jueves, 24 de junio de 2010
Di-ablando en rojo (Para los diablos azules)
De dios al diablo
He hecho una fotografía./
He blandido carne de cuerpo arracimado./
Dios me venga cada día, dios me luce/
en el sol escondido/
que ni yo misma encuentro urdido entre las prendas/
que por el suelo voy dejando cuando me desvisto./
Osamenta y ruda percha para colgar ese pliegue envejecido/
que arrastra, arrastra, arrastra tantos años y ninguna basura./
Hasta que me desnudo./
Si yo sólo una tengo, ¿a qué me debo?/
Juventud y buen verso riñen como hervidero de pirañas en el Amazonas./
Al final, será siempre espina y hueso./
Que venga, que viene, que suelta melena,/
que viste sola, que quiebra paredes,/
destreza,/
que yuxtapone, que suma y alivia,/
que poetizo guerreando contra todo hasta sin mí y ya me dejo hasta derrengarme entera./
Cada verso, una batalla ganada,/
cada renuncia de muerte, un paso hacia el caos,/
cada palabra, un menos de Ti,/
cada suerte echada, cada sol en vida./
Abandonar toda sombra/
y dejar de entrecruzar las manos sobre este vientre; preñan/
en vida a la soberana muerte./
Cantar y desposeeros,/
cantar y desvanecerme,/
cantar y subvertir:/
ya la jacaranda cubre suelo/
con sombras verdes dibujadas en el cielo./
Ya la tierra arranca muerte y anega agua,/
ya justifico el frío bravo,/
ya averiguo sobre las piedras,/
ya niego el pasado canto azul,/
ya solo quiero verde, a media tinta o dios./
O diablo./
Y endiabladamente me veo/
poetizando, que es lo mismo/
que amando, jugando o sorteando/
el acá y el allá/
tras el cristal que recita descifrando/
las señales y el ritmo tardo, la lenta alquimia, la cansina suspicacia/
de ciertas pautas y medidas./
Ya bate el colmo sobre la mejilla ardorroja,/
verde beso a beso de mayo a verano/
expandido más allá del límite en subjuntivo:/
Rojo y veo,/
rojo y muerto el ocaso,/
rojo y ardo,/
rojo y vivo/
grande y llena./
¡Bah! ¡Porca miseria de labrantíos parcos y desdichos de sí mismos!/
...Ya asoma el tren de las vueltas sobre/
la hélice de esta quimera encendida./
Sofía Serra, 24 junio 2010
martes, 22 de junio de 2010
Fotografía de Una rosa
Título de la fotografía: Fotografía de Una rosa
Poema para no titular
Cuando sabemos, cuando sabemos,/
la rosa se fotografía:/
Perdernos sin conocer dónde llegamos./
Si todos abaratamos el amor, ¿qué valor tiene la pérdida?/
Creo que nada busco,/
y ya, que nada soy./
Nada me gobierna mas que Ella y algún contrapunto./
Un contrapunto, un acertado contrapunto en decoroso escenario./
Bate a consciencia ahora son dos las que baten son./
Baten/
asas imantadas de caliente y negro hierro/
de éxtasis fundido en el subsuelo de la caverna./
El problema estriba en que siempre se confunde al amor con los raíles derretidos del tren de vía estrecha,/
es decir, la concurrencia, el sibaritismo, los modales o la propia gutapercha./
Terminamos, terminan, digo hoy, por proveer a los dadores de unos silogismos extraños a sus puercos intereses./
Allá ellos con su divina suerte de saber amar./
Queden como circunscritos por el oprobio del Amar-izaje en la A-libertad o en la An-independencia,/
cuando,/
arracimados,/
se duplican en soberbios y exactamente armónicos triángulos/
engarzándose pubis contra pubis/
hasta que logran cerrar la puerta a la bestia./
Las batidas en razzias siempre fueron enemigas/
de la buena muerte./
Que se equivoquen, humildemente digo que se equivoquen los que hablan./
Yo sólo canto:/
Tren a dos vueltas de ancha vía y nube grande de agua./
Tren que/
me va y me llega por la montanera de esa silueta que/
salta y salta sobre las vías, que/
nunca caminan más que/
cuando traban el breve reborde de este empeine que/
se dobla y se dobla justo cuando el zapato calza/
sobre la nieve de rosas, que/
me desnuda/
sin desvestirme en la helada, que/
me cubre y me enllaga en la tierra de la sonrisa que/
vertebra y faculta todo asomo de arena./
Ardo-rrosa arena./
Siempre permanecerá fresca la flor de la memoria/
depositada sobre estos muslos abiertos/
a plena y caliente alegría./
Cuando sabemos, cuando sabemos,/
la rosa se fotografía./
Sofía Serra, 22 de junio de 2010
lunes, 21 de junio de 2010
Es Decir
Es Decir
O sea, la verdad es que sufro./
Sufro miseria que no sé de dónde llega:/
¿Quién quiere morir por amor?/
¿Quién muere cuando es sobre Amor?/
Sobre Amor ni la rosa cortada se avejenta./
Si lo sabré yo.../
Tiene que llegar esta conciencia que se me escapa, desde la neurona al aire, sobre la otra orilla./
A dos verdes es necesario que pinte el óleo/
sin ni siquiera saber si cuento con pinceles./
Y, ¡ay, ay, que ya se me va...!/
Me quitaré de en medio, de en medio/
del miedo, del conforme y del verde a media tinta,/
presión desde el cuerpo al aire./
Te digo que es sólo una puerta./
¿No me ves? Yo estoy aquí./
Anhelas-Adoras-Ansías./
A de abierta./
No- pa-sa na-da. Salvo tú que quisieras./
Quedan allá las migajas, las solvencias,/
las parcas rimas,/
la insalubridad,/
el ritmo sin gozo,/
la vida larvada./
Me has dejado sola en la puerta del dolor, bestia mía,/
puerta como la de la muerte, sino que a la vida./
¿De qué corazón puede emanar tortura tan cruel/
sino del poseído por el don del estropicio sobre el caos/
y el orden de lo todo, lo suyo, lo ajeno y hasta el mío?/
Las jacarandas aún andan a vueltas entre sus flores y sus hojas,/
desplumadas,/
sin ser ni de ellas, ni de mayo, ni del verano,/
y junio se torna puente tan prolongado, que ni su fin se adivina más que en la nube gris que arrecia sobre San Francisco cuando atardece./
Se quedaron con ya apenas flores y aún sin hojas:/
¡Ay, verano, que siempre me has nacido torcido en estas manos!
