Geofísica manual
Palomas como flechas imantadas
de estruendo al sordo,
de la quinta enmienda al silencio,
guardo
paciencia y aire en los bolsillos
vuelo y carne en las manos,
soldaditos desmenuzados convertidos en flores
que tapizan el nubarrón
con tormentas, breves y cicateras,
mas no escuchaste no escuchaste
ni la sordina plagada de pimienta
que se acercó a tu nariz
de hombre vagabundo sobre el eje.
Cuando estornudaste,
el mundo ya había dormido
sobre su propio lazo de Van Hallen.
Porque el hoy en tu boca significa libertad,
yo me manumiso.
El mañana es sólo prenda de horca,
y al ayer, al ayer...
que le den
manómetros.
Sofía Serra, Enero 2011
viernes, 21 de enero de 2011
miércoles, 19 de enero de 2011
Sobre la voz y el oído y el silencio y las palabras y la nada y la mudez.
Tres de hace pocos días que se me han enlazado con dos que tenía escritos del anterior poemario.
Nota aclaratoria: cada vez que incluyo un trío de asterisco, "hablo" de que lo que viene a continuación es un poema aparte. Cuando llevan título, prescindo de incluirlos. Quisiera recordar que este blog, como indico en "sobre mí brevemente", es para mí como un segundo cuaderno de trabajo. Miles son las ocasiones en las que me sobrevienen la necesidad de cerrarlo, este cuaderno, seguir a puerta cerrada. Pero miles son las ocasiones también en que acierto a ver que ése no es el camino, al menos el mío. Si me equivoco es que ése también lo será, el del error en la decisión.
El contable
Estoy haciendo balance.
Escribía, comía, reía.
perdí amigos.
Escribo, como, lloro.
Hago amigos.
Estoy haciendo balance.
No tengo palabras.
La mujer cubista
Ni mucho menos
desecho en los versos.
Cúbicamente me llegan
cuando cierro los ojos.
Será que lo que veo grita demasiado
y se me desplazan anatomías
camino del volumen por comprobar
si en el plano,
oído, boca y dedo índice
se hacen compañía.
(Nueva Biología, Diciembre, 2010)
Orbe I
Difícil acostarse a descansar.
Déjenme a solas,
soy el tribunal y la mentira,
el fiscal y la memoria,
déjenme a solas descansar
sobre estos hombros inquietos bajo el frío de la ventana
abierta
déjenme a solas.
Mal-decir hasta que los oídos revienten,
el único asomo de duda
que me queda
sin duda
a solas
se despeja.
Orbe II
Carta reblandecida sin palabras
de vuelta
en estas manos sobre el delantal.
Aquí,
en este tejido de fuerza y escape,
en estos azules cuadros entreverados
con rosadas vetas de carne
está todo lo que nos interesa, aquí,
en este bolsillo cabe,
en este pequeño hueco
puro, virgen y casto bolsillo lleno de mudo aire.
Orbe III
Ando o nado
cosiendo a hurtadillas de las palabras.
Se amontonan en el canal de mi cuello
se asoman al pretil de mi hombro,
se iluminan con la salvaje honestidad del contraluz
clavando su mirada
ora en el tejido de seda,
mudas de asombro,
ora en el perfil de mi barbilla,
por si ella, la detonación batiente de que su momento llega,
se mueve o se aviene a la costura mental,
pronunciando,
recogiendo verbalmente el tejido
de mis neuronas.
Se ensimisman esas prendas del agua,
las palabras asomadas a mi hombro
sobre los hipocampos que las hebras han tramado.
Recuerdan el mar.
Creo que es mi oído el que brama como caracola.
* * *
Se queda sola la duda de si sólo tú.
(Sofía Serra, enero 2011)
(edito para decir esto que acabo de escribir en mi muro de Facebook como cuando siempre suelo hacer incluyo mediante enlace la última entrada que hago aquí: Este FB es la releche. Acaba de bloquearme la introducción de un enlace a mi blog, como siempre suelo hacer cada vez que publico poemas, por estimarlo OFENSIVO. Me dice que ha sido denunciado. Si alguien quiere leerlos, puede ir a mi blog, es la última entrada)
(edito para decir esto que acabo de escribir en mi muro de Facebook como cuando siempre suelo hacer incluyo mediante enlace la última entrada que hago aquí: Este FB es la releche. Acaba de bloquearme la introducción de un enlace a mi blog, como siempre suelo hacer cada vez que publico poemas, por estimarlo OFENSIVO. Me dice que ha sido denunciado. Si alguien quiere leerlos, puede ir a mi blog, es la última entrada)
martes, 18 de enero de 2011
Nanit
Anoche, por circunstancias adventicias y sobrevenidas, es decir, que me han llegado s anunciándome algo y que se han "avenido" a mí sin yo preverlas, me topé con un breve poemario que terminé de componer justo por esta fechas. Lo tenía casi olvidado. Para mi alegría, voy comprobando que lo tengo creo que corregido del todo. Éste es uno de sus poemas, ya subido a este blog, pero me agrada la idea de volver a hacerlo.
Voy también comprobando que llevo dos años y medio, imagino que ya para tres (pierde una las cuentas de tanto intentar anotar fecha) hablando una y otra vez sobre las mismas cuestiones. Se dice que "siempre" se fotografía lo mismo. En lenguaje escrito sucede igual. Sólo varía la forma. Las circunstancias modifican sólo los accidentes.
