viernes, 12 de abril de 2013

Abril-cias

Abril-cias

Partió peras aun sin conocer
que el olmo no las daba.
se olvidó de chupar alguna tinta
de-scribir el verde del río valle,
declinó su cavernícola inercia
de hombre sedente, unir
sus manos y rodillas
expectantes y rezar,
o
doblar su voluntad
de milagro, travestir
la nula
pera y peros
en suma
ser
hombre.

(Sofía Serra. De La clave está en los árboles)

15 comentarios:

  1. ¿ Pero una pera para qué ? ¿ Qué para ?

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    1. Las palabras, Sofía, no significan exactamente lo que tú quieres que signifiquen, sino lo que el que las escribe desea que signifiquen.

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    2. No sé lo que es un "pero".

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    3. Un "pero" es un tipo de manzana, la llamada "Golden". Eso es un "pero", al menos que yo sepa por esta zona geográfica toda la vida... :)

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    4. También una conjunción adversativa, claro..

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    5. O sea, también un "impedimento"... ;)

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    6. A penas conozco Andalucía. Dos o tres veces y sólo por tres o cuatro días cada vez, incluído el tiempo de llegar por carretera desde Bilbato,dos de las veces en moto; este ha sido el tiempo escaso de conocerla; desde la dimensión sin fin del cielo y de la tierra del olivar en Valdepeñas de Jaén, hasta lo alto mismo de la Sierra Nevada con una moto que me habían muy mal carburado en un taller de aquí y se asfixiaba de la altura, no me respondía en los bajos; llegamos hasta arriba, pero no disfruté de la preocupación que tenía; pasando por Granada donde unas gitanas me dijeron que no siguiera con la chica con la que estaba, que me cuidara ella; y lo agradezco ahora; que les enseñara mis manos de guitarrista, yo que nunca había tenido guitarra salvo en casa de otros, en San José de Costa Rica, unas decenas de horas nada más, ni el tiempo de aprender. Allí en Granada, sin conocer de nada, en seguida olfateé los bares de buenas tapas y no menos vinos, sabrosos de verdad los manjares a la vez que baratos en comparación con los precios inflados del salvaje Norte. Algún cura me había tendido una trampa, me esperaba sin yo saberlo, conchavado con mi chica en la Alahambra. Me tendrá que devolver con intereses lo que me robó. En Salobreña, pueblo árabe en colina imponente de desnivel que enfrenta al mismo mar; Verónica se quería quedar la noche a pesar de estar desierto todo; probablemente con la intención de destruir o de quitarles algo; no lo entendía eso yo en aquél momento; Nerja o Almuñecar, qué pueblos tan majos. Málaga, la extensa, me defraudó algo. La policía municipal tenía entonces allí la misma moto que yo, una moto barata , pero buena, de Honda; me dieron pena los vendedoras de tabaco americano Winston por las calles. Uno de ellos, en un giro que hice de dirección se escapó corriendo de la zona mirándome con horror. No sé qué información falsa vio en mí o leyó de mi ¿compañera?; ¿sería la moto?
      Torremolinos, Fuengirola; el turismo excesivo; del que nos libramos por poco en el Norte lluvioso; las inglesas y alemanas masivamente enseñando la blancura extraña y a la vez atractiva de sus piernas en la noche ligera de los neones.
      Mijas, qué maravilla de pueblo interior, cerca del mar; me gustan los animales y los burros. Me fijé en las piscinas azules y onduladas entre los verdes inmutables, colina abajo. Alguien allí, dueño de un bar, me avisó de tener cuidado con ella; mi ¿compañera?; lo agradezco; aunque no lo entendí entonces. Marbella en que comimos un menú del día barato pero bueno con "steak tartare" francés, aunque con vino aparte. En la estación de autobuses, una de las veces, unos vigilantes jurados me dijeron que debía de irme. ¿Tengo tan mala pinta?, pensé; iba a pedirles explicaciones de caballero y calma; cuando llegó uno que les dijo . "No es él, ¡es ella!". Debí haberme separado para siempre de ella entonces; pero en mi mente, pensé que era sólo una travesura;que conociéndome bien ella,lo tonto que soy,que me han dejado, ni se disculpaba ella ya. Era mucho, mucho, mucho más grave que eso.

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    7. (Continuación)

