En un lugar del alma
existe el dios que dicen
todos llevamos dentro,
tú más tú sobre el aire
y la nada, tú más
el todo que abarca
y abraza en consuelo
el silencio que nutre
y agiganta y hace vivo
a ese ser que otros dicen
expulsaron de aquella suerte.
En el torno de las Eras que hacemos
con la boca o con los ojos,
ya en la luz, ya en la mancha
del lugar que nos despidió,
habita el inocente que, palabra a palabra,
engendra el tiempo, cumple
venganza contra la mudez
inexcusable del canto divino
y hace carne en el verbo
por mor del secreto a voces.
Los ángeles duermen pacíficos,
pero las palomas de la presencia
levantan vuelo musitando
con sus alas: aleteo va,
aleteo llega, se dicen (aman) felices:
“¡El hombre habla, el hombre habla!...”
Y el mundo se hizo.
(Sofía Serra. De Del bestiario de los inocentes)
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario