miércoles, 2 de junio de 2010

Hoy es uno de esos días en que...

... una recibe  alegrías, y la que comparto, ésta, porque mi orgullo de madre hace que hasta me emocione. Así que pongo las notas de mi hijo, escaneadas, porque sí, y aunque él mismo casi me lo prohiba, y nadie o casi nadie, pueda entenderlo, o pueda ser malentendido, que de todo hay en la viña del señor y una está muy acostumbrada en la vida  a toparse con toda clase de malas interpretaciones. Pero me da igual, hoy, me da igual.
Para verlas en grande, que ahí es donde  pueden visualizarse (he tapado nombre de personas ajenas y la dirección no por nada, sino porque viene equivocada, para no liar), picar en ellas: seis dieces y cuatro nueves, segundo de bachiller, y propuesta para matrícula de honor...¿es o no para botar de alegría?. No es un empollón, simplemente es un ser humano completo, íntegro, inteligente y responsable, además de unas castañuelas de alegre que es. Y hoy lo tengo que decir. 
Dejo abajo un pequeñito poema que hace muchos años le escribí, cuando tenía apenas diez recién cumplidos.




La lluvia de tu alegría


Siete plagas y un barbecho vomita el cielo.
Llueve, llueve, llueve e inunda,
llueve mojando nuestros suelos de fósiles.
Llueve sobre el sol,
sobre la luz, sobre tu alegría de niño moreno
amante de toda la risa.
Llueve, y tú ríes, y te acompañan las lágrimas del cielo
y mis brazos caídos ya mojados,
ya derretidos de puro llanto.
Llueve, y el sol negro de tu pupila abarca todas las gotas hasta confundirlas.
Al sol en sal,
al mar en almíbar,
al negro en indisolubles humedades del planeta.


Y mi llanto se une a tu risa,
y el del cielo a tus pupilas.

...¿Y el sol?, ¡¿para cuándo el sol?!


Ciega de mí,
el sol es tu alegría.

Sofía Serra, Enero 2003 (Del poemario "Mi ombligo bajo la helada")

La caló (nueva biología)

Sí, estoy segura, cualquier médico o experto biólogo podría confirmármelo. Las neuronas resisten "equis" temperatura. Cuando se sobrepasa, se derriten, o se fríen, o se cuecen en el líquido del que estamos hechos en tres cuartas partes. Esta "caló" tiene que haberme derretido las neuronas. Lo mismo hasta puedo preparar un buen aliño con ellas más perejil y cebolla (¡una de neuronas aliñás!).  Ahora tengo la mente en blanco... Es la primera vez que experimento esta sensación en la vida. Ni sé ni contesto. No sé a qué sabe.
Esto es una deconstrucción en toda regla.
(inauguro etiqueta: breves, o tapas, o apuntes o lo que sea)

martes, 1 de junio de 2010

Guerrera del Arco iris

Hoy recupero un poema que ya he publicado en este blog, hace un año aproximadamente, con su fotografía. Sé que muchos amigos lo conocen ya. Como sigo preparando el blog donde irá su respectivo poemario, me ha sobrevenido el gusto por recitarlo, y sobre todo, volver manifestar su espíritu, con la idea de que a todos lso que más o menos les pueda llegar este espacio, los inunde.
Fuerza, conciencia y arco iris por un ser humano a mejor siempre. 
Animo a leer la leyenda de los guerreros del arco iris, que lamentablemente ahora mismo no consigo encontrar por internet, porque es preciosa.
Se puede luchar por aquello en lo que creemos desde cualquier posición que hayamos elegido o las incómodas etiquetas con las que las superestructuras  que a muchos seres humanos gustan tanto, nos amarran. No hace falta incluirse en ninguna categoría para poder realizar aquello a lo que en conciencia nos debemos, nos hace o nos surte. Es en todo caso, al contrario, como se consigue. Sólo de nuestra conciencia depende nuestra libertad.
El poema lo compuse tras el visionado del  famoso documental titulado "Tierra".