Nanit
Duelen hablando quedamente los lentos crepúsculos de estos días semejantes a ciertas aves que se posan sobre la anochecida./
Duelen quebrando horizontes allá por donde el sol se pierde para lograr ser más sol, más aurora del otro lado, del otro barrio, donde danzan ligeros/
los bostezos, las axilas, los murmullos ahogados bajo las sábanas/
y nuestro olor profundo y seguro de ser vivo alimentándose de sí mismo./
La luz. La luz a oscuras en este abandono necesario de nuestra fuente/
para lograr la bendita proclama del sol sobre todos, sobre las firmes costuras de este travestido animal que persiste y persiste, hombro sobre hombro,/
fuente sobre fuente, del puente al puente de tu mirada sobre el río, el mar, la ancha distancia.../
el agua./
¿Qué te habita que tanto me arroba?/
¿De qué consumo me abasteces que al igual que me llena me deshace en estas perlas claras?/
Siempre amor, siempre ahogo, siempre agua escondida y clara anhelando/
el perfil de tu mejilla, los labios que me hunden sin haber besado siquiera la fuente terma de este ocaso bajo el sol,/
bajo la estrella tras tu vida que persigo por el canal de vuelta/
en gozoso desorden, de corriente continua de ti a mí, de mí a ti imaginando que llego hasta tu boca de Hombre abierto a mi avenida./
Creo yo que somos dos batiéndonos en la común espera de nuestra suerte en el otro, en el cauce depositado, en el lecho de tu pecho y el mío, aún calientes./
Caliente nuestra cama de común y mutuo abrigo en esta luz a oscuras del encuentro entre el día y la noche, el siglo y la espera,/
confortados bajo la misma manta, bajo el mismo sol,/
redescubiertos en la mañana de esos anhelos que nos conforman como carne de luz, amor y ser vivo pleno./
Creo yo que no somos dos, sino uno./
Uno más el deseo de no perdernos en el horizonte de un nuevo espejismo./
Sofía Serra, Diciembre 2009
lunes, 17 de enero de 2011
Sólosol (corregido)
Otro corregido de "Los parasoles de Afrodita". La verdad es que me llena especialmente, entre otras cosas porque recogí sin querer varios conceptos, o vocablos, que son recurrentes en mis poemas, y sobre todo me alegra especialmente haber retomado de uno de mis primerísimos poemas "seriamente escritos" ése de "lobezna" que parece recurrentemente en mis primeros poemarios, aquí con otra luz, con otra fuerza, ;).
Voy a morir para mejor nacer.
Voy a dormir para verte hacer.
Soy sólo luz, amor.
Soy la que soy sin ahuyentes,
soy la fuente viva que consumo y doy día a día
desde mis fosas nasales hasta mi matriz siempre colmada y anhelante
de alma labradora y bomba corazón que riega las células
con sangre y agua y sales de mí
al extraerte, nula yerba, débil árbol
sin raíz de parte a parte,
de simiente inasible,
de sol símil de sial alumbrado por los nifes expandidos
que cantaron por tu boca a tus ramas secas
de abandono, de ultraje por la interna tierra.
Tan alta te llego,
tan alta te abarco y te escarbo,
con mis manos y con mi frente,
que, desde fuerzas de acero convertidas en sangre madre,
como Lobezno me integro y me revierto en la lobezna
que me subyace a todas horas,
de tiempo a tiempo, gravitacional en sí misma, llena y correspondiente.
No con uno, sino con los cinco mil millones.
Como aurora, como aurora.
Como noche, como noche.
Como atmósfera dando aire a todo el orbe.
Libre sol, libre alba soy de osadía en esta tierra tan tierna y llena de memoria y descuidos,
tan humana, tan caliente, tan salobre
que te saca de tus sales,
y que pasto de las llamas seas, por seco
y por semi-divino venido a menos.
Yo peleo por lo que no tiene nombre,
que no es fluir que no es amor que no es verso es
llegar,
es que sólo salgo, ¡sal!,
ceniza embriagada de marinos vientos
con tiempo sin velocidad de presencia salvo cuando estáis.
Yo sólo amo Lo que no puede nombrarme.
Sofía Serra, 2010
domingo, 16 de enero de 2011
Orbe
En Agosto escribí un poema donde introducía la expresión "ya llegó la azafrana vestida como canto", aquí. He fotografiado muchas naranjas en mi vida fotográfica, empecé con ellas en el campo hasta que seguí fotografiándolas en la ciudad. Cuando he llegado a esta serie de últimas fotografías, que para mí inauguran un nueva etapa que aún no sé si tomará aspecto en forma de nuevo poemario, se me vino al recuerdo ese verso. El teñido del azafrán es similar al del color del albero. El pistilo de la flor del azafrán es similar en color al de la naranja, van del rojo granate al naranja (he sembrado sus bulbos, y recogido sus pistilos, por eso sé de lo que hablo). También he pintado zócalos con pinturas de color albero, en el campo. Tiene una ventaja este color, hacía que las paredes permanecieran más tiempo sin resto de las manchas que el color de la tierra suele dejar en otros (blanco, gris). El albero es un tipo de piedra, roca, sedimentaria, cuyas canteras sólo se encuentran por los alrededores de Sevilla, similar al loess que da nombre, porque lo tiñe, al río Amarillo, China)
(Esto es una verboluz. Remito a esta entrada del 2009)
Título de la fotografía: La puerta
También puede verse aquí en mi blog de fotografía
También puede verse aquí en mi blog de fotografía
Orbe
El silencio respira desde la tumba de las sienes.
Me pertenezco hasta donde tus manos no llegan.
Todo lo demás es asunto tuyo.
En este mapa sin norte ni sur,
la última estación
pronuncia siempre
el nuevo estío.
Sofía Serra, Enero 2010
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