sábado, 5 de enero de 2013

Las desadscripciones (al viento)

Las desadscripciones (al viento)

la camella gime con sus ojos
de hormiga llorando las nubes
vándalas acompañantes
del cielo amaneciendo.

se descomprime
el corcho
de la piel terca
y sorda.

Ni por un lugar ni callando
hacia el sur tercia la sota
que arrastra glandes y lluvia
bajo la marítima plaza
en verte y ya verte venir
soleante y parsimonioso
ajado clamas
bajo la arena
granítica los reyes
me han dejado
una salva de aplausos
por mi gestión al frente
del gabinete de crisis
que vendrá.
se les olvidó sentenciar
mi nombre de buey
ventilando esquiroles
a hocicos viento
del Sur,
que ya se huele.

(Sofía Serra. Fin de El hombre cuadrado. 5 de enero de 2012)

viernes, 4 de enero de 2013

(Me)Río de la poesía

(Me)Río de la poesía


Profusamente discurriste bravo
y empequeñecido sobre las hojas
de la victoria de los árboles.
la tierra levanta sus emblemas y pendones,
gallardetes sobre la cima de las vicisitudes,
las triquiñuelas de la luna de Agosto
ya dirimieron escindidas.
veneraremos otros dioses.
Los nuestros murieron
cuando el sol se hubo ido
y ya no queda sangre en la flema
que te obstruye.
Encontrarán un saco de huesos
en la mano de la vasija,
alguien asirá su belleza gramínea
y no dudará en beber de su agua
hasta refrescar su estómago.
Entonces sabremos a qué huele
la divinidad, cuando recorramos
invertidos el trago refresco y dulce
por la lisura de seda de sus esófagos.
bello este asomo de duda
sobre la sonrisa en tus labios:
te esculpe el rostro y vacía el aire
de miasmas asfixiantes.

El desaparecido entre lentejas
y albúminas extraídas a los huevos
aun sin romper,
aun sin cascar.

la modosia de los hombres seguros,
la idiosincrasia del poder
construido junto a trenes
de cabras y ovejas
que bajaron de la montaña
para pacer en el valle.
La senectud que cura la herida
encanece las barbas espesas
de los chivos y los carneros,
como a ellos viste con cencerros,
a ti te viste de poeta.

Sofía Serra (De El hombre cuadrado)

Esto es el lugar infrecuentado

Esto es el lugar infrecuentado

soy una mujer
ducha, dicha
en palabras
que no son mías.


Vine del lugar hasta el lugar.
Esto es y fue el lugar infrecuentado.
Y será.
El signo del amor en la tierra.
El lugar de la paz, de la salvaje paz
y de la ausencia sin dolor.
El lugar del domos
y el paraíso del hombre
en su lugar.
El lugar sin ayer ni después,
el lugar con presente de ti.
El lugar infrecuentado se alimenta de sí mismo
y de los pocos que hasta él llegan.
Sucede el autoabastecimiento de la naturaleza
en comunión consigo misma.
No existe la decrepitud, la pérdida.
Tal como se señala, la huella se evapora.
No es el lugar de los hombres,
pero sí el lugar del hombre.

La yedra crece sobre el agua,
sumerge sus raíces, la luz extrae
de su savia el verde que ennoblece.

Aquí no sucede la escritura,
aquí sólo se lee. O se vive.
Los estratos, o a su lado.

He llegado al lugar del que partí,
nada queda por hacer. Ni un afán
me persigue, debo saber gozar
disfrutar de la recompensa ya
tras el esfuerzo.

El vuelo que de mi pluma escapa
se hastía de no encontrar el papel
que la someta al plano.

Lo tengo todo
dicho.
No puedo ni debo hacer
más porque todo lo de más
destruirá.

Con sinceridad,
con solo ganas de callar
y no ser vista, desenlazándome
desaventurando, aseverando
mi posición en este enclave,
matizándome
quizás
domesticándome
o tan sola
haciéndome salvaje.

(Sofía Serra. De Los cabezos amarillos)

jueves, 3 de enero de 2013

En el décimo día despertó (nana)

En el décimo día despertó (nana)

Mi paso atrás
significa
despedirme.
Y yo siempre permanezco.

Despierta,
despierta día diez,
alboroto de la noche y juez
que duerme y vela la locura,
tan mía como la sirena
del barco
de pesca
de bajura.

¡tú-tuuuu!, ya lo decía
el barquito de dos motores
que traería el menú
para las tres del mediodía,
me avisaba, tú-tuuuuu,
las noches no eran largas,
la pesca se hace de madrugada.
A la misma hora que sigo levantándome,
a la misma hora que sigo escuchando
todos los días
el pronombre que me cuadra,
el círculo de cuatro lados
que me hace.

¡Tú-tuuuuu!, me arrullaba
el mar, su barco y la noche.
Y la niña ya no duerme
esperando despierta
la luz de un día
redondo.

seis— ¿a quién se le ocurre
siete— componer una nana
ocho— con la sirena de un barco
nueve—a las cinco de la mañana?

(Sofía Serra,  de Los cabezos amarillos)

martes, 1 de enero de 2013

Entereza

Entereza

A medias
no me sueltes
porque estoy
muriendo como
si a mi muerte le importara
que tú o cualquier otro
me sujetase.
El bar, la media copa media
tu postura sentada
a medias sobre medias piernas
tuyas, o sea, tus muslos
tan oferentes como tu boca
abierta a la ventana o yo
y la copa de agua
que medio sostenías
con tu alma no me sueltes,
repetía
el espejo sobre la barra
reflejándote corrí
escaleras abajo
hacia el infierno:
la calle tan estrecha
era el mundo sin ti
las fuentes y las luces,
la noche, doméstica
poesía de la memoria
de nosotros siempre
a medias.

el amor es entero
porque significa
y dignifica sin
nada ni nadie
que lo medie.

(Sofía Serra, De Los cabezos amarillos)
 
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