lunes, 21 de febrero de 2022

Metromaquia

 


La giganta

 

Hasta los jaramagos perfuman

la suerte de mis pasos sin pisadas

erguidas bajo el sol y sobre la tierra.

Culmina el puente de luz

la avenida que esconde

el ramo de troncos centenarios

tranquilamente dormidos

de pie, como la perra vieja

y sus canas hocicantes de hembra

parida de bruces bajo su caseta.

Huele el campo a campo vivo,

huele el aire a sal marina muerta

izada al cielo como Layla.

Nubes tan potentes como el imán del planeta

que a todos nos sujeta a su superficie,

¿tendrá conciencia, la Tierra, de sí misma

y los aromas que me embriagan?

¿Suspendería su deriva con rumbo

si el conocimiento obtuviera?

Yo me detengo conocedora

de mi fortuna dorada, absorbo

a través de mis sentidos la belleza

que me plasma sobre el suelo,

libertad tan rica de señuelos

que me pierden fundida

sobre la naciente pradera como vello

urticario de una gigante tranquila,

dormitando bajo el sol y las nubes,

expeliendo humores de agraces

mieles libadas por las abejas.

Posadas sobre los jaramagos,

habitúan mis pasos al mullido jergón

donde reposan a la espera silente

de la lluvia sus vastas ubres

de dulce e ignorante matrona.

De su poderío hablan por ella

las colinas, las sierras, los barrancos,

los bosques, las tercas estepas,

las piedras sus huesos trabados

en polvo rosa de cimientos

para esta catedral en el vientre

de la geoda. Mas ella ajena

dormita y de sus sueños

yo velo por su inocente reposo

bañándome en su ronquido

de madera, yerba, tierra y viento

contenido entre loma y loma

levanto su aliento de hembra

fecunda y recia descansando

de tanto esfuerzo callado.

De dónde llegan las encinas y los pinos,

de dónde las piedras salvajes

como tortugas marinas durmientes

excavan su nido asomando solo

sus crestas grises y azules,

de dónde la tierra dura culmina

su labor de ternura acunando

tanta semilla de flor nueva

que se abre al cielo y a mis pasos

sin huellas, sin pisadas

que las aplaste: vuelo como la abeja

liba de color en color bajo el manto

de la luminosa claridad,

del aura magna de esta giganta

que durmiendo trabaja y se afana

para que yo sueñe, piense o goce,

para que yo desdiga cada luciente

empresa que no se oculta,

para que niegue mi forma y mi nombre

entre tanto contenido de verdad,

de plenitud completa de ser

viviente habitado y gigante, de ser

mínimo como los pétalos

de los jaramagos, de ser

minúsculo como yo.

 

Y como tú.

jueves, 17 de febrero de 2022

Somos unos alcornoques (ya quisiéramos)

 


De pie bajo el alcornoque

 

Día de sueño para dormir

a la sombra del alcornoque,

la habitación  se estremece

con cada brote de bellota.

Tan tiernos maman del aire

tan duro hijo de mis carnes

cuando pienso en tumbarme

sobre su hojarasca puntiaguda

y sus velas iluminadas

con verdes durante el amarillo.

 

Menos mal que una tumba

posa su peso bajo sus ramas.

A la muerte, a la Gran Madre,

veneramos con cada piedra

que amontonamos

sobre el cuerpo muerto

de un afecto vivo.


(De "Extinción de ruina)

miércoles, 19 de enero de 2022

Los efectos del frío

 


On the rocks

 

Vengo a recordar

la venta del mensaje.

La hormigonera registra

los bramidos de tu hombría.

 

No hubo negación

de tu varonil muerte.

La masacre descansa

sobre pilares de floja argamasa.

Descerebrados el mito y la joya,

sitúo sobre mi mesa de jaspe

reluciente tu retrato.

 

A estas alturas de mi diosa interna

reclamo mi trozo de partida,

la salida que me pertenece.

Estoy dispuesta a compartir,

pero sólo invito

a hielo.

 

Quién nos ocupa que me vendo

por dos míseros reales

ojos, uno para tasmearla,

otro para pintar

la verónica de tu ensalmo

en el rostro cautivo.

La luz se ablanda

como un canal lechoso:

Es tu nombre

una insomne grada,

la diosa interna

se me rompe

fría.


(Sofía Serra)

martes, 11 de enero de 2022

Qlimate change

 




Cambio climático

 

Se aclimatarán,

nos acostumbraremos

al cambio brusco

de la vuelta de su curva.

Es una esfera menos perfecta,

pero su pabellón matizado

ondea los colores de la utopía.

El cieno y el negro blando,

la metamorfosis que sufre

la huella de su redonda efigie

de planeta invertido,

pues, ¿a quién se le ocurre

diseñar una figura convexa

para posarnos a todos sobre ella?

Mejor cóncava, así habríamos

cabido redundados geométricamente:

por cielo, las coronillas de los habitantes

de las antípodas, el sol iluminaría

la tierra desde nuestros pies, el suelo

sería transparente y el mismo planeta

habría tenido que desarrollar

una fuerza centrípeta.

 

siempre en el límite

del nife nos posaríamos

sobre la de hoy atmósfera,

poblaríamos de pájaros

y nubes la densidad

del núcleo de ayer.

 

Si un mundo cambia,

si un planeta cambia,

¿por qué no yo?


(Sofía Serra. "La exploradora".)

lunes, 3 de enero de 2022

Los vientos de la rosa (Variante "n")

 


A los cuatro vientos

 

Amor de ojos al sol

y a la sombra, si me alejas

la presbicia de mis bases,

¿de qué pie cojearé yo

sino es de ti, de tus tobillos

y de tu orgullo?

 

No me abandones en esta primavera

blanca tan llena de lo mío.

Mira tú, que no necesitas lentes,

que yo sin lo tuyo claudico.

 

Al sur te necesito,

y a los tres que no se nombran

les pido tu mirada:

que un punto convergente

de luz traigan el frente

de tu perfil a mi sitio.

 

Todo es extraño: río

aunque llore mares.

Todo permanece salvo la espera.

Ella se va. Yo me quedo

en tu rosa de los vientos.


(Sofía Serra. De "La exploradora".)

 
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