martes, 25 de noviembre de 2008

El hombre y las circunstancias

Tras la lectura de la entrevista a José Saramago realizada por Manuel Rivas y publicada en El País Semanal (23 de Noviembre de 2008. Nº 1678). Fotografía de Sofía Moro, aprovecho para felicitarla por los dos magníficos retratos del escritor que aparecen al compás del texto.
Felicito también Manuel Rivas, pero ya estamos "acostumbrados" a su buen hacer.
A D. José Saramago, mi admiración, una y otra vez recrecida.
Dice Manuel Rivas (refiriéndose de José Saramago).
[...] "o con su cita preferida, la de La Sagrada Familia (la de Karl Marx): "Si el hombre es formado por las circunstancias, entonces es necesario formar las circunstancias humanamente". [...]
Y se me ocurrió que, "el hombre es él y sus circunstancias, como dijo Ortega y Gasset, pero no sólo sus circunstancias, ¿para cuándo "él"?
Supongo que no he sido nunca demasiado orteguiana.
Adivino que primero hay que tener la clarividencia suficiente para dirimir cuáles son nuestras circunstancias y cúales aquéllas que no y, sin embargo, en obcecada ceguera (ya para siempre relacionaré esta palabra con el libro del entrevistado, "Ensayo sobre la ceguera", aunque tiempo antes de su lectura hiciera una serie de fotografías en las que incluía ese vocablo, para mí, "nadie", feliz coincidencia) hacemos nuestras.
Pero aún más, me pregunto para cuándo el hombre que viviendo sus circuntancias también es capaz de con ellas hacer emerger al hombre mejor, a su auténtico yo.
Creo, es posible que por ello admire o de ello provenga mi fanático empeño por la exaltación del Arte, una expresión humana que consigue a través del uso de cualquier lenguaje que el hombre sublime, como en perfecta receta de cocina, que el hombre, repito, consiga extraer sus mejores esencias desde la participación de cualquier condimento o especia o CIRCUNSTANCIA adversa sobrevenida en la elaboración del guiso. Todas , éstas, hasta las indeseables, pueden ser contrarrestadas con los sutiles mecanismos que necesita cualquier preparación culinaria, sólo dependiendo de la sabiduría instintiva y adquirida del cocinero.
Los lenguajes, los que no permiten ser y extraernos para poder comunicarnos unos con otros, para lograr así el entendimiento entre la miríada, milloniríada por mil de seres que somos. Los lenguajes, a los que conformamos y nos conforman.
Hay alguien que ha sacado una calificación extraordinaria en un examen de la asignatura de Latín (lenguaje además de lengua "antigua"). Creo, estoy segura de que sabrá a qué me refiero.

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