Sí, ya lo observo, y ni contesto/
ni pronuncio, ni enseño/
la mudez, como siempre, la mudez,/
que torna el follaje en habitáculo celeste para las ramas quebradizas de las encinas./
Me perderé bajo las ramificaciones que ya me abruman,/
velaré esta cadencia de vida sinérgica,/
esta soflama que me ubica donde nadie ya llega./
Que nadie hable sobre lo que no osa vivir. ¡Que tú!, ¿que yo?,/
¡Qué sabrás tú!/
Aquí, ahí está tu puerta,/
tus manos tensas cerradas sobre tus bravas uñas,/
tu mirada encarnizada sobre el límite, tu temblor de miedo de pies sobre la tierra, la oscuridad a tu espalda,/
y yo, enfrente tuya,/
a modo de breve sumario de vida que no puede hacer ya más que callar./
Tras-/
pasa/
esta aguja/
hasta combatirme entera conmigo misma./
Allá volveré, donde tú, ni nadie, ni yo ya, seremos./
Perderé,/
perderás,/
perderán/
paraíso que a nadie interesa./
Sofía Serra, junio 2010
domingo, 20 de junio de 2010
Poetizo guerreando contra todo hasta sin mí (Para Batania)
Rubia y rosa noche
Así que yo sin mí, y con el tercio de una vida a cuestas, me acuesto a dormir/
sobre la almohada de mis ilusiones,/
y, trabajando sobre la estera del porvenir, acierto en la diana móvil/
del silogismo de lo dispuesto, no previsto./
Complace la suerte en este mundo que permite a los alados ángeles llegar desde el cielo y posarse/
sobre las yerbas del plenilunio dorado de Agosto./
No más densa la niebla por más que se nombre,/
no más negros de feria por mucho que la bestia/
amenace, amenace y amenace/
al orden vivo de la simiente ejecutora de raíces y lugares con efervescentes rosaledas./
Las rosas, a las que sólo fotografía el aire,/
y algo, el asomo de tu aliento, combaten pétalo a pétalo/
el siniestro orden de las intenciones/
abriendo su dorada matriz al viento de los desiertos./
Rosa de sin nombre, emerges desde la caliente tierra suelta, ya construida,/
ya plenamente dispuesta/
a ser solitaria empresa/
del suelo/
con rostro/
al cielo./
Sofía Serra 15 junio 2010
viernes, 18 de junio de 2010
Cuarto claro, caverna abrigada y D. José Saramago
Me produce hasta sonrojo utilizar su nombre, pero...imagino que el acto de amar, querer, agradecer es así. Necesitamos al otro, lo "usamos", nos hacemos dándonos en él, pero para darnos, debe estar "el otro", debemos ser capaces de nombrar al otro al que poder dar y que el otro se deje llamar por su nombre; si no, caeríamos en el mayor abismo posible. Amar simplemente significa encontrar la medida de lo que somos como seres humanos.
No quería hacer nada dedicado a él, pero ha salido tan solo y tan breve que siento traición a su memoria dejarlo guardado.
Cuarto claro, caverna abrigada y D. José Saramago
Ya que te vas, llévate esta mano mía./
También esta parte infartada de corazón que ayudaste a revivir, y, por favor,/
esas rosas, que si no las respiras terminarán por no abrirse./
O no te vayas./
Vive integrado en los aires de este sustancial asomo de vida/
que parece todos llevamos a cuestas, cuando/
tú, ya tras la puerta, ríes con ojos brillantes de niño que ríe allá en el río,/
entre las yerbas, y sobre el suelo de tierra apisonado y lustroso,/
fruto del cuidado con el que supiste iluminar alguna conciencia libre,/
algún corazón distraído, alguna vena rota que suturaste/
con la voz de tus manos afanosas en el barro fresco de nuestra,/
siempre tuya y nuestra, abrigada caverna./
Sofía Serra, 18 de junio de 2010
(Edito ahora en Agosto. He decidido que este poema abra la dedicatoria del libro que saldrá en septiembre y que recoge mi poemario, escrito entre 2005 y el 2007, "La presencia por la ausencia")
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