jueves, 18 de septiembre de 2014

Despertar arqueológico

Hace tiempo que me di cuenta de que entre todos mis poemas de los sucesivos poemarios son numerosos, o al menos constantes, esos que aluden a la arqueología, a la historia (y prehistoria), normalmente inspirados entre otras cosas en obras de arte antiguas.  Como también se reparten los que se inspiran en el campo, en la noche, en la mañana, en la ciudad etc. A veces me asalta la idea de deshacer todos los poemarios y clasificarlos por temáticas (así conforman poemarios muchos poetas). Nada que objetar, salvo que no es mi forma. El poemario tiene entidad por sí mismo porque él mismo se la otorga, y yo lo respeto intentando apuntalar más firmemente su diacronía con sus tonos, no siempre con éxito, resulta obvio. Pero no puedo evitar sorprenderme cuando, corrigiendo lo que un año antes fue escrito, contemplo el concepto desarrollado sin que yo misma me diera cuenta o fuera consciente. Así, ahora compruebo que este "Diario de mañana" o "Extinción de ruina" (no sé muy bien aún qué nombre llevará al final) es un puro canto a la muerte. Como siempre intento darle la vuelta a lo doloroso o a eso feo que ven/vemos los humanos (algunas veces, darle un par de guantazos) bastante equivocadamente.


En wikipedia


Despertar arqueológico

Apenas tener nombre de hueco
o suma de melancolías
que se escalonan unas
sobre otras se admiten
pisándose los talones
hasta que forman la falsa
bóveda o cúpula del túmulo
enterrado con su verdadero
túnel abierto al campo claro
del día. me vi en la yerba
blanca del agreste agosto
meditando sobre la máscara
agamenónica de tu fecunda
risa, tu ara votiva a la alegría
de la mañana.

Despertar y estremecer
al calor, la calle, aun negra
y naranja, me avisa
de tu urgente destino de hombre
feliz y en calma,
y yo contigo,
como los amantes esposos
etruscos retratados
en su tumba.

(Sofía Serra. Sept. 2013)





miércoles, 10 de septiembre de 2014

Per-sé-fone

Per-sé-fone

me queda aprender a descansar.
Besos de alegría busco
sombra en el estío, luz
ante el espejo, suelo
de otoño, abrigo
en invierno a las flores
por nacer.

Aprendiz de dudas.

Está naciendo la sierpe
lozana manjar de lutos
y luz de estepa nocturna.
Sea por una vez pasta
y densa semilla de hielo
que deposito en tu labio:
se inquietan las raíces
cuando me tumbo se tornan
graves los aullidos
de la tierra, cada terruño
esconde dentro de sí
la gota, el fuego hilarante
que de tu boca emana:
la salvaje demencia
de una química sostenida
por carne y huesos,
un cuerpo con son de persona.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La farola

La farola

Apenas tres horas de noche
dormida, me siento dando
tumbos sobre mis orejas,
ora llega el día que tengo,
ora el que sueño contigo,
borracha de cansancio.

Ya no sé si ebria
de vino, de ti,
de falta de mí
o de mí de sobras
entregada.

De amor, seguro,
a lo que sea
quiera ser y estar
entre tú y yo,
como esta farola
a la que me abrazo.

sábado, 6 de septiembre de 2014

el año perplejo

el año perplejo

qué distinto comenzar alegre
cuando todos pierden la alegría,
hasta los niños veneran la tristeza,
la caída de las hojas
del calendario,
valientes se rasgan
a solas
olvidadas
por los dedos rugosos,
severamente renegridos
por el sol y el alquitrán
de las playas,
aquellas, tan permanentes
siempre recuerdan
su misión:
despertarse
aunque todos duerman,
levantarse
ante el momento creado
por los que agostan,
dar su espalda a la pared:
miran de frente
dando la cara
a aquellos requemados que calcinan
lo único que nos acompaña,
nuestro tiempo, sea el
que sea síntoma
de que estamos vivos
y seguimos.

jueves, 28 de agosto de 2014

Poema para Agosto (poema para un cumpleaños II)

Poema para Agosto

siniestro e indoloro cautivando
el obsequio, madreperla
benevolente culminando
la hechura de la vasija
desde el barro, limo y centinelas
bajo las palmeras de este oasis
zurdo y regalado.
Las chumberas multiplican
higos verdes: este justo verano
terminará por endiosarse
con la aureola del agosto
arenoso y libre.

Y cuánto sueño duerme
bajo las ojeras de tus testículos
tan jadeantes. Ellos piensan púdicos
y sosegados por la espera
de mis manos, y no habrá
un solo vino que desechen
cuando sed a solas manen,
cuando yo te hable
del fango y de la sangre
volverán las heladas fuentes
a derretir el blanco mármol
en la verdina fresca de mi pozo,
esa luz redonda que cultiva
el agua liberando el milagro
de los panes y los peces
en el desierto.

(Sofía Serra, 2012. De "La dosis y la desmedida", trilogía "El hombre cuadrado")

La perla negra (poema para un cumpleaños I)

La perla negra

Pensar en ti, fríamente,
más que intento, logro
aunque no se crea, me transpone.
Fermenta en el filo de mi razón
el humus de mi anido,
un no sé qué yo que me confunde.
Tanto, que no encuentro medida
donde encajarte, a menos
que contemple el arrobo de la bonhomía.
Tal vez por eso te amo,
porque no sé arquitrabarte,
ni con las otras, ni con las que nombro como mías,
las cajas circunspectas, los ataúdes
que no claveteo ni te encierran...
Mas, como curiosa soy, y amada tuya,
por entrever tu esencia me transparento, y así,
soslayo la opaca materia que nos construye
filamentándonos en moléculas de osada y roja agua.
U hormonas, sólo verbales estructuras
de nuestra conquistada vida.
Y así, de nuevo,
creo que me fundo en tu carne,
como confundida... Aunque es la invisible
naturaleza la que se muestra
encontrando en el Uno
los cuatro elementos que nos hacen.

(Sofía Serra, 2009. De "El paraíso imperdible")

martes, 12 de agosto de 2014

La copa de la vitrina

La copa de la vitrina

Qué será de mí el día,
el momento en que me cubra
con telas y arañas
de hilo mudo pero mío,
qué será de mí
si te sorteo como si nula
piedra fueses en el camino,
como si terco y ancho
muro te levantaras
ante mis venas extendidas,
qué sería de mí, amor de yeso,
si no te reconociera
como estatua, blanca efigie,
fantasma, trasunto del hombre
en el que creo, su fe, su hábito,
su monje clandestino, mi fe también,
mi ningún pañuelo, mi canto efímero
tan tozudo, tan del tiempo,
tan arena, tan del viento,
qué sería de mí, qué
será sino lo que soy,
brillante grano de sílice
tan verdaderamente minúsculo…

cómo no vanagloriarme
de esta copa cristalina
que no sostengo en mi mano,
obra tuya tan reciente,
tan transparente, tan frágil,
tan milagro, tan de todos.

Tan vacía.
 
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