miércoles, 23 de enero de 2013

La otra cara de Sagesse

(un poema que en su momento no llegué a subir al blog del poemario del que forma parte y hoy rescato para colocarlo allá, en Nueva Biología)

La otra cara de Sagesse

Ahora que lo pienso, conscientemente,
creo que es verdad, rara soy.
Debo ser extraña.
Nunca me propuse futuro asible,
ya saben, certero, por mí posible,
lo que necesitara alguna maña
con conocimiento sobre el medio,
estrategias desarrollables
y demás ata-puercas que justamente guían
sobre la red de cuadrículas donde se juega.
Nunca me he planteado
qué quería ser,
pero hago senda siendo
lo que no sé soy
y lo que los demás creo
ven. Ven,
venid y decidme qué halláis
en estas palabras hiladas
en la rueca que hace girar
el motor de la lavadora,
que voy haciendo continuos,
lavados, no sé, coladas
de lava, seguro.
Si a donde llevan sugiere destino,
ni lo sé ni me importa:
El poema camina, yo lo sigo.
Hasta muerto el volcán
comunica con el núcleo.
No sé si la vida es
o hay que hacerla siendo
aun sin saber qué,
mas el único medio a salvo
del miedo es ella misma.
Creo, en fin, el poema es
ser haciendo
de vivir-Lo
que uno quiera
y siempre pueda
por escribir-Lo.

(Sofía Serra. De Nueva Biología)

martes, 22 de enero de 2013

Oración excretora

 Autor fotografía: Manuel J. Távora Serra
Oración excretora

Señor, estoy deseando dejar
este mundo, no a mis seres
queridos, no, ni a los árboles
ni al cielo, con nubes o despejado,
ni siquiera al invierno tan cruel
para mi mente, tampoco
deseo perder de vista a las flores
ni a mis perras, ni siquiera
a la mala película de televisión,
o, menos aún, al libro que tengo
sobre la mesa. Pero, sinceramente,
Señor, sí tengo mucha necesidad
de dejar este mundo ya
en las manos de quien lo posea.
No deseo pelear más
por lo que en realidad no es mío,
allá cada cual con su propiedad,
el piso, el negocio, la empresa,
el automóvil, los hijos salidos
de madre, de cauce, quiero
decir, la ironía —las flores
ya te he dicho que no, ellas
no se visten de sarcasmo
ni otras negaciones—, el prestigio,
las ventas, los noes, los imposibles,
las incapacidades en suma
el desconcierto palpable
de tanto mono bajado
de los árboles.
Te los nombré casi en primer lugar,
ellos son la clave de este infortunado
azar que en vez de mona
me ha hecho mujer, hembra
de una especie que no sabe callar
ni trepar por el cuerpo
de su semejante. Rasca, rasca,
quítote las pulgas o las liendres,
te hago mimos con mis labios
de homínida asilvestrada, hecha
cuero de un municipio, de una
civilización que hace aguas
duras o blandas y no,
no sabe llevar pañales.

Señor, llévame contigo
a las nubes redondas y verdes
de mi selva o a las dunas
cuadradas del desierto,
al hielo de los polares mares
o al fuego de las chimeneas
de los volcanes, al pasado,
al futuro o a mi presente,
pero no me dejes más en manos
de su tiempo, que no es mío,
que no, que yo aún sé trepar
por el pecho de mi amado,
que yo aún sí sé despiojarlo
desnuda a la luz del sol,
pedirle que me lo haga
y no avergonzarme
de mis pelos enredados
entre las ramas y las hojas
o caídos sobre el suelo
de allá abajo que ellos pisan
y construyen para no caerse
al abismo.
Y yo sólo me fijo, sólo me fijo,
y no quiero imitar lo que hacen.

Y si no, si no me llevas,
cúrame estos lacrimales
si es que quieres
que pueda seguir mirando.
Si es que quieres
lo que me pasa
sobre el tiempo
que no es mío.
Ni Tuyo.

Sofía Serra (Interim, Exit)

lunes, 21 de enero de 2013

Presente exento (Fuera de tiempo)

Presente exento (Fuera de tiempo)

… Entonces, ¿dónde está el presente?
¿dónde estoy yo?


Otro signo de espera rechaza
la ilusión sarmentosa, el nudo
por el tobogán me desliza
la herida y la venganza
de haber nacido fuera de tiempo
y dentro de toda duda.
Si un más y un ayer
que desecho como ideal
presente el futuro
no me hace
presente el pasado
no habita en mí.
Mas en este hoy sólo hallo
duda y enajeno
desencuentro de ilusiones
que a la papelera tiro
arrugadas, ya no sirven.
Emborrono cuartillas,
cuarteo dudas, deshago
el tejido continuo del pasado
extendido hasta el futuro.

Y no sé dónde meterme,
dónde salirme,
dónde nacerme,
dónde se encuentra
mi presente.

(Sofía Serra)

domingo, 20 de enero de 2013

Mar sesgo, viento largo, estrella clara. Soneto de Cervantes

(Gracias, Juan Carlos)

Mar sesgo, viento largo, estrella clara,
camino, aunque no usado, alegre y cierto,
al hermoso, al seguro, al capaz puerto
llevan la nave vuestra, única y rara.

En Scilas ni en Caribdis no repara,
ni en peligro que el mar tenga encubierto,
siguiendo su derrota al descubierto,
que limpia honestidad su curso para.

Con todo, si os faltare la esperanza
del llegar a este puerto, no por eso
giréis las velas, que será simpleza.

Que es enemigo amor de la mudanza,
y nunca tuvo próspero suceso
el que no se quilata en la firmeza.

(Miguel de Cervantes. De Los trabajos de Persiles y Sigismunda)

Las seis de la mañana y sereno

(hoy he gozado de una circunstancia que no recuerdo haber vivido nunca, aunque presupongo que desde los diez años para atrás sí la disfrutaría habitualmente, como es lo  natural: despertarme siendo ya de día y tras ocho horas seguidas de reparador sueño, levantarme encontrándome hecho ya el trabajo, el día había despertado por sí mismo, sin mi ayuda. Cabeza loca y masoquista, lo tomo como un privilegio que me ha regalado la vida, el despertar de hoy. El poema lo escribí hace justo un año, estoy de correcciones con ese poemario.)

Las seis de la mañana y sereno

Hechos a tus manos o nuestros ojos,
armamos el mundo como un mecano.

las seis de la mañana y sereno
se posa el efímero poblado
sobre la loma de arena,
las sienes del amanecer
sonríen hasta abreviar juntas
el abismo de las nocturnas
paredes. beben verdes
las campanas a las seis.

enemiga empresa, no sé si noche
o día, cantarás donde todos
duermen maitines y vienes
a las seis de la mañana y serena
me poso en tu lengua
camino del pálpito de tu alivio.

las seis menoscabas y sereno
qué voy a ser yo si menos soy
que una pluma de almohada,
tan pequeñas, tan miles, tan decoroso
ni me arrastras por el extravío
de un mínimo encendido de verde
que se estrelle contra la hazaña
de haber nacido como flor
que se adoquina. Aglutinar
aquí sin amor ya viejo o sereno,
vivo en los intersticios de tu columnata.

Patio de luces esta Gran Edad
tan cercana a la noche
en la que el mundo de antes
dormirá para siempre.

(Sofía Serra. De Suroeste)
 
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