lunes, 6 de agosto de 2012

Heliocéntrica (rihanna)

Heliocéntrica (rihanna)

la pro-visionalidad es la esencia de la poesía.

comen muchos,
pocos
abren la boca
atorando el aire
desnivelando el parapléjico volumen.
Esperan las risotadas
del sol valiente
o tenebroso
acostumbrado
a tantas tormentas
el sol-dado

como dan de sí
o no las protuberancias
de sus alas kamikaces
que se extinguen en el vacío,
se soflaman inherentes
llama(ra)das al orden,
al final,
el sol
y yo
somos astros
con un pleno de plexo
solar cuasi céntrico
sol-dado sentido
de estrellas que se incineran
a lo bonzo
autoconsumiéndose.

Sofía Serra (De La exploradora)

sábado, 4 de agosto de 2012

El muriente


El muriente
Ante el misterio, cantar o callar.
Y me robaron el silencio
hace mucho tiempo.

Cansadas, las rémoras se duermen
al amanecer, justo oriente.
Canta el mirlo cuando menos se espera,
ave nítida, tan límpido su eco.
Un acervo incita,
no instiga, no
duele más, no
pervierte el son.
Así que, recuperando un dios que no se oculta,
desde esta memoria hablo:
Mi pecado ha sido recuperar
el caudal de genes que mis padres,
padres nuestros, amasaron
para nuestra fortuna.
Padres y madres míos
que engendrasteis este río,
mudad la desembocadura
desde este alba al muriente,
que ya aquí pernocta la mañana,
que aquí, ya, transitan las corrientes,
que aquí, en cuenta abierta,
el mirlo ya canta
sosteniendo en su eco subacuático
todo aquello que, desde las aves y los peces
que poblaron nuestros pies
allá por donde entonces,
el tiempo con banco en el paraíso,
nos hizo humanos sin disimulos,
más libres en la piedra de la orilla,
más hombre erguido sobre su bípeda simiente
que ya otea el horizonte buscando la otra baya,
que ya la introduce en el estómago con su mano,
que más allá del árbol fuente bebe y la digiere,
que qué árbol sino
aquél que el árbol
ya hecho leña.

Para candela
de la caverna.

Sofía Serra (Revisiones de El muriente)

viernes, 3 de agosto de 2012

La que avisa es traedora


Casi siempre escribo el mugiente en vez de el muriente. Él es así, como un toro recién sacado a la plaza, deslumbrado, cansado  y dolorido  por el peso de los sacos de arena que le han echado encima en los toriles, mareado del viaje en el remolque,  con los cuernos listos para embestir sin saber donde los tiene, como un toro bravo el pobre mío, arranca y coge el trapo en la dosis y la desmedida y por fin se cuadra, él se cuadra, no un estoque, en el hombre cuadrado.  A matar, y muere,  renaciendo, qué mayor alegría para un poemario, para un toro, es como si lo indultasen, alegría para nosotros, el toro no es consciente de esos asuntos, el sólo quiere pelear y que le dejen comer yerba verde y beber agua bajo el cielo, él sólo desea ser él. Qué hipocresía, cuánta ignorancia entre los "defensores" de los animales  y entre los aficionados taurinos ¿Quiénes sois?, grito yo, el toro, no, el toro sólo me mira y se deja acariciar por mi mirada mano su frente de plata negra.
Qué le voy a hacer yo, ellos tres quisieron escribirse así, casi a la vez, y corregirse, también del todo  al unísono. Qué difícil me está resultando. Bueno, como casi todos, no sé por qué todo me sale tan complicado, ahora tengo tres en uno, más o menos como siempre, pero debo buscar la nueva víctima (editorial), el muriente... qué lástima, pobre mío, ya estás, te he colocado las tres "oes" y tus fechas de inicio y de salida.
Cuando una res muge, ¿por qué lo hace? creo que normalmente siempre por miedo. Parece que avisa.
Así las recuerdo tras la valla de piedras.
Sois lo más hermoso.
No le cambiaré el título, su "g" aparece de otra forma.
¿Cómo explicar que forma parte de una trilogía?
Estoy cansada de explicar. Llevo siglos cansada de explicar, contar no sirve para nada.
Es que no sirve para nada.
PARA NADA.
Por eso he terminado odiando la prosa. Salvo la de Proust , que no es prosa.
Ahora estoy de nuevo con Blasco Ibáñez, nada qué ver pero sí mucho que escarbar, lástima que se quedara... se quedó... ay, a ver cómo reenfoca "La bodega".
Quien quiere entender no necesita explicaciones.
Intentaré tener para septiembre los tres apañados para poder enviar a editorial, para hacerme con nueva víctima.
Es que sigo sin querer publicar, sin meterme en esos líos, ¿cómo puede gustar una presentación de libro, qué sentido tiene? Aunque tras dos años ya pude escuchar música "seguida" ayer. Lppa parece que ya ha pasado. Qué feos se ponen los poemarios cuando se encastran en la costra dura de la nomenclatura.
Cuánto amargor.
Sólo me falta aprender a encuadernar, pero bien, mejor que publidisa (imprimo mejor que ella), claro, artesanalmente.
Debo encorazarlos mejor.
Para que sus destinatarios puedan empaparse de ellos.
Qué sabré yo que sólo me identifico con los de hace 200 años como mucho.
Ya lo dijo la india valiente pariendo en la pradera: tú lo sabías.
Qué estúpidos.
Nunca he soportado a la mayoría de los poetas en español del año 36 hasta acá, muy pocas excepciones.
Casi ninguna.
Pero lo que realmente no soporto, no tolero, me solivianta, me llena de indignación, es el uso que de sus palabras hacen la mayoría de los poetas de "ahora". Parece que quieren decir: he leído a fulanito de tal. Con 30, 40, 50, 60 años, ¿qué has hecho en tu vida de poeta si no has leído su poesía?

Nueva víctima, eso busco.

Dos blancos



La encrucijada


El pánico es producto de la duda.
Me varo a mí misma y esta inercia
Quietante me traspasa hasta hacerme engrudo,
Lisa mojonera, capitán o chanquetes de la orilla.
Yo, mitocondria multiplicada en tantos pececillos
Como caimanes que se comen
Mis tobillos generosos.
Para la tierra, su ensalmo.
Para la ciencia, su asiento.
Para mí sólo el calvero sea
en esta fotografía tomada desde el aire.
Huyo sin moverme de la cruz
De tierra blanca.


He llegado
Pero no
Sé a dónde.


Recuerdo en blanco 


La flor blanca de la montaña
En un paisaje nevado extraño
Tu rostro.
No recuerdo nada.
El monte carmelo,
El mirlo blanco,
El lirio blanco
El colibrí blanco,
Los blancos remedios.
La seda de una ruta
En do menor.
Abre la puerta, niña.
Y Triana.
Y mi vida en la otra orilla.

Sofía Serra (De La exploradora)
 
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