Título de la fotografía: The Rainbows warrior






Guerrera del arco iris

Voy envejeciendo a ojos vista de nariz para adentro./
Mi alma me aparece la misma,/
terca y rebelde para el “con todo”,/
por sí misma, como si ya no me perteneciera,/
como si no fuera la misma alma./
Como si hubiera cobrado existencia impropia./
Puedo observarla aun sin encontrarla,/
…como si no me perteneciera, de nuevo./
Como si la luz sólo iluminara mis partes viejas, ésas que ya no se asombran ni ante la belleza./

Muda en mi silencio quedo/
como la nube blanda que combate el muro torpe y seco,/
quieto,/
de la presuntuosidad como medida de nuestro ego./

¿Qué será de mí si no puedo disfrutarte más?/
¿Qué será de mi ser humano sino puedo volver a emocionarme con tus fundamentos?/
¿En qué orbita pasearé esta noble vida que me fue regalada?/
...Azul,/
planeta de todos,/
juramento preciso sobre la fraternidad,/
equidistancia exacta entre los océanos y nuestra pléyade con inteligencia./
¿Hasta cuándo asomaremos sólo nuestro riñón, oficiante de excreciones,/
al baile conjunto del universo palpitante?/

Intrépida premura de la que nacen las cosas quietas/
suspendidas sobre el aire sin materia aparente,/
como gárgolas domésticas habituadas al no devenir de la lluvia./
A la sequía./
A la ingrata adolescencia de las atmósferas con perfil de entelequia humana./

Inestimable cohabitante:/
¿Qué será de mi ser humano, nuestro,/
si no estás?/
Mas… ¿qué importa eso?/
¿Qué será de ella si, siendo otra, ya no puede alimentarnos, ni habilitar nuestro sobresalto, o nuestra injusticia, nuestra vida, porque su risa habrá muerto con otro nombre?/
¿Qué será de nuestros ojos si el azul arbolado de su manto se convierte en transparente tumba de nuestros hermanos?/
¿Cómo podremos mirar si no existen ya los otros páramos, los inocentes?/
¿A qué mirada responderemos, tú y yo, si no nos perdemos en el mar salado de las no-lágrimas?/

Albura, como la nada,/
semejante paraíso inconcebible hasta para mi agente./
Orden de animal alegre y vivo, orden de sustancia en nuestro beneficio, orden sin intenciones./
¿A qué me asomaré sino a la ruina cuando tus columnas/
se inclinen dejando caer el templo de tu audacia,/
cansada ya por la distancia,/
enorme distancia,/
que separa con nuestra culpa/
tu agua de tu agonía?/

Inestimable madre elefanta:/
Bordo un arco iris para ti, y para tu cría,/
que el arco iris se borda con hilos de color verde./

Sofía Serra, Junio 2009 (del poemario "El paraíso imperdible")

(pido disculpas por "sonidos domésticos" que se han colado en la grabación, :), centrifugado de lavadora. Cada audio normalmente está intentado unas 10 ó 12 veces. Tengo que ir pensando en hacerme con unos estudios en..¿Abbey road?..creo que sí, mi amor por los Beatles desde jovencita seguro que hace me hagan una rebajita en el alquiler, ;))

lunes, 31 de mayo de 2010

Con-signas de poeta

Como ando liada con las jacarandas, dejo estos enlaces por si a alguien le apetece interesarse por este hermoso árbol, uno sobre su botánica y otro sobre su leyenda, amorosa, bonita y trágica como todas las  leyendas sobre amores, pero que me gustaría poder dejar dicho hasta ayer no supe de qué iba.
Con tantos árboles como he sembrado, jamás se me ocurrió cultivar una, y la única de la que pude esperar el disfrute porque la compró mi padre,  se me heló viva  cuando era aún joven árbol.

Botánica
Leyenda




Título de la fotografía: Bandera




 Himno


Se rompen las clausuras, de ¿qué?, se rompen las nomenclaturas,/
y nosotros,/
amos que hallamos el órdago de la vida,/
nos rompemos al oír nuestras voces./
Sol vendrá, amor ciego y rumba al anochecer./
Y así, sin más porvenir que el deseado, que yo me extirpo, que yo me abro, que yo me callo,/
la miel alimentará tu boca aunque estemos muertos./
Yo, que ya no soy más yo que el recuerdo de lo que fue,/
ya enmudezco para por ti poblar,/
ya no prendida en tu pecho hoja de jacaranda soy, tan alta, tan alta/
que la tierra en la que mi amor nace ara surcos en el cielo./
Allí sembraré tus dones./

