miércoles, 12 de marzo de 2014

Corazón contento

Te tarareo desde que me recuerdo (y me recuerdo desde que tenía meses), te canté por dentro durante mi adolescencia, me sorprendiste volviendo a mis engramas musicales durante los inicios de la edad esa que llaman adulta y ya, en plena madurez, te descubrí cantada (¡y bailada!) por esta joya de mujer. Cuando vuelves a mí, cuando me despierto y al cabo de las horas apareces en los ritmos y melodías de mi mente, entonces descubro que sigo siendo la misma: corazón contento. Yo doy gracias a la vida por ser como soy, saber vivir las penas y las alegrías que ella nos regala (porque todas son privilegios que se nos conceden), y sobre todo por no saber desperdiciar ni un segundo de vida. Quien pena esgrimiendo razones, vive limitándose, y lo que es el gran pecado, vive limitando a la vida (inútilmente, por otro lado, esfuerzos vanos).

(Creo que es la segunda o tercera vez que la comparto en este blog. Siempre vuelve.  ¡Que conste, es mi video preferido de toda la puñetera internet!... ah,  y daría lo que fuera por poder bailarla como ella ;))

)

Convaleciente

Convaleciente

Suavemente asoman
los dardos verdes, caen
a plomo sobre el iris
clavando la preñez
de un estado de esperanza.
Convaleciente convengo
con mi vientre en el réquiem
por un pasado tan lejano,
los errores cometidos
ahora nacen remediados.

Remedo con mi sombra,
que sí me pertenece
y a la que domino,
cuantas veces entorpezca
el camino el cansancio
por la desventura, el exilio
desmesurado de tu cuerpo
en estas noches mías y de mi sombra,
tan quejosas, tan enfermizas, tan a luces
del alba que renace. No hay dolor
que por gozo no llegue. La partida
vuela siempre el ave de retorno.

Como las cigüeñas de un norte.

Del amarillo al rosa escribo
tiñendo los días grises
de negro y rojo,
nuestros jóvenes colores,
de duelo por el ayer
que vivos hemos muerto,
de amor por un hoy,
que ya nuestro y no yerto.

martes, 11 de marzo de 2014

Confesión

Confesión

Hay que quemar todo lo que acabe con nuestro corazón.

En realidad, y tras demasiados años, la sensación que me queda, es que los poetas solo escriben para sí mismos y para otros poetas. Y eso es lo más deprimente y frustrante que puedo sentir.
Odio con toda mi alma el sentido gremial de los que se dedican a las letras. LO ODIO HASTA LA MUERTE.

Voy a ponerme a doblar ropa del "lavao".
Y a regar las macetas.

Y a joder al personal con lo que pueda de mis letras o mi mirada o mi vida o mi sentido del humor o mi tristeza.

Y a hacer fotografías cuyos disparos me llamen.
Y a pensar en ti como si no hubieras muerto.

Voy a emborracharme de mi propia gracia mientras la hallo en lo otro.

Hay que quemar todo lo que acabe con nuestro corazón.

Aria de Afrodita, de "Los parasoles de Afrodita" (audio)


Del libro Los parasoles de Afrodita (Baile del sol, 2013), el poema titulado "Aria de Afrodita" (disculpas por algún tropezón a la hora de recitarlo).

A 500px subiré ahora una fotografía que sin querer se me ha relacionado con él. Las cosas de la poesía...




lunes, 10 de marzo de 2014

El abrazo (audio)

El abrazo
Nacer desde ti al olvido
de la nula compañía,
provocar dolor
en los pétalos de la rosa,
que, como es flor, ni siente
ni padece, venerar tus ojos
mientras verdeo muros
tejiendo adoquines
de mullida seda
para que tu paso tierno
baile al son de tus oídos,
tu flexible equilibrio
de hombre mío y mutante,
de amor caliente a frío
mudo espacio reinante
entre tú y yo
y el aire.

(Hace tiempo que no subo audios, pido disculpas si no se oye.)
 
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