sábado, 31 de agosto de 2013

Correo a mi madre que está en el cielo

Mamá, mamá, ¡que alegría!... ¡Ya sí puedes respirar!
¿Sabes?, sólo tú podías conseguir que una noche de mortuorio oliera a jazmines. Con su aroma me duermo.
Un beso. Descansa, que ya sí por fin puedes hacerlo.

8 comentarios:

  1. No se sabe bien qué decir ni a quién animar ni dónde se situaba el dolor ni dónde se halla ahora, ni adonde va lo que perdemos. Ni qué se conserva o qué nos queda a los que ya estábamos tristes; que cuando así nos encontramos no nos importa tanto el tiempo malo o bueno que haga;

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Robín. Estoy bien, no te preocupes. Mi madre llevaba cuatro años de agonía, y ayer pude darle muchos besos y hasta cantarle antes de morir, aunque ya no se enteraba de nada. Completamente sedada murió, tuvo una muerte dulce, como merecía.

      Eliminar
  2. Querida Sofía, qué mejor despedida que esas líneas y los besos a tu madre.
    Pienso como tú, sé que la echaréis de menos, pero estará bailando la sevillana de ojos verdes!
    Muchos besos de olor a jazmines, que te acompañará de por vida.

    ResponderEliminar
  3. Un abrazo inmenso y un beso en estos momentos desde la orilla del cantábrico. Sé que siempre estará en tu recuerdo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Rafael. Abrazo percibido y devuelto.

      Eliminar

  4. El más bello poema, Sofía, que nos hace sobrevolar tan triste experiencia. Muchos besos para tí, tu hermana y tu familia.

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.