Tengo mi tiempo y la costra tiene el suyo. No voy más deprisa ni más despacio, sólo por otro tiempo. Son medidas distintas. El mío no tiene nada que ver con el que se cocina sobre estos pagos. Soy de la tierra, con mis pies bien enterrados bajo el suelo hasta poder llegar al cielo con mis brazos. Logró Afrodita cantarlo muy bien por mí en ese poemario del que no he dejado de hablar en todo este año mientras lo iba corrigiendo ("Los parasoles de Afrodita" se titula, por si alguien no lo recuerda o no lo sabe).
Ha sido enviado a muchas, bastantes, algunas editoriales, no sirvo para el trabajo de oficina sistematizado. Sólo en una se me comunicó muy amablemente que no encajaba en su linea editorial (Libros del Silencio). En las demás, daría nombres, pero para qué me voy a molestar, son de sobras conocidas por todos, por izquierda o por derecha, se me brindaba la posibilidad, muy gustosamente, siempre que pusiera el dinero por delante. Ninguna responde a la consabida etiqueta de autoedición o coedición, sus nombres se corresponden con las de elevado prestigio en el mundo editorial español, prestigio por independencia. Yo no tengo dinero ni para autopublicármelo en bubok o similares en la mínima tirada, así que mucho menos puedo atender a esas exigencias, contra las que, además, sostengo encarnizada batalla. No es el dinero el que tiene que filtrar, sino la calidad de los originales. Hay tanta hipocresía entre editoriales como entre escritores y poetas, aunque la que más me indigna es la de estos últimos. La mayoría con el punto en boca, jamás expresa que su respectivo poemario ha sido publicado previo pago contante y sonante, o al menos garantía de la venta de equis ejemplares. Y eso que se nombran como poetas. Claro, mientras más conocido, más posibilidades tiene de vender. La pescadilla que se muerde la cola. No niego que la calidad de sus versos tenga que ver "algo"con la cuestión, en mínimas ocasiones, pero de más me conozco ya el ambiente poético español como para saber que a muchos de estos poetas les adorna una virtud que yo no poseo, la de saber venderse, sin acritud lo digo. Es un arte como otro cualquiera y yo no disfruto de su encuentro, ni ahora ni nunca en mi vida. Soy siempre lo que se conoce por impopular. Es un defecto intrínseco a mi nombre, a mí.
Sobre el amiguismo y el tráfico de influencias en este ambiente, mejor ni hablo ya. Más cansada aún, me agota ya, hasta el aburrimiento.
Sólo me falta la respuesta de dos, las dos únicas que, muy seriamente, no han interpuesto el papel moneda entre mi original y sus ojos. Son Baile del sol y ediciones En huída. Espero a que sus lectores valoren el original, pero bien sé que caso de que se decidieran por publicarlo tardaría más de un año en ver la luz.
Y yo me muero de ganas por poder exponer ese poemario al completo a la luz de todos los ojos que quieran leerlo. Es simplemente el más bonito que he escrito hasta ahora. Así, bonito, lo digo a boca llena, y todo el que me conozca sabe que esa palabra para mí, no tiene nada de superficial, como nada de lo que hago y he hecho en la vida, como ese mismo poemario. Profundo y lleno ha tenido la fortuna de nacer así, bonito también. Agradable de leer, cantor, colorista, primaveral, marino, abisal, libre, independiente y amoroso.
Defectos también tiene. Por ahora el que más claro le veo es el de su extensión.
Así que estaré dedicada estos días a terminar el blog donde pienso subirlo al completo. Tras más de 20 revisiones no dudo de que algo más iré cambiando conforme lo vaya haciendo, pero ya por fin lo podré dejar terminado para ser leído. Nada es del todo hasta que no sale afuera.
Además así con él celebraré los tres años de vida de este blog, prontos a cumplirse. Un auto-regalo que me hago. Como me gustan las cosas hermosas, llenas y bonitas, será mi ramo de flores por su cumpleaños. Estoy tan cansada de este medio, no harta, cansada, agotada, que un día sí y el otro también se me pasa por la cabeza cerrar todo esto. No creo que nunca lo haga, pero por si acaso, quiero dejar ese poemario expuesto.
Me dejo de falsas modestias. Puedo equivocarme, claro, pero mi sentir es que sí tengo algo que aportar al panorama poético, aunque éste, para ser del todo sincera, me importa un pimiento. Lo que me importa es el panorama humano, el orbe que entre todos construimos.
(Correcciones Nueva Biología)
La mosca cojonera
¿A qué juegan los escrotores?
Siempre que quiero escribir escritor
mis dedos teclean escrotor,
¿por qué ocurrirá?
No importa la magnitud
de sus testas,
testos o tetas,
tiestos por cabeza.
Se corren las letras de las hormonas.
Definitivamente exporta el corrido
ya el marihachis... mari-hachís,
¡por dios, maría!, virgen y madre
verdeyerba,
que sembré y no fumé…
una pequeña fortuna quemé.
Tal vez por eso no soy escritora.
tal vez por eso no soy editora.
tal vez por eso no soy poeta.
Resucitemos la quema de libros.
¡A follar, señoras y señores!
¡A follar!
A follar con l@s put@s poet@s.
Sofía Serra, 2010 (Nueva Biología)