lunes, 4 de marzo de 2013

Publicidad en mis blogs

Por fin me ha permitido blogger introducir publicidad... Más de un año intentándolo después de tres pensándomelo. Me tenía castigadita, aun no sé por qué. Yo lo relacionaba con mi escatológica (tan fundamental, tan innata, tan trascendente, tan última y primigenia) imposibilidad de obtener rendimiento pecuniario de lo que sea que pueda hacer en la vida. 
Por fin. 
Lo mismo el invierno acaba ya.
Las monedas no sirven. Pero la justicia, sí.

Caín: textos para un invierno


[...]
CAÍN: Habla igual
que un dios.
ADA: Y la serpiente, más mentía.
LUCIFER: ¡No es verdad, Ada! ¿No era aquel el árbol
de la sabiduría?
ADA: Sí, lo era... para nuestra desdicha.
LUCIFER: Y aún así, esa desdicha es la sabiduría: así que
no mintió.
Y si os traicionó fue con la verdad,
y la verdad no puede, por propia esencia, ser
sino buena.
ADA: Todo lo que sabemos
es que nos ha traído un mal tras otro, la expulsión del hogar,
el temor, el trabajo, el sudor, la dureza,
la contrición por todo lo que fue, la esperanza
por lo que no será. No sigas a ese espíritu!
resignate, Caín, a estos padecimientos. [...]

(Caín. Lord Byron. Traducción de José Luis Piquero. Isla de Siltolá, 2011)

Los dueños

Los dueños

Cualquiera puede adueñarse
de un deyavú.

De madera como el pájaro te arranco
extraños tiempos tan estomacales
se desvanece todo por la orilla
de la mesa. Compartimos pan,
vino y aceitunas…

jamás, jamás jamás.
al final hay que dejar
de creer. No me da
el árbol la respuesta.
mi mente se parapeta.
la mentira tras el no saber.
Todo lo que pienso y siento
se desarma de sí.
Todo menos una lágrima.
Todo menos una carcajada.
a quién le pregunto por mí
a quién.
a qué árbol.

Dejé de obtenerme hace mucho
tiempo.

Sofía Serra (De La clave está en lo árboles)

domingo, 3 de marzo de 2013

El indomable

El indomable

Saber cuánto se tarda
en construir un buen hombre,
un ya vamos
bien anidados
por el camino
de los bueyes, el paraíso
de los pastores y las sacrosantas
inclinaciones de la cervical
de tu dominio, señor
de los animales, un clavo
y una garganta penetrando
a muñón fijo tu entrecejo
de hombre de más de dos
dedos de frente con dos
umbrales de pellejo.

fueron tiempos duros
para los que permanecieron.

La cresta de la ola,
¿quién podría domesticarla
amoldarla comerla con su seno
toda ella una llena en la boca?

Sofía Serra (De Suroeste)

viernes, 1 de marzo de 2013

La virtud protegida

La virtud protegida

Hoy, día sin nombre
de un mes de limpio, yo,
sentada en la silla de madera
al filo de la ventura blanca
de la enagua del mar y sus velos,
confieso mi amanecer
sobre el canto de los mirlos.
Tal vez la vida se deba a alguna
elección errada del sol
cuando decidió oblicuar
su eje y provocar así
la explosión helio-atómica
que desde entonces soportamos
junto a los animales,
los verdes y las mareas.

todos los hombres me acompañan.

Los dioses no debieron prescindir
de nuestra opinión en masa
crítica a nuestro pensamiento
reflejo.

Beso las banderas de tus pies
de este día con nombre de mes
en blanco en señal
del gozo que me permite
seguir no pudiendo
más que marzo.

Y nularé las huellas
salvajes de la trastienda de la razón
y su economía
de virtudes fuera de sitio,
de lugar ajenas
al hombre y su deshielo
y su canto
de primavera.

Sofía Serra (De Suroeste)
 
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