Será porque no hay más en mí/
que el deseo de su flor o de sus hojas./
Será porque a veces las lluvias llueven soles/
cuando en noches azules/
el ave cantora lo atestigua: que no hay más muerte/
que la de no ser tomada en vida./
Y así, a veces sueño, Amor, que/
tu boca florece, pero es que, mientras todos duermen,/
los jardines del estío embarran el aire con perfume de tu celo./

A los poetas no suelen amarnos/
mas que cuando estamos muertos,/
y ya inventé la rosa de los vientos/
para que cantara por mí al poniente que te trae./

Nada me nutre, nada gasta mi saliva ni la savia que se pierden por los abismos/
del aire, desde el balcón del verso/
hasta la almohada de estos pechos, de pronto, lechos zarzales./
Tan angosta de sangre esta jacaranda,/
este suelo patrio, que ya no encuentro/
ni en mis pensamientos, ni en tu voz muda-queda/
allá junto a mi lóbulo temporal perdida/
en la estancia de la memoria./

Calma, calma, corazón, sólo anhelaba calma brava./
Las jacarandas no florecen sin derramar savia-amor; o dolor./
Habrá que alargar esta recíproca vida/
para que alcance la dicha viva que acomete/
cuando en el día la señal o cruz acontece./
Si al menos supiéramos mirar la tierra.../
Ya lo dejo. Ya te dejo, tardo porvenir./
Te embarranco en este pecho anudado: deja huella,/
queda quieta, deja sombra, queda muerta si quieres...pero queda./
 
Sofía Serra, Mayo 2010

jueves, 27 de mayo de 2010

Jacarandas en flor







Jacarandas en flor

Y ahora, cantaré por ti./
Y me depositaré sobre el aire restableciendo el orden vivo de las flores./
Y suministraré reflejo y cielo manso sobre las cantarinas estrellas de tu frente y, así, pusilánime, el encono, la mala muerte, dejará de salar la herida/
que ya no es tuya, sino mía./
Porque para mí la quiero y tú me das, porque yo abarataré la cura/
y haré llover risa desde el cielo./


Que alguien dice, dice, dice,/
y no habla, y no vive ,y no deja, y no habita, y no preña, y todo seco frío y estéril,/
y ahueca su boca cerrada de sin color de nulo desmayo de vida y hasta de muerte:/
Ni un morir ni un nacer de sí./
Y tú hablas, y tú vives, y tú permites, y tú engendras, y todo tú fértil eres vívido limón entre las yerbas./
Y la luz del mar tranquila tornasolando mis esquinas,/
más que suerte,/
alborada de este nuevo gentío que a mis melosas ventanas se asoma buscando la espadaña alegre de tus ojos, la campana/
o ciertas luces que desviven con su lengua temprana y viva,/
melodía sobre el aire encendido de la suprema suerte, la dicha del mundo/
en el paraíso que nunca fue perdido./


Al agua , al verde, y yo te daré./
Vértebras de la verdadera alegría./
Y yo te colmaré./
Del amor y de la fuente nacerán las estrellas de esta nueva suerte./
Ya sabes, Amor, que los hombres se han hecho viejos, y las mujeres,/
nunca bellas ellas, nunca soles,/
siempre tránsito en las manos, siempre velos turbios, se hicieron mayores./
Y en tu boca ya sueñan las flores de la jacaranda con los versos escritos/
porque el cielo así lo desea./
Y los pelícanos enmudecen la distancia/
con sus alas, su boca grande , mar pequeño, mar para mis manos/
o pecho ensangrentado en cruces de sol en este suelo que pisamos./
Entre tu venero y el mar,/
tan alto hallo trigo amor,/
tan alto,/
que ya la fuente viva bate cosecha de agua clara./

Y yo ahora cantaré por ti, almacén de mi alegría,/
vida de promesa reconstruida por mor del alboroto de/
la lluvia de sol entre los gozos, las luces y el asombro/
de la cristalina voz,/
que, fundida a tu horma abierta,/
bate brisa, bate vida, bate sol, bate amor./
...Y yo, Amor, ¿qué haré sino cantar por tu boca/
de rosa suerte y dicha vida?/


Y ahora me prendo en tu pecho./
Y ahora las flores de las jacarandas hacen mudo al silencio./

Sofía Serra, 25 de mayo de 2010
 
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