencia.
Cada despertar anuda
la luz de la mañana a mis ojos
el tirabuzón amargo de la tristeza:
no verte, no oírte, no saberte.
Cada despertar embuda
el canto de los pájaros
en la amargura que me queda,
el fracaso de la dulzura
ante la realidad penitente:
ver, oír, saber
del presente y del futuro
tan desesperanzados.
Un sin ti, un con todo
el dolor de la injusticia
como único aire respirable.
miércoles, 17 de junio de 2015
Pesadilla eterna
La atraigo o formo parte de ella? De qué sirve el arte si solo anuncia males y, encima, no sabemos leer sus vaticinios. Por qué hacerlo? Por qué emana. El arte y la poética como lo màs inhumano y frío con lo que el artista puede toparse. Su creación solo es él mismo cuando ya no tiene remedio.
Otros leeràn. Otros bien situados en la costra dura de la nomenclatura seràn los beneficiarios del acto de amor que implica poner las cartas encima de la mesa. Cada obra de arte comporta un suicidio. Cada acto de amor siempre inentendibles para la mayoría de los mortales.
Y así seguimos. Y así le va a la humanidad. Y así deseo bajarme de la existencia. Por amor.
viernes, 12 de junio de 2015
La ola
Al hacer esta fotografía recordé un fragmento de verso de Los parasoles de Afrodita: "sanguíneo mar de poniente".
Todo se me enreda. La serie fotogràfica " los mares del Sur" busca el finis terrae. Yo anido en tierra y sueño con un sol rojo como las candelas derritiéndose en el horizonte marino. Los suburbios campestres me regalan cadàveres, flores y cachorros. Las rocas se tornan mares. Los guijarros fórmulas matemàticas. El nido abandonado ha vuelto a ser puesto en su sitio. Quizâs sea reutilizado el año q viene. Con sus dos huevos secos me hago un collar del color de turquesas. Mi mano vuelta del revés me recuerda la flexibilidad de mi esqueleto. Soy como un zarcillo de parra. O como la gata, a la q solo le falta una cola prensil para ir de rama en rama. Me asusta poder escribir en el móvil. Me asombra, mejor dicho. Creo que las calendas o llamadas empezaron hace semanas, sino q aún sin nombre. Las horas puntuales han terminado por abrumarme.
Brumas anhelo yo. Brumas q ver, no que vivir. Brumas purpúreas del sanguíneo mar de poniente.