Al volver del campo, las perras hibernan como un par de oseznos durante un par largo de días. Mi cuerpo tiende a lo mismo. Es lo natural. Como la osa en Nueva Biología. Pero no lo quiero. Es la querencia.
La voluntad y la inercia señalan los extremos paralelos. Me quedaría todos los domingos en el campo. Hasta siempre. Rompo la segunda y ejerzo la primera.
No descanso.¿Hasta cuándo?
Volver para aunque sea
no tener que volver.