      Son chulos los yates de Puerto Banús, pero en mi recuerdo están las monedas de la pobre peseta sonante y constante, cerca del 2001 ya; a los pies de una estatua de la Virgen, en una esquina del puerto, cuando las pipas ya valían más.
      En Estepona, me extrañó mucho que encontráramos una habitación barata y buena, donde comimos lo que compramos para bocadillos en un Cortefiel no lejano y unas empleadas que no conocía de nada, la tomaron conmigo como si me conocieran y yo sin entender nada; no sé qué hicieron, pero algo fue. Gibraltar, esa espina contra el orgullo geo estratégico nuestro, ocupado los pérfidos de la lejana Albión. Alguien me dijo que el modisto este famoso radicado en París quería hablar conmigo.Lo entiendo; ahora. lo defendí y sigo defendiéndole cuando lo echaron; lo considero español. No lo entendí entonces, pensé que estban locos o de broma. Compré un cartón o dos de tabaco americano muy barato, en una tienda de un Indio de la India y un policía nacional en la aduana me pidió explicaciones, aunque me dejó pasar; no sé porqué. Igual era un tabaco raro; lo ignoro. Me lo fumé todo,en los días siguientes, delante de la moza mía, que ella sí sabía bien lo que era. Yo aún no. En Tarifa, una pensión en la parte alta del pueblo nos permitía admirar la arquitectura arábica de la muy noble y muy leal y allá enfrente el otro Continente que un lago ridículo, en apariencia dulce, separaba. Les dio probablemente más que tiempo a los dueños de aquél hostal de aprovecharse de mí. Que si debían hacer el cable o no me preguntaron. Terminé diciendo que sí sin saber ni lo que era. Una línea de teléfono o de electricidad o las dos cosas; submarina; hasta Marruecos, creo. En una boutique de una de las calles Tarifeñas, me encontré con una de esas famosas; de origen Cántabro, creo, como yo, que hizo como si me conocía de siempre. Su cara me sonaba de la televisión que veo muy poco, pero nunca la habia visto en persona, ni hablado con ella; me invitó a cenar; con su marido, claro- dijo. Yo no me lo creía; ni en el Cuento Estadounidense de el Mago de Oz, ocurren estas cosas. No me acuerdo de su nombre ahora; después de mucho indagar; de verla en algún programa de esos demenciales de las televisiones inviables; más de 10 años después, entiendo que se trataba de una guapa masoquista, que en tiempo no real; mucho antes de que los hechos ocurrieran; la dulce Myriam, argentina erradicada en Los Angeles; que conocí por Internet por culpa de Borges y de la literatura; me había recomendado. Pero yo, tal vez sea -o más bien fui- fuerte, pero no soy sádico. Faltanban aún años para cartearme por ordenador con Myriam. Y fue una chica francesa, que vino a verme en 1975 (o 74, no recuerdo) a San José de Costa Rica, a la Alianza Cultural Francesa, donde no debiera yo de haber ido nunca; a la que agradezco mucho; pero tampoco entendí el resto de lo que me dijo, para mí desgracia; la que unos 25 años antes del suceso que relato aquí y más de 35 antes de cartearme con la argentina estadounizada; me previno: "ten cuidado con Myriam, es tal cosa de tal película de "O"". Y antes aún, un compañero de clase,un tal Doyle; en Francia, en 1970 quizás; me habló de ella. El tiempo utilizado al revés, en unas épocas en que yo ni sabía, en esta vida, que podía ser recorrido en ambas direcciones.

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    8. (Continuación)

      En Barbate, en huelga por no me acuerdo qué asunto, un restaurante frente al mar se empeñó en que cenáramos, como si fueramos de la familia. No los conocía de nada. Tuve que insistir que no. De nuevo, algo que no entiendo, ni parecen ellos entender: me ven como lo que no soy, que me han dejado totalmente afuera, pero creen que estoy dentro, con ellos. Y mi compañera, siempre callando,sin decir nada, esperando su oportunidad de robar más. Qué bonito, qué playas y qué casas, Conil de la Frontera. Qué estratégico y amarado (con una sola erre) Cádiz; qué personalidad luminosa la del Puerto de Santa María y qué tapas magníficas, de nombres exóticos que nunca había oído antes yo; que por ello, por el léxico, inicialmente he comenzado este breve texto, entornado para defender mi inocencia; pensado para mostrar también, de paso, mi amor y mi amistad.

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    9. Y yo con amor y amistad recibo la desnudez de tu alma, Robín. Gracias por tu confianza.

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    10. Donde dice: "En Estepona, me extrañó mucho que encontráramos una habitación barata y buena, donde comimos lo que compramos para bocadillos en un Cortefiel no lejano y unas empleadas..." debe de decir "Hipercor", en vez de "Cortefiel"; es El Corte Inglés.

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    11. Así lo sobreentendí, Robín. Buena tarde.

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  2. La necesidad de la crítica a la poesía puede estar brevemente y de manera cauta pero digna, reflejada en el dilemna siguiente. Si yo digo, que no lo digo yo : " En abril aguas mil." ¿ Es ello más cierto que si con más torpeza digo : "En cualquier mes llover ha de ocurrir" ?

    ¿ Es más verdad lo que está más adornado y mejor suena sin casualidad ?

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    1. No creo en la crítica ni del arte ni de la poesía, Robín...:)..por diferenciar, aunque para mí ya sabes que la palabra Arte engloba a lo que comúnmente se entiende como poesía también.
      La "poiesis" no admite ni la comparación ni la competición. Todo lo que lo admita simplemente NO ES ARTE (ni poesía).
      Sí creo en su explicación, en su análisis, en su estudio. Completamente. tal vez crea en ello más que en nada: el arte (la poesía también lógicamente) como el documento más fiable para estudiar (CONOCER) al ser humano en todas sus vertientes. Y conocerlo, conocernos es llana y simplemente lo que se entiende por CULTURA.

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