Abrazaba el aire
intentando encontrar
la medida de sus brazos.
Pero solo daba
con el hueco
de su pecho.
huérfano del día y de la noche,
que en el día se vela
y en la noche se cierra
el cristalino agrietado
puntiaguda gotitas de rocío
mientras su brillo de bestia
proclama, soy yo, astuta
sien, por ti alboreé todo
mi discurso, olfatea
y sucumbe ante tu fulgor,
tu onanismo sagrado y profundo
tan débil como el cuerno
embebido del ternero vacilante,
de Ío vestal y defenestrada
cayendo desde tu manantial carnoso
a la tersa planicie de las lomas.
el maquillaje hace estragos
sobre el terciopelo de tu lomo
nieva en las castañas
y peludas ubres
de tu pecho.
empréstito de soñado,
terca mula semoviente
sobre el adoquín de la feria
trashumante con ganado das
por perdido tu botín de corsario
pobre y cojo y menesteroso y venido
a una patria que ya no huele,
ni siquiera huele tanto
tiempo que se hizo polvo
su cadáver si víctima
hay verdugo en tus ojos
puede estar naciendo
el basto que te refleja quedó
a dos cuartas del agua salina
cuando aún no
has salido de tu asombro
feriante vagas,
inhóspito transeúnte
sin salida.
(Sofía Serra)
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Sofia, créeme que estoy embelesado con tus letras. Seré, lo juro, un asiduo visitante de tu espacio.
ResponderEliminarTe saludo desde Colombia y te invito a que nos tomemos un café con letras en mi Galería.
Muy bueno Sofía, no me lo puedo llevar al Nido porque tengo problemas técnicos. Te agradecería que lo pusieras tu porfa. Gracias, Besos.
ResponderEliminarRobin, tú a tu aire.
ResponderEliminarVale, chaval, espero que te lo hayas pasado bien. Ya veremos cuando se me agota la paciencia.
Hola, Víctor, bienvenido a este espacio. Creo que eres un poco exagerado con ese juramento, pero por mí, encantada de esa proyectada asiduidad.
No tomo café, sólo té, pero gracias por tu invitación.
Hola, Loli. Ahora lo llevo. Gracias a ti. Un beso.